Entrevista a Víctor Hugo Morales
Por Micaela Pérez
Sus históricos relatos radiales lo convirtieron en un emblema del periodismo deportivo y en uno de los relatores de fútbol más importantes de la Argentina, adonde llegó hace más de 30 años procedente de su Uruguay natal. La potencia de su voz, la palabra precisa en el momento justo y la metáfora perfecta siempre a tiro, se transformaron pronto en su sello personal y hoy no hay periodista deportivo que se precie que no encuentre en Víctor Hugo Morales a un referente de la profesión.
Pero su condición de relator -como alguna vez confesó- nunca se devoró al periodista y Víctor Hugo se atrevió temprano a incursionar como conductor de programas de interés general, hasta desembocar en Desayuno, el informativo con el que abría las primeras mañanas de Canal 7. Hoy, desde La Mañana de Continental y su ciclo televisivo Bajada de Línea, en Canal 9, es sin duda uno de los periodistas más controvertidos del momento. Su apoyo incondicional a la ley de Medios promovida por el Gobierno en su guerra contra Clarín le costó amores y odios en dosis casi simétricas, pero esas pasiones encontradas no lo amedrentaron. Ni mucho menos. Plantado en lo que llama su lucha contra los monopolios desde hace más de 20 años, hoy reniega del calificativo de relator del relato con el que lo chicanean sus detractores. Me defino como un periodista absolutamente libre de toda pertenencia. Tengo puntos de vista que pueden estar en línea o en contra del Gobierno, se ataja, en una cordial, pero también picante charla con WE.
Mate en mano, cómodamente sentado en su oficina de radio Continental, el periodista, fiel a su estilo, no se calla nada. Su relación con el Gobierno, la acción de los medios dominantes sobre los cacerolazos del 13S y el 8N, por qué demoniza a Héctor Magnetto, CEO del Grupo Clarín, qué opina de la re-re de Cristina y la ruptura con su círculo de pertenencia social. Un Víctor Hugo auténtico y sin filtro.
l ¿Cómo define el momento político, social y cultural que vive hoy la Argentina?
– Como apasionante, está discutiéndose cuál es la sociedad que vamos a parir. De este tiempo van a salir cosas muy interesantes que van a estar en pugna siempre, porque la vida es conflicto, que van a dejar muy claro qué tipo de sociedad se quiere de un lado y de otro.
l Esa pugna, esa polarización tan marcada que divide a la sociedad, ¿termina con este ciclo o cree que ya no tiene vuelta atrás?
– Creo que es así y que está bien que sea así, así es el mundo. Nosotros miramos nuestro ombligo, pero en todos lados el mundo está dividido en dos partes. Hay una parte que tiene los bienes y los medios, y otra que tiene, para mí, mejores argumentos. Hay izquierda y hay derecha, vigorosas y pujantes. La derecha defendiendo a rajatabla sus intereses y la izquierda pugnando por ocupar espacios y sostenerlos. Es maravilloso que eso ocurra.
l La confrontación genera a veces mucha intolerancia, de un lado u otro. Este estado de situación, ¿no anula la posibilidad del debate, de poder encontrar espacios de consenso?
– Yo celebro que el mundo esté en pugna, que haya una lúcida participación cada vez más de la gente y en todas partes hay un gran involucramiento de la juventud.
l Y para hacer periodismo, ¿es un buen momento o tanto antagonismo complica el ejercicio de la profesión?
– Depende de cuál es el grado de visibilidad que se tiene. En las personas de no mucha visibilidad, aunque sean buenos periodistas, las dificultades son importantes, porque no tienen muchos márgenes para sí mismos, están muy referidos a las empresas o a ciertos criterios del Gobierno, de la política en general. Dentro de las empresas se puede hacer periodismo hasta cierto punto, en muchos lugares ya no se puede. Uno puede encontrar periodistas que tienen una cierta proximidad ideológica con el Gobierno, pero que son críticos, pero jamás encuentra periodistas referidos a los medios dominantes que digan algo distinto a lo que piensan sus medios.
l ¿No contempla la posibilidad de que puedan coincidir en algunos puntos de vista? Como un periodista que trabaja en un medio oficial coincide con posiciones del Gobierno.
– De acuerdo a ese razonamiento, llegaríamos a la conclusión de que todos los que están en los medios dominantes piensan como ellos, pero no todos los que están con una vinculación ideológica del Gobierno opinan siempre de una manera favorable al Gobierno. Te pongo como ejemplo a Eduardo Aliverti, un tipo en muchísimas ocasiones crítico. Me gustaría encontrar un periodista que salga del armado… Entonces, para el periodista es muy difícil, porque no puede ser que se piense siempre en línea con las empresas. Quien está cerca del Gobierno, lo están por ideología. En cambio, cuando se trabaja para los medios se trabaja para sus intereses. No puede ser que todos los periodistas estén de acuerdo en que dos diarios manejen el papel con el que se hacen los diarios en el país. Es inadmisible.
l ¿Su identificación ideológica o su cercanía con el Gobierno le costó perder el respeto o la amistad de algunos de sus colegas?
– Todo eso es una gran construcción de los medios que no quieren que yo dé la pelea que doy por el tema que siempre fue leit motiv de mi vida: el comportamiento de los medios. Hace más de 20 años que digo cosas afines con lo que ahora está ocurriendo. La construcción de los medios para poder hacer vulnerable mi discurso me tiene que ubicar en una vereda en la que sea un poco menos creíble. ¿Qué opiné yo de la ley de las ART? Estuve en contra. Y lo mismo con la ley antiterrorista, el arreglo con Monsanto, o la posibilidad de que el voto joven fuera obligatorio. En la lucha de Moyano y la Presidenta sobre la participación de los trabajadores en las ganancias de las empresas, estuve del lado de Moyano. ¿Cuántos reportajes creés que hago en la relación oficialismo-no oficialismo? (N. de R: busca entre sus papeles un informe de los entrevistados en su programa durante setiembre/octubre): 30 opositores y 33 oficialistas. Es balanceado.
l ¿Cómo se define entonces Víctor Hugo?
– Como un periodista absolutamente libre de toda pertenencia. Ninguna. Ahora, tengo puntos de vista que pueden estar en línea o en contra del Gobierno. La ley de Medios es mi vida, antes del Gobierno incluso, y por supuesto que participo activamente; las AFJP; la ley de Asignación Universal por Hijo… De lo que estoy en contra en los medios es de la mentira. Los medios mienten todo el tiempo.
l ¿Qué tipo de relación es la que lo une al gobierno de Cristina Kirchner?
– La cercanía, la refuto. Desde mi lugar, podría tener diariamente una reunión, un contacto con el poder. No tengo ningún contacto. Si hubiese alguna posibilidad de que incidieran sobre nosotros, ¿tendríamos 33 entrevistados, de un lado y del otro? Los 33 entrevistados que no son del palo del Gobierno y aceptan hablar conmigo, lo hacen porque saben que son bien tratados y que hay respeto.
l ¿Se siente un periodista influyente en el Gobierno? Cuando se impuso el cepo al dólar, anunció desde la radio que iba a pesificar sus ahorros y la Presidenta lo imitó.
– La Presidenta no podía sostener el discurso de la pesificación sin ella ir a los pesos, ¡no lo podía sostener! La Presidenta lo único que hizo una vez fue darme la mano en la presentación del libro de Adrián Paenza, 10 segundos de contacto con ella es todo lo que he tenido en mi vida. Supongo que ella se da cuenta que no se puede estar diciendo que tenemos que vivir en pesos y que se sepa que tiene tres millones dólares. Seguramente ella tendría ganas, pero no tenía ganas de ceder al pedido de las corporaciones que le viven marcando su fortuna. Encontró en el comentario de alguien que dijo eso y lo nombró para justificar, quizá de una mejor manera, antes que decir de buenas a primeras voy a tomar esta decisión. Por consiguiente, la influencia…
l ¿Y en la ley de Medios?
– Es probable que tenga alguna influencia, porque es un tema en el que se me respeta. Ahora hace tres años que el Gobierno está de acuerdo, pero yo por este tema estuve confrontativo con el Gobierno, lo critiqué durísimamente. Es probable que genere que me tengan simpatía. La construcción de personajes que hace Clarín y sus allegados es muy precisa. Magnetto es estrictamente mafia. Las mafias normalmente terminan matando. Pero un medio de comunicación tiene una posibilidad mejor que la de matar a una persona: atacar su credibilidad. Yo he recibido algún ataque frente al cual hubiera preferido una bala. Han intentado construir el personaje de una persona apegada al Gobierno y que, además, según un mail que hicieron llegar a cuatro millones de personas, lo hacía por u$s 10 millones que supuestamente me habían dado.
l La ley de Medios tiene el objetivo proclamado de democratizar a los medios. Difícilmente se pueda discutir. Sí se pone en tela de juicio el contexto en el que el Gobierno avanza con esta iniciativa: su ruptura con Clarín.
– Que se conforme un conglomerado de medios es una desgracia del mundo hoy, porque el mundo en los años 90 y 2000 quedó completamente desregulado y hay concentración. El mundo va a tender a discutir otra vez lo de la concentración de medios, porque es una concentración corporativa. Hay un fenómeno nuevo y terriblemente peligroso para las sociedades, que es que haya quienes tienen el poder de establecer qué es lo que piensa el país, de determinar quién es el Gobierno y de quedarse con todos los bienes que haya. Es muy débil como argumentación de quienes están opuestos a la ley de Medios decir, ¿por qué ahora?. Siempre hay un ahora, todo lo que tenemos es nuevo, el ahora está alimentado por otros tipos de elementos.
l La concentración de medios amigos del poder, ¿no le preocupa?
– ¿Cuál concentración? ¿Discutimos los números?
l Son muchos, más allá de los lectores/oyentes/televidentes que tengan.
– ¿Cuál es la influencia? No es verdad. Es una construcción. ¿De qué palo es C5N? ¿De qué parte del Gobierno? ¿Cuántas facciones hay en la interna de este gobierno o de cualquiera? Hay internas fuertes. Estos medios, en las divisiones internas, ya no son del Gobierno, ni siquiera le pertenecen, son empresas privadas que juegan un papel con los gobiernos de amistad y recelo, por lo tanto, ninguno está instalado como lo que llamamos un monopolio. Lo que importa acá es el número. ¿Cuáles son los medios del Gobierno? C5N vive hablando de inseguridad. Quiere decir que su apego al Gobierno es limitado. Pero además, ¿quién influye en C5N? ¿La Cámpora, Scioli, Rossi, Aníbal Fernández, Abal Medina…? No existe monopolio. Existe monopolio cuando hay una persona que concentra realmente el poder y en este caso estamos hablando de los medios dominantes. Es un disparate lo del monopolio del Gobierno, salta por los aires. Lo que digo para C5N corre para cualquier canal, menos para la TV pública que tiene una escasa penetración e históricamente se correspondió con los gobiernos. La TV pública sí puede morigerarse, y sería relativamente ideal. Un elemento nuevo es que los gobiernos tienen no solo el derecho sino la obligación de construir formas de poder para defender aquello para lo que han sido designados.
l ¿No se sobredimensiona la influencia de los medios? ¿Cómo explica que Cristina haya ganado con el 54% con los medios en contra?
– Cristina tendría que haber ganado con el 85%, en realidad los medios le sacaron 30 puntos. Pero además, en la granítica división izquierda-derecha en la Argentina, hay un 30% de izquierda y un 35 ó 40% de derecha. El peronismo ha sido alimentado por mucha derecha, hay derecha dentro de todos los partidos. Los diarios contra lo que no pueden es contra un cierto bienestar que las personas puedan tener. Ese 20% que oscila es captable por la situación económica. La influencia de los medios es enorme.
l El cambio en el humor social que quedó explicitado en los cacerolazos del 13S, del 8N y en el paro de la semana pasada, ¿también es obra de los medios? ¿No hay una falta de atención a las demandas de distintos sectores?
– Ninguna. El Gobierno acepta las demandas por las cuales propuso ser Gobierno.
l ¿Pero escucha?
– ¿Qué es lo que tiene que escuchar? Esta es una tontería que repiten hasta el cansancio. ¿Qué es lo que tiene que escuchar? ¿Devaluar el dólar tiene que escuchar?
l El reclamo por la inflación, por ejemplo.
-Correcto. ¿Hace un año había inflación? ¿Cuándo empezó?
l ¿La inflación es una construcción mediática? El supermercado dice que no es así.
– Te voy a decir algo del supermercado y las consultoras: si vos llegás a octubre de hace un año con esta pavorosa -pongámosle un adjetivo fuerte- inflación, y la gente opta por el Gobierno habiendo esa inflación, ¿qué ha ocurrido? Que cuando no había inflación me cansé de ver que la gente ganaba 400 pesos. Y ahora cada día me sorprendo más de saber lo que gana la gente en general: 7000, 8000, 13.000 15.000 pesos. Ha habido una distribución que por ahí es parte del Gobierno. Quiero decir que lo que ocurría con la llamada inflación no lo derrumbó al Gobierno. ¿Por qué lo tendría que derrumbar ahora? Porque está la ley de Medios de por medio. ¿Por qué en vez de salir a la calle votaron al Gobierno hace un año si las circunstancias eran las mismas?
l Hay encuestas que dicen que el 30% de los que salieron el 8N habían votado a CFK.
– Es mentira. Hay que tomar varias encuestas y hacer promedios. El promedio real debe ser un 1 ó 1,5%, sí lo hubo. Creo que no había nadie. Es una notable acción de los medios, una influencia que demuestra todo el poder que tienen, marca a fuego lo peligrosos que son, formatean a la gente. ¿Escuchaste algún argumento desarrollado y propio de alguna persona? Fue la manija de los medios.
l ¿Sólo la manija de los medios movilizó, no sé la cifra, se habla de 500 mil, hasta de un millón de personas en todo el país?
– Es inexacto. No hubo ni 100.000, los diarios instalaron… ¡Mirá el poder que tienen! ¿Sabés cómo se paraban los manifestantes a 10 metros del Obelisco? Cada tres, cinco, siete metros. Hacían bulto para que los tomaran y donde cabían ocho personas había una.
l ¿No debe existir, para poder manijear una base de descontento real al menos?
– Los 100.000 o 70 mil que salieron, según la Policía Federal, ¿cuánto valen al lado de los millones que no salieron? ¿Por qué vas a escuchar a esos 100 mil? ¿Qué influencia puede tener eso? Si te dan un mandato para ser el Gobierno lo hacés como querés, y cuando no funciona, te votan en contra. Ése es tu riesgo.
l ¿El voto es un cheque en blanco entonces? ¿No es posible plantearse una corrección cuando las cosas no andan tan bien?
– La pretensión de escuchar es de una liviandad intelectual que no tiene parangón, vos escuchando no hacés nada. Todos los días te van a pedir una cosa distinta. ¿Qué es escuchar en el tema del dólar?
l Pero no todos los reclamos pasaron por el tema del dólar.
– Es el único elemento nuevo de octubre a acá. Ni el Indec, ni la inflación, ni la inseguridad… Lo único nuevo son los dólares. A los reclamos los profundiza la cercanía del 7D. La habilidad y la perversión de Magnetto y de su gente determinan que, frente a los mismos elementos ante los que la gente eligió a determinado gobierno, con un trabajo que necesita el poder que él tiene, consiguen envenenar, hasta cierto punto. Porque todavía dicen que la Presidenta tiene un 45% de intención de voto. z we
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Por Micaela Pérez
Sus históricos relatos radiales lo convirtieron en un emblema del periodismo deportivo y en uno de los relatores de fútbol más importantes de la Argentina, adonde llegó hace más de 30 años procedente de su Uruguay natal. La potencia de su voz, la palabra precisa en el momento justo y la metáfora perfecta siempre a tiro, se transformaron pronto en su sello personal y hoy no hay periodista deportivo que se precie que no encuentre en Víctor Hugo Morales a un referente de la profesión.
Pero su condición de relator -como alguna vez confesó- nunca se devoró al periodista y Víctor Hugo se atrevió temprano a incursionar como conductor de programas de interés general, hasta desembocar en Desayuno, el informativo con el que abría las primeras mañanas de Canal 7. Hoy, desde La Mañana de Continental y su ciclo televisivo Bajada de Línea, en Canal 9, es sin duda uno de los periodistas más controvertidos del momento. Su apoyo incondicional a la ley de Medios promovida por el Gobierno en su guerra contra Clarín le costó amores y odios en dosis casi simétricas, pero esas pasiones encontradas no lo amedrentaron. Ni mucho menos. Plantado en lo que llama su lucha contra los monopolios desde hace más de 20 años, hoy reniega del calificativo de relator del relato con el que lo chicanean sus detractores. Me defino como un periodista absolutamente libre de toda pertenencia. Tengo puntos de vista que pueden estar en línea o en contra del Gobierno, se ataja, en una cordial, pero también picante charla con WE.
Mate en mano, cómodamente sentado en su oficina de radio Continental, el periodista, fiel a su estilo, no se calla nada. Su relación con el Gobierno, la acción de los medios dominantes sobre los cacerolazos del 13S y el 8N, por qué demoniza a Héctor Magnetto, CEO del Grupo Clarín, qué opina de la re-re de Cristina y la ruptura con su círculo de pertenencia social. Un Víctor Hugo auténtico y sin filtro.
l ¿Cómo define el momento político, social y cultural que vive hoy la Argentina?
– Como apasionante, está discutiéndose cuál es la sociedad que vamos a parir. De este tiempo van a salir cosas muy interesantes que van a estar en pugna siempre, porque la vida es conflicto, que van a dejar muy claro qué tipo de sociedad se quiere de un lado y de otro.
l Esa pugna, esa polarización tan marcada que divide a la sociedad, ¿termina con este ciclo o cree que ya no tiene vuelta atrás?
– Creo que es así y que está bien que sea así, así es el mundo. Nosotros miramos nuestro ombligo, pero en todos lados el mundo está dividido en dos partes. Hay una parte que tiene los bienes y los medios, y otra que tiene, para mí, mejores argumentos. Hay izquierda y hay derecha, vigorosas y pujantes. La derecha defendiendo a rajatabla sus intereses y la izquierda pugnando por ocupar espacios y sostenerlos. Es maravilloso que eso ocurra.
l La confrontación genera a veces mucha intolerancia, de un lado u otro. Este estado de situación, ¿no anula la posibilidad del debate, de poder encontrar espacios de consenso?
– Yo celebro que el mundo esté en pugna, que haya una lúcida participación cada vez más de la gente y en todas partes hay un gran involucramiento de la juventud.
l Y para hacer periodismo, ¿es un buen momento o tanto antagonismo complica el ejercicio de la profesión?
– Depende de cuál es el grado de visibilidad que se tiene. En las personas de no mucha visibilidad, aunque sean buenos periodistas, las dificultades son importantes, porque no tienen muchos márgenes para sí mismos, están muy referidos a las empresas o a ciertos criterios del Gobierno, de la política en general. Dentro de las empresas se puede hacer periodismo hasta cierto punto, en muchos lugares ya no se puede. Uno puede encontrar periodistas que tienen una cierta proximidad ideológica con el Gobierno, pero que son críticos, pero jamás encuentra periodistas referidos a los medios dominantes que digan algo distinto a lo que piensan sus medios.
l ¿No contempla la posibilidad de que puedan coincidir en algunos puntos de vista? Como un periodista que trabaja en un medio oficial coincide con posiciones del Gobierno.
– De acuerdo a ese razonamiento, llegaríamos a la conclusión de que todos los que están en los medios dominantes piensan como ellos, pero no todos los que están con una vinculación ideológica del Gobierno opinan siempre de una manera favorable al Gobierno. Te pongo como ejemplo a Eduardo Aliverti, un tipo en muchísimas ocasiones crítico. Me gustaría encontrar un periodista que salga del armado… Entonces, para el periodista es muy difícil, porque no puede ser que se piense siempre en línea con las empresas. Quien está cerca del Gobierno, lo están por ideología. En cambio, cuando se trabaja para los medios se trabaja para sus intereses. No puede ser que todos los periodistas estén de acuerdo en que dos diarios manejen el papel con el que se hacen los diarios en el país. Es inadmisible.
l ¿Su identificación ideológica o su cercanía con el Gobierno le costó perder el respeto o la amistad de algunos de sus colegas?
– Todo eso es una gran construcción de los medios que no quieren que yo dé la pelea que doy por el tema que siempre fue leit motiv de mi vida: el comportamiento de los medios. Hace más de 20 años que digo cosas afines con lo que ahora está ocurriendo. La construcción de los medios para poder hacer vulnerable mi discurso me tiene que ubicar en una vereda en la que sea un poco menos creíble. ¿Qué opiné yo de la ley de las ART? Estuve en contra. Y lo mismo con la ley antiterrorista, el arreglo con Monsanto, o la posibilidad de que el voto joven fuera obligatorio. En la lucha de Moyano y la Presidenta sobre la participación de los trabajadores en las ganancias de las empresas, estuve del lado de Moyano. ¿Cuántos reportajes creés que hago en la relación oficialismo-no oficialismo? (N. de R: busca entre sus papeles un informe de los entrevistados en su programa durante setiembre/octubre): 30 opositores y 33 oficialistas. Es balanceado.
l ¿Cómo se define entonces Víctor Hugo?
– Como un periodista absolutamente libre de toda pertenencia. Ninguna. Ahora, tengo puntos de vista que pueden estar en línea o en contra del Gobierno. La ley de Medios es mi vida, antes del Gobierno incluso, y por supuesto que participo activamente; las AFJP; la ley de Asignación Universal por Hijo… De lo que estoy en contra en los medios es de la mentira. Los medios mienten todo el tiempo.
l ¿Qué tipo de relación es la que lo une al gobierno de Cristina Kirchner?
– La cercanía, la refuto. Desde mi lugar, podría tener diariamente una reunión, un contacto con el poder. No tengo ningún contacto. Si hubiese alguna posibilidad de que incidieran sobre nosotros, ¿tendríamos 33 entrevistados, de un lado y del otro? Los 33 entrevistados que no son del palo del Gobierno y aceptan hablar conmigo, lo hacen porque saben que son bien tratados y que hay respeto.
l ¿Se siente un periodista influyente en el Gobierno? Cuando se impuso el cepo al dólar, anunció desde la radio que iba a pesificar sus ahorros y la Presidenta lo imitó.
– La Presidenta no podía sostener el discurso de la pesificación sin ella ir a los pesos, ¡no lo podía sostener! La Presidenta lo único que hizo una vez fue darme la mano en la presentación del libro de Adrián Paenza, 10 segundos de contacto con ella es todo lo que he tenido en mi vida. Supongo que ella se da cuenta que no se puede estar diciendo que tenemos que vivir en pesos y que se sepa que tiene tres millones dólares. Seguramente ella tendría ganas, pero no tenía ganas de ceder al pedido de las corporaciones que le viven marcando su fortuna. Encontró en el comentario de alguien que dijo eso y lo nombró para justificar, quizá de una mejor manera, antes que decir de buenas a primeras voy a tomar esta decisión. Por consiguiente, la influencia…
l ¿Y en la ley de Medios?
– Es probable que tenga alguna influencia, porque es un tema en el que se me respeta. Ahora hace tres años que el Gobierno está de acuerdo, pero yo por este tema estuve confrontativo con el Gobierno, lo critiqué durísimamente. Es probable que genere que me tengan simpatía. La construcción de personajes que hace Clarín y sus allegados es muy precisa. Magnetto es estrictamente mafia. Las mafias normalmente terminan matando. Pero un medio de comunicación tiene una posibilidad mejor que la de matar a una persona: atacar su credibilidad. Yo he recibido algún ataque frente al cual hubiera preferido una bala. Han intentado construir el personaje de una persona apegada al Gobierno y que, además, según un mail que hicieron llegar a cuatro millones de personas, lo hacía por u$s 10 millones que supuestamente me habían dado.
l La ley de Medios tiene el objetivo proclamado de democratizar a los medios. Difícilmente se pueda discutir. Sí se pone en tela de juicio el contexto en el que el Gobierno avanza con esta iniciativa: su ruptura con Clarín.
– Que se conforme un conglomerado de medios es una desgracia del mundo hoy, porque el mundo en los años 90 y 2000 quedó completamente desregulado y hay concentración. El mundo va a tender a discutir otra vez lo de la concentración de medios, porque es una concentración corporativa. Hay un fenómeno nuevo y terriblemente peligroso para las sociedades, que es que haya quienes tienen el poder de establecer qué es lo que piensa el país, de determinar quién es el Gobierno y de quedarse con todos los bienes que haya. Es muy débil como argumentación de quienes están opuestos a la ley de Medios decir, ¿por qué ahora?. Siempre hay un ahora, todo lo que tenemos es nuevo, el ahora está alimentado por otros tipos de elementos.
l La concentración de medios amigos del poder, ¿no le preocupa?
– ¿Cuál concentración? ¿Discutimos los números?
l Son muchos, más allá de los lectores/oyentes/televidentes que tengan.
– ¿Cuál es la influencia? No es verdad. Es una construcción. ¿De qué palo es C5N? ¿De qué parte del Gobierno? ¿Cuántas facciones hay en la interna de este gobierno o de cualquiera? Hay internas fuertes. Estos medios, en las divisiones internas, ya no son del Gobierno, ni siquiera le pertenecen, son empresas privadas que juegan un papel con los gobiernos de amistad y recelo, por lo tanto, ninguno está instalado como lo que llamamos un monopolio. Lo que importa acá es el número. ¿Cuáles son los medios del Gobierno? C5N vive hablando de inseguridad. Quiere decir que su apego al Gobierno es limitado. Pero además, ¿quién influye en C5N? ¿La Cámpora, Scioli, Rossi, Aníbal Fernández, Abal Medina…? No existe monopolio. Existe monopolio cuando hay una persona que concentra realmente el poder y en este caso estamos hablando de los medios dominantes. Es un disparate lo del monopolio del Gobierno, salta por los aires. Lo que digo para C5N corre para cualquier canal, menos para la TV pública que tiene una escasa penetración e históricamente se correspondió con los gobiernos. La TV pública sí puede morigerarse, y sería relativamente ideal. Un elemento nuevo es que los gobiernos tienen no solo el derecho sino la obligación de construir formas de poder para defender aquello para lo que han sido designados.
l ¿No se sobredimensiona la influencia de los medios? ¿Cómo explica que Cristina haya ganado con el 54% con los medios en contra?
– Cristina tendría que haber ganado con el 85%, en realidad los medios le sacaron 30 puntos. Pero además, en la granítica división izquierda-derecha en la Argentina, hay un 30% de izquierda y un 35 ó 40% de derecha. El peronismo ha sido alimentado por mucha derecha, hay derecha dentro de todos los partidos. Los diarios contra lo que no pueden es contra un cierto bienestar que las personas puedan tener. Ese 20% que oscila es captable por la situación económica. La influencia de los medios es enorme.
l El cambio en el humor social que quedó explicitado en los cacerolazos del 13S, del 8N y en el paro de la semana pasada, ¿también es obra de los medios? ¿No hay una falta de atención a las demandas de distintos sectores?
– Ninguna. El Gobierno acepta las demandas por las cuales propuso ser Gobierno.
l ¿Pero escucha?
– ¿Qué es lo que tiene que escuchar? Esta es una tontería que repiten hasta el cansancio. ¿Qué es lo que tiene que escuchar? ¿Devaluar el dólar tiene que escuchar?
l El reclamo por la inflación, por ejemplo.
-Correcto. ¿Hace un año había inflación? ¿Cuándo empezó?
l ¿La inflación es una construcción mediática? El supermercado dice que no es así.
– Te voy a decir algo del supermercado y las consultoras: si vos llegás a octubre de hace un año con esta pavorosa -pongámosle un adjetivo fuerte- inflación, y la gente opta por el Gobierno habiendo esa inflación, ¿qué ha ocurrido? Que cuando no había inflación me cansé de ver que la gente ganaba 400 pesos. Y ahora cada día me sorprendo más de saber lo que gana la gente en general: 7000, 8000, 13.000 15.000 pesos. Ha habido una distribución que por ahí es parte del Gobierno. Quiero decir que lo que ocurría con la llamada inflación no lo derrumbó al Gobierno. ¿Por qué lo tendría que derrumbar ahora? Porque está la ley de Medios de por medio. ¿Por qué en vez de salir a la calle votaron al Gobierno hace un año si las circunstancias eran las mismas?
l Hay encuestas que dicen que el 30% de los que salieron el 8N habían votado a CFK.
– Es mentira. Hay que tomar varias encuestas y hacer promedios. El promedio real debe ser un 1 ó 1,5%, sí lo hubo. Creo que no había nadie. Es una notable acción de los medios, una influencia que demuestra todo el poder que tienen, marca a fuego lo peligrosos que son, formatean a la gente. ¿Escuchaste algún argumento desarrollado y propio de alguna persona? Fue la manija de los medios.
l ¿Sólo la manija de los medios movilizó, no sé la cifra, se habla de 500 mil, hasta de un millón de personas en todo el país?
– Es inexacto. No hubo ni 100.000, los diarios instalaron… ¡Mirá el poder que tienen! ¿Sabés cómo se paraban los manifestantes a 10 metros del Obelisco? Cada tres, cinco, siete metros. Hacían bulto para que los tomaran y donde cabían ocho personas había una.
l ¿No debe existir, para poder manijear una base de descontento real al menos?
– Los 100.000 o 70 mil que salieron, según la Policía Federal, ¿cuánto valen al lado de los millones que no salieron? ¿Por qué vas a escuchar a esos 100 mil? ¿Qué influencia puede tener eso? Si te dan un mandato para ser el Gobierno lo hacés como querés, y cuando no funciona, te votan en contra. Ése es tu riesgo.
l ¿El voto es un cheque en blanco entonces? ¿No es posible plantearse una corrección cuando las cosas no andan tan bien?
– La pretensión de escuchar es de una liviandad intelectual que no tiene parangón, vos escuchando no hacés nada. Todos los días te van a pedir una cosa distinta. ¿Qué es escuchar en el tema del dólar?
l Pero no todos los reclamos pasaron por el tema del dólar.
– Es el único elemento nuevo de octubre a acá. Ni el Indec, ni la inflación, ni la inseguridad… Lo único nuevo son los dólares. A los reclamos los profundiza la cercanía del 7D. La habilidad y la perversión de Magnetto y de su gente determinan que, frente a los mismos elementos ante los que la gente eligió a determinado gobierno, con un trabajo que necesita el poder que él tiene, consiguen envenenar, hasta cierto punto. Porque todavía dicen que la Presidenta tiene un 45% de intención de voto. z we
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