El próximo miércoles el Consejo Superior de la Universidad de Buenos Aires votará un presupuesto «provisorio» porque, según denuncian las autoridades, los fondos no cubren los gastos surgidos del aumento de tarifas y la quita de subsidios. Por primera vez, la Comisión de Presupuesto de la UBA definió que en agosto deberá volver a discutirse la distribución de recursos, ya que el dinero alcanzaría solo hasta ese mes.
La Ley de Presupuesto, que define el financiamiento de las universidades nacionales, fue aprobada en octubre, antes del cambio de Gobierno. Allí se otorgó a la UBA una partida de 8.689 millones de pesos: un aumento del 30%, que fue «absorbido» por la actualización de sueldos de la paritaria 2015 (la de este año sigue abierta, luego de que el Gobierno ofreciera un aumento del 15% hasta octubre; CONADU convocó a un paro los próximos 27 y 28 de abril).
Desde la UBA informaron que no está previsto un aumento en los gastos de funcionamiento, pese a los aumentos de luz (327%), agua (249%) y gas (143%). Solo en electricidad, las autoridades estiman que los gastos pasarán de 19 millones de pesos en 2015 a 84 millones este año. Pero la partida de «gastos operativos» no registra aumento: hubo 651 millones para 2015, y hay 660 millones para 2016.
Los primeros en denunciar la situación fueron los estudiantes de la FUBA, quienes advirtieron que «la propuesta de distribución del presupuesto 2016 no alcanza ni para pagar la luz». Además, hay partidas aprobadas por ley que no están llegando, incluyendo 711 millones de pesos para el Clínicas y los demás hospitales universitarios. «Se suman dos factores: el ajuste general que está aplicando el Gobierno, y la desconfianza de este hacia el Clínicas, que tiene múltiples denuncias de corrupción», evaluó Ezequiel Galpern, consejero estudiantil de la FUBA.
Adrián Lutvak, presidente de la Federación, aseguró que «hay muchas obras paradas» como consecuencia del ajuste. Entre ellas, reparación de baños y ascensores en la Facultad de Exactas, el jardín maternal y la nueva aula magna de Arquitectura y Diseño, y el edificio de la Facultad de Psicología, además de trabajos en el Hospital de Clínicas.
«En las reuniones mantenidas con el gobierno, se ha insistido en la necesidad de que se reconozca el incremento de los servicios públicos que la UBA no puede afrontar», explicaron desde Rectorado a Clarín. Si bien hay preocupación entre las autoridades, también se mostraron confiados en que la negociación con el Gobierno, aún abierta, permita destrabar los problemas presupuestarios.
Además, informaron que «los fondos para sueldos están garantizados» y que el Poder Ejecutivo está pagando otras deudas: «El tesoro nacional tenía una deuda con la UBA de 330 millones de pesos, y ya se saldaron 200 millones».
Desde el Ministerio de Educación, la subsecretaria de Políticas Universitarias, Danya Tavela, aseguró: «Sabemos que hay dificultades por el aumento de tarifas y estamos haciendo gestiones con el Ministerio de Energía para que las universidades públicas tengan tarifas diferenciales. No hay recorte presupuestario: estamos discutiendo la situación financiera con cada universidad, y venimos trabajando con la UBA porque sabemos de su situación, luego de los repartos arbitrarios de fondos a algunas pocas universidades en años anteriores».
La Ley de Presupuesto, que define el financiamiento de las universidades nacionales, fue aprobada en octubre, antes del cambio de Gobierno. Allí se otorgó a la UBA una partida de 8.689 millones de pesos: un aumento del 30%, que fue «absorbido» por la actualización de sueldos de la paritaria 2015 (la de este año sigue abierta, luego de que el Gobierno ofreciera un aumento del 15% hasta octubre; CONADU convocó a un paro los próximos 27 y 28 de abril).
Desde la UBA informaron que no está previsto un aumento en los gastos de funcionamiento, pese a los aumentos de luz (327%), agua (249%) y gas (143%). Solo en electricidad, las autoridades estiman que los gastos pasarán de 19 millones de pesos en 2015 a 84 millones este año. Pero la partida de «gastos operativos» no registra aumento: hubo 651 millones para 2015, y hay 660 millones para 2016.
Los primeros en denunciar la situación fueron los estudiantes de la FUBA, quienes advirtieron que «la propuesta de distribución del presupuesto 2016 no alcanza ni para pagar la luz». Además, hay partidas aprobadas por ley que no están llegando, incluyendo 711 millones de pesos para el Clínicas y los demás hospitales universitarios. «Se suman dos factores: el ajuste general que está aplicando el Gobierno, y la desconfianza de este hacia el Clínicas, que tiene múltiples denuncias de corrupción», evaluó Ezequiel Galpern, consejero estudiantil de la FUBA.
Adrián Lutvak, presidente de la Federación, aseguró que «hay muchas obras paradas» como consecuencia del ajuste. Entre ellas, reparación de baños y ascensores en la Facultad de Exactas, el jardín maternal y la nueva aula magna de Arquitectura y Diseño, y el edificio de la Facultad de Psicología, además de trabajos en el Hospital de Clínicas.
«En las reuniones mantenidas con el gobierno, se ha insistido en la necesidad de que se reconozca el incremento de los servicios públicos que la UBA no puede afrontar», explicaron desde Rectorado a Clarín. Si bien hay preocupación entre las autoridades, también se mostraron confiados en que la negociación con el Gobierno, aún abierta, permita destrabar los problemas presupuestarios.
Además, informaron que «los fondos para sueldos están garantizados» y que el Poder Ejecutivo está pagando otras deudas: «El tesoro nacional tenía una deuda con la UBA de 330 millones de pesos, y ya se saldaron 200 millones».
Desde el Ministerio de Educación, la subsecretaria de Políticas Universitarias, Danya Tavela, aseguró: «Sabemos que hay dificultades por el aumento de tarifas y estamos haciendo gestiones con el Ministerio de Energía para que las universidades públicas tengan tarifas diferenciales. No hay recorte presupuestario: estamos discutiendo la situación financiera con cada universidad, y venimos trabajando con la UBA porque sabemos de su situación, luego de los repartos arbitrarios de fondos a algunas pocas universidades en años anteriores».