DENVER, Colorado (De nuestra corresponsal).- Con la pasión que desata la defensa de la libertad de expresión, un panel de expertos norteamericanos advirtió que el grave precedente del espionaje a la prensa independiente que hizo el gobierno del presidente Barack Obama «no se compara», sin embargo, con el sistemático esfuerzo para acallarla que se observa en América latina.
«Lo que ha ocurrido aquí es grave, pero palidece ante los problemas que sé que padecen muchos de ustedes. Yo sé que nosotros podemos tener presiones. Pero ustedes tienen amenazas reales y peligrosas», dijo James Clark, de la agencia Associated Press (AP). Fueron justamente los periodistas de esa agencia los que fueron blanco de la vigilancia oficial.Al integrar un panel en el que se revisó a fondo ese caso y en el que no faltaron tanto comparaciones como diferencias respecto del clima que se advierte en algunos países de América latina, incluido el nuestro, el directivo trazó un matiz de fondo.
«Lo que ocurre en Estados Unidos es que hay una cultura amigable hacia la libertad de prensa. La defiende y la respeta. Eso es un enorme beneficio para nosotros», dijo.
Integrado también por Greg Moore, del Denver Post, y por Bruce Sanford, consejero legal de la Sociedad de Periodistas Profesionales con sede en Washington, el panel abordó de modo crítico las técnicas de espionaje del gobierno de Estados Unidos y su impacto sobre la libertad de prensa.
Los síntomas de lo ocurrido sí guardaron, en cambio, puntos en común. Como, por ejemplo, el temor que sienten denunciantes y ciudadanos que quieren dar a conocer episodios a la prensa de que las conversaciones «estén siendo escuchadas» por el aparato estatal y que sean castigados por ello.
Pero, junto con la diferenciación de fondo sobre el ambiente de respeto a la libertad de expresión y la tendencia al control y al acallamiento que se observa en algunos países de la región, hubo una interesante autocrítica de la prensa norteamericana. No por haber criticado al gobierno, sino, todo lo contrario, por no haber sido capaz de ser, incluso, más independiente.
«Hubo momentos en que los medios han sido percibidos por la población como colaboradores del gobierno», previno Earl Maucker, de Maucker Media, al coordinar el panel. Sostuvo su argumento en el hecho de que las denuncias más importantes registradas en el pasado reciente en los Estados Unidos no se canalizaron a través de la prensa tradicional, sino por otras vías.
La jornada de informes por país tuvo otros intercambios intensos. Uno de ellos ocurrió cuando tocó el turno de Venezuela. En este caso, el diagnóstico alertó que la pasmosa falta de insumos para la industria periodística motivada por «los controles cambiarios» hizo ya que cinco diarios dejaran de salir. .