María Eugenia Vidal no prueba bocado. Continúa una dieta estricta y toma té. Mantener la línea es un requisito indispensable para cualquier candidato y el ritmo de campaña que todos los días la obliga a cruzar la General Paz, le hace las cosas más fáciles a la vicejefa de Gobierno porteño que pretende suceder a Daniel Scioli al frente de la provincia de Buenos Aires. No tiene tiempo. Cuando termine la charla, con su mano derecha, el legislador Federico Salvai, y sus asesores de prensa, que la secundan, la apurarán para correr a la inauguración de los nuevos túneles del Metrobus en Constitución.
Menos sacrificio le cuesta mantener la línea discursiva, con la que todo el PRO insiste y que resume el año electoral en la antimonia: “Continuidad o cambio”. “Nuestra propuesta no es un cambio de estilo, es un cambio cultural, parecido al de 1983. Es un cambio que define la manera de hacer política. No es solo más apertura y diálogo. Scioli representa la continuidad. Se ha preocupado por reafirmar que él es parte del kirchnerismo y de este modelo”, explica la ex ministra de Desarrollo Social de la primera gestión de Mauricio Macri en la Ciudad, en una definición que sirve para diferenciar a su jefe político del actual Gobernador y mimar a sus nuevos aliados radicales.
Cuando se le pregunta directamente por sus principales rivales para llegar a la Gobernación, no cree que haya diferencias entre los precandidatos oficialistas Julián Domínguez, Aníbal Fernández. Al intendente de La Matanza, Fernando Espinoza, no lo nombra. Con el jefe de Gabinete de la Presidenta, es más ácida: “es un candidato que expresa muy bien al kirchnerismo”.
No teme que la falta de una PASO en la Provincia le quite competitividad o volumen. “Es una decisión de equipo”, explica. Y ocho veces más durante los casi sesenta minutos que se extenderá la charla repite la palabra preferida del macrismo: “Equipo”.
Cinco veces más habla de “cambio”. También para explicar por qué el PRO le cierra la puerta a Sergio Massa por considerarlo una alternativa dentro PJ, pero se la deja abierta a varios de los dirigentes que hasta hace poco militaban en el Frente Renovador o en el peronismo bonaerense. “Somos un espacio abierto. Hay lugar para todos aquellos que quieran un cambio. El PJ y el peronismo no son lo mismo. Hay mucha gente que se siente peronista y que no esta de acuerdo con el PJ. Son 20 años de gobierno del PJ en la Provincia, hubo períodos de crecimiento pero no hay cloacas ni agua potable, ni salud, ni Educación”, denuncia. Defiende la gestión de Jesús Cariglino en Malvinas Argentinas y el aporte de su candidato en La Matanza Miguel Saredi. Recuerda que ambos –de inminente pasado massista– ya habían sido parte del macrismo.
Finalmente, Vidal –“el mejor cuadro político del PRO”, en palabras de Macri– sorprende: “Me siento muy cerca de los ideales que encarnaron Eva y Juan Domingo Perón. Ellos plantearon un cambio cultural muy profundo”.
Del kirchnerismo, en cambio, valora la ampliación del sistema jubilatorio y la Asignación Universal por Hijo pero describe su gestión en la Casa Rosada como “una oportunidad perdida”. Defiende también el derecho de Cristina Kirchner a presentarse a un cargo.
Se muestra conforme con el crecimiento en las encuestas. “No importa la foto, sino la tendencia, que ha sido positiva en la Provincia y en toda la Argentina. La mayor cantidad de la gente no tiene definido su voto”, afirma. Sabe que el bonaerense es un capítulo fundamental en la carrera presidencial y habla más del actual gobernador y candidato presidencial Scioli que de sus competidores directos. Por momentos, le dedica críticas más suaves: “Ha mostrado capacidad de diálogo y buenas intenciones pero no ha alcanzado para resolver los problemas”. En otros, definiciones más duras: “Los hospitales están deteriorados, la Educación también, no hay seguridad, la Provincia se inund, se necesitan puertos y la presión tributaria es la misma que en la Ciudad”. Nunca abandona el tono relajado y calmo.
Cree que la situación financiera de la Provincia no es inviable. “No necesita ayuda de la Nación en la medida que recupere los fondos nacionales que le corresponde. Hoy representa el 40 por ciento de los argentinos y su PBI y recibe el 20 por ciento”, afirma. No piensa en reformar la Ley de coparticipación sino en el 75 por ciento del presupuesto que el Gobierno distribuye discrecionalmente. “Lo que yo voy a hacer como gobernadora es lo que Mauricio va a hacer como presidente: gobernar con todos, independientemente de los colores partidarios”, promete. w
Participaron de esta entrevista Ignacio Miri, Santiago Fioriti y Guido Carelli Lynch
Menos sacrificio le cuesta mantener la línea discursiva, con la que todo el PRO insiste y que resume el año electoral en la antimonia: “Continuidad o cambio”. “Nuestra propuesta no es un cambio de estilo, es un cambio cultural, parecido al de 1983. Es un cambio que define la manera de hacer política. No es solo más apertura y diálogo. Scioli representa la continuidad. Se ha preocupado por reafirmar que él es parte del kirchnerismo y de este modelo”, explica la ex ministra de Desarrollo Social de la primera gestión de Mauricio Macri en la Ciudad, en una definición que sirve para diferenciar a su jefe político del actual Gobernador y mimar a sus nuevos aliados radicales.
Cuando se le pregunta directamente por sus principales rivales para llegar a la Gobernación, no cree que haya diferencias entre los precandidatos oficialistas Julián Domínguez, Aníbal Fernández. Al intendente de La Matanza, Fernando Espinoza, no lo nombra. Con el jefe de Gabinete de la Presidenta, es más ácida: “es un candidato que expresa muy bien al kirchnerismo”.
No teme que la falta de una PASO en la Provincia le quite competitividad o volumen. “Es una decisión de equipo”, explica. Y ocho veces más durante los casi sesenta minutos que se extenderá la charla repite la palabra preferida del macrismo: “Equipo”.
Cinco veces más habla de “cambio”. También para explicar por qué el PRO le cierra la puerta a Sergio Massa por considerarlo una alternativa dentro PJ, pero se la deja abierta a varios de los dirigentes que hasta hace poco militaban en el Frente Renovador o en el peronismo bonaerense. “Somos un espacio abierto. Hay lugar para todos aquellos que quieran un cambio. El PJ y el peronismo no son lo mismo. Hay mucha gente que se siente peronista y que no esta de acuerdo con el PJ. Son 20 años de gobierno del PJ en la Provincia, hubo períodos de crecimiento pero no hay cloacas ni agua potable, ni salud, ni Educación”, denuncia. Defiende la gestión de Jesús Cariglino en Malvinas Argentinas y el aporte de su candidato en La Matanza Miguel Saredi. Recuerda que ambos –de inminente pasado massista– ya habían sido parte del macrismo.
Finalmente, Vidal –“el mejor cuadro político del PRO”, en palabras de Macri– sorprende: “Me siento muy cerca de los ideales que encarnaron Eva y Juan Domingo Perón. Ellos plantearon un cambio cultural muy profundo”.
Del kirchnerismo, en cambio, valora la ampliación del sistema jubilatorio y la Asignación Universal por Hijo pero describe su gestión en la Casa Rosada como “una oportunidad perdida”. Defiende también el derecho de Cristina Kirchner a presentarse a un cargo.
Se muestra conforme con el crecimiento en las encuestas. “No importa la foto, sino la tendencia, que ha sido positiva en la Provincia y en toda la Argentina. La mayor cantidad de la gente no tiene definido su voto”, afirma. Sabe que el bonaerense es un capítulo fundamental en la carrera presidencial y habla más del actual gobernador y candidato presidencial Scioli que de sus competidores directos. Por momentos, le dedica críticas más suaves: “Ha mostrado capacidad de diálogo y buenas intenciones pero no ha alcanzado para resolver los problemas”. En otros, definiciones más duras: “Los hospitales están deteriorados, la Educación también, no hay seguridad, la Provincia se inund, se necesitan puertos y la presión tributaria es la misma que en la Ciudad”. Nunca abandona el tono relajado y calmo.
Cree que la situación financiera de la Provincia no es inviable. “No necesita ayuda de la Nación en la medida que recupere los fondos nacionales que le corresponde. Hoy representa el 40 por ciento de los argentinos y su PBI y recibe el 20 por ciento”, afirma. No piensa en reformar la Ley de coparticipación sino en el 75 por ciento del presupuesto que el Gobierno distribuye discrecionalmente. “Lo que yo voy a hacer como gobernadora es lo que Mauricio va a hacer como presidente: gobernar con todos, independientemente de los colores partidarios”, promete. w
Participaron de esta entrevista Ignacio Miri, Santiago Fioriti y Guido Carelli Lynch
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