De los climas crispados y el difuso mensaje oficialista

Hace tiempo que la Argentina posee un nuevo índice de medición climática: crispado para el fin de semana, con posibilidades de lluvia. Dotando de frases que pegan, mensajes de fácil comprensión, los editores de los medios de comunicación no precisan un grupo de intelectuales que conceptualicen su justificación militante. Simplemente presentan la «realidad» y categorizan, adjetivando hechos en una escala moral que, básicamente, oscila  en el binomio consenso-confrontación.

Es de esperarse entonces, y celebro la medida por inteligente, el pedido de CFK a Moyano para que suspenda el acto del 20 de noviembre. La razón es la subjetivización mediática. El pedido así, elimina tapa negativa de Clarín y La Nación, se ataja de algún exceso verbal, previene de algún abrazo comprometido (como con Milagro Sala, que tanto enfatizó el canal América), alguna peleíta intrascendente, y demasiados etcéteras que hoy buscan minuciosamente encontrar los barones de la libertad de prensa en su pornográfico enfrentamiento con el kirchnerismo.

Es que los mensajes que nos llegan a través de los medios de comunicación se producen a la manera de video clip. Una construcción de la realidad  en formato fragmentario, de rompecabezas, que produce el efecto de que el receptor forme «libremente» su opinión, casualmente coincidente con la línea editorial empresaria.

Hasta aquí, obviedades. El motivo de este post, y mi inquietud y decepción, es como el kirchnerismo, como sujeto colectivo conformado por diversos actores (primeras líneas de gobierno y aliados) construye un mensaje igual de difuso y perturbador que el Diario de la Tarde, el pasquín de Feimann, el malo.

A ver. Este año legislativo fue la ley de medios audiovisuales, el anterior la 125, pero mientras tanto, producto de la crisis económica, las falencias del propio gobierno, la disminución de las tasas de crecimiento y la pérdida del salario real por la inflación, la demanda social no ha desaparecido, a pesar de su olvido mediático. La asignación por hijo es un magnífico avance, pero para aquellos que venimos proponiendolo y marchando consecuentemente, siempre lo tomamos como un piso, un colchón social de emergencia hasta tanto cambie la matriz productiva y puedan desarrollarse patrones de acumulación de capital menos desiguales.

Yo no veo en consecuencia, detras de los reclamos sociales, un clima desestabilizador. Hay un combo de ideas dando vueltas detrás de los dichos del kirchnerismo que, fragmentariamente, tiende a asociar a los grupos piqueteros que han nuevamente salido a la calle, a las delirantes cartas de la otra-loca -ya-no-zurda Carrió dirigida a las embajadas, la aparición del ex presidente Duhalde en escena con intención de retomar el control pejotista, con la puja por otro modelo sindical y el reclamo de uno de estos sectores emergentes de un sindicalismo clasista con una empresa privada. Así, a la licuadura, como un todo desestabilizador, que confunde intencionalidad política y demandas sociales justificadas.

Si hace unas semanas CFK explicaba con razón que a los medios sólo les interesa ver pobres en su desgracia, y no organizados, cumpliendo «el rol que no ha podido cumplir el Estado», no se entiende entonces por qué la insistencia en ver detras de los reclamos sociales, manos oscuras desestabilizadoras. Si justamente, el fenómeno piquetero no desapareció porque no desaparecieron las causas que le dieron su origen y permanencia.

Es inentendible entonces este rumbo verbal gubernamental. Es falso porque Duhalde no conserva el poder territorial que supo tener, es falso porque se apoya en la misma linea gorilona delarruista que identifica la caída del gobierno de la alianza con el aparato duhaldista y no entiende que había un hambre real, con demandas justificadas. Pero también es peligroso. Porque en la búsqueda de todos estos actores desestabilizadores, los más proclives al castigo son los pobres, organizados o no. Duhalde, Carrío, TN y la Mesa de Enlace tienen una cobertura de poder suficiente, los piqueteros y los sindicalistas combativos, no. No resulta llamativa entonces la pregunta de Victoria Donda en la interpelación en el Congreso a Anibal Fernandez, acerca si van a cambiar su política de represión frente a las protestas sociales. Vuelvo a insistir, los que cargan con el estigma de peligrosidad son los pobres. El imaginario colectivo tiende a creer que no hubo una pena estatal en el 2001 y 2002. Sí, a esos pobres el estado los castigó, de forma ilegal, con la pena de muerte.

A esto por supuesto se le suma, un avance represivo en la ciudad de Buenos Aires, con Macri y su SIDE personal, su policía propia que «recupere» el espacio público. Pero también en el gobierno de Scioli retomando frases ruckaufianas, su retorno a los viejos edictos policiales, la reincorporación de los oficiales policiales suspendidos tras la desaparición de Luciano Arruga y su pedido de un régmien penal más duro para niños y adolescentes.

Párrafo aparte merece la zurda loca. No quiero entrar aquí en qué modelo sindical es más favorable a la clase obrera, porque aunque tengo una respuesta, obvia a mi entender, me quiero concentrar sólo en los mensajes del kirchnerismo y aliados. No puedo encontrar razones para que zurda loca sea una descalificación. Menos razones aún le encuentro a la preocupación cegetista por el crecimiento de la central alternativa. La lucha de CTA por la personería no es contra la CGT y tampoco contra el gobierno. Es su reivindicación histórica. En todo caso, si lo traducimos a una posicion de izquierda que quiera ir más allá hacia otro modelo sindical, un cambio de rumbo productivo, un blindaje social para los más desfavorecidos, pues sí, hay una zurda con propuestas «locas» ,  si las «normales» o «sanas» vienen a ser la conformidad con la realidad existente.

Si realmente los sindicatos «que son de Perón» como cantaban los militantes de la UTA semanas atrás tienen respuestas más favorables al movimiento obrero organizado, consiguiendo más beneficios a sus afiliados, (como irónicamente lo retratara este post), está bien, es bárbaro, no tienen nada que perder porque su adhesión seguirá intacta. Sólo pido esto, quizá será mucho, y es que el kirchnerismo no alimente una campaña de persecución hacia los movimientos sociales y de trabajadores organizados que luchan (con sus mil diferencias, con sus contradicciones, con sus distintas vertientes ideológicas y praxis militantes) por un cambio.Los que creemos en un modelo sindical distinto, los que pensamos que tiene que cambiar estructuralmente el modelo de producción, los que rechazamos la aplicación de una reformada teoría del derrame, no somos el enemigo, no somos demonios.

9 comentarios en «De los climas crispados y el difuso mensaje oficialista»

  1. Está bien;pero valdría la pena determinar quien es el enemigo y allí a veces algunos sectores dre izquierda patinan,El kirchnerismo puede cometer errores y tener flaquezas y deficiencias, pero no es el enemigo. Nunca vi a Altamira, Pitrola, Zamora,etc. hacer esa aclaración. Y el momeno es muy delicado porque hay como una orquestación para quitar legitimidad al gobierno, cosa que aumentaría de volúmen si se suceden refriegas y hay algún muerto.

  2. No sé si lo habré soñado pero me parece que Castells dijo ayer, con todas las letras: «Quiero que este gobierno se vaya»

  3. Aclaro que no coincido con los análisis de los Altamira, Pitrola, Castels. Pero no por eso debería demonizarselos.
    Castels dijo eso está bien. Y hay bastante gente que piensa lo mismo. Y acepto también que muchos sectores pueden llevar adelante una estrategia de desgaste, pero no significa que los reclamos sean legítimos, y menos que un tipo como Castels puedan (ni siquiera lo puedo imaginar) encabezar como rebelión popular. Es un verdadero problema que uno aplique la misma categría de desestablización para referirse a los Biolcatti, los Grondona, los Clarín, etc que para los Castels, los Darío Santillan, la CTA, el MST…

  4. Usted idealiza a sectores (no todos) que hace 14 meses compartieron el palco de la oligarquía frente al Monumento de los Españoles. Fue un dia bisagra, otro más, en la vida argentina. Y los que quedaron fotografiados de ese lado (CTA, De Genaro, Ripoll, Solanas, Lozano, Castells) eligieron una vez más ser funcionales a la derecha. Esa derecha que luego, y como siempre, los tratará un poco peor que el peronismo… No diré que no existen. Sí diré que también son el enemigo. Un idiota puede dejar la llave de gas abierta y no prender el fósforo. Su condición de idiota lo librará de la cárcel. La consecuencia de su acción no tendrá ningún remedio.

    1. Si le parece que la unidad de medida es esa, hagamos un concurso de fotos. Quien està al lado de quien, o se abraza, o se besa.
      Luego nos decicamos a interpretarlas.
      Por màs que lo intente, su ingenio literario no alcanza a salpicar a algunas de las organizaciones y personas a las que cita como enemigos.

    2. Gatica:
      se lo digo con onda… es cierto que la presencia con la «mesa de enlace» apestó,
      Kirchner tampoco resiste un archivo fotográfico…
      Kirchnero no fue «funcional a la derecha» si por tal cosa entendemos al menemismo.
      FUE PARTE INTEGRANTE DE LA TROPA MENEMISTA PARA ARTICULAR EL DESGUACE DEL PAIS.

      aunque ahora esté haciendo otra cosa (y lo reconozco, obvio)

  5. No se puede meter en la misma bolsa a Pitrola y Altamira con Castells, este último es evidente que trabaja para Duhalde, al igual que la CCC (coalicion cívica combativa). Es cierto que el conflicto con las patronales agrarias es una bisagra, una organización puede equivocarse y creer que puede orientar un conflicto o conducirlo a un lugar distinto, pero si no lo logra debe autocriticarse ferozmente. La CCC, Castells y el MST que marcharon con la SRA no dicen que se arrepientan, no se autocritican, todo lo contrario, siguen afirmandose en el lado de los patrones rurales, la oligarquía terrateniente, lo más rancio de la sociedad; lo de Solanas y compañia es más discutible por que no se movilizaron directamente, ni apoyaron efusivamente (aunque nadie niega que fueron absolutamente aliados de los patrones).

    1. Aunque esas alianzas no me constan puedo llegar a aceptarlas. Pero aquí me parece que no se trata de discriminar sobre los partidos de izquierda y las organizaciones sociales o sindicales de izquierda. Por supuesto que creo que alucinaron y le pifiaron mal al ponerse del lado del campo, en la foto de Ripoll en Rosario, etc. Puedo argumentar que los candidatos de las listas del FpV fueron también aliados de los empresarios del campo, como Reuteman o Cobos, sin ir mas lejos. Pero mi punto es, que uno no puede lanzar una denuncia de desestabilización metiendo todos estos actores en la misma bolsa. Qué fuerza real tiene el PO… que fuerza real tiene la SRA. No comparto sus visiones sobre la coyuntura, pero a la hora de los palos estos sectores son los que siempre ligan, y no los Duhalde.

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