Hay algo que los periodistas saben perfectamente: las palabras no son, jamás, inocentes. Las palabras nos interpelan, nos movilizan a formar determinados juicios, a pensar de determinada forma. Las palabras construyen realidades. Basta con un burdo ejemplo futbolístico para comprender esto, decir: “Demoledora victoria de Boca sobre River”, es bien distinto a decir: “Con gol de último minuto Boca le ganó a un aguerrido River”.
Con esto en mente, y en mi condición de militante política, me ví en su momento indirectamente agredida y obligada a responder el artículo que publicó la entonces escritora y senadora por el Frente Cívico de Córdoba, Norma Morandini, hoy candidata a vicepresidenta de la Nación en la Fórmula de Hermes Binner. Este artículo se tituló “Los Pañuelos ya no son tan blancos” y fue publicado 02 de Octubre de 2010 en el diario Clarín. Por el reciente anuncio de su candidatura, y por estar nuevamente el tema de las Madres en el debate público, comparto con ustedes la crítica que entonces hacía a este articulo que pinta claramente la ideología de la nueva cara del «progresismo» en la Argentina.
Haciendo gala del estilo literario que la caracteriza, Morandini se valía entonces en su artículo de una serie de elaboradas metáforas y recursos retóricos para transmitir una visión negativa de la Política y de los políticos. Esa misma visión que tanto daño ha hecho a nuestro país y al mundo. En esta respuesta intentaremos develar qué hay detrás de sus rebuscadas palabras. El análisis de la autora parte, casi sin nombrarlo (y esto no deja de ser notorio), de un hecho político reciente: las declaraciones efectuadas por Hebe De Bonafini en la marcha convocada para la defensa de la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual. Como se conoce, De Bonafini es una de las fundadoras y Presidenta de la asociación Madres de Plaza de Mayo. Pero no se trata de ella. Ya desde el título la autora hace indirectamente alusión a las Madres de Plaza de Mayo, a las Abuelas, y hasta se podría pensar a todos los organismos de Derechos Humanos en la Argentina, y a los millones de argentinos que apoyamos su labor. Es decir, partiendo de un hecho puntual, entiéndase: las palabras de Hebe de Bonafini en un contexto de protesta social específico y altamente convulsionado, la autora extrae conclusiones que aplica a un conjunto mucho mayor de la sociedad argentina.
Morandini comienza señalando: “Una insurgencia femenina que golpeó en el centro del poder militar, pero que ahora escupe el corazón de la democracia, el Palacio de los Tribunales” Ya lo dijimos aquí, las palabras no son inocentes. Cabe preguntarse entonces: ¿Qué está diciendo? Al menos dos cosas: 1) Las Madres y Abuelas ayer fueron buenas, hoy son “malas”. 2) El corazón de la democracia está en los Tribunales de la Justicia. Morandini saca el corazón de la democracia de la Voluntad Popular, la voluntad del Pueblo, para entregárselo a una institución histórica, concreta, y como todas las instituciones, compuesta por seres humanos con determinados intereses. Respecto al caso particular al que se refiere Morandini, el accionar de la justicia con respecto a la Ley de Medios de Comunicación Audiovisuales, su rol ha sido al menos cuestionable en diversas ocasiones.
Siguiendo con su análisis, nos resulta verdaderamente llamativo el punto de partida de la autora: hace referencia nada menos que a la Grecia clásica. Comienza diciendo: “Los griegos las escondían, porque, decían, no hay nada más subversivo que una madre que perdió a su hijo”. Hay algo fuerte en este comienzo, y es solo la primera de varias veces en el mismo artículo invoca a Grecia para referirse a las Madres. Desde el principio es imposible, por la analogía que la misma autora plantea, no pensar que lo que se dice es sobre las madres en duelo en Grecia está dirigido a su unidad de análisis central, las Madres de Plaza de Mayo “son subversivas, son perturbadoras, hay que esconderlas”. Continua Morandini: “Desde que las madres se instalaron en la Plaza de Mayo, allí, como en un gran teatro abierto, ellas escenificaron y recrearon los mitos ancestrales, la Gran Madre, origen de la religión, las Antígonas que desautorizan al tirano para honrar la muerte, y a la par exigen justicia”. A partir de este punto de partida, surge ineludiblemente una pregunta: ¿Qué hay detrás de esta constante apelación a Grecia? A nuestro entender, esta metáfora deja traslucir el núcleo duro del pensamiento que Morandini defiende: una perspectiva liberal y esencialista de la política. ¿Qué son esos mitos ancentrales sino esencias estáticas? La política como lo puramente racional, la política como el orden, la política como lo inmutable…que no es más que otra forma de nombrar al Statu Quo. Del otro lado de la moneda, “lo político” sería lo espurio, lo malo, lo indeseable.
Continuemos con sus palabras: “Pero en el momento que dejaron la plaza para entrar en otro Palacio, el de la sede del Gobierno, dejaron la simbología del pañuelo para la Historia y se tornaron dirigentes sectarias. Ellas, que habían hecho del silencio el más efectivo grito de protesta, comenzaron a hablar, a increpar, a insultar. Al ideologizar la pérdida de los hijos, fueron despojadas de la figura atávica de la madre de todos y por eso, universal. Si perturba una madre sin lágrimas, mas incómoda resulta la madre que insulta. Aquella que fue descalificada por “loca” por el régimen militar vuelve a ser la insana, pierde consenso ante la sociedad».
Como vemos, apela explícitamente a un supuesto universal, puro, casi sacro de la Madre, para luego compararla con estas madres de piel y hueso: no las critica en el fondo por no llorar, las critica por hacer política. En esa crítica las llama “locas” y se contradice a sí misma, ya que luego dice que las Madres le merecen el mayor de los respetos. Olvida (¿olvida?) que las Madres no hicieron del silencio el grito de protesta por elección sino porque las silenciaba un régimen de gobierno autoritario, represivo y los medios de comunicación a su servicio.
Esta última frase no hace más que confirmar nuestra sospecha, cuando recurre a la figura del “consenso ante la sociedad”. Frente a esta mirada queremos aquí citar a la reconocida politóloga Chantal Mouffe, cuando dijo: “Hay una especie de idea general que es errónea y peligrosa, que está vinculada al hecho de que para ser democrático hay que buscar el consenso”. En esa línea, nos ayuda a tener una compresión global de su mirada escuchar las palabras que Morandini expresó en una entrevista reciente: “Estar peleando siempre contra alguien denota una clara forma antidemocrática” (La Nación, 3 Octubre de 2010). Contrariamente, desde otra postura hemos muchas veces resaltado que la especificidad de lo político, está justamente en el papel esencial que desempeñan los antagonismos y el poder en la vida social. En palabras más simples, repitamos lo obvio: Si se quiere cambiar algo, es imposible no confrontar con quienes quieren que todo siga igual. No pudiendo más que celebrar, desde esa perspectiva, el retorno de lo político en la argentina de hoy. Vivimos una época donde la política ha vuelto ha tomar un papel protagónico, pocas veces la deliberación pública ha sido tanta como en estos años. Los resultados en términos de reducción de la pobreza, desarrollo endógeno y autonomía como país, están a la vista a todos.
Dice que se “ideologizaron” la perdida de sus hijos: ¿A qué noción de ideología está apelando? Sin dudas no a una noción positiva. ¿Será que la autora no comparte ese llamado de Gramsci a los intelectuales orgánicos de “poner en perspectiva el estado de una clase”, siendo esa la tarea central de la ideología?
Continua: “En la intolerancia, el desprecio a los que piensan diferente, desnudan la cultura política que sustentó esa tragedia y como un espejo nos revelan las entrañas de una sociedad que camina entre el miedo y la libertad, pero no se despojó del autoritarismo que la atraviesa como historia. Denunció las violaciones a los Derechos Humanos pero todavía no construyó una cultura de respeto e igualdad, la base política y el sustento doctrinario de las democracias sociales, amasadas con las contradicciones y los conflictos que solo dinamiza la libertad. Sin embargo, entre esas madres que hicieron del dolor coraje y consiguieron para todos nosotros espacios de Verdad y Justicia, hay muchísimas otras madres que dejaron la plaza, no para regresar a la casa, sino porque el tiempo de la libertad las tornó ciudadanas, o sea: democráticas. Entre ellas mi madre, a quien va mi homenaje público”. Desmenucemos también esta última frase, que una vez más plantea una concepción liberal del orden social: dice que a algunas madres, el tiempo de la libertad las tornó ciudadanas, o sea democráticas. De aquí se desprende, 1) que antes no lo eran, 2) que el resto de las madres por opinar, insultar, tomar posición política no son ni una ni la otra cosa. Por “politizarse”, o mejor dicho por nunca dejar la plaza, otras madres dejan de ser democráticas. Todo muy lindo, ¿no?
Decía finalmente Morandini en la entrevista que citamos que “No se puede utilizar el pasado para hacer política, sobre todo un pasado como el nuestro, que tiene tanto dolor”. Desconociendo que en la política siempre se “utiliza” de una forma u otra el pasado (eso que Laclau llama el caracter espectral de la Política). El reclamo por la Verdad, la Justicia y la Memoria, es preciso repetir una y otra vez ante los oídos cansados de Lanata & friends,no es un retorno al pasado sino que construye un presente y un futuro. En palabras de Néstor Kirchner «el pasado no es pasado si no está resuelto». Nos gustaría entonces concluir diciendo que en el fondo Morandini estaba entonces también haciendo política con su artículo, y al igual que tantos otros, recurría al pasado para hacerlo (no solo al de la última dictadura militar argentina, ¡sino incluso a la Grecia clásica!). Pero no se metió con cualquier adversario. Se mete con las Madres, esas mujeres llenas de coraje que tanto han hecho y hacen por nuestra Democracia desde hace 35 años.
Si como decíamos al comienzo, el lenguaje es constitutivo de lo social, y particularmente de lo político, es fundamental desarmar estas operaciones discursivas que tanto daño hacen a nuestra Patria. Hay algo que está claro en las palabras de Morandini, sus palabras no son contra la violencia, sino contra la Política, la Política con mayúscula. Si entendemos como subraya el politólogo chileno Lechner: lo político qua ritual entenderemos que: “La política está llena de ceremonias rituales que encauzan el ejercicio de la violencia y dan forma a los conflictos de modo que no destruyan la convivencia”[1]. No es entonces contra violencia, sino contra Las Madres, y junto a ellas a muchos de los rituales de la Política, que se enfrentaba por entonces la mujer que hoy es candidata nada menos que a vicepresidir nuestro país. Lo hacía en defensa de otros rituales (la democracia procedimental equiparada con la parte más oscura de la justicia argentina), pero con intereses bien diferentes, intereses que podríamos resumir en uno solo: la defensa del Statu Quo. Un verdadero insulto para quienes entendemos la políica como la herramienta por excelencia para transformar nuestras sociedades.
[1] Lechner, Norbert. Especificando la política, 2008.
«Meterse en política» no es equivalente a transformarse en una agrupación oficialista, comprando los enemigos y amigos del gobierno, y siendo usadas de ariete insultador, gastando el capital de prestigio ganado cuando eran independientes de gobiernos y partidos políticos.
Y por lo que se ve, ese cambio de posición implicó un apoyo material y todo ese rollo de los 1200 millones para construcción de viviendas.
Todo esto genera que la Madres (por lo menos las de Bonafini) dejan de ser «de todos» para ser una agrupación oficialista más.
Por el contrario, mientras la justicia no se embandere con un partido o corporación, sigue siendo con sus defectos y vicios la «justica de todos».
Por lo menos yo, en el contrapunto de Octubre de 2010 tomo posición de parte del Poder del Estado que debe cuidar los derechos de todos, contra una facción (en el sentido de sector parcial) que lo insulta.
Mariano. Basta de hacernos los inocentes. «La justicia» es un poder politico mas al que enaltecemos cuando nos conviene e insultamos cuando no. No creo que hayas hablado así de la «justicia de todos» cuando Oyarbide sobreseyó a NK por enriquecimiento ilícito o si? La única diferencia con los otros poderes del estado es que a este no lo elige el pueblo. (y ojo, no estoy diciendo que lo deba elegir el pueblo)
Hebe dijo que la Suprema Corte esta compuestas por turros (sic) que «reciben sobres».
Después de eso, y del juico político a los periodistas, que no venga a taparse con el pañuelo cuando parece que el «turro» estaba adentro de la Fundación Madres, y no hay sobres, sino más de 1000 millones de pesos para rendir cuentas.
Yo estoy hablando de lo que VOS dijiste y la posición que VOS tomaste, respecto de «del Poder del Estado que debe cuidar los derechos de todos». No estoy de acuerdo con todo lo que dice Hebe, te aclaro por las dudas
La carta de Morandini tiene más defectos que virtudes, y sin embargo el post que intenta deconstruírla me parece burdo y oportunista. La carta sale en 2010 y a vos se te ocurre responderle ahora Leila, que sale en candidaturas nacionales. Qué sentido del tiempo y la oportunidad. ¿Te diste cuenta que te molestaba cuando salió la carta o recién te empezó a molestar ahora? Decís que entonces hiciste estas críticas. Si están por escrito en algún lugar, retiro todo lo dicho hasta acá y prosigo.
Siempre me sorprende AP; todos paladines de los derechos humanos, que le saltan al cuello a gente ignota como Morandini, pero en la reputa vida escribieron algo sobre, por ejemplo, la situación de los presos y las cárceles en el país. Eso sí, para hacer un (intento de) análisis sesudo sobre una carta publicada por una mina que no conoce ni el loro escrita hace 8 meses, al pie del cañon.
Como bien menciono en el post la respuesta fue escrita en 2010, solo que fue difundida en medios locales de mi provincia, Mendoza. Me pareció pertinente compartirla ahora por este medio (por cierto 7 meses no 7 años después), que pena que te enoje tanto.
Joyce:
Me parece que te equivocás cuando calificás a Morandini como a una mina que «no conoce ni el loro». Sugiero que indagues su historia .
Es una persona que las pasó dura y luchó con dignidad desde el periodismo.
Coincido con vos en cuanto al burdo oportunismo de la nota contra alguien que además de sus hermanos desaparecidos y su exilio, siempre trabajó en favor de los organismos de los D.H.
Disculpá la interrupción
saludos
Joyce, en Artepolítica se escriben notas sobre cualquier cosa, ya que puede entrar cualquiera y hacerlo, vos, si lo deseás, por ejemplo. Sobre el tema presos, cárceles, el que escribe bastante es Tomás, que sí es editor del sitio. Algunos links que encontré en una búsqueda rápida, sobre temas de derechos humanos como los que vos planteás:
http://artepolitica.com/comunidad/luciano-a-2-anos/ http://artepolitica.com/comunidad/formosa/
http://artepolitica.com/comunidad/violencias/
http://artepolitica.com/comunidad/agenda/
http://artepolitica.com/comunidad/che-este-no-aparecio-eh/
Algo en lo que tiene razón Morandini es que por muchos años periodistas inocentemente les preguntaron a las madres y abuelas su opinión sobre el kirchnerismo como si se tratara de turistas chilenos a quienes se les pregunta su opinión sobre Buenos Aires.
Tanto Hebe como Estela son parte del kirchnerismo, no entes independientes, a lo sumo pueden opinar sobre el kirchnerismo del mismo modo que Anibal F o Moreno.
«No juzgo personalmente a Hebe de Bonafini, pero sí la concepción antidemocrática que encarna, las risas complacientes de los que la aplauden , sin el coraje suficiente para decir que, en realidad, descreen de la democracia.»
Excelente lo de Morandini. Pero, una vez, más los autoritarios se escudan detrás de la ideología y de las luchas del pasado para defender lo indefendible.
Bonafini es un monstruo y la defensa irreductible que se hace de ella y de sus despropósitos revela el corazón totalitario del kirchnerismo.
Q
Podrán o no discutirse las afirmaciones de Morandini, pero es evidente que molesta la posibilidad de que exista una voz diferente, crítica y que desafina el coro de amanuenses del gobierno. No hay que olvidar que el autoritarismo, tan propio del peronismo histórico, y que se mantiene vigente a pesar de las invocaciones al cambio, y las citas de Laclau o Mouffe,no tiende a tener súbditos pasivos no participantes, sino soldados fanáticos y convencidos, como los oficialistas se autodefinen; nada de eso tiene que ver con la ciudadanía, ni con la participación en la vida democrática. Se habla que se ha revalorizado la política, olvidando que ese rasgo fue característico del fascismo, en donde se subordina lo privado a lo público, intensificando la participación y el control del Estado sobre la sociedad, control que apunta fundamentalmente a los medios de comunicación.En esa concepción el adversario no existe como tal, y en forma inmediata es descalificado, con toda clase de argumentaciones, entre las que sobresale las vinculaciones con el monopolio comunicacional.
Reivindicar el rol del Estado como dador de la política, no es democrático. Recordemos una definición de la política y del rol del Estado: «Todo en el Estado, nada por fuera del Estado, nada contra el Estado» (*), concepto a favor del que muchos parecen militar en su concreción.-
(*)Benito Mussolini. Discurso del 28-10-1925.-
La noción implícita del estado en tu comentario lo supone una externalidad radical, «el» estado como por fuera de «la sociedad» y en conflicto con ella. La clásica confusión del liberalismo vulgar entre la opción metodológica de distinguir «esferas» en lo social y otorgarles a esas esferas carnadura y hasta vida propia.
No está mal, cada uno puede defender la doctrina que le venga en gana, más allá de que sea (o no, como en este caso) imposible de sustentar empíricamente y teóricamente dudosa.
El problema es cuando lo no adopción de ese enfoque es inmediatamente tachado de fascista. Vos das tu oponión sobre la relación que «debe» existir entre «lo público» y «lo privado», «el estado» y «la sociedad», etc. y sobre la lectura que hacés de como otros perciben y actúan en torno a esa relación. Quien no acuerda es fascista.
Parece claro que, en ese sentido, la primera oración de tu comentario debería ser, más bien, un ejercicio reflexivo. No debería molestarte la existencia de voces diferentes a la tuya, que desafinan con coros distintos a los que acostumbrás escuchar.
Hay una diferencia: yo acepto la existencia de voces distintas, más aún creo que cuando todos pensemos de igual manera se habría terminado la democracia; por el contrario desde el oficialismo no se acepta ninguna voz discordante, y cuando aparece una, la jauría se les echa encima sin mayores argumentos, como sucede con el caso, no de Schoklender, como se quiere hacer aparecer, sino de la Fundación Madres de Plaza de Mayo, en que el pañuelo se utiliza como escudo protector de los desmadres; desmadre, no en malversaciones de fondos, sino en utilización de los derechos humanos como tapadura de la corrupción gubernamental.-
El tema no es que el Estado esté afuera o adentro de la sociedad, sino que un grupo, minoritario de la sociedad, utilice la estructura del Estado para sus proyectos de poder y negocios, ahogando cualquier voz crítica de esa situación. Aquí el Estado a que se refieren los oficialistas no es más que el gobierno, un gobierno que excluye cualquier participación de la sociedad en la estructura del Estado, salvo que obedezca a una sola voz.-
A eso me refiero Daio, quien no comparte tu punto de vista es un corrupto. Quien desde una trayectoria previa decide (con todo derecho) apoyar al gobierno participa de una conspiración para tapar la corrupción, etc. Quien manifiesta su desacuerdo con tu opinión «ahoga voces críticas» (lo que implica que tu propia voz no puede ser criticada). En serio, revisalo.
No creo, por ejemplo, que los intelectuales de Carta Abierta sean corruptos, aunque disiento que ellos en muchos aspectos, y no me gustan que soslayen el tema de la corrupción. Muchas personas que no son corruptas, por el hecho de apoyar acríticamente al gobierno, no se convierten automáticamente en corruptos. Tampoco la corrupción no puede estar limitada al ámbito de los negocios, es mucho más amplia: hay corrupción cuando los organismos de control no funcionan, o funcionan solamente si el gobierno se los ordena, como ocurre con el tema de la Fundación, o el Banco Macro; lo hay también cuando se desconocen decisiones judiciales; cuando se distribuye el presupuesto de publicidad oficial entre los amigos/socios; cuando se acude a los DNU para legislar, estando en funciones el Congreso; etc. Eso es corrupción porque se debilita el sistema democrático.
Ajá, no son todos corruptos, apenas fascistas.
Por lo demás es lo habitual, tomás tus opiniones (lo son si no hay condena de juez cometente, al menos para los liberales, que venimos a ser nosotros frente al jacobinismo conservador que no cree en las instituciones) sobre presuntos hechos de corrupción como base fáctica. Pero esa base fáctica hay que demostrarla.
Lo que nunca, nunca, eso si, discutir de politica.
Exacto Guido, lo que está en juego en el fondo es la concepción del Estado, yo prefiero una concepción más amplia que tiene que ver con la realidad del Estado que describe Gramsci y que cabe aclarar no implica ni un fascismo ni un totalitarismo.
Cito a Zannini:
«Muchos, sobre todo los que hemos estudiado Derecho, vamos a tener que repensar el Derecho desde otros paradigmas. Nosotros, los que estudiamos en la Argentina en la década del 70 u 80, hemos recibido una información que trata de que veamos en el Estado un “cuco” que le va a hacer mal al ciudadano. Y esa realidad, que era un poco hija de aquella lucha contra el feudalismo, de la burguesía, tiene hoy una característica. Ha habido un fenómeno de empequeñecimiento de los Estados frente a las corporaciones, que es una característica actual. Ni Estados como en los Estados Unidos, ni toda la Comunidad Económica Europea, pueden desde el Estado imponerles a las corporaciones financieras ningún tipo de conducta. Son como hojas al viento ante la voluntad de esos poderes concentrados. El Estado, que debemos reestudiar, es el único lugar donde desde el bien común, se puede reparar, reconstruir, proteger, ayudar, promover, y por eso, esta revalorización de la política que ha sido clave en Argentina, tiene que ser la clave para cambiar el mundo.(…) En el mundo que viene, para el ejercicio de los más mínimos derechos laborales, sociales, sin el Estado, los más expuestos, los que más tienen para perder, son los que menos tienen. Se necesita de muchos brazos, de muchas mentes. Tenemos esperanza, y tenemos futuro».
Pero para entender estas miradas hay que tener la capacidad de desaprender, y reaprender acorde a nuevos tiempos y coordenadas, no todos tienen esa capacidad, ni esa humildad.
La cita de Zannini me ha dejado sin argumentos.
Gran filósofo argentino! Si tenés ganás de discutir sobre política vale también, eh!
Humildemente me parece que a los jóvenes kirchneristas, que creen que están construyendo el Estado del futuro, con sus filósofos incluidos, les convendría consultar nuestro pasado, y pueden que logren observar que todo eso no pasa de ser lo que se ha calificado como la obsolescencia del porvenir, un futuro pasado, como lo ha explicado Reinhart Koselleck. Nada mejor que una atenta lectura de la interesante biografía política de Eva Perón, escrita por Loris Zanatta, Sudamericana, Bs. As. 2011, y cito sólo unos renglones: «…el rostro benéfico del poder que, disponiendo como cosa propia de los bienes públicos, los distribuía a manos llenas entre los ciudadanos, en señal de una nueva epifanía; o mejor, que sintetizaba en su figura y su acción la conjunción perfecta entre el Estado y la nación, entre el poder y el pueblo, entre las autoridades y la comunidad. Un proceso propio de los populismos y que conllevaba enormes riesgos, en los que precisamente caería después el peronismo con frecuencia cada vez mayor, por ejemplo, el de absorver la nación con el Estado, invocando su unidad y su identidad, o el de asimilar el Estado a quienes lo conducían, en nombre de la perfecta sintonía de éstos con la soberanía popular». pág.87.-
no, fiera. Construimos el Estado del presente. El futuro se lo dejamos a Carrio.
«Construimos el Estado del Presente»: «Sueños compartidos.
Aplausos para Daio.
El caso Schoklender, con la inocultable complicidad de la Fundación y del Gobierno, es un escándalo de corrupción mayúsculo, gigantesco. Solo desde una mente totalitaria que predica para otros totalitarios se puede pretender que es una conspiración mediática contra el pueblo y sus defensores.
Solo en un país que corre el riesgo de abandonar la democracia para siempre un episodio como este no ocasiona al menos la renuncia y el procesamiento de un ministro.
Pero Hebe es sagrada y la culpa es de Clarín y de Morandini.
¿Morandini es la que no quería sancionar la ley de medios porque no iba a poder escuchar más a Elvis Presley en la radio?
Yo también quiero escuchar a Elvis. ¿Algún problema?
Sí, pero si fuera legislador no tiraría para atrás una ley tan importante por semejante capricho personal. No me parece serio.
Es que somos mayoría (hasta Artemio López lo banca a Elvis) y Mariotto es sordo.
Qué bueno que empiece a coincidir con Artemio. Cuidado que quizás termine votando a Cristina ahora en octubre.
Antes me hago de Los Chalchaleros.
Jua, ¿seguro que dijo esa pavada? Yo me acuerdo del diputado ese que quería ver al pato donald.
Si la ley prohibía Elvis, yo también me oponía, eh.
Cristina no sabe que Bob Dylan es de Lanus y que Elvis es de Gonzalez Catan. La ley considera que la música (y el cine y la tv) no son universales e impone cuotas de «arte nacional». Fijate en el Artículo 65. De hecho, no entiendo como radios como Aspen y otras que pasan música extranjera siguen existiendo… No deben ser del grupo Clarin.
Claro, es lo mismo que prohibir a Elvis poner cuotas. Por favor.
La música, el arte en general, es un negocio, un mercado específico que genera mucho dinero. Mick Jagger no tributa «al universo». Promover la producción nacional es generar trabajo. Un par de meses prohibieron los milicos la música en inglés. Todo el rock que escuchás en español es resultado de eso (bah, estoy exagerando un poco, pero el efecto lo reconocen todos, preguntale a León Gieco). Por supuesto, una bestialidad. Pero el artículo 65, en cambio, es una pinturita.
Andá con tu discurso a los franceses a ver qure te dicen.
Quisiera decir con toda claridad que yo descreo absolutamente de la democracia more Morandini.No hay una sola concepción de la democracia y la que ella defiende es lamentable y perversa. Basta leer su nota de hoy en la Nación atacando a Hebe.¿No tiene una idea exagerada de si misma esta Sra., para creer que puede pasar de ser asistente de Piñón fijo a fiscal de la democracia?.Con este ataque a las Madres se ha auperado a si misma, ha incurrido en un pecado contra el Espíritu Santo, ese que no tiene perdón.
Me parece que tu concepción de la democracia es que vos tenés razón y los demás se van al carajo si no coinciden.
No, su concepción de la democracia es que la siguiente: los que ganan tienen el derecho de suprimir a los disidentes para que nunca más los haya.
Atacar a Hebe no es atacar a las Madres, ni siquiera atacar al gobierno: es decir que una psicópata autoritaria es una psicópata autoritaria, independientemente de los méritos que haya tenido. Schoklender organizó el pabellón universitario en la cárcel. Eso no impide que haya matado a los padres ni se haya choreado todo, como hoy reconoce la que fuera su ex protectora hasta la semana pasada.
Lo que es seguro es que para mi la democracia NO es un sistema en el que `pueda escuchar a Elvis, en quien me cago. La democracia tiene que ver con la voluntad popular y la dignidad de todo hombre, tambien de los que no tienen poder.
No es lo que decís más arriba. Yo puedo decir que escuchar a Elvis es el derecho más sagrado del individuo y no deja de ser una pavada tan grande como decir que identificar la voluntad popular con lo que a vos se te ocurre sin preguntarle a nadie salvo cada cuatro años. La democracia no consiste en que el gobierno hace lo que quiere, eso se llama dictadura aunque provenga de elecciones.
Morandini entra a jugarse en este asunto tan sonado colocandose mas a la derecha de lo que seria esperable,y de lo que incluso le conviene ente tiempo electoral.Todavia no se lo que piensa Binner sobre el tema,pero si aspiran a ser un centro izquierda»democratico» no funciona.Las organizaciones de Madres y Abuelas tienen el derecho total de existir mientras no se resuelva que fue de sus descendientes,y nuestra sociedad no ha podido hacerlo.No olvidemos lo tremendo e inhumano que significa la desaparicion de personas que se dio,amen de una represion desbocada.Fatala explico en el programa que defiende al gobierno(el unico frente al abanico opositor)como actua la gran cantidad de organizaciones que construyen viviendas en el pais y como su control pasa por gobiernos provinciales y municipales.Yo preferiria que el deficit de viviendas se resolviera de otra forma,pero no es asi.Doña Hebe nos da a veces un discurso que tampoco ayuda ni conviene,y ahora demanda al descarriado.¿Y no es que con la ley de medios,tan asediada y demorada por intereses monopolicos,garantizara que escuchemos a todos?
Lo que no logro entender es por qué estar en contra de lo actuado por Bonafini «es de derecha». La intolerancia de Bonafini, su constante incitación a la violencia, el haber apañado a un delincuente psicópata rodeado de gangsters y matones como Schoklender hablan de una impunidad y un autoritarismo que se expresan en esa foto obscena del baile de disfraces, pero también en la conducta con los obreros de la fundación. ¿Es que la prepotencia y la megalomanía son de izquierda? Hagámonos de derecha entonces con Morandini a la cabeza.
«Las organizaciones de Madres y Abuelas tienen el derecho total de existir mientras no se resuelva que fue de sus descendientes.»
Lo que no tienen derecho es a hacer cualquier cosa que se le ocurra a su líder mesiánica
Q
sobre el comentario de Daio:la participacion politica es defendible.Si se la maneja de arriba es una tendencia totalitaria,pero perse es ingrediente central de una democracia.Lo que yo veo ahora es lo segundo,ya que se advierte una heterogenea muestra de manifestaciones de pensamientos y discursos.Basta ver este blog.
Gracias por desmarañar los conceptos de MO-RAN-DI-NI!!! en favor de la nacion.
Muy bonito el T.P q hiciste con tu compañero/a. Q nota se sacaron?
Vos qué nota me ponés?
Ay… y me olvide: los pañuelos se mancharon, q se le va a hace.
Tuvieron su momento de retribucion por «servicios prestados» q como todo lo bueno se acaba. Ahora a vivir de la resaca de lo que quedo en la fiesta y a otra cosa.
Por la liviandad con que opinan muchos de los comentaristas, parece que no quedó claro el propósito del post no es ni reivindicar la figura de Hebe de Bonafini,ni muchos menos negar un caso de corrupción que la justicia debe investigar. Sino más bien criticar una visión de la Política que considero muy limitada y totalmente incapaz de comprender la complejidad y riqueza de la política latinoamericana hoy.
Lo más interesante es que hoy en muchos países de Sudamérica las aspiraciones nacionales y populares logran coincidir con una fuerte afirmación de los derechos humanos en toda su amplitud, con la división de poderes, el pluralismo político y el respeto del orden constitucional. La Argentina actual es el mejor ejemplo de esta combinación , mal que les pese a los procedimientos los cumplimos y además ampliamos enormemente el horizonte de participación, democracia y derechos efectivos.
La liviandad es tuya Leila. Porque es inexplicable que en el post, en el que analizas una carta de la Senadora Morandini del 2010, no intentes ni por un momento referirte al caso Shocklender.
Si lo hicieras verías que el «no voy a hablar de ese puterío» de Hebe está anticipado en esa nota que hoy, livianamente, críticas.
Lo peor de todo es que si hubieras publicado este artículo hace un par de semanas, sería otro análisis partidista medio liviano. Hoy, es una tomadura de pelos.
que es lo que no entendes Leyla? Lo que muchos critican clarito es la defensa explicita que hace HdB de la lucha armada. Y mucha gente esta en contra de la lucha armada. No se nos ocurre que estar en contra de la lucha armada te haga de derecha.
Es de suponer que no tiene nada pecaminoso criticar la lucha armada.
Por otra parte en un momento criticas a la corte a la que Hdeb ataca , corte que puede ser muy criticable y la contrapones a la «Voluntad popular».
Esto nos parece que s un poco peligroso. Quein venria a tener la posta o la representatividad de la «voluntad popular? Hebe?
Si pensas que esto es asi , pues bien , cerremos y vamoslo!!
Morandini es bastante repelente pero tus argumentos son medio talibanescos
ser de derecha,por si todavia no lo sabe, es estar en contra de la defensa de los derechos humanos,defender a los oligarcas que quieren volver a un pasado conservador,retomar el lema»tradicion,familia y propiedad»,tener un nacionalismo xenofobo y discriminatorio,despreciar a los pobres por»incapaces o haraganes»,sostener que el ser humano nace y es irredimible,mantener la desigualdad y negarse a los cambios.Si las organizaciones que defienden esos derechos(con su humanidad:limitaciones y errores inevitables)no sirven,¿que hubieran hecho los que las critican?Claro,lo qe se busca es,como dijo Bignone una vez,es mostrar que todos somos culpables,corruptos,asi se diluye el asesinato y el robo de la banda armada que no fue uno solo,sino que cumplio un plan sistematico que freno el cambio.
La lucha armada de los»revolucionarios»ya fue,constituyo un error,y por eso se trata de construir y de ir a la justicia.
Hermosa clase de categorias de posicion ideologicas.
Yo siempre con la duda de q es consevadurismo, q es liberal, q es ser progre o social democrata y vos en solo un parrafo con una pinceleada impecable me sacaste todas mis dudas de categoria politicas.
Gracias (?)
Leyla dice «El corazón de la democracia está en los Tribunales de la Justicia. Morandini saca el corazón de la democracia de la Voluntad Popular, la voluntad del Pueblo, para entregárselo a una institución histórica, concreta, y como todas las instituciones, »
Hace referencia cuando H de B llamo a tomar tribunales.
Por eso la pregunta- la «voluntad popular» en este caso estaria representada por Hebe??
Señalar una especie de autoritarismo y arrogancia en ese echo te vuelve de derecha?
Lo que me molesta del post de Leila, como mucho del discurso intelectual progre y oficialistas, es el (mal) uso de la palabra «liberal».
Por etimología, y tradición republicana, el liberalismo es el acento en la libertad del individuo. Se entiende como contraposición del autoritarismo de las dictaduras, o simplemente de los poderes excesivos del Estado.
Las enmiendas de la constitución norteamericana tienden siempre a afirmar la libertad del individuo.
Aquí utilizamos con suma liviandad el término «liberal» asociándolo con los excesos de la visión conservadora en lo económico, y de paso facilitar subliminalmente el concepto de que la «libertad» es un exceso de privilegiados.
Un buen dictador nacionalista y popular que nos preservara de la misma, dándonos su amor y sustento a cambio de fidelidad política sería sin duda mejor…
¿Ves amenazada la libertad del individuo hoy en día en nuestro país?
David, buen punto, es importante distinguir entre ambas acepciones del liberalismo.
En relación a la definición a la que hacés referencia, intento resaltar que hoy en la Argentina no se niegan las libertades individuales, sino que se respetan ampliamente (buena pregunta de eltano); pero a la par se sostiene que eso no alcanza, no es suficiente, que es preciso que la democracia tienda hacia horizontes de mayor igualdad, a incorporar a las mayorías, a reconocer nuevos derechos de las minorías tales como el matrimonio igualitario.
Nadie niega las tensiones siempre presentes entre Democracia y Liberalismo, pero hoy gran parte de los países de Sudamérica muestran que es posible reconstruir un Estado al servicio del Pueblo respetando las libertades individuales y los derechos humanos. O acaso alguien sensato podría calificar a Cristina como una buena dictadora nacionalista y popular? (Daio favor no responder).
Si, la veo amenazada a futuro. Hoy todavía no. Pero percibo que estamos viviendo la metáfora del agua que se va calentando de a poquito, con nosotros dentro de la olla, en un tiempo estaríamos cocinados.
Hay una admiración excesiva por Chávez, que es un autoritario (y lo será en mayor medida mientras siga gobernando de por vida). Hay admiración por Fidel Castro, fácticamente un dictador de 5 décadas.
Hay una gran concentración de medios oficialistas y/o dependientes de los dineros oficiales.
Hay una intensa propaganda en medios oficialistas y afines en contra de personas que piensan diferente, especialmente el ataque a periodistas y a medios opositores.
Hay reuniones de amigos entre los cuales hay acuerdo tácito de no hablar de política para evitar un clima de crispación que salta de inmediato.
Las reelecciones indefinidas permitidas en muchas constituciones provinciales favorecen la concentración autoritaria del poder.
Y de hecho, nuestra historia del último siglo está llena de proyectos hegemónicos y de culto a la personalidad. Que incluso lo vemos hoy sobre «El».
No imagino a Cristina como una dictadora. Solo percibo un clima enrarecido.
el liberalismo fue la respuesta moderna en el orden economico frente al feudalismo amterior.Nacio acorde con el individualismo burgues que condujo al florecimiento del capitalismo industrial PRODUCTIVO.La sociedad fue cambiando y el liberalismo en las costumbres por ejemplo significo abandonar ataduras morales en la conducta sexual,estetica,familiar.Se empezo a hablar de que libertad no significaba libertinaje,en una especie de reaccion conservadora.Hoy es bueno reanalizar que entendemos por libertad y que limites le pondremos,si le ponemos.Creo que nadie quiere que lo resuelva un dictador,pero todos queremos igualdad de oportunidades para ejercerla…Cuando ejercemos el derecho del voto hacemos un buen uso de la libertad en el»cuarto oscuro» y luego nos conformamos con el resultado,aunque seamos minoria…y si mas adelante criticamos a la mayoria que llego a gobernar,hay que ver como ejercemos nuestra libertad en minoria…
Porqué será que todos los periodistas berretas onda Fontevecchia sienten la irrefrenable compulsión de meter un bocadillo de la cultura helénica en sus editoriales ?
Ja! Irrefrenable compulsión, usted lo ha dicho.
El problema no son los griegos, sino el hombre que no ha cambiado: las ambiciones de poder, la desmesura, la venganza, las injusticias, etc., hacen que los filósofos griegos no pierdan actualidad.-