El nuevo titular de la secretaría tiene 37 años y es abogado. Fue uno de los fundadores de la agrupación H.I.J.O.S. en Córdoba. Tenía dos años cuando fueron secuestrados sus padres, durante La Noche de las Corbatas.
Martín Fresneda asumirá esta tarde como secretario de Derechos Humanos. Hijo de desaparecidos, el nuevo titular de la secretaría fue de niño, junto con su hermano, testigo del secuestro de sus padres por un grupo de tareas durante la llamada Noche de las Corbatas. Es abogado y en la provincia donde se instaló Córdoba ha sido querellante en varios de los juicios por los crímenes cometidos por el terrorismo de Estado.
La presidenta Cristina Kirchner lo pondrá en funciones hoy para reemplazar al fallecido Eduardo Luis Duhalde. El nuevo secretario ya era parte de la administración kirchnerista en su provincia, donde estaba a cargo de la Anses local. En las elecciones del año pasado había sido además parte de la camada de jóvenes que ingresaron en las listas de diputados del Frente para la Victoria. En su caso, como el referente más conocido a nivel cordobés de la agrupación juvenil La Jauretche. Su nombre ocupó el quinto lugar en la lista de legisladores nacionales del FpV.
Fresneda fue uno de los fundadores de la agrupación H.I.J.O.S. en Córdoba, y viene de una historia política que en su origen no tuvo que ver tanto con el peronismo sino más bien con los movimientos y organizaciones sociales de los 90. Con los conflictos que le tocó vivir a su generación. Hoy tiene 37 años. Estaba haciendo el secundario en Catamarca cuando mataron a María Soledad Morales, que tenía su edad. Así hizo sus primeras actividades militantes en las marchas del silencio. Al terminar el colegio se mudó a Córdoba para estudiar Derecho. En la Universidad se sumó a la coordinadora antirrepresiva Unidos. Luego fue parte de la Universidad Trashumante, una experiencia de inspiración zapatista que por la crisis del 2001 recorrió el país con un colectivo, haciendo educación popular.
Fresneda ya había participado de la creación de H.I.J.O.S Córdoba cuando fueron derogadas las leyes de Obediencia Debida y Punto Final. Como abogado, se volcó a la reapertura de los juicios por delitos de lesa humanidad. Fue querellante en los tres primeros que se lograron reabrir en la provincia y en los que fueron condenados Luciano Benjamín Menéndez y Jorge Rafael Videla. En ese camino fue que se sumó orgánicamente al kirchnerismo, luego de conocer a Néstor Kirchner al hacer una gestión ante el entonces presidente para pedirle equipos destinados al reconocimiento de restos de desaparecidos. El año pasado, en Mar del Plata, finalmente llegaría la posibilidad de llevar a juicio oral la desaparición de sus padres.
Tomás Fresneda y su mujer, María de las Mercedes Argañaraz, fueron secuestrados en julio de 1977 durante La Noche de las Corbatas, una serie de operativos con que la dictadura desapareció a un grupo de abogados laboralistas de Mar del Plata. El había militado en la Juventud Peronista, pero se había convertido en una molestia por representar a trabajadores y comisiones gremiales.
Los Fresneda tenían dos hijos, Ramiro y Martín. María de las Mercedes esperaba al tercero: en el momento del secuestro cursaba el quinto mes de embarazo.
Los niños, que tenían cuatro y dos años, esa noche presenciaron el operativo. Los sacaron de su casa junto a su madre, y como en realidad al que buscaban era al padre, los llevaron a todos al estudio jurídico, donde Fresneda se presentó y entregó, desarmado, sabiendo que la patota tenía a su familia. Por el testimonio de sobrevivientes, años más tarde se conocería que el matrimonio fue llevado a La Cueva, el centro clandestino de detención que funcionó en la Base Aérea de Mar del Plata. El hijo de María de las Mercedes todavía no fue restituido.
Los chicos quedaron con sus abuelos y luego se criaron con una tía, en Catamarca. Los dos estudiaron Derecho. La semana pasada fueron llamados a declarar como testigos en el juicio oral que se sigue en Mar del Plata por la desaparición entre otros casos de sus padres, y en el que están imputados 16 policías y militares que actuaron en los centros clandestinos de Mar del Plata y Necochea. Ramiro, que es el mayor, dijo que nunca se olvidó de la imagen de su madre agarrándose al marco de una puerta para que no se la llevaran. Martín, que tenía dos años y medio, hizo un relato según la reconstrucción que pudieron hacer en los años que siguieron.
La gestión de Eduardo Luis Duhalde frente a la Secretaría de Derechos Humanos tuvo como uno de sus ejes centrales dar el apoyo del Estado al desarrollo de los juicios contra los represores. La secretaría logró, para esto, ser habilitada para presentarse como parte querellante en los juicios, un punto especialmente importante para que, en los lugares con poca organización local, los procesos no quedaran frenados por falta de impulso. Ahora, junto con la continuidad de esa línea, la intención sería reforzar las políticas de restitución de identidad y de restitución de los restos de los desaparecidos, como un modo de ir completando los objetivos de reparación posible a los crímenes de la dictadura.
El nombramiento del sucesor de Duhalde llevó más de un mes. Tras aceptar la designación, Fresneda mantuvo el bajo perfil y se excusó de hacer declaraciones públicas. Jurará esta tarde, después de las 17.30, con el acompañamiento de los organismos de derechos humanos.
Martín Fresneda asumirá esta tarde como secretario de Derechos Humanos. Hijo de desaparecidos, el nuevo titular de la secretaría fue de niño, junto con su hermano, testigo del secuestro de sus padres por un grupo de tareas durante la llamada Noche de las Corbatas. Es abogado y en la provincia donde se instaló Córdoba ha sido querellante en varios de los juicios por los crímenes cometidos por el terrorismo de Estado.
La presidenta Cristina Kirchner lo pondrá en funciones hoy para reemplazar al fallecido Eduardo Luis Duhalde. El nuevo secretario ya era parte de la administración kirchnerista en su provincia, donde estaba a cargo de la Anses local. En las elecciones del año pasado había sido además parte de la camada de jóvenes que ingresaron en las listas de diputados del Frente para la Victoria. En su caso, como el referente más conocido a nivel cordobés de la agrupación juvenil La Jauretche. Su nombre ocupó el quinto lugar en la lista de legisladores nacionales del FpV.
Fresneda fue uno de los fundadores de la agrupación H.I.J.O.S. en Córdoba, y viene de una historia política que en su origen no tuvo que ver tanto con el peronismo sino más bien con los movimientos y organizaciones sociales de los 90. Con los conflictos que le tocó vivir a su generación. Hoy tiene 37 años. Estaba haciendo el secundario en Catamarca cuando mataron a María Soledad Morales, que tenía su edad. Así hizo sus primeras actividades militantes en las marchas del silencio. Al terminar el colegio se mudó a Córdoba para estudiar Derecho. En la Universidad se sumó a la coordinadora antirrepresiva Unidos. Luego fue parte de la Universidad Trashumante, una experiencia de inspiración zapatista que por la crisis del 2001 recorrió el país con un colectivo, haciendo educación popular.
Fresneda ya había participado de la creación de H.I.J.O.S Córdoba cuando fueron derogadas las leyes de Obediencia Debida y Punto Final. Como abogado, se volcó a la reapertura de los juicios por delitos de lesa humanidad. Fue querellante en los tres primeros que se lograron reabrir en la provincia y en los que fueron condenados Luciano Benjamín Menéndez y Jorge Rafael Videla. En ese camino fue que se sumó orgánicamente al kirchnerismo, luego de conocer a Néstor Kirchner al hacer una gestión ante el entonces presidente para pedirle equipos destinados al reconocimiento de restos de desaparecidos. El año pasado, en Mar del Plata, finalmente llegaría la posibilidad de llevar a juicio oral la desaparición de sus padres.
Tomás Fresneda y su mujer, María de las Mercedes Argañaraz, fueron secuestrados en julio de 1977 durante La Noche de las Corbatas, una serie de operativos con que la dictadura desapareció a un grupo de abogados laboralistas de Mar del Plata. El había militado en la Juventud Peronista, pero se había convertido en una molestia por representar a trabajadores y comisiones gremiales.
Los Fresneda tenían dos hijos, Ramiro y Martín. María de las Mercedes esperaba al tercero: en el momento del secuestro cursaba el quinto mes de embarazo.
Los niños, que tenían cuatro y dos años, esa noche presenciaron el operativo. Los sacaron de su casa junto a su madre, y como en realidad al que buscaban era al padre, los llevaron a todos al estudio jurídico, donde Fresneda se presentó y entregó, desarmado, sabiendo que la patota tenía a su familia. Por el testimonio de sobrevivientes, años más tarde se conocería que el matrimonio fue llevado a La Cueva, el centro clandestino de detención que funcionó en la Base Aérea de Mar del Plata. El hijo de María de las Mercedes todavía no fue restituido.
Los chicos quedaron con sus abuelos y luego se criaron con una tía, en Catamarca. Los dos estudiaron Derecho. La semana pasada fueron llamados a declarar como testigos en el juicio oral que se sigue en Mar del Plata por la desaparición entre otros casos de sus padres, y en el que están imputados 16 policías y militares que actuaron en los centros clandestinos de Mar del Plata y Necochea. Ramiro, que es el mayor, dijo que nunca se olvidó de la imagen de su madre agarrándose al marco de una puerta para que no se la llevaran. Martín, que tenía dos años y medio, hizo un relato según la reconstrucción que pudieron hacer en los años que siguieron.
La gestión de Eduardo Luis Duhalde frente a la Secretaría de Derechos Humanos tuvo como uno de sus ejes centrales dar el apoyo del Estado al desarrollo de los juicios contra los represores. La secretaría logró, para esto, ser habilitada para presentarse como parte querellante en los juicios, un punto especialmente importante para que, en los lugares con poca organización local, los procesos no quedaran frenados por falta de impulso. Ahora, junto con la continuidad de esa línea, la intención sería reforzar las políticas de restitución de identidad y de restitución de los restos de los desaparecidos, como un modo de ir completando los objetivos de reparación posible a los crímenes de la dictadura.
El nombramiento del sucesor de Duhalde llevó más de un mes. Tras aceptar la designación, Fresneda mantuvo el bajo perfil y se excusó de hacer declaraciones públicas. Jurará esta tarde, después de las 17.30, con el acompañamiento de los organismos de derechos humanos.