Quien formuló la recomendación es el economista jefe del Banco Mundial. Pero en los 90 fue titular del Banco Central de Ecuador, en la época en que se generó la mayor estafa bancaria que terminó con un alto nivel de pobreza y la dolarización.
La fragilidad que enfrenta la economía mundial pondrá a prueba los instrumentos de América latina para hacer frente a golpes externos. Así lo enunció el Banco Mundial al presentar un informe en Washington sobre las perspectivas del crecimiento a largo plazo de la región. Augusto de la Torre, economista jefe del BM, señaló que América latina ha tenido una década bastante exitosa, casi brillante, pero la crisis de los países centrales tiñe de incertidumbre las perspectivas. Los países de la región, opinó, tendrán que adoptar medidas en prevención del peor de los escenarios posibles, el de un colapso económico global. Citando el informe del Banco Mundial, De la Torre destacó en el grupo de los países mejor preparados a Brasil, México, Chile, Perú o Uruguay, en tanto señaló que Venezuela, Argentina y la región centroamericana tienen un menor margen de maniobra.
De la Torre elogió la capacidad de manejo monetario para hacer política contracíclica de países como Brasil. Hasta hace poco subía la tasa de interés y mantenía apreciada su moneda, y ahora puede jugar más con la política monetaria, indicó, en contraposición a la Argentina. De todos modos, también sumó al país en sus elogios por el desempeño de los últimos años. Brasil y Argentina se distanciaron del modelo de enclave colonial del pasado. Son países más ricos y modernos, hicieron grandes revoluciones tecnológicas y con mejores perspectivas hacia el futuro, destacó. La Argentina aparece como uno de los países de mejor desempeño económico, que no sufrió mucho (la crisis internacional de) 2009, se recuperó fuerte en el 2010 y 2011 y tuvo un desarrollo fundamental en algunos sectores, concedió De la Torre.
Augusto de la Torre fue presidente del Banco Central de Ecuador en los 90, en un período signado por los investigadores de esa etapa económica como el saqueo bancario más descarado de la historia (archivos de la Red Voltaire). A De la Torre, como titular de la autoridad monetaria, se le adjudica la responsabilidad por haber entregado un crédito subordinado al Banco Continental por 485 mil millones de sucres, que jamás devolvió. La pérdida por este dudoso manejo recayó sobre todos los ecuatorianos, ya que posteriormente el Continental fue absorbido por el BCE. El 31 de mayo de 1997, el presidente de la Corte Suprema dictó un auto de detención contra De la Torre y Ana Lucía Armijos, presidenta de la Junta Monetaria. Ambos permanecieron prófugos durante casi un año hasta que llegó al gobierno Jamil Mahuad (enero de 1998) para redimirlos. Varios bancos favorecidos por créditos del BCE en tiempos de De la Torre, que luego cayeron por no cancelarlos, están sospechados de haber apoyado la candidatura a la presidencia de Mahuad.
La caída del Banco Continental es señalada por los analistas como el inicio de la crisis financiera, que no sólo terminó en uno de los períodos de mayor marginalidad en Ecuador (más de un 60 por ciento de pobreza), sino con la destrucción de la moneda nacional, que llevó a la dolarización, de la cual la economía de ese país aún no pudo salir.
De la Torre logró posteriormente ser contratado como economista del FMI y más recientemente nombrado economista jefe del Banco Mundial. Desde ese lugar, ayer cuestionó las políticas monetarias menos ortodoxas, por no haber accedido a aumentar las tasas de interés como una fuerte primera línea de defensa para impedir la salida de capitales. Es decir, compensar con más rentabilidad a la especulación financiera.
El economista jefe del BM elogió ayer a los países que tienen un sistema de banca central basado en metas de inflación con flexibilidad cambiaria, pero esto no sucede en Centroamérica o Argentina. En cuanto a las políticas necesarias para afrontar un eventual colapso global, De la Torre anticipó que en los meses que vienen hay una necesidad imperiosa de ajustar en el campo fiscal, lo cual revela su intención de llevar al terreno regional las mismas políticas de ajuste que hoy desangran a Europa.
La fragilidad que enfrenta la economía mundial pondrá a prueba los instrumentos de América latina para hacer frente a golpes externos. Así lo enunció el Banco Mundial al presentar un informe en Washington sobre las perspectivas del crecimiento a largo plazo de la región. Augusto de la Torre, economista jefe del BM, señaló que América latina ha tenido una década bastante exitosa, casi brillante, pero la crisis de los países centrales tiñe de incertidumbre las perspectivas. Los países de la región, opinó, tendrán que adoptar medidas en prevención del peor de los escenarios posibles, el de un colapso económico global. Citando el informe del Banco Mundial, De la Torre destacó en el grupo de los países mejor preparados a Brasil, México, Chile, Perú o Uruguay, en tanto señaló que Venezuela, Argentina y la región centroamericana tienen un menor margen de maniobra.
De la Torre elogió la capacidad de manejo monetario para hacer política contracíclica de países como Brasil. Hasta hace poco subía la tasa de interés y mantenía apreciada su moneda, y ahora puede jugar más con la política monetaria, indicó, en contraposición a la Argentina. De todos modos, también sumó al país en sus elogios por el desempeño de los últimos años. Brasil y Argentina se distanciaron del modelo de enclave colonial del pasado. Son países más ricos y modernos, hicieron grandes revoluciones tecnológicas y con mejores perspectivas hacia el futuro, destacó. La Argentina aparece como uno de los países de mejor desempeño económico, que no sufrió mucho (la crisis internacional de) 2009, se recuperó fuerte en el 2010 y 2011 y tuvo un desarrollo fundamental en algunos sectores, concedió De la Torre.
Augusto de la Torre fue presidente del Banco Central de Ecuador en los 90, en un período signado por los investigadores de esa etapa económica como el saqueo bancario más descarado de la historia (archivos de la Red Voltaire). A De la Torre, como titular de la autoridad monetaria, se le adjudica la responsabilidad por haber entregado un crédito subordinado al Banco Continental por 485 mil millones de sucres, que jamás devolvió. La pérdida por este dudoso manejo recayó sobre todos los ecuatorianos, ya que posteriormente el Continental fue absorbido por el BCE. El 31 de mayo de 1997, el presidente de la Corte Suprema dictó un auto de detención contra De la Torre y Ana Lucía Armijos, presidenta de la Junta Monetaria. Ambos permanecieron prófugos durante casi un año hasta que llegó al gobierno Jamil Mahuad (enero de 1998) para redimirlos. Varios bancos favorecidos por créditos del BCE en tiempos de De la Torre, que luego cayeron por no cancelarlos, están sospechados de haber apoyado la candidatura a la presidencia de Mahuad.
La caída del Banco Continental es señalada por los analistas como el inicio de la crisis financiera, que no sólo terminó en uno de los períodos de mayor marginalidad en Ecuador (más de un 60 por ciento de pobreza), sino con la destrucción de la moneda nacional, que llevó a la dolarización, de la cual la economía de ese país aún no pudo salir.
De la Torre logró posteriormente ser contratado como economista del FMI y más recientemente nombrado economista jefe del Banco Mundial. Desde ese lugar, ayer cuestionó las políticas monetarias menos ortodoxas, por no haber accedido a aumentar las tasas de interés como una fuerte primera línea de defensa para impedir la salida de capitales. Es decir, compensar con más rentabilidad a la especulación financiera.
El economista jefe del BM elogió ayer a los países que tienen un sistema de banca central basado en metas de inflación con flexibilidad cambiaria, pero esto no sucede en Centroamérica o Argentina. En cuanto a las políticas necesarias para afrontar un eventual colapso global, De la Torre anticipó que en los meses que vienen hay una necesidad imperiosa de ajustar en el campo fiscal, lo cual revela su intención de llevar al terreno regional las mismas políticas de ajuste que hoy desangran a Europa.