Al filo de la medianoche del jueves, la Autoridad en Tecnologías de la Información y la Comunicación (BTK) procedió a bloquear Twitter en la Internet turca. El cierre venía precedido de tres sentencias judiciales y de una decisión de la Fiscalía. Pero también de las amenazas del primer ministro Erdogan pocas horas antes, cuando advertía que «erradicaremos» Twitter «sin importarnos lo que diga la comunidad internacional».
Al 9% de los casi 36 millones de internautas turcos, usuarios activos de Twitter -el 3% de la cuota de mercado de la red social- se les ha acabado piar. No obstante, no fueron pocos quienes, a los pocos minutos de comprobar que los proveedores de Internet habían cerrado el servicio de 140 caracteres tanto en la red doméstica como en la 3G, empezaron a divulgar métodos alternativos para volver a ‘tuitear’.
Activistas, periodistas y hasta partidos políticos, estos días en campaña electoral para las municipales del 30 de marzo, difundieron tutoriales y explicaciones de cómo configurar los ordenadores para dar esquinazo a la censura. La empresa Twitter, a través de su cuenta @policy, ofreció a los tuiteros turcos números de teléfono a los que enviar SMS para poder seguir publicando sus impresiones en la red social.
«Libertad no es interferir en las vidas privadas ni filtrar a todo el mundo secretos de Estado a través de estos canales», había justificado en la tarde del lunes el premier turco, durante un mitin, sus planes de acabar con Twitter. Horas después, la oficina del Primer Ministro señalaba que, en efecto, se vislumbraba el cierre del servicio por «ignorar» reiteradamente los requerimientos judiciales de borrar determinados vínculos publicados.
Poco después de las dos de la madrugada del viernes (00:00 GMT) ‘#TwitterisblockedinTurkey’ era ‘Trending Topic’ mundial. Tres horas después de que los proveedores de Internet turcos ya no ofrecieran su página, Twitter registraba 2.474.917 ‘tuits’ en lengua turca. Los planes de censura gubernamentales no surtieron efecto.
El «no nos importa lo que diga la comunidad internacional» no evitó que el Departamento de Estado de EEUU emitiera, de madrugada, un comunicado en el que se mostraba «muy preocupado» por el cierre virtual. Twitter anunció que estaba «investigando la situación».
Turquía aspira a ingresar en la Unión Europea con el apoyo de algunos países, entre ellos España. Sin embargo, la decisión de Erdogan ha provocado una reacción airada por parte de la propia comisaria europea de nuevas tecnologías, Neelie Kroes. A través de su propia cuenta en el servicio, Kroes afirma que «la prohibición de Twitter en Turquía es infundada e innecesaria y cobarde». «El pueblo turco y la comunidad internacional ven esto como censura», añade.
The Twitter ban in #Turkey is groundless, pointless, cowardly. Turkish people and intl community will see this as censorship. It is.
— Neelie Kroes (@NeelieKroesEU) March 20, 2014
A primera hora de la mañana, una fuente oficial de la BTK aseguraba a Reuters que las autoridades no tienen planes para bloquear el acceso a otras plataformas sociales como Facebook, y que el bloqueo de Twitter se debe a reiteradas quejas de usuarios por incumplimientos sobre privacicad.
Los ‘tuiteros’ turcos que habían modificado su conexión lo comentaban, aunque la reforma legal de Internet, recientemente aprobada en Turquía, podría perseguirles por ello. Según esta, los proveedores de servicio deben almacenar durante un largo período los detalles del tráfico de sus clientes y notificar al BTK de toda conexión sospechosa, se entiende, de toda aquella que escape a los cauces oficiales y en las que Twitter está bloqueada.
El portazo a Twitter culmina una escalada de advertencias que el primer ministro turco había iniciado en verano pasado, durante las protestas antigubernamentales que nacieron de las manifestaciones ecologistas para proteger de la tala el parque de Gezi. «Twitter es una amenaza social», declaró Erdogan. Hecho que no le hizo abstenerse de seguir tuiteando a través de su cuenta personal, que tiene 4,5 millones de seguidores.
Con la llegada de las elecciones municipales, convertidas por el jefe de gabinete en un plebiscito para la continuidad de sus políticas -hoy apoyadas por más del 49% de votos- Twitter se ha tornado en un campo de batalla electoral. La prensa turca informó, el septiembre pasado, que el Partido para la Justicia y el Desarrollo (AKP) de Erdogan había contratado a un ‘ejército’ de 6.000 tuiteros para darle apoyo.
Hace un mes, el máximo dirigente turco acusó a un ‘lobbie robot’ de usar miles de cuentas no nominales teledirigidas contra él. Este mecanismo, denominado popularmente ‘bot’, es usado comúnmente con fines propagandísticos o de método para inflar el número de seguidores de una cuenta y ganar así prestigio. Según el periódico Hürriyet, Twitter empezó a borrar todos los bot electoralistas, sea cual fuere el partido al que apoyaban.
Poderosa herramienta
Según un estudio de la empresa Konda, el 77,6% de los internautas locales se informaron de qué ocurría en su país durante las protestas de Gezi vía Twitter. 29 tuiteros se enfrentan a juicios por supuestamente coordinar por Twitter manifestaciones «ilegales» a ojos de la administración. Más allá, el cierre del servicio ocurre mientras los turcos intercambian, a través de él, supuestas grabaciones que vinculan a Erdogan con casos de corrupción.
Desde el 17 de diciembre, día en que Anticorrupción lanzó tres operaciones que implicaron al entorno del Primer Ministro, las autoridades han cerrado temporalmente la página de vídeos Vimeo, que colgó una grabación de tipo sexual en la que aparecía un alto cargo político, y Soundcloud, donde se filtró a principios de año una supuesta grabación telefónica comprometedora.
También YouTube y Facebook están en la mirilla de Tayyip Erdogan, de acuerdo a lo dicho el 6 de marzo pasado. Youtube, que ya fue cerrado durante 18 meses entre 2008 y 2010 aloja la mayoría de las supuestas conversaciones telefónicas filtradas estos días sobre distintas corruptelas habidas en la cúpula del Estado. El líder turco, si bien implícitamente da por buenas algunas de las grabaciones, considera otras un «montaje».
Para el Primer Ministro turco, detrás de las filtraciones está la mano negra de la secta del teólogo -y antiguo aliado- Fethullah Gülen, conocida como Hizmet (Servicio). Erdogan le acusa de usar a sus miembros, infiltrados en la judicatura, para montar falsos escándalos de corrupción. Algunos usuarios de Twitter pro Erdogan, después de saltar el bloqueo, culpaban anoche a Gülen de cerrar Twitter para encender la ira contra el dirigente turco.