En una operación que reconfiguró el sector del Real Estate en el país -y el corporativo en general-, el viernes pasado la firma TGLT compró el 82% de la constructora Caputo, propiedad hasta entonces de la familia de uno de los mejores amigos del presidente Mauricio Macri. Detrás de esa transacción estuvo el joven ingeniero CEO de TGLT, Federico Weis, que relató a El Cronista como se negoció con cada uno de los accionistas para acordar la venta.
¿Cómo se tomó la decisión de comprar la constructora Caputo?
Surgió de nuestra decisión de controlar los procesos de construcción como desarrolladora. Evaluamos distintas alternativas y Caputo fue la más adecuada. Les hicimos una oferta a distintos accionistas de la compañía que sumaban entre todos un 82% y aceptaron.
¿Fue rápida esa negociación?
Si, no se trató de una negociación larga. Nosotros hemos trabajados con Caputo -hace poco terminamos el Astor Palermo- y todo salió perfecto. La experiencia, la calidad, los tiempos, todo fue de primera. Es el tipo de ejecución que queremos para nuestros proyectos. Yo dije, hace un par de años ya, que Caputo era la mejor constructora del país por lejos. Lo pensé habiendo sido cliente de la empresa y lo confirmo.
¿Las acciones de Nicolás Caputo, amigo del presidente Mauricio Macri, entraron en este 82% que ya es de TGLT?
Si. Él era uno de los accionistas pero ni siquiera el más grande. Fueron diferentes miembros de la familia, todos se negociaron en operaciones separadas.
¿La compra está enfocada a ingresar más fuerte en los proyectos públicos (PPP) lanzados?
En realidad lo que sucedió fue que hicimos un análisis estratégico de cómo queríamos crecer y qué factores veíamos determinantes para asegurar capacidad de construcción en un entorno que está creciendo muchísimo por la obra pública, pero también por el impulso de los créditos hipotecarios. Siendo dueños de una constructora satisfacemos nuestro plan de crecimiento y mejoramos los márgenes.
Caputo tiene una división de desarrollos también ¿serán todos absorbidos?
Si. Tiene una división con activos muy buenos, participación en desarrollos y tierras también muy buenas que también nos interesaba.
¿Y los proyectos de PPP?
También. Nosotros queremos expandirnos al negocio de la construcción. Más allá de la integración vertical con la compañía tomamos la decisión de meternos en ese negocio porque creemos que está explotando. Creemos que el acceso al mercado de capitales que tenemos va a ser determinante para poder satisfacer el tipo de inversión que se viene. Por eso es otra pata de la decisión que tomamos al Comprar Caputo.
¿En lo inmediato funcionarán como dos empresas?
Si porque ahora compramos el 82% y tenemos que hacer una oferta pública por el restante 18%. Vamos a ir pasando, por supuesto, nuestros nuevos desarrollos para que los construya Caputo ya que tenemos muchas cosas para ejecutar, pero a futuro tiene sentido que seamos una sola empresa.
¿Mejorará la rentabilidad de la compañía por la pata constructiva?
Ahora vamos a tener el margen propio del desarrollo y propio de la construcción. Los primeros venían dañados y van a ir mejorando, pero sucederá independientemente de la compra.
¿Su propia salida a la bolsa tiene que ver con el financiamiento de esta operación?
Hay una parte de la compra que está financiada y emitimos hace poco u$s 150 millones. No requerimos nada especial ni debemos desprendernos de ningún activo para cerrar la compra.
¿Cuáles son sus proyecciones para el año en el sector?
La construcción privada va a ir al ritmo de la penetración del mercado hipotecario. La obra pública está realmente explotando como fruto de proyectos lanzados y los u$s 26.000 millones que anunció el gobierno para los PPP. Todo el sector va a volar.
El día que se conoce la compra, el mercado reaccionó muy bien (por el viernes pasado)
Efectivamente. En un día en el que mercado estaba todo en rojo, las acciones de TGLT llegaron a subir 20%.
¿Cómo se tomó la decisión de comprar la constructora Caputo?
Surgió de nuestra decisión de controlar los procesos de construcción como desarrolladora. Evaluamos distintas alternativas y Caputo fue la más adecuada. Les hicimos una oferta a distintos accionistas de la compañía que sumaban entre todos un 82% y aceptaron.
¿Fue rápida esa negociación?
Si, no se trató de una negociación larga. Nosotros hemos trabajados con Caputo -hace poco terminamos el Astor Palermo- y todo salió perfecto. La experiencia, la calidad, los tiempos, todo fue de primera. Es el tipo de ejecución que queremos para nuestros proyectos. Yo dije, hace un par de años ya, que Caputo era la mejor constructora del país por lejos. Lo pensé habiendo sido cliente de la empresa y lo confirmo.
¿Las acciones de Nicolás Caputo, amigo del presidente Mauricio Macri, entraron en este 82% que ya es de TGLT?
Si. Él era uno de los accionistas pero ni siquiera el más grande. Fueron diferentes miembros de la familia, todos se negociaron en operaciones separadas.
¿La compra está enfocada a ingresar más fuerte en los proyectos públicos (PPP) lanzados?
En realidad lo que sucedió fue que hicimos un análisis estratégico de cómo queríamos crecer y qué factores veíamos determinantes para asegurar capacidad de construcción en un entorno que está creciendo muchísimo por la obra pública, pero también por el impulso de los créditos hipotecarios. Siendo dueños de una constructora satisfacemos nuestro plan de crecimiento y mejoramos los márgenes.
Caputo tiene una división de desarrollos también ¿serán todos absorbidos?
Si. Tiene una división con activos muy buenos, participación en desarrollos y tierras también muy buenas que también nos interesaba.
¿Y los proyectos de PPP?
También. Nosotros queremos expandirnos al negocio de la construcción. Más allá de la integración vertical con la compañía tomamos la decisión de meternos en ese negocio porque creemos que está explotando. Creemos que el acceso al mercado de capitales que tenemos va a ser determinante para poder satisfacer el tipo de inversión que se viene. Por eso es otra pata de la decisión que tomamos al Comprar Caputo.
¿En lo inmediato funcionarán como dos empresas?
Si porque ahora compramos el 82% y tenemos que hacer una oferta pública por el restante 18%. Vamos a ir pasando, por supuesto, nuestros nuevos desarrollos para que los construya Caputo ya que tenemos muchas cosas para ejecutar, pero a futuro tiene sentido que seamos una sola empresa.
¿Mejorará la rentabilidad de la compañía por la pata constructiva?
Ahora vamos a tener el margen propio del desarrollo y propio de la construcción. Los primeros venían dañados y van a ir mejorando, pero sucederá independientemente de la compra.
¿Su propia salida a la bolsa tiene que ver con el financiamiento de esta operación?
Hay una parte de la compra que está financiada y emitimos hace poco u$s 150 millones. No requerimos nada especial ni debemos desprendernos de ningún activo para cerrar la compra.
¿Cuáles son sus proyecciones para el año en el sector?
La construcción privada va a ir al ritmo de la penetración del mercado hipotecario. La obra pública está realmente explotando como fruto de proyectos lanzados y los u$s 26.000 millones que anunció el gobierno para los PPP. Todo el sector va a volar.
El día que se conoce la compra, el mercado reaccionó muy bien (por el viernes pasado)
Efectivamente. En un día en el que mercado estaba todo en rojo, las acciones de TGLT llegaron a subir 20%.