La grieta continua

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Finalmente finalizó el raid electoral que comenzó el febrero con las PASO en la ciudad de Mendoza y que terminó hace un par de días con el Ballotage Presidencial donde Mauricio Macri obtuvo el 51,4% de los votos, 2,8% más que su contrincante Daniel Scioli. 704.860 votos de diferencia sobre más de 24 millones que votaron afirmativamente por uno de los dos candidatos.

Más allá que las encuestas daban una mayor diferencia a favor del ingeniero, al ver los números de los resultados, el FPV terminó perdiendo por poco. No ganó porque en La Rioja Cambiemos sacó 56,51% contra un 43,49% del FPV, cuando el peronismo no pierde allí desde el advenimiento de la democracia y de hecho en este mismo año ganó la gobernación de la provincia el candidato del FPV con el 57,1%. A esto se le puede sumar San Luis donde los votos de los Rodríguez Sáa, al revés de lo que se preveía por su condición de peronistas, fueron hacia Macri con el 64,35% de los votos.

Estas dos situaciones no son causas centrales de la derrota del oficialismo porque no representan un caudal suficiente para dar vuelta la elección, son más bien síntomas de la derrota. Causas de peso se observan en la provincia mediterránea donde el candidato porteño fue votado por el 72% de los cordobeses, dejando en claro de qué forma jugó De la Sota. No justamente como mostraron una y otra vez los programas de Diego Gvirt donde El Gallego se oponía a un acuerdo del Frente Renovador con el PRO. También, y quizás sobre todo, si bien Scioli ganó en la provincia de Buenos Aires, lo hizo solo por 1,2% en tierras que representan el 38% del padrón y donde se concentra el peronchaje.

Ahora esta alianza de carácter liberal y conservador centralizada en el PRO tendrá el tremendo desafío de pasar de ser un partido vencinalista a gobernar la Capital Federal, la provincia de Buenos Aires y la república Argentina a la vez, necesitando cubrir 10.000 cargos de primaras líneas. Allí ya se traslucen los primeros errores en cuanto a suponer que un CEO de una empresa privada está capacitado para gestionar políticas públicas. Parece una frase ya trillada pero aparentemente necesaria: no es lo mismo gestionar una empresa que el estado.

¿Equilibrio o desproporción?

Por un lado se podría decir que el poder ha quedado balanceado. El mapa político respecto al reparto de los distintos distritos ha quedado nivelado de acuerdo a la distribución del territorio entre los diferentes espacios políticos. No así en cuanto al peso real de cada provincia en cuanto a económica, recursos, demografía y complejidad. Buenos Aires con la Capital Federal quedó en manos del PRO, Mendoza, Corrientes y Jujuy para la UCR, Santa Fe reafirmó al Socialismo, así como también los peronismos federales se impusieron nuevamente en Córdoba, San Luis, Río Negro y Chubut. En Neuquén seguirá gobernando el partido local Movimiento Popular Neuquino aliado del FPV. En las demás provincias menos pobladas y más periféricas el FPV administrará su cuota de poder: Tierra del Fuego, Santa Cruz, La Pampa, San Juan, La Rioja, Catamarca, Tucumán, Salta, Santiago del Estero, Chaco, Formosa, Misiones y Entre Ríos.

En el Congreso Nacional el FPV mantiene mayoría propia y en diputados ningún espacio posee los suficientes votos para obtener la mayoría sin consensuar y negociar con otra fuerza. Eso hace suponer que sería difícil reprivatizar las empresas estatales, o el ANSES, o derogar todas las conquistas sociales hechas ley por el actual Gobierno. Quizás continúen con una segunda fase en la estrategia política planeada por el Gurú para conseguir la mayoría en el Congreso en el 2017. No lo sé.

Por ahora estará bien custodiado y observado por un movimiento popular que luego de 12 años de gestión obtuvo el respaldo del 48,6% del electorado y funcionará como garante de los derechos de los más humildes y de los trabajadores. Ojala que no se dé algún efecto panqueque y que el movimiento peronista se mantenga unido con vocación de integrarse con otros sectores cercanos, nunca con los que fueron a llorar a la Embajada de EEUU. ¿La CGT se unificara? ¿De qué forma? ¿Y el PJ?

Desde estos pagos siempre nos preguntamos si el cambio de postura de Macri respecto de las políticas estructurales del gobierno actual iba acompañado del cambio en su plataforma de gobierno o no. Más allá del contrapeso del FPV en el Congreso Macri entendió, seguramente no por convicción, sino más bien por conveniencia política y gobernabilidad, que tenía que aceptar aquellas políticas llevadas adelante por FPV, a las cuales él se opuso públicamente y que la amplia mayoría adoptó como derechos adquiridos.

A su vez varios cargos claves tienen vigencia mucho más allá del 10 de diciembre. Gils Carbo en la Procuraduría General de la Nación y Vanoli en el Banco Central, ambos con intenciones de quedarse, Echegaray en AFIP (Macri le ofreció continuar pero él no aceptó), Bossio en ANSES, Sabatella en el AFSCA y Bauer en RTA. Se visualizan potenciales confrontaciones con algunas de sus dimisiones. Lo que nadie podrá evitar es que “sincere” la economía del país que implica lo ya avisado una y otra vez:

  • Una devaluación monetaria, aumento de la inflación, eliminación de la restricción monetaria y apertura de la economía que implica la entrada y salida de capitales sin trabas ni regulaciones. Esto estimula la desinversión, la evasión fiscal, la fuga de capitales y la toma de deuda bajo las condiciones del capital financiero.
  • La eliminación de retenciones, aranceles a las exportaciones e importaciones por un lado y quita de subsidios a empresas, servicios y transporte por el otro.
  • Todo esto genera una mayor concentración de la riqueza, el desfinanciamiento del estado, un aumento de precios, la reducción del poder adquisitivo, el achique del mercado interno, el retroceso de la industria y aumento de la desocupación y la pobreza.

También tendrá las facultades para manejar la política internacional. Habló de avanzar con la Alianza del Pacífico y con el Tratado de Intercambio Comercial con la Unión Europea cuando ya está más que probado que los acuerdos de libre comercio entre países con sus economías tan disimiles y dispares siempre terminan con la dominación del país más poderoso sobre el más débil. Dicese “Los ‘90” o la fantasía del “Euro”.

Quizás me pueda quedar con una visión más optimista donde quisiera creer que el PRO antes se oponía a todas las medidas del gobierno por una cuestión política pero que en realidad estaba de acuerdo o compartía. O sea hacer un esfuerzo en  pensar que en vez de “antes me opuse a todo y ahora digo estar de acuerdo por la campaña pero en realidad voy a sacar todo” tal vez, en realidad, era “me opongo a todo hasta a lo que me gusta, apruebo y continuaría porque no puedo apoyar nada del gobierno porque yo quiero ser gobierno entonces me tengo que oponer a él”. Esto se observa con ciertos guiños a lo que se hizo en Ciencia y Tecnología ratificando a Barañao a cargo de esa cartera. También se elogiaron las administraciones de Echegaray y Galuccio, lo hecho en cultura, respecto a Canal Encuentro, el CCK y Tecnópolis.

Por otro lado justamente aquellos grupos económicos concentrados que habría que desconcentrar, aquellos monopolios industriales que habría que diversificar y aquellos sectores ligados a la agroexportación que habría que regular (para modificar la matriz económica y dar el salto al desarrollo definitivo con un proyecto integral) son los que administrarán el estado. ¿Gobernaran para todos los argentinos? ¿O para sus propios intereses y los del sector que representan? ¿Usarán al estado para facilitar sus negocios?

Cambiemos exclama que con ellos se termina la grieta casi deschabándose sin querer. La grieta deja de existir porque la instalaron ellos (obviamente montándose sobre los errores ajenos) a través de los medios masivos de comunicación para desgastar al partido gobernante justamente para que deje de serlo. Objetivo cumplido la grieta pierde su funcionalidad. ¿Va a ver grieta de ellos con ellos mismos? Ahora que están de los dos lados del mostrador todo es color de rosas.

La cuestión es que la grieta continúa, solo que uno de los lados ha incorporado nada menos que al estado, cambiando hacia una lógica empresarial que busca el lucro y la maximización de las ganancias y no el bienestar social. ¿Estaremos condenados a elegir entre abogados garcas con trayectoria política o CEOs tecnócratas con su rígida fijación en la renta?

Con su arribo al estado el poder fáctico ha acrecentado exponencialmente su poder desbalanceando la grieta, no haciéndola desaparecer. Del otro lado quedamos los militantes, los movimientos sociales, las organizaciones, algunos gremios, algunos trabajadores, gente de la cultura, de la ciencia y la academia pero sobre todo los humildes que deben ser siempre el faro que nos guié y del cual jamás debemos apartarnos.

La variable insignificante de la historia pero necesaria

Nunca hay que caer en eso de que la gente no sabe votar o no vota bien ya que roza el voto calificado que pregonaron siempre aquellos que hoy accedieron al gobierno a través del voto popular. Lo que sí podemos dejar planteado es la falta de perspectiva histórica en el pueblo a la hora de votar. Hoy como su etimología lo indica la dificultad de toda revolución, donde podemos ubicar este periodo kirchnerista por su carácter reformista, es que es cíclica, circular. Es una re vuelta, un volver al mismo punto.

La historia se escribe de a décadas, siglos. En términos históricos 200 años no es nada. Estamos todavía en la puja externa e interna por ser independientes y soberanos de las naciones colonialistas en cuanto a aspectos económicos, políticos, sociales y culturales.

Dentro del territorio nacional desde la Revolución de Mayo el país está en puja por la distribución de la riqueza entre aquellos que quieren distribuir y aquellos que quieren concentrar. Estos últimos siempre fueron los impulsores y los más beneficiados de la dependencia hacia los países desarrollados (1- España, 2- Inglaterra, 3- EEUU).

Primero por un lado los conservadores, liberales y oligarcas y por el otro los de pensamiento revolucionario y latinoamericanista. Luego mezclados entre Unitarios y Federales la nueva generación de conservadores construyó su tribuna de doctrina. Pero con la aparición de los radicales con sus medidas progresistas y luego con el peronismo con sus banderas, no supieron acceder al lugar perdido de otro forma que no sea mediante golpes de estado, asesinatos, torturas, desapariciones y proscripciones.

Aprovechándose de la amplitud del movimiento de masas utilizaron la cáscara vacía que les ofreció Carlos Menem para que peronistas custodiados por la UCEDÉ accedan al gobierno nacional. Lo que sigue es historia reciente. Hoy nace una nueva generación de conservadores liberales que supieron construir su propio partido y con las reglas que permite la democracia acceder a la Nación a través del voto popular de manera limpia y transparente. Eso sí con la completa protección de los dueños de la opinión pública.

Si bien es siempre un volver al mismo lugar, no lo es sin las huellas recorridas y las conquistas conseguidas. Estos doce años parecen mucho tiempo pero no dejan de ser insignificantes en la historia. Eslabón insignificante pero necesario dentro de la larga cadena hacia la emancipación.

Por más que sepa que dentro del peronismo es difícil que no haya una purga interna, este escriba piensa que esa misma manera de funcionar fue una de las grandes responsables de la derrota y esperaría que ahora suceda un tiempo de reflexión y de construcción de unidad para luego dirigirse de cara a la sociedad con una propuesta superadora.

 

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