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Seminario
Inversores, abogados, analistas y empresarios quieren saber hasta dónde llega su compromiso con Cristina; dijeron que se deberá salir del default
Wall Street cree que Scioli será el próximo presidente de la Argentina. Foto: Archivo
NUEVA YORK.- Ante el escenario que marcan las encuestas, Wall Street comenzó a dedicarle más tiempo a una pregunta: ¿cómo sería una presidencia de Daniel Scioli?
Algunos van hasta Rusia para ensayar respuestas: conjeturan si Scioli será a la presidenta Cristina Kirchner lo que Dmitry Medvedev fue a Vladimir Putin.
«Mi sospecha es que al menos en los primeros días vamos a tener un Scioli más cerca de Medvedev», especuló Javier Kulesz, de Nomura Securities International.
Lo escuchaban inversores, abogados, analistas de bancos de inversión, traders y empresarios que coparon la sala de conferencias de la Emerging Markets Trading Association (EMTA), que organizó dos paneles sobre la Argentina, uno sobre el panorama político y económico y otro sobre el litigio con los holdouts.
La elección presidencial se ha sumado a los dos temas que siempre dominan la discusión en los encuentros en Wall Street sobre la Argentina: la pelea con los fondos buitre y cómo hará el país para resolver los «desequilibrios» macroeconómicos acumulados durante la década kirchnerista. Kulesz abrió el primer panel con una afirmación tajante. «Cada día que pasa estoy más convencido de que gana Scioli», vaticinó.
Otros dos integrantes de la mesa, Pablo Goldberg, de Blackrock Financial, y Siobhan Morden, de Jefferies LLC, coincidieron con el pronóstico.
La discusión pasó entonces a qué hará Scioli si llega a la Casa de Gobierno.
Morden fue, quizás, la más optimista con respecto a una eventual presidencia del favorito para quedarse con la candidatura del Frente para la Victoria. Elogió la gestión fiscal de Scioli en Buenos Aires, dijo que genera «algo de confianza», aunque dejó en duda cuál será su compromiso político para torcer el rumbo, es decir, si cambiará las políticas kirchneristas o personificará un «cambio moderado de régimen».
El mercado, dijo, no le dará mucho tiempo para definirse.»Si no curan el default, va a haber una reacción tremenda de los mercados», anticipó Morden.
Una «papa caliente»
Kulesz y Morden dudaron del compromiso de Scioli para acordar con los holdouts.
Kulesz se preocupó por aclarar que «Scioli no es kirchnerista», pero igual dijo que el problema de la deuda era «una papa caliente». Morden consideró que era «un tema duro». Goldberg, por el contrario, relativizó las restricciones políticas para sellar un acuerdo.
«Hay cero costo político en lidiar con los holdouts», aseguró. El asunto es encontrar la manera de vender el acuerdo. «Podés vender lo que quieras vender», agregó, aunque puso sobre relieve un riesgo: que Cristina ponga a dedo el vicepresidente de Scioli, algo que podría llegar a acotar el margen de maniobra del hoy gobernador.
Goldberg dijo que el mercado está subestimando las colocaciones de deuda que tendrá que hacer la Argentina en el corto plazo para orquestar la salida del default, financiar al gobierno nacional y a los provinciales y cubrir la demanda de dólares. Son unos 40.000 millones de dólares, estimó, que no serán tan fáciles de conseguir. Kulesz y Morden coincidieron.
«¿Quién va a absorber todos los bonos que van a venir al mercado?», preguntó Goldberg.
Esa pregunta ayuda a entender uno de los cálculos que sustenta el optimismo que existe aquí respecto de la resolución del conflicto con los fondos buitre: la Argentina, entienden, necesitará emitir deuda fuera del país para cubrir sus necesidades financieras y para ello deberá zanjar la disputa en los tribunales norteamericanos.
En el kirchnerismo, desde ya, no coinciden con esta visión, y se recuestan para ello en la última emisión del Bonar 2024.
Las emisiones y Griesa
Esa emisión fue uno de los temas del panel de abogados. Matthew McGill, uno de los abogados del fondo NML, dijo que existían argumentos para afirmar que esos títulos son «deuda externa» y, por lo tanto, estaban cubiertos por el mandato judicial del juez Thomas Griesa que obliga a la Argentina a pagarles a los litigantes para continuar con los pagos de la deuda reestructurada.
«Va a ser muy difícil para la Argentina argumentar que esos bonos fueron ofrecidos exclusivamente en la Argentina», indicó.
Dos días después que el ministro de Economía, Axel Kicillof, cargó contra los fondos buitre en la Organización de las Naciones Unidas (ONU), McGill dijo que un acuerdo con los holdouts «es realizable, pero se requiere voluntad política para lograrlo»..
Seminario
Inversores, abogados, analistas y empresarios quieren saber hasta dónde llega su compromiso con Cristina; dijeron que se deberá salir del default
Wall Street cree que Scioli será el próximo presidente de la Argentina. Foto: Archivo
NUEVA YORK.- Ante el escenario que marcan las encuestas, Wall Street comenzó a dedicarle más tiempo a una pregunta: ¿cómo sería una presidencia de Daniel Scioli?
Algunos van hasta Rusia para ensayar respuestas: conjeturan si Scioli será a la presidenta Cristina Kirchner lo que Dmitry Medvedev fue a Vladimir Putin.
«Mi sospecha es que al menos en los primeros días vamos a tener un Scioli más cerca de Medvedev», especuló Javier Kulesz, de Nomura Securities International.
Lo escuchaban inversores, abogados, analistas de bancos de inversión, traders y empresarios que coparon la sala de conferencias de la Emerging Markets Trading Association (EMTA), que organizó dos paneles sobre la Argentina, uno sobre el panorama político y económico y otro sobre el litigio con los holdouts.
La elección presidencial se ha sumado a los dos temas que siempre dominan la discusión en los encuentros en Wall Street sobre la Argentina: la pelea con los fondos buitre y cómo hará el país para resolver los «desequilibrios» macroeconómicos acumulados durante la década kirchnerista. Kulesz abrió el primer panel con una afirmación tajante. «Cada día que pasa estoy más convencido de que gana Scioli», vaticinó.
Otros dos integrantes de la mesa, Pablo Goldberg, de Blackrock Financial, y Siobhan Morden, de Jefferies LLC, coincidieron con el pronóstico.
La discusión pasó entonces a qué hará Scioli si llega a la Casa de Gobierno.
Morden fue, quizás, la más optimista con respecto a una eventual presidencia del favorito para quedarse con la candidatura del Frente para la Victoria. Elogió la gestión fiscal de Scioli en Buenos Aires, dijo que genera «algo de confianza», aunque dejó en duda cuál será su compromiso político para torcer el rumbo, es decir, si cambiará las políticas kirchneristas o personificará un «cambio moderado de régimen».
El mercado, dijo, no le dará mucho tiempo para definirse.»Si no curan el default, va a haber una reacción tremenda de los mercados», anticipó Morden.
Una «papa caliente»
Kulesz y Morden dudaron del compromiso de Scioli para acordar con los holdouts.
Kulesz se preocupó por aclarar que «Scioli no es kirchnerista», pero igual dijo que el problema de la deuda era «una papa caliente». Morden consideró que era «un tema duro». Goldberg, por el contrario, relativizó las restricciones políticas para sellar un acuerdo.
«Hay cero costo político en lidiar con los holdouts», aseguró. El asunto es encontrar la manera de vender el acuerdo. «Podés vender lo que quieras vender», agregó, aunque puso sobre relieve un riesgo: que Cristina ponga a dedo el vicepresidente de Scioli, algo que podría llegar a acotar el margen de maniobra del hoy gobernador.
Goldberg dijo que el mercado está subestimando las colocaciones de deuda que tendrá que hacer la Argentina en el corto plazo para orquestar la salida del default, financiar al gobierno nacional y a los provinciales y cubrir la demanda de dólares. Son unos 40.000 millones de dólares, estimó, que no serán tan fáciles de conseguir. Kulesz y Morden coincidieron.
«¿Quién va a absorber todos los bonos que van a venir al mercado?», preguntó Goldberg.
Esa pregunta ayuda a entender uno de los cálculos que sustenta el optimismo que existe aquí respecto de la resolución del conflicto con los fondos buitre: la Argentina, entienden, necesitará emitir deuda fuera del país para cubrir sus necesidades financieras y para ello deberá zanjar la disputa en los tribunales norteamericanos.
En el kirchnerismo, desde ya, no coinciden con esta visión, y se recuestan para ello en la última emisión del Bonar 2024.
Las emisiones y Griesa
Esa emisión fue uno de los temas del panel de abogados. Matthew McGill, uno de los abogados del fondo NML, dijo que existían argumentos para afirmar que esos títulos son «deuda externa» y, por lo tanto, estaban cubiertos por el mandato judicial del juez Thomas Griesa que obliga a la Argentina a pagarles a los litigantes para continuar con los pagos de la deuda reestructurada.
«Va a ser muy difícil para la Argentina argumentar que esos bonos fueron ofrecidos exclusivamente en la Argentina», indicó.
Dos días después que el ministro de Economía, Axel Kicillof, cargó contra los fondos buitre en la Organización de las Naciones Unidas (ONU), McGill dijo que un acuerdo con los holdouts «es realizable, pero se requiere voluntad política para lograrlo»..