SOCIEDAD › EL TESTIMONIO DE UN SOBREVIVIENTE DE LAS MASACRES INDIGENAS DE 1924 Y 1933
En una causa judicial que investiga la matanza de cientos de indígenas en Napalpí y El Zapallar, en Chaco, declaró un hombre mocoví de 107 años. Buscan encuadrar esos hechos como “crímenes de lesa humanidad”, por lo que serían imprescriptibles.
Pedro Balquinta, un mocoví de 107 años que sobrevivió a las masacres de indígenas en los parajes chaqueños de Napalpí (1924) y El Zapallar (1933), declaró ante el fiscal federal en causas de lesa humanidad, Diego Vigay, en una investigación iniciada en Resistencia.
La causa fue promovida de oficio por la Unidad de Derechos Humanos ante la Fiscalía Federal de la capital de Chaco.
Vigay viajó a Colonia San Lorenzo, a 300 kilómetros de la capital chaqueña, para escuchar al anciano mocoví que reside en una zona rural próxima a Charata, un pueblo vecino. El fiscal estuvo acompañado por Juan Chico y Juan Longo, miembros de la Asociación Civil Napalpí y de la Dirección de Cine y Espacio Audiovisual.
El longevo indígena habló de Napalpí, que describió como una reducción mocoví donde vivía con su madre, su tío y otros familiares, y de la masacre allí ocurrida, aunque parte de sus relatos –en lengua nativa– aún deben ser traducidos.
“Había unos cuantos paisanos ahí. Había hacheros y obrajeros. Ellos trabajaban de obrajeros. Uno estaba preso y desde ahí hablaba. En la reducción Napalpí mataron a muchos. Los taparon en un pozo grande, un solo pozo”, afirmó.
El tenía entonces 17 años y escapó con una hermana de 9, que cayó por los tiros; se lo llevó una familia que también se salvó de la masacre y lo crió. A los 26, la historia se repitió en El Zapallar. “Era un pueblo chiquito”, pero “había como tres mil personas” cuando fueron para matarlos. “No pudieron matar a todos. Había dos pastores allí, que cuando llegaron los militares se pasaron toda la noche orando, para que nos les hagan nada”, contó.
Balquinta contó que “los mocoví fueron a buscar trabajo al Zapallar, por eso llevaban sus caballos. Los cabecillas iban adelante, por eso mataron a los cabecillas. Estaba el cacique Duran, que vivía en las Tolderías, esas tierras son de los criollos hoy”, dijo y luego se refirió a la segunda matanza a la que sobrevivió. “Vinieron dos camiones con policías, tenían un cuchillo en la punta. A un policía se le escapó un tiro cuando estaba de guardia. Murieron como 18 mujeres. Perdieron todos los caballos”, relató.
El fiscal explicó que “si bien agregó algunos detalles más, sus palabras no se lograron traducir en ese momento, por lo que se deberá realizar una traducción integral sobre el material fílmico que se realizó durante su declaración”.
La Unidad de Derechos Humanos de la Fiscalía Federal inició una investigación preliminar sobre las masacres de Napalpí y de El Zapallar, que tuvieron como víctimas a integrantes de comunidades originarias, hacheros y campesinos. El Ministerio Público considera que esos hechos pueden constituir “crímenes de lesa humanidad, por lo que el Estado nacional tendría la obligación ineludible de juzgarlos en función de los compromisos ante la comunidad internacional”.
“Es necesaria la búsqueda de la verdad y el ejercicio de la memoria histórica para que los hechos de violencia no se repitan”, demostrar su “carácter sistemático y señalar a quienes han favorecido”, sostuvo Viguay. El fiscal dijo que una vez culminada la investigación “se instará un requerimiento para que las masacres sean juzgadas como crímenes de lesa humanidad”.