Treinta días es la distancia temporal que nos separa de un punto, que puede significar una inflexión en lo que respecta a la Política de nuestro país. Esta cualidad decisiva, de por sí, le otorgan al 28 de junio del 2009 una importancia relevante, un hito que marcará el rumbo de nuestra historia política.
El país se encuentra sumergido en una feroz guerra mediática, que ha sido lanzada con el único objetivo de restaurar los aires conservadores que reemplazarán, en todo caso, cualquier intento de poder hacer realidad el sueño ansiado de alcanzar la igualdad, la justicia social, y por transitividad, la democracia de nuestra hostigada Argentina.
Esta guerra a sido declarada: De un lado la corporación, cuyas armas de poder están representadas en los medios de comunicación, la oposición “oficial”, y los históricos sectores conservadores del país, entre los cuales se encuentra la Sociedad Rural Argentina.Del otro lado, el Kirchnerismo.
La corporación mediática, nos da a conocer en su accionar el campo en que tienen lugar sus actos: el seno de una de las tantas fisuras de la democracia, la libertad de prensa. Una libertad de prensa muchas veces confundida con la idea de libertad de empresa, que es a su vez uno de los pilares en los que se basó occidente luego de la caída del muro de Berlín, para llevar a cabo su revolución neoliberal. Otras veces es confundida con la idea de libertad de expresión, un derecho humano que simboliza nuestro medio para poder difundir nuestras ideas y opiniones sin censura.
Es en este punto en el que no se puede dudar. Es la existencia en si misma de este conglomerado mediático lo que explica ´per sé´ que la libertad de prensa no tiene lugar en nuestro país. No existe libertad de prensa porque no existe perfecta competencia entre los actores que se disputan el mercado de la información, o dicho de otra manera, existe solo libertad negativa o de acción, pero no libertad positiva, o de praxis.
Con un expertise que ha adquirido con el paso de los años, este conglomerado mediático a sabido identificar y canalizar para su propio beneficio y los de la corporación que representa, las fisuras de nuestra democracia. A lo largo de la historia, la corporación ha ido ganando terreno año tras año, presidente tras presidente, y ha dejado en claro que las reglas que la democracia impone son, hasta el momento, ineficientes para detener a este actor social que lejos de informar, se ha centrado, y siempre lo hizo, en la tarea de formar una opinión pública afín a los intereses de la corporación.
Hoy el país atraviesa momentos electorales, y es visible a simple vista la fuerte presión que imponen las corporaciones mediáticas para repuntar a las masas hacia los partidos políticos afines a los intereses del stablishment. La consigna es simple: “Vota bien: Vota no-K”. Y no es para menos, el Kirchnerismo ha tenido (ya sea siguiendo un ideal político, o siguiendo sus propios intereses, esto para mí es irrelevante) la iniciativa de cambiar el esquema informativo, el mapa mediático, la estructura por la cual se realiza el delivery de información hacia un público cautivo, indefenso. Esta iniciativa ha sido la gota que rebalsó el vaso, y ha dado aviso a la cúpula de poder, a la cúspide conservadora, que no puede permitirse seguir cediendo terreno ante el ahora declarado rival.
És en ese sentido que la corporación ha comenzado esta batalla, que en definitiva, viene a dinamitar los logros conseguidos por el Kirchnerismo en estos últimos años de lucha social.
El monopolio mediático está dejando tras su paso, una oleada de Anti-Kirchnerismo observable en los sectores de nuestra clase media, y que ha comenzado el año pasado luego del conflicto con un sector al que los medios bautizaron “campo”. La tri-articulación Medios-Pro/ACS-SRA ha funcionado a la perfección, generando en el inconsciente de la clase media, la idea de un gobierno inquisidor, autoritario, que venía a robarse el esfuerzo de la gente trabajadora, para usarlo en su propio beneficio, o para decirlo en un término mas mediático, para llenar su propia “caja”. Fue el comienzo del divorcio del Kirchnerismo con la clase media.
El constante bombardeo mediático, cuyo combustible siguió siendo el mismo argumento (que había logrado ser exitoso) ha generado un odio visceral muchas veces infundado, en los sectores con mas exposición hacia estas voces. Así, cualquier iniciativa gubernamental es calificada mediáticamente como autoritaria, aunque para ello deba lograrse un quorum en un congreso para el cual el Kirchnerismo nunca tuvo mayoría, cualquier iniciativa es tildada mediáticamente como una medida con fines de recaudación, como la estatización de las AFJP, que sin embargo a significado cortar con la exorbitante ganancia de estas multinacionales, para utilizar en cambio ese flujo de dinero en acciones para el beneficio común de nuestro pueblo.
La maquinaria propagandística, al mismo tiempo que hace de intérprete de las masas, convocándolas hacia una causa común que converge en la defensa de los intereses de las corporaciones, son utilizadas para realizar ataques especulativos que devengan en una desestabilización del mercado, promocionando la fuga de capitales, anunciando fisuras en nuestra economía, anunciando devaluaciones, y demás técnicas por demás estudiadas para realizar dicho objetivo. La fuga de capitales es, quizá, el arma mas fuerte que el stablishment posee para contrarestar políticas redistributivas.
Este artículo presenta un análisis de los mass media porque no es un tema menor a la hora de proyectar un futuro en nuestra Argentina. Darle a nuestro pueblo la opción de poder «ser pensada» por una voz diferente a la actual, la opción de ver las cosas desde otra perspectiva social y cultural, la opción de poder elegir la verdad que le parezca mas sensata, es un paso muy importante si de reconciliación con los sectores medios se trata. No creo que ésta sea de un día para el otro, pero será un gran avance en tal sentido. Y esto solo se logra reformando las leyes que hicieron posible la formación de estos monopolios, mediante una nueva ley de radiodifusión.
No solo basta con hacer, también se debe dar a conocer lo que se hace. Algo que hoy en día no está pasando. El ejemplo mas claro ocurre con esta misma ley de medios de comunicación audiovisual. El solo hecho de que ningún medio publique alguna información al respecto, el solo hecho de que ningún periodista opine, para bien o para mal, habla de la escaza libertad de prensa en este contexto de concentración mediática.
Treinta días es la distancia temporal que nos separa de un punto, que puede significar una inflexión en lo que respecta a la Política de nuestro país. Una inflexión que, de existir, logrará cambiar el rumbo de nuestra política actual, la que tiene en su haber logros tan importantes como la estatización de las AFJP, la recuperación del Correo Argentino, de Aguas Argentinas, la de las obras públicas, la keynesiana, la de las madres de plaza de mayo, la de la no represión, la que todavía tiene muchas deudas en materia de redistribución y equidad social, pero que ha sabido capitalizar los momentos de auge económico para hacer frente a una de las crisis mas grandes del capitalismo, y la política encarnada por la oposición, bajo premisas de tinte conservadora, que intentarán regresar a los pilares del neoliberalismo: La desregulación del mercado, la privatización de la economía y los recortes del gasto público.
Hoy estuve en la Casa Rosada por el 50 aniversario de Raúl Scalabrini Ortiz. Él mismo dijo hace tiempo:
«no debemos olvidarnos que las opciones que nos ofrece la vida política son limitadas. No se trata de optar entre el general Perón y el arcángel San Miguel. Se trata de Perón o Federico Pinedo, en cuanto él simboliza un régimen político de oprobio y un modo de pensar ajeno y opuesto al pensamiento vivo del país».
Me parece importante traerla a la memoria, ya que hoy, casi 70 años después, la historia se repite. Y esto es algo que los sectores progresistas que confluyen en el Proyecto Sur deberían saberlo. No estamos eligiendo entre el Arcángel Miguel y Kirchner. Todos queremos lo que Proyecto Sur propone, pero el problema no es lo quiere, sino lo que se puede. Cuando nos querramos acordar, le habremos hecho, tal vez, el juego a la derecha conservadora. Y así repetiremos el ciclo, otra vez.
Aprendamos de las enseñanzas de nuestros mas brillantes pensadores.
Muy bueno, Fernando.
En efecto, las opciones de la política real, la que tiene sustento territorial, no son maravillosas, simplemente son.
Brillante síntesis final.
Un abrazo,
EM
Gracias Ezequiel! Soy nuevo en este mundo de la «blogosfera», un mundo que me parece que aporta un alto valor agregado a las discusiones políticas de nuestro país, es mas, aportan mas, mucho mas que lo que se puede leer en algunos medios de (in)comunicación. Algunos blogs, el tuyo inclusive, con una gran claridad dialéctica para expresarse, son para mi ya de lectura diaria obligatoria. Igualmente siempre me vas a ver comentando en los foros de la nación, la voz de la sociedad rural argentina, que de tanto rechazo que me genera no lo puedo dejar de leer. Sobre todo los artículos de MG y JMS. Un toque masoquista lo mío.
Un abrazo