El 31 de agosto del 2006 se estrenó Fuerza Aérea Sociedad Anónima, película que ponía al descubierto varios aspectos peligrosos de la corrupción en el control de tránsito aéreo. Al día siguiente, el gobierno anunció que le quitaba el control de la aviación civil a la Fuerza Aérea. Sin embargo, no hubo ningún avance hasta que estalló la crisis de los radares en marzo del 2007, fecha en la que se firmó el decreto de traspaso. Pero en paralelo comenzamos a vislumbrar señales ominosas.
La entonces ministra de Defensa, Nilda Garré, respaldó sin miramientos a la Fuerza Aérea cuando decidió operar con 48 aviones por hora en el terminal Baires, cuando por la falla del único radar, sólo se podían controlar 16 aviones por hora.
Así ocurrieron 7 casi colisiones documentadas con grabaciones incontrastables. Nada los disuadió de pagar los costos políticos de las demoras y siguieron operando como si el radar funcionara a la perfección.
Jamás en la historia de la aviación argentina se puso tan en riesgo la vida de los pasajeros. Jamás la Fuerza Aérea tuvo tanto respaldo político. Los temores que expresamos en ese entonces eran que nada iba a cambiar. Que los comodoros cambiarían sus uniformes por trajes y darían tarjetas de licenciaturas auto concedidas. Pues a partir de hoy ya no hay más nada que temer.
Todo vuelve a fojas cero: la Fuerza Aérea vuelve estar en control. No sólo eso, invocando un decreto de la dictadura -el 1674 de agosto del ‘76- se le restituye el financiamiento. O sea que partir de ahora muchas de las tasas aeronáuticas volverán a los bolsillos de los brigadieres (sociedad anónima). Si antes se les quitó el control por incompetentes y corruptos, ¿ahora qué pasó?, ¿se volvieron honestos y profesionales? Así le estamos devolviendo a la dictadura lo que ésta le robó a la democracia: la aviación civil, que a partir de hoy vuelve a militarizarse.
Tal vez sería hora de ir pensando en otros cambios y La Cámpora podría pasar a llamarse La López Rega.
La entonces ministra de Defensa, Nilda Garré, respaldó sin miramientos a la Fuerza Aérea cuando decidió operar con 48 aviones por hora en el terminal Baires, cuando por la falla del único radar, sólo se podían controlar 16 aviones por hora.
Así ocurrieron 7 casi colisiones documentadas con grabaciones incontrastables. Nada los disuadió de pagar los costos políticos de las demoras y siguieron operando como si el radar funcionara a la perfección.
Jamás en la historia de la aviación argentina se puso tan en riesgo la vida de los pasajeros. Jamás la Fuerza Aérea tuvo tanto respaldo político. Los temores que expresamos en ese entonces eran que nada iba a cambiar. Que los comodoros cambiarían sus uniformes por trajes y darían tarjetas de licenciaturas auto concedidas. Pues a partir de hoy ya no hay más nada que temer.
Todo vuelve a fojas cero: la Fuerza Aérea vuelve estar en control. No sólo eso, invocando un decreto de la dictadura -el 1674 de agosto del ‘76- se le restituye el financiamiento. O sea que partir de ahora muchas de las tasas aeronáuticas volverán a los bolsillos de los brigadieres (sociedad anónima). Si antes se les quitó el control por incompetentes y corruptos, ¿ahora qué pasó?, ¿se volvieron honestos y profesionales? Así le estamos devolviendo a la dictadura lo que ésta le robó a la democracia: la aviación civil, que a partir de hoy vuelve a militarizarse.
Tal vez sería hora de ir pensando en otros cambios y La Cámpora podría pasar a llamarse La López Rega.
¿Es verdad que este tipo está emparentado con los Rocca, sí, los de Techint?.
Otra pregunta ¿cuál es la analogía, la semejanza, el pàrecido entre «ls Cámpora» y López Rega (que justamente no tenía simpatía alguna por la JP)?
Veo que la única respuesta de la blogueria K con respecto al traspaso a las fuerzas armadas es hablar de la personalidad de Piñeyro y su «prontuario»
Un comentario y se habla de «la bloguería K». Convengamos que el título de la nota no invita a «desarrollemos los mejores argumentos para hablar acerca del manejo de la política aerocomercial». Pero bueno.
No lo digo por Juan, Carrasco también, un par mas,pero ok, no son todos.