La contención del gasto responde a la habitual subestimación de los recursos y la necesidad de hacer caja ante los posibles efectos de la crisis internacional sobre la Argentina
La orden fue impartida desde la subsecretaría de Presupuesto a todos los ministerios: el gasto en 2012 no podrá superar el 20% respecto de los créditos que obtuvieron este año. Muchos se adaptaron al explícito pedido de Hacienda, pero otros aún no enviaron sus pretensiones, por lo que no se descarta que, aun frente a este pedido, las carteras intenten de todos modos exigir más fondos de los permitidos y ello habilite algunos tironeos.
Los créditos vigentes de la administración nacional al 20 de agosto de este año ascienden a $ 391.114 millones, de los cuales se ejecutaron hasta el momento $ 235.843 millones equivalentes al 60%. De incrementarse 20%, el gasto en 2012 ascenderá a $ 469.336 millones.
La operatoria normal del diseño del proyecto de ley de Recursos y Gastos, que el Ejecutivo presentará ante el Congreso a mediados de septiembre, consiste en que Hacienda envía primero los techos presupuestarios el límite para la fijación de las partidas y posteriormente los ministerios mandan los sobretechos, es decir, cuántos más fondos necesitan para hacer frente a las necesidades de sus áreas.
Este año, Hacienda sólo permitió que se ajusten a un 20% más que lo ejecutado este año y planteó explícitamente que los ministerios que requieran más dinero del permitido deberán fundamentarlo muy bien, afirmó una alta fuente de Economía. Desde el Ministerio de Industria confirmaron esta cifra y admitieron que se ajustaron a ese valor, al igual que en la cartera de Defensa, por ejemplo, en la que enfatizaron que sólo permitieron ajustar el presupuesto por encima del de 2011 a partir del incremento salarial otorgado este año.
La mayoría de los ministerios envió sus pretensiones de gasto a la oficina de Presupuesto, pero todavía falta que lleguen la de las carteras de Planificación, Trabajo incluye las partidas para seguridad social y Salud, que son de los más importantes, así como también la información de crédito público sobre financiamiento. Dependerá de estos datos cuánto incluyan de gasto por debajo de la línea, ya que se trata de erogaciones atadas a la obtención de financiamiento.
La estrategia para definir los techos presupuestarios de 2012 fue tomar la ejecución de 2011 hasta abril y anualizarlo, pero de esta forma no se recogió mucha inflación porque los primeros meses no hay demasiada actividad. Y luego no se infló, precisó la fuente cercana al secretario de Hacienda, Juan Carlos Pezoa.
Por otra parte, se tomó en cuenta el aumento salarial otorgado este año (24%), pero no contempla aún ningún incremento de sueldos el año próximo. De todas formas, el Gobierno practica una metodología de subestimación del presupuesto desde 2003 que le permite mantener a raya el gasto y luego distribuir discrecionalmente los ingresos que obtienen por encima del estimado. Amplían el gasto a través de un decreto de necesidad y urgencia.
No será diferente esta vez, y más todavía en un contexto de crisis en el que se desconoce el impacto que puede ocasionar sobre la región y, puntualmente, en la Argentina. Las proyecciones del proyecto de Presupuesto estiman un crecimiento de 4%, un superávit en torno al 3% del producto y una inflación menor del 10%.
El Gobierno ya envió días atrás al Congreso al adelanto del proyecto de Presupuesto 2012, pero ese documento sólo contiene un repaso de las políticas aplicadas en los últimos años y define en términos cualitativos cuáles serán las prioridades para el año próximo. Se hace hincapié en la continuidad del crecimiento, la generación de empleo, el saldo favorable de las cuentas externas, un resultado fiscal positivo y un gasto público orientado a la educación, la infraestructura, la ciencia y tecnología y el desarrollo social.
La orden fue impartida desde la subsecretaría de Presupuesto a todos los ministerios: el gasto en 2012 no podrá superar el 20% respecto de los créditos que obtuvieron este año. Muchos se adaptaron al explícito pedido de Hacienda, pero otros aún no enviaron sus pretensiones, por lo que no se descarta que, aun frente a este pedido, las carteras intenten de todos modos exigir más fondos de los permitidos y ello habilite algunos tironeos.
Los créditos vigentes de la administración nacional al 20 de agosto de este año ascienden a $ 391.114 millones, de los cuales se ejecutaron hasta el momento $ 235.843 millones equivalentes al 60%. De incrementarse 20%, el gasto en 2012 ascenderá a $ 469.336 millones.
La operatoria normal del diseño del proyecto de ley de Recursos y Gastos, que el Ejecutivo presentará ante el Congreso a mediados de septiembre, consiste en que Hacienda envía primero los techos presupuestarios el límite para la fijación de las partidas y posteriormente los ministerios mandan los sobretechos, es decir, cuántos más fondos necesitan para hacer frente a las necesidades de sus áreas.
Este año, Hacienda sólo permitió que se ajusten a un 20% más que lo ejecutado este año y planteó explícitamente que los ministerios que requieran más dinero del permitido deberán fundamentarlo muy bien, afirmó una alta fuente de Economía. Desde el Ministerio de Industria confirmaron esta cifra y admitieron que se ajustaron a ese valor, al igual que en la cartera de Defensa, por ejemplo, en la que enfatizaron que sólo permitieron ajustar el presupuesto por encima del de 2011 a partir del incremento salarial otorgado este año.
La mayoría de los ministerios envió sus pretensiones de gasto a la oficina de Presupuesto, pero todavía falta que lleguen la de las carteras de Planificación, Trabajo incluye las partidas para seguridad social y Salud, que son de los más importantes, así como también la información de crédito público sobre financiamiento. Dependerá de estos datos cuánto incluyan de gasto por debajo de la línea, ya que se trata de erogaciones atadas a la obtención de financiamiento.
La estrategia para definir los techos presupuestarios de 2012 fue tomar la ejecución de 2011 hasta abril y anualizarlo, pero de esta forma no se recogió mucha inflación porque los primeros meses no hay demasiada actividad. Y luego no se infló, precisó la fuente cercana al secretario de Hacienda, Juan Carlos Pezoa.
Por otra parte, se tomó en cuenta el aumento salarial otorgado este año (24%), pero no contempla aún ningún incremento de sueldos el año próximo. De todas formas, el Gobierno practica una metodología de subestimación del presupuesto desde 2003 que le permite mantener a raya el gasto y luego distribuir discrecionalmente los ingresos que obtienen por encima del estimado. Amplían el gasto a través de un decreto de necesidad y urgencia.
No será diferente esta vez, y más todavía en un contexto de crisis en el que se desconoce el impacto que puede ocasionar sobre la región y, puntualmente, en la Argentina. Las proyecciones del proyecto de Presupuesto estiman un crecimiento de 4%, un superávit en torno al 3% del producto y una inflación menor del 10%.
El Gobierno ya envió días atrás al Congreso al adelanto del proyecto de Presupuesto 2012, pero ese documento sólo contiene un repaso de las políticas aplicadas en los últimos años y define en términos cualitativos cuáles serán las prioridades para el año próximo. Se hace hincapié en la continuidad del crecimiento, la generación de empleo, el saldo favorable de las cuentas externas, un resultado fiscal positivo y un gasto público orientado a la educación, la infraestructura, la ciencia y tecnología y el desarrollo social.