Las reñidas elecciones en Israel afianzaron la posición de los partidos de derecha para la designación del próximo primer ministro. Siete son los días que tendrá el presidente Simon Peres para proponer al sucesor de Ehud Olmert, 28 para que el nuevo Parlamento acepte al candidato y 14 más en caso de negociar una contrafigura. Lo cierto es la actual canciller Tzipi Livni (Kadima) y el ex premier Benjamin Netanyahu (Likud) deberán negociar con la posición arabefóbica liderada por Israel Beitenu (Avigdor Lieberman) para conducir el futuro de Israel, en caso de no acordar un “gobierno de unidad” entre ambas fuerzas.
Livni ya habría tentado a Beitenu para entablar un principio de negociación, lo cual confirmaría que tras los bombardeos masivos en Gaza la derecha moderada de Kadima dará un fuerte giro hacia la avanzada militarista. Resulta curioso destacar que agrupación de Livni había llegado al poder de la mano del Partido Laborista (Aboda).
Este último terminó cuarto en los comicios, desdibujado por la figura del ministro de Defensa Ehud Barak de Olmert, quien también consintió los ataques masivos.
Una segunda lectura sobre el escrutinio indica que el electorado israelí se está volcando nuevamente al conservadurismo de Netanyahu, quien prácticamente logró duplicar el número de escaños en el Parlamento, mientras el laborismo pierde posiciones, Kadima conserva el mismo caudal de votos y crece la intolerancia con el apoyo a Beitenu.
La paz con Egipto la firmó Menajem Begin, quien 30 años antes lideraba la milicia extremista Irgun. Paradojas de la Historia…
David: Begin, con todos sus puntos en contra, fué un estadista, discípulo de Jabotinsky. Netanyahu, Livni y Lieberman son tres pescadillas de cuarta.
Cierto, no los veo como estadistas (tal vez Livni, si lo demuestra), pero la paradoja siempre me llamó la atención…