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Mark Weisbrot, el economista de Oliver Stone, advirtió sobre el poder de los conservadores en los Estados Unidos
Por Alejandro Bercovich, enviado especial a Nueva York
Picante polemista, amigo y coguionista del laureado Oliver Stone en su película “Al Sur de la Frontera” y adversario habitual de los lobbies conservadores en todos los debates que cruzan Washington DC, Mark Weisbrot es uno de los economistas que más defendió al gobierno argentino frente a la campaña desplegada aquí por los fondos buitre NML y Elliot y grupos como la American Task Force Argentina (ATFA), cuyos representantes visitaron Buenos Aires la semana pasada. En este reportaje con BAE Negocios, el director del Center of Economic Policy Research (CEPR) opinó que el sistema financiero “debería prohibir a los fondos buitre”, que a su jucio “son nocivos hasta desde un punto de vista conservador”.
–Usted escribió que el gobierno estadounidense podría haber hecho más para evitar que los fondos buitre empujaran a la Argentina a esta crisis de deuda inesperada. ¿Quién es el responsable?
–Lo más llamativo de todo este último tramo del juicio es que el FMI quería presentar una moción ante la Corte Suprema pidiéndole que revisara la sentencia del juez Griesa, lo cual finalmente no hizo, e incluso la directora Christine Lagarde anunció públicamente que iba a hacer ese pedido. Después súbitamente, el Departamento del Tesoro bloqueó esa decisión del FMI. Y la gran pregunta es quién dio la orden. Hay diputados cubano–americanos, el poderoso lobby neoconservador y muchas fuerzas dentro del partido demócrata que defienden esos intereses. Yo creo que fue alguien del Congreso. Pero en cualquier caso es una demostración de que la administración Obama estaba dividida en torno a esto y que se impuso el ala menos amiga de Argentina.
–¿Quiénes son los demócratas que apoyan a estos fondos? ¿Paul Singer no aporta dinero a los republicanos?
–Es un gran financista de los republicanos pero también de algunos demócratas. Está Nancy Soderberg, exembajadora de Clinton, y Robert Shapiro, exfuncionario suyo también, que están haciendo lobby abiertamente para los buitres. Y están usando sus conexiones. No creo que hayan alcanzado para determinar la decisión del FMI, que para mí fue clave, pero sí pueden haber contribuido.
–¿Insinúa que los fondos buitre persiguen otro objetivo que no es el dinero?
–No estoy seguro. Creo que están tras el dinero. Pero esto es una demostración de cómo pueden confluir los intereses de fondos como éstos y de los sectores de la extrema derecha apoyados por sectores demócratas. La verdad es que la Casa Blanca no se interesa mucho por América latina. Todo esto ocurre en el Departamento de Estado, y hay partes que siguen siendo como el Departamento de Estado de Bush, con funcionarios que quieren deshacerse de todos los gobiernos progresistas de Latinoamérica y están seguros de que lo van a lograr, uno por uno. De hecho ya colaboraron en la salida de los presidentes de Honduras y Paraguay.
–¿Se trata de una nueva forma de golpe de estado económico?
–Obviamente la gente que está peleando contra Argentina incluye a la gente que pelea en general contra todos los gobiernos progresistas. Y eso puede haber sido determinante. El líder de la mayoría demócrata en el Senado, Harry Reid, acaba de decir por ejemplo que va a apoyar sanciones económicas contra Venezuela. Ésa es una posición de extrema derecha que obviamente persigue una estrategia, y ésa puede ser la de forzar una ruptura de las relaciones con Venezuela.
–¿Cómo describiría el funcionamiento de los fondos buitre?
–Juegan un rol bastante terrible para cualquier análisis económico que se haga. Porque en las reestruturaciones de deuda como la que hizo Argentina hay que tratar de llegar a un acuerdo con la mayoría de los acreedores. Y lo que los fondos buitre hacen, al comprar deuda barata en default para intentar lograr en los tribunales su pago total, es obstaculizarlas y hacerlas extremadamente difíciles. Están impidiendo el funcionamiento de los mercados en esos canjes.
–¿Y cree que Griesa y la Justicia estadoundiense los favorecieron?
–Incluso desde un punto de vista conservador, la decisión de Griesa es muy injusta. Está castigando al 92% que sí aceptó el canje. ¿Qué hizo mal esa gente para que ahora no les puedan pagar? Ellos llegaron a un acuerdo. Los fondos buitre no deberían poder hacer esto. Simplemente deberían prohibírselos de alguna manera para garantizar el buen funcionamiento del sistema financiero.
–¿Cree que al final va a haber un acuerdo? ¿Hace bien el Gobierno en negociar?
–Eso depende del Gobierno. Yo creo que no deberían estar en esta situación y que la decisión de la Corte está mal. Fue una decisión extrema. No se la esperaba nadie allá ni acá.
–¿Después de un eventual acuerdo con estos fondos llegará la ola de inversiones que pronostican en Wall Street o habrá nuevas condiciones?
–Los inversores tienden a mirar hacia delante en general. Los medios, en cambio, exageran la importancia de los eventos pasados.
–Pero después de haber acordado con el Club de París, de haber arreglado los índices falseados del INDEC como pedía el FMI, de haberles pagado a Repsol y a las empresas que hacían juicio en el CIADI, de haber devaluado y subido tarifas ¿no puede haber nuevas exigencias del “mercado”?
–Yo lo veo algo diferente. Creo que la devaluación fue un ajuste que necesitaba hacerse, que ayudó a Argentina a evitar un problema grave de apreciación cambiaria espiralizada con la inflación. Y también a estabilizar el mercado cambiario paralelo. Veremos con el tiempo cómo evolucionan todas esas variables, pero lo mejor es que sea Argentina quien las decida y no que se vea condicionada por eventos como éste.
Mark Weisbrot, el economista de Oliver Stone, advirtió sobre el poder de los conservadores en los Estados Unidos
Por Alejandro Bercovich, enviado especial a Nueva York
Picante polemista, amigo y coguionista del laureado Oliver Stone en su película “Al Sur de la Frontera” y adversario habitual de los lobbies conservadores en todos los debates que cruzan Washington DC, Mark Weisbrot es uno de los economistas que más defendió al gobierno argentino frente a la campaña desplegada aquí por los fondos buitre NML y Elliot y grupos como la American Task Force Argentina (ATFA), cuyos representantes visitaron Buenos Aires la semana pasada. En este reportaje con BAE Negocios, el director del Center of Economic Policy Research (CEPR) opinó que el sistema financiero “debería prohibir a los fondos buitre”, que a su jucio “son nocivos hasta desde un punto de vista conservador”.
–Usted escribió que el gobierno estadounidense podría haber hecho más para evitar que los fondos buitre empujaran a la Argentina a esta crisis de deuda inesperada. ¿Quién es el responsable?
–Lo más llamativo de todo este último tramo del juicio es que el FMI quería presentar una moción ante la Corte Suprema pidiéndole que revisara la sentencia del juez Griesa, lo cual finalmente no hizo, e incluso la directora Christine Lagarde anunció públicamente que iba a hacer ese pedido. Después súbitamente, el Departamento del Tesoro bloqueó esa decisión del FMI. Y la gran pregunta es quién dio la orden. Hay diputados cubano–americanos, el poderoso lobby neoconservador y muchas fuerzas dentro del partido demócrata que defienden esos intereses. Yo creo que fue alguien del Congreso. Pero en cualquier caso es una demostración de que la administración Obama estaba dividida en torno a esto y que se impuso el ala menos amiga de Argentina.
–¿Quiénes son los demócratas que apoyan a estos fondos? ¿Paul Singer no aporta dinero a los republicanos?
–Es un gran financista de los republicanos pero también de algunos demócratas. Está Nancy Soderberg, exembajadora de Clinton, y Robert Shapiro, exfuncionario suyo también, que están haciendo lobby abiertamente para los buitres. Y están usando sus conexiones. No creo que hayan alcanzado para determinar la decisión del FMI, que para mí fue clave, pero sí pueden haber contribuido.
–¿Insinúa que los fondos buitre persiguen otro objetivo que no es el dinero?
–No estoy seguro. Creo que están tras el dinero. Pero esto es una demostración de cómo pueden confluir los intereses de fondos como éstos y de los sectores de la extrema derecha apoyados por sectores demócratas. La verdad es que la Casa Blanca no se interesa mucho por América latina. Todo esto ocurre en el Departamento de Estado, y hay partes que siguen siendo como el Departamento de Estado de Bush, con funcionarios que quieren deshacerse de todos los gobiernos progresistas de Latinoamérica y están seguros de que lo van a lograr, uno por uno. De hecho ya colaboraron en la salida de los presidentes de Honduras y Paraguay.
–¿Se trata de una nueva forma de golpe de estado económico?
–Obviamente la gente que está peleando contra Argentina incluye a la gente que pelea en general contra todos los gobiernos progresistas. Y eso puede haber sido determinante. El líder de la mayoría demócrata en el Senado, Harry Reid, acaba de decir por ejemplo que va a apoyar sanciones económicas contra Venezuela. Ésa es una posición de extrema derecha que obviamente persigue una estrategia, y ésa puede ser la de forzar una ruptura de las relaciones con Venezuela.
–¿Cómo describiría el funcionamiento de los fondos buitre?
–Juegan un rol bastante terrible para cualquier análisis económico que se haga. Porque en las reestruturaciones de deuda como la que hizo Argentina hay que tratar de llegar a un acuerdo con la mayoría de los acreedores. Y lo que los fondos buitre hacen, al comprar deuda barata en default para intentar lograr en los tribunales su pago total, es obstaculizarlas y hacerlas extremadamente difíciles. Están impidiendo el funcionamiento de los mercados en esos canjes.
–¿Y cree que Griesa y la Justicia estadoundiense los favorecieron?
–Incluso desde un punto de vista conservador, la decisión de Griesa es muy injusta. Está castigando al 92% que sí aceptó el canje. ¿Qué hizo mal esa gente para que ahora no les puedan pagar? Ellos llegaron a un acuerdo. Los fondos buitre no deberían poder hacer esto. Simplemente deberían prohibírselos de alguna manera para garantizar el buen funcionamiento del sistema financiero.
–¿Cree que al final va a haber un acuerdo? ¿Hace bien el Gobierno en negociar?
–Eso depende del Gobierno. Yo creo que no deberían estar en esta situación y que la decisión de la Corte está mal. Fue una decisión extrema. No se la esperaba nadie allá ni acá.
–¿Después de un eventual acuerdo con estos fondos llegará la ola de inversiones que pronostican en Wall Street o habrá nuevas condiciones?
–Los inversores tienden a mirar hacia delante en general. Los medios, en cambio, exageran la importancia de los eventos pasados.
–Pero después de haber acordado con el Club de París, de haber arreglado los índices falseados del INDEC como pedía el FMI, de haberles pagado a Repsol y a las empresas que hacían juicio en el CIADI, de haber devaluado y subido tarifas ¿no puede haber nuevas exigencias del “mercado”?
–Yo lo veo algo diferente. Creo que la devaluación fue un ajuste que necesitaba hacerse, que ayudó a Argentina a evitar un problema grave de apreciación cambiaria espiralizada con la inflación. Y también a estabilizar el mercado cambiario paralelo. Veremos con el tiempo cómo evolucionan todas esas variables, pero lo mejor es que sea Argentina quien las decida y no que se vea condicionada por eventos como éste.