Luego de los rechazos en Esquel y Famatina, el empresariado minero busca el apoyo de Francisco para lograr una «licencia social» que le permita explotar los recursos naturales argentinos.
03:10 |
Por Revista Cítrica
16.10.2014
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Por Pablo Waisberg
“Venimos a ofrecer el Observatorio Minero Argentino”, le dijo el presidente de la Cámara Argentina de Empresarios Mineros (CAEM), Martín Dedeu, traje gris y corbata roja, al Papa Francisco. La frase, que es el eje de la nueva estrategia para obtener la “licencia social”, había sido macerada en reuniones y almuerzos con otros empresarios del sector. También con gente que conocía al Santo Padre cuando aún era sólo el Arzobispo de Buenos Aires, Jorge Mario Bergoglio. Por eso, Dedeu llegó a Roma con un perfil detallado del jefe de la Iglesia Católica y con una misión muy concreta: intentar el respaldo del Vaticano al desarrollo de la actividad minera en el país para encuadrar así a toda la curia. “Hoy hay una situación muy dispar, hay apoyos y rechazos. Pero los rechazos tienen mayor impacto que los apoyos”, reconoció un empresario en febrero de este año, unos días después del encuentro de Dedeu con Francisco. El respaldo de la Iglesia sería central para obtener la “licencia social” que es la clave para poder desarrollar las megaminería metalífera sin temor a que las inversiones proyectadas caigan en el vacío.
Dedeu llegó acompañado por su segundo en la estructura de la CAEM, Damián Altgelt. Él es quien aparece en las fotos que distribuyó la entidad sosteniendo la imagen de Santa Bárbara, patrona de los mineros. La llevaron hasta allí para que el Papa la bendiga y en los últimos meses la llevaron a recorrer las distintas provincias donde existen emprendimientos mineros de las grandes compañías multinacionales que operan en la Argentina: Catamarca, San Juan, Jujuy, La Rioja o Santa Cruz. Pero la bendición fue, en algún sentido, la excusa para conseguir ese encuentro casi fugaz, en el marco de una de las audiencias semanales que se realizan en el Vaticano, porque el centro de esa visita estuvo en las reuniones que se hicieron antes de ese breve intercambio.
“Nuestra actividad no se puede desarrollar sin licencia social”, reconocen los gerentes de cualquiera de las grandes compañías que trabajan el país. Lo dicen los hombres de Glencore Xstrata (anglo-suiza), que extraen cobre de Catamarca en La Alumbrera; lo repiten los de Barrick Gold (canadiense), que sacan oro y plata en el yacimiento sanjuanino de Veladero; o lo explican los de AngloGold Ashanti (sudafricana), que explotan el santacruceño Cerro Vanguardia, en Puerto San Julián. Esa certeza la tuvieron tras una consulta popular en Esquel que rechazó la explotación minera y lo ratificaron cuando la canadiense Osisko Mining Corporation tuvo que dejar sus tareas de exploración en el cerro Famatina, en La Rioja, en diciembre del 2011.
Sin embargo, esa especie de derrota no fue tal: no pudieron entrar en Famatina pero a principios del 2012 el gobierno nacional creó la Organización Federal de Estados Mineros (Ofemi) y le dio un respaldo político al sector. El día que se conoció públicamente la convocatoria a conformar la Ofemi, que integran diez provincias mineras junto al Estado nacional, los empresarios lo festejaron en una reunión que se hizo en la sede porteña de CAEM. Algunas versiones hablan de un brindis veloz, pero brindis al fin.
La posibilidad de acercarse al Papa Francisco comenzó a discutirse a poco de su nombramiento pero empezó a verse como algo posible cuando leyeron declaraciones de él sobre la necesidad de “hacer algo” con los recursos naturales. Y terminó de cristalizar luego de la «Jornada de reflexión sobre la industria minera mundial», que organizó el Pontificio Consejo Justicia y Paz, en septiembre del año pasado. Allí estuvieron representadas varias de las principales empresas mineras del mundo.
«Este encuentro reviste una gran importancia, no sólo por la presencia de numerosos líderes de multinacionales, sino también porque es la primera vez que los dirigentes de la industria minera se encuentran cerca del Sucesor de Pedro para reflexionar sobre la importancia de su responsabilidad ante el ser humano y el ambiente», dijo el Papa Francisco en un mensaje que les envió. Recordó que muchas veces la minería estuvo asociada a la esclavitud y la migración obligada de poblaciones y les pidió “no repetir errores del pasado”. Y subrayó: “El gran reto para los dirigentes de empresa es el de crear una armonía entre los intereses de los inversores, los managers, de los trabajadores y sus familias, del futuro de los hijos, de la defensa del ambiente, en ámbito regional e internacional y que constituya, al mismo tiempo una contribución a la paz mundial”.
Sobre esa base terminaron de crear la idea del “Observatorio Minero Argentino”. Lo que los gerentes de las multinacionales asentadas en la Argentina las 39 mineras que integran la cúpula de las 500 mayores empresas que operan en el país son extranjeras- fueron a expresarle al Santo Padre es que están en sintonía con lo que él reclama. Por eso, quieren que la Iglesia se sume a una entidad que reúna a trabajadores, organizaciones civiles, representantes de pueblos originarios y de las comunidades cercana a los yacimientos.
Antes de visitar a Francisco, los empresarios se lo propusieron al cardenal Peter Turkson, que preside del Pontificio Consejo de Justicia y Paz y nació en la región occidental de Ghana, donde existen varias minas de oro. Incluso su padre fue un trabajador minero. En la ronda de encuentros, que contó con la asistencia del embajador argentino ante la Santa Sede, Juan Pablo Cafiero, también visitaron al canciller de la Pontificia Academia de las Ciencias, Monseñor Marcelo Sánchez Sorondo.
El resultado de esas reuniones alentó expectativas entre los empresarios mineros argentinos, que detallaron la iniciativa en una reunión informal de la Organización Latinoamericana Minera (Olami), que se hizo en marzo en el marco de la feria minera PDAC 2014, en Canadá. Ahí sondearon la idea y cayó bien. Pero con el correr de los meses decidieron poner un poco el freno y esperar a “madurar” el escenario. Así que el tema sólo volvió a mencionarse, en el plano internacional, dentro de una reunión reservada sólo hubo diez participantes- de la Sociedad Interamericana de Minería (SIM), que se hizo en abril pasado, durante la Expomin 2014, la feria más importante del sector, en Santiago de Chile.
La decisión de dejar “madurar” el proyecto, antes de impulsarlo regionalmente, está en que las mineras buscan sumar a “muchos participantes”. Por eso, se están haciendo reuniones todos meses bajo el paraguas de la CAEM. “No queremos que sea algo nuestro, del sector privado sino que haya muchos participantes”, insisten los gerentes mineros, que pensaron la idea y ahora buscan “que sea de todos”.
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Por Revista Cítrica
16.10.2014
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Por Pablo Waisberg
“Venimos a ofrecer el Observatorio Minero Argentino”, le dijo el presidente de la Cámara Argentina de Empresarios Mineros (CAEM), Martín Dedeu, traje gris y corbata roja, al Papa Francisco. La frase, que es el eje de la nueva estrategia para obtener la “licencia social”, había sido macerada en reuniones y almuerzos con otros empresarios del sector. También con gente que conocía al Santo Padre cuando aún era sólo el Arzobispo de Buenos Aires, Jorge Mario Bergoglio. Por eso, Dedeu llegó a Roma con un perfil detallado del jefe de la Iglesia Católica y con una misión muy concreta: intentar el respaldo del Vaticano al desarrollo de la actividad minera en el país para encuadrar así a toda la curia. “Hoy hay una situación muy dispar, hay apoyos y rechazos. Pero los rechazos tienen mayor impacto que los apoyos”, reconoció un empresario en febrero de este año, unos días después del encuentro de Dedeu con Francisco. El respaldo de la Iglesia sería central para obtener la “licencia social” que es la clave para poder desarrollar las megaminería metalífera sin temor a que las inversiones proyectadas caigan en el vacío.
Dedeu llegó acompañado por su segundo en la estructura de la CAEM, Damián Altgelt. Él es quien aparece en las fotos que distribuyó la entidad sosteniendo la imagen de Santa Bárbara, patrona de los mineros. La llevaron hasta allí para que el Papa la bendiga y en los últimos meses la llevaron a recorrer las distintas provincias donde existen emprendimientos mineros de las grandes compañías multinacionales que operan en la Argentina: Catamarca, San Juan, Jujuy, La Rioja o Santa Cruz. Pero la bendición fue, en algún sentido, la excusa para conseguir ese encuentro casi fugaz, en el marco de una de las audiencias semanales que se realizan en el Vaticano, porque el centro de esa visita estuvo en las reuniones que se hicieron antes de ese breve intercambio.
“Nuestra actividad no se puede desarrollar sin licencia social”, reconocen los gerentes de cualquiera de las grandes compañías que trabajan el país. Lo dicen los hombres de Glencore Xstrata (anglo-suiza), que extraen cobre de Catamarca en La Alumbrera; lo repiten los de Barrick Gold (canadiense), que sacan oro y plata en el yacimiento sanjuanino de Veladero; o lo explican los de AngloGold Ashanti (sudafricana), que explotan el santacruceño Cerro Vanguardia, en Puerto San Julián. Esa certeza la tuvieron tras una consulta popular en Esquel que rechazó la explotación minera y lo ratificaron cuando la canadiense Osisko Mining Corporation tuvo que dejar sus tareas de exploración en el cerro Famatina, en La Rioja, en diciembre del 2011.
Sin embargo, esa especie de derrota no fue tal: no pudieron entrar en Famatina pero a principios del 2012 el gobierno nacional creó la Organización Federal de Estados Mineros (Ofemi) y le dio un respaldo político al sector. El día que se conoció públicamente la convocatoria a conformar la Ofemi, que integran diez provincias mineras junto al Estado nacional, los empresarios lo festejaron en una reunión que se hizo en la sede porteña de CAEM. Algunas versiones hablan de un brindis veloz, pero brindis al fin.
La posibilidad de acercarse al Papa Francisco comenzó a discutirse a poco de su nombramiento pero empezó a verse como algo posible cuando leyeron declaraciones de él sobre la necesidad de “hacer algo” con los recursos naturales. Y terminó de cristalizar luego de la «Jornada de reflexión sobre la industria minera mundial», que organizó el Pontificio Consejo Justicia y Paz, en septiembre del año pasado. Allí estuvieron representadas varias de las principales empresas mineras del mundo.
«Este encuentro reviste una gran importancia, no sólo por la presencia de numerosos líderes de multinacionales, sino también porque es la primera vez que los dirigentes de la industria minera se encuentran cerca del Sucesor de Pedro para reflexionar sobre la importancia de su responsabilidad ante el ser humano y el ambiente», dijo el Papa Francisco en un mensaje que les envió. Recordó que muchas veces la minería estuvo asociada a la esclavitud y la migración obligada de poblaciones y les pidió “no repetir errores del pasado”. Y subrayó: “El gran reto para los dirigentes de empresa es el de crear una armonía entre los intereses de los inversores, los managers, de los trabajadores y sus familias, del futuro de los hijos, de la defensa del ambiente, en ámbito regional e internacional y que constituya, al mismo tiempo una contribución a la paz mundial”.
Sobre esa base terminaron de crear la idea del “Observatorio Minero Argentino”. Lo que los gerentes de las multinacionales asentadas en la Argentina las 39 mineras que integran la cúpula de las 500 mayores empresas que operan en el país son extranjeras- fueron a expresarle al Santo Padre es que están en sintonía con lo que él reclama. Por eso, quieren que la Iglesia se sume a una entidad que reúna a trabajadores, organizaciones civiles, representantes de pueblos originarios y de las comunidades cercana a los yacimientos.
Antes de visitar a Francisco, los empresarios se lo propusieron al cardenal Peter Turkson, que preside del Pontificio Consejo de Justicia y Paz y nació en la región occidental de Ghana, donde existen varias minas de oro. Incluso su padre fue un trabajador minero. En la ronda de encuentros, que contó con la asistencia del embajador argentino ante la Santa Sede, Juan Pablo Cafiero, también visitaron al canciller de la Pontificia Academia de las Ciencias, Monseñor Marcelo Sánchez Sorondo.
El resultado de esas reuniones alentó expectativas entre los empresarios mineros argentinos, que detallaron la iniciativa en una reunión informal de la Organización Latinoamericana Minera (Olami), que se hizo en marzo en el marco de la feria minera PDAC 2014, en Canadá. Ahí sondearon la idea y cayó bien. Pero con el correr de los meses decidieron poner un poco el freno y esperar a “madurar” el escenario. Así que el tema sólo volvió a mencionarse, en el plano internacional, dentro de una reunión reservada sólo hubo diez participantes- de la Sociedad Interamericana de Minería (SIM), que se hizo en abril pasado, durante la Expomin 2014, la feria más importante del sector, en Santiago de Chile.
La decisión de dejar “madurar” el proyecto, antes de impulsarlo regionalmente, está en que las mineras buscan sumar a “muchos participantes”. Por eso, se están haciendo reuniones todos meses bajo el paraguas de la CAEM. “No queremos que sea algo nuestro, del sector privado sino que haya muchos participantes”, insisten los gerentes mineros, que pensaron la idea y ahora buscan “que sea de todos”.
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