Un número creciente de académicos y activistas están pidiendo que las autoridades estadounidenses una auditoria completa o un recuento de los votos de las elecciones presidenciales de 2016 en los estados clave de Michigan, Pennsylvania y Wisconsin por sospechas de los resultados podrían haber sido manipulados por hackers extranjeros.
El grupo, que está instando a la campaña de Hillary Clinton a unirse a su lucha, se prepara para entregar un informe detallando sobre sus preocupaciones a presidentes de comisiones del Congreso y a las autoridades federales a principios de la próxima semana, según publica The Guardian .
Este movimiento surge después de que las autoridades de inteligencia estadounidenses publicaran las evaluaciones públicas de que los hackers rusos estaban detrás de intrusiones en los sistemas electorales regionales y el robo de mensajes de funcionarios demócratas antes de las elecciones.
Pese a que Clinton llevó la delantera a Trump durante meses en las encuestas en los tres estados del medio oeste, perdió por poco Pennsylvania y Wisconsin, y puede perder Michigan, donde aún no se ha declarado un resultado final. Lo que ha llamado la acerca de Wisconsin ha sido las victorias aparentemente desproporcionadas que acumuló Trump en los condados que usaban el voto electrónico en comparación con aquellos que usaban sólo papeletas de papel. Algo que podría sugerir algún tipo de interferencia externa.
Y pese a que varios analistas electorales importantes han restado importancia a la preocupación por la integridad de los resultados, decenas de profesores especializados en seguridad cibernética, defensa y elecciones han firmado en los últimos dos días una carta abierta a los líderes del congreso afirmando que están “profundamente preocupados” por los informes previos a las elecciones sobre interferencias extranjeras y han solicitado una acción rápida por parte de los legisladores.
“Nuestro país necesita una minuciosa investigación pública del Congreso sobre el papel que desempeñaron las potencias extranjeras en los meses previos a noviembre”, dijeron los académicos en su carta, aunque señalaron que no querían “cuestionar el resultado” de las elecciones. Varios senadores veteranos ya han pedido más investigaciones sobre el alcance de la injerencia de Rusia en la campaña electoral.
Y pese a las presiones para que el equipo de Clinton solicite un recuento oficial, miembros de alto rango del partido se han mostrado reacios a sugerir que hubo irregularidades en el resultado porque durante la campaña criticaron duramente a Trump por afirmar que las elecciones estarían “manipuladas” contra él.
En una declaración conjunta emitida el mes pasado, la oficina del director de inteligencia nacional y el departamento de seguridad nacional dijeron que estaban “seguros” de que el robo de correos electrónicos de la campaña demócrata que publicó Wikileaks fue dirigido por el gobierno ruso.
El grupo, que está instando a la campaña de Hillary Clinton a unirse a su lucha, se prepara para entregar un informe detallando sobre sus preocupaciones a presidentes de comisiones del Congreso y a las autoridades federales a principios de la próxima semana, según publica The Guardian .
Este movimiento surge después de que las autoridades de inteligencia estadounidenses publicaran las evaluaciones públicas de que los hackers rusos estaban detrás de intrusiones en los sistemas electorales regionales y el robo de mensajes de funcionarios demócratas antes de las elecciones.
Pese a que Clinton llevó la delantera a Trump durante meses en las encuestas en los tres estados del medio oeste, perdió por poco Pennsylvania y Wisconsin, y puede perder Michigan, donde aún no se ha declarado un resultado final. Lo que ha llamado la acerca de Wisconsin ha sido las victorias aparentemente desproporcionadas que acumuló Trump en los condados que usaban el voto electrónico en comparación con aquellos que usaban sólo papeletas de papel. Algo que podría sugerir algún tipo de interferencia externa.
Y pese a que varios analistas electorales importantes han restado importancia a la preocupación por la integridad de los resultados, decenas de profesores especializados en seguridad cibernética, defensa y elecciones han firmado en los últimos dos días una carta abierta a los líderes del congreso afirmando que están “profundamente preocupados” por los informes previos a las elecciones sobre interferencias extranjeras y han solicitado una acción rápida por parte de los legisladores.
“Nuestro país necesita una minuciosa investigación pública del Congreso sobre el papel que desempeñaron las potencias extranjeras en los meses previos a noviembre”, dijeron los académicos en su carta, aunque señalaron que no querían “cuestionar el resultado” de las elecciones. Varios senadores veteranos ya han pedido más investigaciones sobre el alcance de la injerencia de Rusia en la campaña electoral.
Y pese a las presiones para que el equipo de Clinton solicite un recuento oficial, miembros de alto rango del partido se han mostrado reacios a sugerir que hubo irregularidades en el resultado porque durante la campaña criticaron duramente a Trump por afirmar que las elecciones estarían “manipuladas” contra él.
En una declaración conjunta emitida el mes pasado, la oficina del director de inteligencia nacional y el departamento de seguridad nacional dijeron que estaban “seguros” de que el robo de correos electrónicos de la campaña demócrata que publicó Wikileaks fue dirigido por el gobierno ruso.