PROFECÍAS AUTOCUMPLIDAS
El martes, Zaiat termina esta nota diciendo: «…Estados Unidos tiene la fortuna de que sus ahorristas no poseen el ejercicio de los argentinos. Pese a la crisis bancaria, ellos todavía mantienen los depósitos dentro del sistema. Su salida sería el ingreso a la dimensión desconocida.»
En la economía, el teorema de Thomas, tiene una notable validez: Si una situación es definida como real, esa situación tiene efectos reales. Cuando los norteamericanos creen aún, en la fortaleza relativa de su economía, ayudan a hacerla más fuerte.
Contrariamente, en la Argentina, tenemos que escucharlo a Cavallo anunciando todo tipo de dificultades para la nuestra. Lo cual, sin duda, ayuda a crearlas. Veamos la definición de profecía autocumplida que da Robert Merton: La profecía que se autorrealiza es, al principio, una definición «falsa» de la situación que despierta un nuevo comportamiento que hace que la falsa concepción original de la situación se vuelva «verdadera».Personalmente tengo muy incorporados estos conceptos, porque desde chico me los explicaba mi padre que era médico, hablándome de su profesión (adapto un ejemplo imaginario de la medicina a lo dicho por Cavallo): Un paciente llega al cardiólogo preocupado por una posible dolencia. El médico le toma el pulso y el paciente tiene 90. Imaginemos que el médico le miente y con cara de preocupación le dice: «tiene el corazón muy acelerado, 120 pulsaciones por minuto.» El hombre se preocupa, su corazón se acelera y pocos segundos después, lo dicho por el médico se convierte en realidad.
La importancia del análisis de Zaiat, radica en que son muchos los argentinos que de una u otra forma participan (o participamos, no me excluyo), de diferentes formas de profecías autocumplidas. ¿Nuestra actitud es una consecuencia de las crisis vividas? ¿O las crisis vividas son una consecuencia de nuestra actitud? Las dos cosas, es un proceso que se retroalimenta.
Por supuesto hay ejemplos diferentes, en este post pudimos leer el siguiente comentario: «Me parece que la orientación de las buenas acciones de este gobierno está directamente ligada a nuestra capacidad como militantes sociales de velar porque esa fe no sea derrotada». (Alvaro) Muy lúcido y con una clara comprensión de nuestro carácter de participantes en los hechos y no meros espectadores.
Pero en el mismo post, pudimos leer este otro comentario: «yo no creo en la patria, no es nada para mi» (Pepe). No es mi intención acusar a Pepe de nada, pero sí, tratar de rastrear dónde surge la concepción internacionalista que subyace en sus palabras.
CONCEPCIÓN INTERNACIONALISTA
Esta concepción tiene un gran impulso con la Revolución Francesa. Tiene que ver con el tercero de los términos de la famosa trilogía. El libro de Robespierre «Libertad, Igualdad, Fraternidad», tiene un capítulo llamado «sobre las virtudes de la fraternidad», allí propone cuatro artículos para recordar los deberes de fraternidad que unen a todos los hombres y a todas las naciones. Art. 1: Los hombres de todos los paises son hermanos, y los diferentes pueblos deben ayudarse entre sí según su poder, como los ciudadanos de un mismo estado.
Esta es la concepción básica del internacionalismo y de la fraternidad, una hermandad entre todos los hombres. Sin embargo es interesante advertir lo que ocurre con los tres artículos siguientes, las negritas son mías.
Art. 2: Aquel que oprima a una nación será declarado enemigo de todas. Art.3: Aquellos que hacen la guerra a un pueblo para frenar los progresos de la libertad y aniquilar los derechos del hombre deben ser perseguidos por todos, no ya como enemigos comunes, sino como asesinos y bandidos rebeldes. Art.4: Los reyes, aristócratas y tiranos sean cuales fueren, son esclavos rebeldes contra el soberano de la tierra, que es el genero humano y contra el legislador del universo, que es la naturaleza.»
La fraternidad universal queda escindida, inmediatamente luego de ser constituida. Es una hermandad de unos, contra otros. Esto ocurre porque es muy difícil plantear cualquier tipo de identidad, si no hay nadie que caiga en la categoría de «el otro». Esto plantea un primer problema general a quienes quieren descartar los nacionalismos, problema que puede subsanarse planteando otras líneas de corte, como lo hace, por ejemplo, el marxismo.
En el caso particular de los paises periféricos, se agregan otras dificultades. Sarmiento es uno de los principales impulsores de los ideales de la Revolución Francesa en Argentina. Queda enfrentado a Rosas, quién defiende la religión y el nacionalismo, frente al laicismo y el internacionalismo. Sin embargo, en el caso de la contraposición internacionalismo/nacionalismo, no es tan sencillo extrapolarla desde el centro a la periferia, ya que las posiciones tienen un significado diferente, según desde dónde se expresen. Veamos este trabajo de Antoine Roger, que explica el pensamiento del sociólogo estadounidense Immanuel Wallerstein en los siguientes términos.
En el «centro» la burguesía halla ventajas en «utilizar los poderes legales del Estado para promover sus propios intereses.» Utiliza el nacionalismo para afirmarse sobre el plano exterior contra las burguesías de los «centros» rivales y para proteger su mercado doméstico. El nacionalismo se convierte en la piedra de toque del mercantilismo. Cada estado lo utiliza para legitimar su posición en el sistema-mundo: «para un Estado no ser una nación significa estar fuera del juego que consiste en impedir o en favorecer toda modificación de su rango en la jerarquía.» Mediante cierta mistificación el nacionalismo permite hallar raíces históricas (véase «naturales») a la dominación que ejerce el centro sobre las periferias. En la periferia, en cambio, se produce un nacionalismo antiburgués. Procede de una reacción contra el sometimiento centralista. Cada periferia adopta una postura nacionalista para «cuestionar su mala posición» en la jerarquía del sistema mundo.
EVOLUCIÓN Y DEGENERACIÓN DEL CONCEPTO EN ARGENTINA
A las dificultades mencionadas para la concepción internacionalista en los paises periféricos, se les suman características propias del nuestro. En otro post, se debatió largamente la exagerada crítica a nuestro propio país que reina en la Argentina. Creo que las posiciones inicialmente internacionalistas, sufrieron aquí una degeneración (que Sarmiento no hubiera avalado, ya que sus alabanzas para este país eran muchas), que las fue llevando a transformarse en un «chauvinismo inverso» (expresión que leí en un comentario de Goliardo, que a su vez la había tomado de Jauretche, si no me equivoco), en donde arrecian las críticas, hechas precisamente, como si quién las hace fuera un espectador y no un partícipe (si volvemos a Cavallo, es un ejemplo caricaturesco de esta posición). Las razones de esta evolución negativa es probable que sean varias, pero acuerdo con Ezequiel Meler que tienen como eje importante el mito de los «años dorados» de la Argentina agroexportadora, el granero del mundo, sumado a una decepción posterior, algo así como un «paraiso perdido».
La fusión entre el chauvinismo inverso y algunos de nuestros males provocados por las profecías autocumplidas, la expresé en un comentario de aquel post, que ahora uso, un poco modificado, para cerrar este:
Los principales responsables de que seamos un país relativamente poco coherente en sus políticas de largo plazo, son precisamente aquellos que al llenarse la boca con elogios a otros países (mientras tienen en la punta de la lengua la frase «este país es una mierda»), están socavando continuamente el progreso de este.
Un caso interesante para poner a prueba la hipótesis del «paraíso perdido» es el Uruguay. Por supuesto que no fue el «granero del mundo» pero tuvo sus años dorados en cuanto a progreso económico, desarrollo social y estabilidad democrática. Era «la Suiza de América Latina». Después comenzó su decadencia, expresada sobre todo en estancamiento económico y deterioro de los niveles de vida de la población.Una proporción importante de la población de ese país se ha visto obligada a emigrar (no menos de medio millón hacia nuestro país). Sin embargo, nunca he escuchado a un uruguayo decir que su país es una mierda.
Adolfo: Sí, es probable que se necesiten sumar otros motivos para dar una explicación más completa. En el otro post mencionabas la relativamente reciente inmigración como posible causa. Esto tendría dos vertientes, por un lado la asimilación de conductas que existían de modo similar en los lugares de origen (hablabas del sur de Italia) y por otro, las inevitables dificultades de adaptación que encuentra cualquier inmigrante. Tal vez la inmigración como único motivo, tampoco alcanzaría para explicar la situación, pero sí, si la sumamos a la concepción internacionalista inicial y el «paraiso perdido» posterior. Aquí podriamos tener tres causas diferentes, pero que entrecruzadas pueden explicar la situación.
El teorema de Thomas tambien se expresa como que «las cosas son lo que parecen ser»
Una vez había un reino muy próspero. Su rey, enormemente rico y bondadoso, no cargaba con gabelas a sus súbditos y comerciaba con los reinos vecinos, pagando sus compras con puntualidad y entregando sus mercancías sin demoras ni engaños.
Un dia en el que el bondadoso monarca estaba en sus aposentos leyendo, entró muy nervioso su primer ministro.
-Majestad! Os traigo una noticia terrible! Se ha abierto una grieta en los sótanos de palacio y la tierra se ha tragado todos vuestros tesoros! No queda ni una mísera moneda! Estamos perdidos, este es el fin!
El rey, que además era sumamente sabio, reflexionó unos instantes al cabo de los cuales le preguntó a su fiel ministro is alguien más conocía la noticia.
-Nadie más que vuestra majestad y yo mismo, Sire.
-En ese caso y sabiendo que confías en tu rey, ponte de cara contra la pared, cuenta lentamente hasta diez y yo te daré la solución.
El funcionario, que confiaba ciegamente en su rey, hizo lo indicado.
Mientras contaba lentamente «uno, dos, tres…» el rey tomó una afilada cimitarra y de un tajo lo decapitó. Arrojó la cabeza y el cuerpo al foso de los cocodrilos y retomó su interesante lectura.
Y el reino siguió siendo próspero, y los reinos vecinos siguieron dándole crédito y comerciando con él y todos fueron felices per seacula saeculorum.
Hoy y gracias a la hipercomunicación, todos somos primeros ministros aterrados por las noticias de los frentes de las batallas económicas y ningún rey, por más sabio que sea, puede cortarnos las cabezas y seguir viviendo en paz,
Una verdadera lástima.
Jorge: Las cosas son lo que parecen ser (a veces, otras veces, aún hoy, quienes manejan la información logran, al menos, colorear la realidad con un tono determinado), si hablamos en pasado o en presente. Pero si incorporamos el futuro, las cosas nunca «son» del todo, siempre están en transito a ser algo un poco diferente de lo que eran, y en ese transito, la definición que hagamos de ellas, es un elemento más capaz de modificar lo que esas cosas serán.
Sergio, entonces reformulo.
Las cosas son la resultante de tres componentes:
1. Lo que son
2. Lo que parece que son.
3. Lo que hagamos para que sean otra cosa que lo que son y lo que parece que son.
Jorge: Totalmente de acuerdo. Muy buena definición, sintética y precisa.
Schussheim: Mmmm… algo me dice que el rey ahora no nos corta la cabeza. Nos la llena con gomaespuma, o algo así, a través de los medios del stablishment. Es evidente que los States han desfondado las arcas, y sin embargo, todos siguen usando los Treasuries como último refugio. No es loco? Hasta cuándo resistirá la «Golden Card» china?
Cuando días pasados mostré aquí que el FBI no tiene pruebas sólidas para lanzar un pedido de captura de Bin Laden por lo del 11/S, en vez de comprobar por sus propios medios si ésto era así o eran mentiras, un tipo me pone que «el que lo dice no es creible».
http://artepolitica.com/nino-que-eso-no-se-dice/
Todavía sigo en estado de shock por esta respuesta!