Después del “gesto” de Cobos en el Senado un duro significante ganó las pantallas televisivas, las radios, los diarios y la calle: ‘derrota’.El gobierno fue derrotado. El pueblo que apoyó al gobierno también. La misma suerte tuvo el proyecto que plantea la redistribución de la riqueza. Por añadidura, multitudes a todo lo largo y ancho del país lo celebran. Al menos, es lo que aseguran los medios.
Julio César Cleto Cobos había sufrido la expulsión de su propio partido, la UCR, al integrar la fórmula encabezada por Cristina Fernández de Kirchner, hecho que supone compromiso y conformidad con las pautas programáticas del kirchnerismo, del que finalmente también defeccionó. Pero no es un traidor. Es un héroe nacional. Un hombre bueno que actuó de acuerdo con sus principios – según su propio decir -, conmovido, además, por la súplica de su hija.
¿A qué principios aludiría Cobos? ¿A los del partido Radical? ¿A los del programa político que lo transformó en vicepresidente y que él juró cumplir “por Dios y por la Patria”? ¿A los que le dictaba en voz baja el Coti Nosiglia? ¿O tal vez Duhalde? ¿O tal vez Miguens? ¿O Manzano? ¿O, por qué no, Bergoglio?
Más allá de esto, que el destino de la mayoría de los argentinos lo haya resuelto una niña de catorce años que se sentía avergonzada por lo que iban a decir sus amigas es inquietante.
Julio César Cleto Cobos ha incurrido en una serie de actos que implican deshonor. Por mucho menos, algunos se han suicidado. Pero no sólo no se suicidó, Aurelio – el encuestador- dice que ascendió a un 72% de imagen positiva. De ser así, hay que reconocer que existe, en verdad, una derrota. Que los mass media hayan logrado alienar al setenta y dos por ciento de los argentinos, cuando apenas nos estamos reponiendo de dos genocidios – el militar y el económico-, sin duda lo es.
Seguramente como expresión de deseo, o como mecanismo de defensa, uno prefiere pensar que las encuestas son parte de la propaganda política y que las increíbles cifras que arrojan están vinculadas a la ‘banelquización’, habitual en la derecha, aunque, con admirable cinismo, la atribuya a sus adversarios.
De todos modos, no está demás reflexionar acerca de la noción misma de ‘derrota’. No hay sentido sin discurso. Los significantes se semantizan según los contextos en los que aparecen. En política, la derrota siempre se mide en términos relacionales, de acuerdo con las condiciones, no sólo propias, sino también del oponente.
El juzgamiento y condena a Menéndez y el juicio a Bussi no impresionan como el gesto de un vencido. Tampoco, los aires de renovación en el gabinete ministerial, la re-estatización de Aerolíneas, el proyecto de movilidad para las jubilaciones enviado al Congreso, los acuerdos con Lula y Chávez, la derogación del Código de Justicia Militar. Además, el ahora Secretario de Agricultura, Carlos Cheppi, comenzó un nuevo diálogo con la Mesa de Enlace.
En cuanto al tema puntual de las ‘retenciones’ hubo un intento, fallido, es cierto, pero la cuestión quedó planteada y el “discreto encanto de la burguesía” se vio obligado a mostrarse en las rutas y en las plazas, (práctica que desprecian por coincidir con los modos de manifestarse de de los pobres, de la plebe, del sudoroso populacho). No es una cuestión menor que los ricos hayan tenido que salir en patota a la calle. Pocas veces se expresan de ese modo y si lo hacen es porque algo temen.
Por otra parte, el conflicto permitió que se afirmara la capacidad institucional de este gobierno, su condición democrática y su respeto a las leyes. Actitudes que la derecha no pudo ni puede exhibir.
Falta todavía librar otra dura batalla: la Ley de Radiodifusión. Pero está en marcha. Además, hubo cambios en Canal 7, en el COMFER y CFK inauguró la modalidad de brindar conferencias
de prensa, lo que denota una voluntad transformadora respecto de las formas comunicacionales. Realmente, no se percibe ningún temple de abatimiento en las acciones referidas.
En las huestes contrarias, en cambio, no se advierte igual dinamismo. Quizá porque son los vencedores y no tienen ninguna imagen que recuperar. ¿Continuará el acuerdo entre los máximos responsables de las cuatro entidades del campo? ¿Surgirá de allí el próximo presidente de la Argentina? ¿Habrá, tal vez, que pensar en De Angeli para satisfacer ese propósito? (Claro, antes debería acceder a la escolaridad).
En cuanto a Carrió, pretendió adjudicarse el triunfo campesino y ni siquiera la dejaron subir al escenario en el acto del Monumento a los Españoles. A partir de ahí su presencia mediática
– que había sido exultante- ha disminuido. Es evidente que la otrora funcionaria de la Dictadura Militar – recordémoslo – , no acierta a constituirse como líder de la oposición.
El otro posible líder, de actual mandato en la ciudad de Buenos Aires, tampoco prospera. Ha comenzado a balbucear que no se trata sólo de pragmatismo, sino también de política. Ahora bien, ¿qué confiabilidad puede tener, en ese sentido, alguien que no ha hecho más que manifestar su desprecio hacia ella?
Por otra parte, su gestión porteña se está haciendo cada vez más complicada. Las mejoras prometidas por él en la campaña electoral parecen inalcanzables. Se incrementan los problemas con el tránsito, con la seguridad, con las inundaciones, con la calefacción y la reparación edilicia de las escuelas, con las nuevas líneas de subterráneo. Quiere destruir el neuropsiquiátrico y el Parque Avellaneda, que es un espacio verde imprescindible y ha sido durante décadas lugar de esparcimiento de niños y adolescentes. Muchas de las órdenes que da son recusadas y quedan sin efecto.
Tiene graves conflictos con los docentes, porque estos saben que está decidido a derogar su estatuto y se propone – además- la desaparición de la Enseñanza Pública: primero, sometiéndola al formato mixto de sponsors (empresarios solventes de cada zona) con asistencia estatal; luego, privatizándola en su totalidad. Serán educados sólo aquellos cuyos padres posean dinero para costearlo.
Se ha reunido, en Rosario, con lo más nefasto del Neoliberalismo internacional y, en esa ocasión, ha nombrado visitante ilustre de Buenos Aires, nada menos que a Aznar. Además, viajó a China. ¿Para qué? En China está Franco, su padre, atendiendo lucrativos emprendimientos… ¿Cuál es el beneficio que aportan, a los vecinos de esta ciudad, los negocios personales de los Macri?
No está de más preguntarse si es posible que el ex dirigente de Boca salga indemne de la jefatura de gobierno o si quedará algún margen para que sea presidenciable.
En cuanto a los Menem, los Rodríguez Saa, los Duhalde ¿quién puede desear que reaparezcan en el futuro político de la Argentina después de haber colaborado tan intensamente para hacerla añicos en el pasado?
¿Cuál es el nuevo candidato de la UCR que se vislumbra con envergadura presidencial? ¿Cobos?
¿López Murphy podrá exceder el 2% de los votos?
¿Y a Vilma Ripoll su protagonismo campero le podrá asegurar algo más que un porcentaje inferior a la unidad?
De Narváez es dueño de un canal de televisión, pero ni siquiera esa enorme ventaja puede garantizarle la preferencia del electorado.
Solanas, Lozano, Argumedo habían conseguido en octubre del 2007 el apoyo de ciertos sectores de la juventud y hasta se los consideró una esperanza para el 2011, en tanto profundización del proyecto nacional y popular. No tuvieron paciencia. El conflicto con el campo empañó la legitimidad de su propuesta. Es comprensible y hasta aceptable su crítica denodada al
kirchnerismo. Lo que no se comprende es que se hayan aliado con el enemigo histórico de su propia causa.
Concluyendo, la imagen del gobierno se ha debilitado, pero la oposición no crece. En política, ni la derrota ni el triunfo son términos absolutos.
Por eso, no es desdeñable creer que tal vez, de esta crisis actual, surja la síntesis que nos permita superar la “infamia” de los ’90.
Marta
Agosto/ 2008
Comparto lo que decis, pero me parece que lo que hay que tener en cuenta es que en terminos democraticos cuesta imaginar una oposicion fuerte para 2011, sin embargo hoy en dia los mass media (destruction) te construyen una realidad (virtual?) que hace que la clase media cambie de humor, usando el miedo como metodologia. Digo, si lees pagina, la cosa esta «rara» pero no es el apocalipsis que te muestra La Nacion. Un secuestro se puede transformar en una «alarmante ola de secustros», una baja del merval se puede transformar en «el gobierno desmiente la creacion de un corralito» (con la foto de moreno al lado y publicidad con letras rojas al lado). En el (primer acto del) conflicto «del campo», habia gente que decia que el gobierno era una dictadura, el stalinismo, ¿Que poder de relacion puede tener la gente que dice eso?: la que le dicen los medios. Hay que estar atentos al segundo acto..
«la barbarie mediatica construye conciencias reaccionarias»
Marta coincido en general. No hay referente que capitalice la derrota y la crisis se resolvería dentro del peronismo como dice Artemio.
El gobierno perdió una batalla. Impotante claro pero no es la derrota total, el desbande y hay que empezar todo de nuevo.
Y la política que reemplace al kirchnerismo necesita ser nueva. Un intento es hacer de Cobos quien unificará a la oposición de su propio gobierno fromando una coalición contraria a la coalición que él mismo formó y de la cual aún forma parte al menos en lo formal. Con esto quiero decir que tampoco nadie la tiene fácil.
Saludos.
Recuerdo que algo parecido sucedió al demitir De la Rua, el lugar presidencial quedó vacio, las asambleas ganaron poder, fue una victoria (en parte) del pueblo. Sin embargo ninguna coalición política pudo llenar ese vacio, y el pueblo aparentemente estaba muy verde para generar actores políticos que lo hicieran. Una vez más, quién lleno ese lugar? Nuestros queridos amigos neoliberales-mafiosos y más que políticos, negociantes-traficantes. Los otros que habian bregado por la destitución. Como tu dices las derrotas y los triunfos no son siempre absolutos.
Es una constante en ustedes los zurdos negar la realidad: si los pobres no quieren la revolución es porque «no entienden», si el 72% apoyo la decisión de Cobos es porque «fueron alienados».
Ustedes tienen un problema, son USTEDES los que no entienden, los soberbios que creen representar a las mayorías y tienen que pagarlas como en Venezuela o reprimirlas como en Cuba.
CFK ganó porque prometió «cambio» , y NUNCA dijo que iba a enzurdizarse, enchavizarse, morenizarse, deliarse y devidearse aun más que su marido. Todos pensamos (aun yo, que no la voté) que era una versión «racional» de NK.
Cobos simplemente encarnó esa version que votó el 46% del electorado. La traidora fue CFK, que mintió a su electorado y ahora lo está pagando.
¿Quién dijo que Cobos tiene un 72% de apoyo?.
Del 72porciento, me gustaría preguntarte ¿según tu preclara concepción,que se hace con los «zurdos»?.
Del 72por ciento, Vos sos de los que hablan de mayorías según las encuestas,pero no las toleran cuando se expresan en votos.
Dice del72porciento que a los zurdos hay que meterlos en un centro clandestino de detencion y darles maquina y despues matarlos.
Pedro:
Coincido plenamente con vos. Los medios, en manos del enemigo, tal como están, pueden conducirnos a cualquier catástrofe.Lo sé. pero tengo esperanzas de que la Ley de Radiodifusión
(en tanto pueda sacarse)repare en algo el caos actual. También confío en Tristán Bauer. Yo aprovecharía Canal 7 (que se ve en todo el país) para que se incluya, en la programación diaria, un espacio ( no menor de dos hora) dedicado al análisis de discurso.Todos los discursos de la contra desmontados minuciosa y didácticamente para que se adviertan sus falacias y sus trampas.
Observo, admirada, el desparpajo con el que mienten. La mayor parte de la información que transmiten es invento, bajada de línea para confundir y formar en la gente una opinión contraria a sus propias necesidades e intereses. Esto,sin duda, debe modificarse.Ya.
«La Nación» he dejado de leerla porque no la resisto. Me desborda. Lo mismo me pasa con «Clarín». Conozco sus intereses y sé perfectamente lo que pueden llegar a decir de cada acontecimiento y de cada cuestión. Se han vuelto completamente previsibles.(Uno de los temas que habría que atacar y resolver respecto de los Mitre y de los Noble es el gran negocio del papel prensa).
Sólo leo «Página» y «Miradas al Sur». Para flagelarme, me basta con ver, de vez en cuando, T.N.
Un saludo, Pedro.
Hasta la próxima.
Néstor Sbariggi:
Hola. Tal como decís nadie la tiene fácil. Pero nosotros la teníamos mucho, pero muchísmo peor, hace unos años. No quiero parecer voluntarista, pero que hay un cambio en Amèrica del Sur es innegable.Comenzamos el 2000 dominados. Tal vez, unidos, las cosas cambien.
Un cordial saludo
Marta
DEL72PORCIENTO:
Hay algo que no termino de comprender. Usted dice que no votó a CFK. Supongo que por no estar de acuerdo con la propuesta de la actual presidente. Y sin embargo afirma que ella es una traidora porque prometía un cambio respecto de la gestión de NK, y no lo cumplió.
Me parece que no entendió la idea : lo que Cristina prometió en campaña fue una profundización en el cambio iniciado por Néstor Kischner.(Un cambio respecto del modelo neoliberal de los ’90). Por eso la voté yo. Y me parece que está tratando de cumplir con su promesa.
Si Ud. supuso algo distinto es un problema suyo de interpretación.
Pero en algo acertó, pese a todo. Soy zurda.Peronista zurda. Y estoy orgullosa de serlo.
Marta
Void:
¿Otra vez? Eso es contumacia.
Marta
Juan:
Muy bien, compañero. Coincidimos una vez más.
Un saludo
Marta
del72porciento:
gracias por perder su valioso tiempo predicándonos a los salvajes.
Es realmente lamentable que no seamos capaces de apreciar en su justo valor el sacrificio del Cleto.
Pero piense que antes que Ud ese verdadero precursor que fue el Inspector de Aves de Corral intentó, inútilmente, hacernos entender que el verdadero Hijo de Dios era Judas.
Es como Ud dice, el problema lo tenemos nosotros.
Marta:
Hay un par de problemas en tu buen artículo. A saber;
*Caer en la lógica de lo que llamás «la barbarie mediática». Ese 72% no es representativo de poco menos que nadie. Ni siquiera sabemos si la encuesta es telefónica o no, en el caso de que feura telefónica recordá que es menos representativa por la distribución desigual de las clases sociales en el acceso al bien tecnológico que representa el teléfono de línea.
*Tu visión sobre la lectura popular de los medios peca de visiones que tienden a ver en los mass-media al opio de los pueblos. No me parece que los medios de la Argentina pos-menemista puedan llegar a tener ese impacto, en todo caso, lo que hacen es fijar agenda y decidir que voces opinan y cuáles no. Otra cosa que hacen sistemática y brillantemente es la construcción sesgada, apolítica y reaccionaria de significantes sobre la matriz de los procesos sociales. Igualmente creo que salvo el caso de sectores de clase media y alta, esos sectores que dicen sí a todo, el famoso «quiero que le vaya bien a este Gobierno, por eso apoyo al campo», vos entendés, muchos de nuestros compañeros de clase, pero en todo caso se ha operado sobre valoraciones subyacentes y broncas latentes. De ninguna manera los «corderos» salieron de la nave eclesiástica obligadas por el Obispo, sólo se azuzó sus conciencias ya predispuestas para odiar, golpear y negociar.
Del 72 por ciento: Te recomiendo que vayas al blog de José Benegas, al de Mavrakis y Valdez o que escuches a Baby Etchecopar. Cada pensamiento político tiene su espacio que obviamente no es un compartimento estanco, pero dado tu refinado lenguaje («zurdos», etc) te entenderás mejor con esa gente.
La Nación al menos es coherente Marta. Clarinada siempre fue así, no sé porque os sorprende el hecho de que «Clarín mienta». Al menos nos queda O. R Cardozo ahí dentro.
Una canción para la derrota: http://www.youtube.com/watch?v=BfYR6EH_9qg
Hola, Julián. ¿Cómo estás, amigo? Sabés que me parece que yo no utilicé esa denominación de «barbarie mediática». Suelo referirme al «terrorismo de los medios», pero no hablo de «barbarie» en ese sentido. Para hacerlo debería explicar primero con qué connotaciones estoy empleando ese significante y si tengo que explicarlo, ya no me sirve. Prefiero «terrorismo» que connota (casi denota) con «dictadura», «abuso de poder», «crimen», «discurso hegemónico», etc., etc.
Ya sé que el 72% es un dibujo que hizo Aurelio para apuntalar (Banelco mediante)la imagen de Cobos. Él mismo, cuando transmitía el dato dijo que era un resultado obtenido en una situación de emergencia pero que seguramente se iba a modificar. Esta sola aclaración pone de manifiesto la escasa credibilidad del «72». Además, quién duda de que la manipulación de las encuestas es uno de los modos con los que se sofoca a la opinión pública. Machacan y machacan sobre caliente para impedir pensar.
Sin embargo, a mí, más que lo verbalizado de manera explícita me preocupa lo implícito, lo subliminal.La televisión, por ejemplo, tiene dos armas fatales: el crimen y los accidentes, por un lado y, por otro,el exhibicionismo – no erótico, porque eso sería estético y por lo tanto valioso – sino burdo, chabacano, decadente. Mucho Tinelli, mucho Sofovich, mucho Rial, mucha intimidad manoseada por todos los canales. Y demasiada muerte. Eros y Thánatos apuntando al deseo y al miedo desde la «caja boba». ¡Peligroso!
los que orquestan todo eso no son «bárbaros». Saben lo que hacen. Es programático, calculado, previsto hasta en sus mínimos detalles. Manejan cifras siderales de dinero y se reservan todos los negocios (incluso el sojero) y todos los privilegios. Son los que buscan volver al Modelo de los ’90.
Sí, ya lo sé, Julián. Los Kirchner subestimaron el poder de los Medios. O lo sobre-estimaron tanto que prefirieron negociar con ellos a enfrentarse. Fue peor.
Ahora habrá que reparlo. Cuanto antes.
Hasta luego
Marta
P.D.: me parece genial que hayas mandado a Del 72% a donde lo mandaste.
que manera de hablar pavadas….cual es el «deshonor de Cobos?» por favor hablar de honor….. judas, seamos maduros.
que quiere decir que «que cobos tenga 72 por ciento de imagen positiva es alertante cuando apenas nos estamos recuperando de dos genocidios»???? que quiere decir? que une las dos cosas? hablar de los 90 como «genocidio» es poco serio.
hablando de Franco Macri, creo que es mas Kirchnerista que PRO eh averigua un poco!
lilita fue funcionaria dew la dictadura? que fue? que desapariciones ordeno? Zaffaroni tambien fue «juez de la dictadura» poco serio, tambien.
Sr.Pepe:
Con todo respeto, me permito decirle que se percibe en su comentario un tono crispado, rayano en la violencia. La repetición algo descontrolada de signos de pregunta y algunos giros poco gentiles como «déjense de pavadas», «hablen en serio», etc., etc. sugieren prepotencia. O tal vez irritabilidad de hipertenso. Por las dudas, vaya dejando la sal.
Saluda a Ud. muy atentamente
Marta
Marta:
Primero disculpas, es cierto que vos no dijiste «barbarie mediática» sino que fue Pedro. Al entrecomillar este comentarista esa frase, creí que pertenecía a tu texto.
Sé que lo decís medio en broma y medio en serio, pero realmente detesto el calificativo de «caja boba» para la Tevé, creo que es resignar ese espacio a manos de las viudas del Noventismo. Tenemos a Encuentro, tenemos a Canal 7, hay que ir por más, despacio, suavemente, con épica republicana más que nacionalista. Yo tengo fe en usar a la caja boba para algo más productivo que enterarse de la nueva forma de mover el culo que aprendió el gato siliconado de turno. Tampoco es que le otorgue más importancia de la que tiene a la TV, pese a que me parece una linda utopía, no me convence la idea de una Tele que «eduque», creo que eso es errar el vizcachazo, para eso está la escuela. Además el pueblo sabe que la tele es la tele, no todo es serio y uno no puede aprender en ella lo que no se hace en las instituciones públicas. A lo que si aspiro es a exista una tradición que concebiba a la televisión como un servicio público y por lo tanto, se arribe a un respeto de la diversidad cultural existente. Aspiro a una televisión que hable de ciertas cosas sobre las que es mejor hablar que callar, que otorgue voces a aquellos que no las poseen, que cree nuevos significantes tendientes a construir una cultura más democrática y menos suceptible de ser controlada por los dispositivos de dominación cultural. Como verás, los «racionalistas», los «nacionalistas sin Nación» como diría Horacio González en su barroco y pesado estilo, también tenemos pasiones y utopias.
Criticás a la parodia de erotismo que se ve en el programa de Marcelo Tinelli y no puedo dejar de coincidir con vos, el erotismo es un arte y lo que se ve en Tevé vos lo definís con un adjetivo que me parece algo asombroso en tu boca: «chabacano». Pero hete aquí que quiero recordarte que estamos en Tevé, y para colmo de males, en la Tevé argentina del ¿pos?-neoliberalismo, que haya exhibicionismo es poco comparado con la tele que supimos conseguir allá en los Noventa. Algunos hechos «destacados» para refrescar la memoria: Alfredo Bravo se encuentra con Etchecolatz en el programa de Grondona, «A la cama con Moria», Menem y la odalisca, Menem conduciendo «Tiempo Nuevo», Cabezas, Caso Cóppola, Samantha Farjat, jueces y abogados mediáticos, peleas en cámara en lo de Viale, miles de etcéteras. Tinelli y Rial son bebés de pecho al lado de eso….
Sin embargo, el ser humano es un acumulador de técnicas que no desecha del todo. De otra manera no se explica que el libro o los periódicos no hayan muerto, pese a la masificación del audiovisual y el multimedia, todavía estamos a tiempo de revertir el terrorismo de la prensa. Es responsabilidad del pensamiento democrático dar la batalla. El Gobierno parece dispuesto a animarse, tiene un tipo excelente como Mariotto, habrá que ver si se anima. Sölo el tiempo lo dirá.
Pepe:
Que lástima que usted entienda que el honor es algo inmaduro. Pensar que Lisandro de la Torre se batió a duelo en reiteradas ocasiones y Leandro N. Alem se suicidó por su honor ultrajado. Parece que eran otro tiempso ¿no? ¿Se habrán quedado en el «45»?
Es cierto que Carrió fue empleada del Estado durante la dictadura, comparto con Pepe que ese no es motivo para defenestrarla.
Marta no te preocupes por mi salud, pero si queres respondete mis preguntas
!!!!!
gracias.
Julian no es que crea que el honor es algo inmaduro, pero decir que aqui se jugaba el honor me parece disparatado.
ganabamos con el «honor» de Saadi?
Sr.Pepe:
No respondí inicialmente porque Ud. – pese al uso exasperado de los signos de interrogación- no preguntó,aseveró. Responder con argumentos a una suerte de prepotencia descalificadora y – de manera ostensible – agresiva, es «poco serio».
No sucede nada terrible, Sr. Pepe.Estamos en las antípodas. Es sólo eso. Ud. concibe el mundo, la Argentina,las personas de un modo y yo de otro. Lo que para Ud. es un valor, para mí es un disvalor.Y viceversa.Por ejemplo, según mis códigos, asumir un compromiso, en el ámbito que sea, es una cuestión de honor. Si alguien se arrepiente del compromiso asumido y no quiere continuar asumiéndolo, renuncia.Si puede, fundamenta por qué lo hace y si no, renuncia. Y basta. Así de simple.Pero en la contra-ética de los ’90 – que Ud. al parecer defiende- la idea del honor quedó abolida.
…Y hablando de esos años, digo que hubo un genoidio porque miles y miles de argentinos perdieron su trabajo. Gran parte de ellos tuvo que emigrar. Otros se derrumbaron, doblegados por la depresión.Y lo más triste es que muchas, pero muchas criaturas se murieron de hambre. Y no es una metáfora: se murieron. Si eso no fue un genocidio
– la continuidad o la realización plena del modelo económico instaurado por Martínez de Hoz- dígame Ud. qué fue.
No vaya a creer que no lo comprendo. Si está de acuerdo con ese modelo, es lógico que piense que una cuestión de honor es una «pavada».
En cuanto a la Sra. Carrió, que haya sido funcionaria de la Dictadura se podría tomar como un pecado de juventud – en instancias en las que se hallaba ávida de crecer y de encaramarse-. El tema es que ese pecado se suma a su performance actual. Y a su discurso:se ha vuelto defensora a ultranza de la Iglesia, de las FFAA (procesistas) y de la
oligarquía terrateniente. Como se ve, hay reincidencia.Insiste en cometer – al menos en un plano ideológico y discursivo, ya que por fortuna no tenido oportunidad de gobernar, – el mismo pecado que cometió en la etapa más oscura de nuestra historia.
Y ya que estamos, me tomo el atrevimiento de responderle también la pregunta que le hace a Julián,que es más o menos ésta: «¿Haber ganado con el voto de Saadi habría sido honorable?»
Tal vez no. Pero al menos Saadi votó por lo que había decidio la mayoría de su propio partido, el PJ. En ese aspecto no es a él a quien debe aribuírsele una traición.
Mejor sería preguntarse si fue honorable haber ganado con el voto de Patricia Bullrich Luro (y lo que sea), no sólo porque a lo largo de su vida política fue cambiando de bando más rápido que de vestido, sino porque, entre otras cosas, fue una de las responsables de la felonía de haber entregado Aerolíneas.En los ’90.
Con todo respeto
Marta