Un virus envió una foto intimidatoria al juez Lorenzetti desde un celular del Gobierno
Si algo hacía falta para que las relaciones entre el presidente de la Corte y el Poder Ejecutivo se tensaran al máximo, un hacker espía metió la cola. El 31 de diciembre a la noche, mientras brindaba, Marcos Peña recibió en su celular una fotografía de un paredón con un grafiti, en el que se leían insultos a Ricardo Lorenzetti. Esas pintadas estaban cerca de la casa de la madre del titular del alto tribunal, en su Rafaela natal.
Peña miró la imagen en su WhatsApp y la cerró. Lo que no sabía es que la imagen contenía un virus que, con esa acción, se reenvió al celular del presidente de la Corte.
Lorenzetti se alarmó y creyó que era una amenaza recibida en el WhatsApp de su celular oficial. La cuenta de chat desde donde le enviaban la foto del paredón con insultos tenía una fotografía de Mauricio Macri. Lorenzetti denunció el asunto a la seguridad de la Corte y a la policía, que comenzó a investigar.
El 9 de enero, Marcos Peña estaba de vacaciones en Uruguay cuando recibió una llamada de Lorenzetti, quien le comentó que había recibido amenazas desde un celular que estaba a nombre de una flota de teléfonos asignada al Gobierno.
La investigación de los expertos en informática concluyó que la foto tenía un virus programado para reenviar la imagen al celular de Lorenzetti apenas la abriera Peña. Las pintadas en Rafaela aparecieron a fines de diciembre y el presidente de la Corte reclamó que la Policía Federal investigue.
Esta secuencia de acontecimientos fue relatada a LA NACION por fuentes de la Corte Suprema de Justicia y del gobierno nacional.
Por la foto y la pintada, por un lado, y la denuncia de Elisa Carrió, por el otro, ayer Macri y Lorenzetti volvieron a conversar por teléfono.
Ambos concluyeron que alguien está buscando generar un clima de enfrentamiento entre ellos, más allá de los desacuerdos puntuales que pueden tener sobre el fallo de la Corte que obligó a ampliar el pago de regalías a las provincias o la decisión de Macri de nombrar jueces del más alto tribunal en comisión por decreto.
«No sabemos de dónde viene esta operación de ciberespionaje, pero buscan enfrentarnos, cuando Lorenzetti y Macri tienen una buena relación personal y hablan permanentemente», dijeron fuentes de la Casa Rosada y de los tribunales a LA NACION.
Si algo hacía falta para que las relaciones entre el presidente de la Corte y el Poder Ejecutivo se tensaran al máximo, un hacker espía metió la cola. El 31 de diciembre a la noche, mientras brindaba, Marcos Peña recibió en su celular una fotografía de un paredón con un grafiti, en el que se leían insultos a Ricardo Lorenzetti. Esas pintadas estaban cerca de la casa de la madre del titular del alto tribunal, en su Rafaela natal.
Peña miró la imagen en su WhatsApp y la cerró. Lo que no sabía es que la imagen contenía un virus que, con esa acción, se reenvió al celular del presidente de la Corte.
Lorenzetti se alarmó y creyó que era una amenaza recibida en el WhatsApp de su celular oficial. La cuenta de chat desde donde le enviaban la foto del paredón con insultos tenía una fotografía de Mauricio Macri. Lorenzetti denunció el asunto a la seguridad de la Corte y a la policía, que comenzó a investigar.
El 9 de enero, Marcos Peña estaba de vacaciones en Uruguay cuando recibió una llamada de Lorenzetti, quien le comentó que había recibido amenazas desde un celular que estaba a nombre de una flota de teléfonos asignada al Gobierno.
La investigación de los expertos en informática concluyó que la foto tenía un virus programado para reenviar la imagen al celular de Lorenzetti apenas la abriera Peña. Las pintadas en Rafaela aparecieron a fines de diciembre y el presidente de la Corte reclamó que la Policía Federal investigue.
Esta secuencia de acontecimientos fue relatada a LA NACION por fuentes de la Corte Suprema de Justicia y del gobierno nacional.
Por la foto y la pintada, por un lado, y la denuncia de Elisa Carrió, por el otro, ayer Macri y Lorenzetti volvieron a conversar por teléfono.
Ambos concluyeron que alguien está buscando generar un clima de enfrentamiento entre ellos, más allá de los desacuerdos puntuales que pueden tener sobre el fallo de la Corte que obligó a ampliar el pago de regalías a las provincias o la decisión de Macri de nombrar jueces del más alto tribunal en comisión por decreto.
«No sabemos de dónde viene esta operación de ciberespionaje, pero buscan enfrentarnos, cuando Lorenzetti y Macri tienen una buena relación personal y hablan permanentemente», dijeron fuentes de la Casa Rosada y de los tribunales a LA NACION.