Después de las peleas con el gobernador bonaerense Daniel Scioli y el líder camionero Hugo Moyano, la perspectiva que tiene la población sobre el Gobierno se volvió más negativa. Así lo indica el último informe de la consultora Poliarquía que registró, durante julio, una caída en la imagen de la Presidenta Cristina Fernández.
Según los guarismos de la consultora, desde enero hasta julio, la visión buena o muy buena sobre el Gobierno cayó 23 puntos y representa al 33% de los encuestados. Por otro lado, el 35% posee una mala o muy mala imagen del Ejecutivo. Si bien se mantiene en el mismo nivel que durante el mes anterior, si se compara con enero aumentó alrededor de un 20%. Entretanto, el 31% de los encuestados opinó que tiene una percepción regular de la Casa Rosada.
La consultora incluyó el índice de optimismo que reflejan las opiniones de los ciudadanos sobre la situación actual, retrospectiva y prospectiva del país. El 36% de los ciudadanos opinó que el próximo año la situación de la Argentina será peor que la actual, cuatro puntos por encima de quienes opinan que será mejor. Las expectativas pesimistas de los encuestados crecieron respecto al mes pasado, pero no llegaron a los niveles que alcanzaron durante las crisis de 2008 y 2009.
La imagen del Gobierno cayó junto con la perspectiva sobre la Presidenta. Durante las dos semanas que duró el conflicto por los fondos, la imagen positiva de Cristina Kirchner cayó de 46% a 40% mientras que la del Gobernador flotó siempre alrededor del 47%, recordó Nicolás Solari, analista de Poliarquía. En un sistema hiperpresidencialista como el argentino, la explicación no debería sorprender a nadie. La estrategia comunicacional frontal pero conciliadora del Gobierno provincial (que tanto desconcierta al kirchnerismo), terminó por convencer a los ciudadanos que los responsables de la crisis financiera estaban más en la Casa Rosada que en la Gobernación, observó Solari.
La confianza en el Gobierno también descendió. Acumula un descenso del 33% desde comienzos de año y del 7% en relación a junio. Ahora bien, los entrevistados reconocieron a la capacidad como el mayor atributo del Gobierno. Y el 46% consideró que la gestión de Cristina Fernández está resolviendo los problemas del país o sabe cómo hacerlo, pero necesita tiempo, consigna el informe.
Los entrevistados también identificaron los principales problemas del país. En primer lugar ubicaron a la inseguridad que registra un aumento de siete puntos en comparación al mes pasado. Luego, perciben a los problemas económicos que recibieron el 14% de las menciones, seguidos por el desempleo (9%) y la inflación (6%). En relación a la suba de precios, el 81% de los encuestados opinó que habrá aumentos, mientras que el 17% cree que los precios seguirán estables o descenderán.
Otro índice que cayó es el de Confianza del Consumidor. Registró una baja del 1,8% en julio, en contraste con junio, y del 24,9% en comparación interanual. La confianza descendió drásticamente en los niveles de mayores ingresos, mientras que aumentó en los sectores más bajos, se indica. El subíndice de Expectativas Macroeconómicas retrocedió 1,7%, respecto a junio, mientras que en Durables e Inmuebles disminuyó 2,4%.
Las principales causas de este desgaste son la fuerte desaceleración de la economía, que ya está generando problemas de empleo en un contexto de alta inflación y durísimos controles cambiarios; los graves escándalos de corrupción, que involucran a protagonistas o asuntos instalados en los medios de comunicación (como Amado Boudou y la tarjeta SUBE); la multiplicación de casos dramáticos de inseguridad en todo el país, menospreciados por los principales voceros del oficialismo; y la sobreexposición mediática de la Presidenta, concluyó el director de Poliarquía, Sergio Berensztein.
Según los guarismos de la consultora, desde enero hasta julio, la visión buena o muy buena sobre el Gobierno cayó 23 puntos y representa al 33% de los encuestados. Por otro lado, el 35% posee una mala o muy mala imagen del Ejecutivo. Si bien se mantiene en el mismo nivel que durante el mes anterior, si se compara con enero aumentó alrededor de un 20%. Entretanto, el 31% de los encuestados opinó que tiene una percepción regular de la Casa Rosada.
La consultora incluyó el índice de optimismo que reflejan las opiniones de los ciudadanos sobre la situación actual, retrospectiva y prospectiva del país. El 36% de los ciudadanos opinó que el próximo año la situación de la Argentina será peor que la actual, cuatro puntos por encima de quienes opinan que será mejor. Las expectativas pesimistas de los encuestados crecieron respecto al mes pasado, pero no llegaron a los niveles que alcanzaron durante las crisis de 2008 y 2009.
La imagen del Gobierno cayó junto con la perspectiva sobre la Presidenta. Durante las dos semanas que duró el conflicto por los fondos, la imagen positiva de Cristina Kirchner cayó de 46% a 40% mientras que la del Gobernador flotó siempre alrededor del 47%, recordó Nicolás Solari, analista de Poliarquía. En un sistema hiperpresidencialista como el argentino, la explicación no debería sorprender a nadie. La estrategia comunicacional frontal pero conciliadora del Gobierno provincial (que tanto desconcierta al kirchnerismo), terminó por convencer a los ciudadanos que los responsables de la crisis financiera estaban más en la Casa Rosada que en la Gobernación, observó Solari.
La confianza en el Gobierno también descendió. Acumula un descenso del 33% desde comienzos de año y del 7% en relación a junio. Ahora bien, los entrevistados reconocieron a la capacidad como el mayor atributo del Gobierno. Y el 46% consideró que la gestión de Cristina Fernández está resolviendo los problemas del país o sabe cómo hacerlo, pero necesita tiempo, consigna el informe.
Los entrevistados también identificaron los principales problemas del país. En primer lugar ubicaron a la inseguridad que registra un aumento de siete puntos en comparación al mes pasado. Luego, perciben a los problemas económicos que recibieron el 14% de las menciones, seguidos por el desempleo (9%) y la inflación (6%). En relación a la suba de precios, el 81% de los encuestados opinó que habrá aumentos, mientras que el 17% cree que los precios seguirán estables o descenderán.
Otro índice que cayó es el de Confianza del Consumidor. Registró una baja del 1,8% en julio, en contraste con junio, y del 24,9% en comparación interanual. La confianza descendió drásticamente en los niveles de mayores ingresos, mientras que aumentó en los sectores más bajos, se indica. El subíndice de Expectativas Macroeconómicas retrocedió 1,7%, respecto a junio, mientras que en Durables e Inmuebles disminuyó 2,4%.
Las principales causas de este desgaste son la fuerte desaceleración de la economía, que ya está generando problemas de empleo en un contexto de alta inflación y durísimos controles cambiarios; los graves escándalos de corrupción, que involucran a protagonistas o asuntos instalados en los medios de comunicación (como Amado Boudou y la tarjeta SUBE); la multiplicación de casos dramáticos de inseguridad en todo el país, menospreciados por los principales voceros del oficialismo; y la sobreexposición mediática de la Presidenta, concluyó el director de Poliarquía, Sergio Berensztein.