A continuación se reproduce un artículo sobre uno de los debates que vienen, tomado de Agenda Digital, un sitio especializado sobre la Sociedad de la Información. Según Becerra, la discusión sobre la «neutralidad en la red» tiene tanta importancia como la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual. (Si resulta complejo el término, la entrevista está acompañada de otra nota contextual que explica de qué se trata)
En el último tiempo Internet se vio inmersa en el debate que mantienen empresas multinacionales, gobiernos y usuarios, sobre el control, los derechos y la libertad en la Web. En este sentido, el doctor en Ciencias de la Comunicación y especialista en medios Martín Becerra aseguró que el mundo se encuentra en un proceso inicial sobre el concepto de “neutralidad en la red” y que, en nuestro país, su debate será tan importante como fue la sanción de la Ley 26.522 de Servicios de Comunicación Audiovisual.
En diálogo con este blog, el académico catalogó a la neutralidad de la red como algo “fundamental” para la defensa de los derechos de los usuarios y consideró que iniciativas como Argentina Conectada podrían lograr que “efectivamente se abarate la conexión en los lugares más remotos” del país.
– ¿Qué entiende por “neutralidad en la red”?
– Neutralidad en la red es un concepto que fundamentalmente lo que hace es proteger a los usuarios para que no pueda existir discriminación respecto al contenido que estos usuarios pueden acceder a través de las redes. Es decir que ni los gobiernos ni los proveedores de conexión a internet ni las empresas que operan en el sector puedan lesionar el derecho de los usuarios a acceder a cualquier información que estos deseen. En este sentido, se plantea la idea de neutralidad. La idea de que no pueda haber ni vigilancia ni control.
– ¿Es posible a nivel global que exista neutralidad sabiendo que hay empresas proveedoras de Internet que también participan en la producción de contenidos o tienen acuerdo con otras productoras?
– Bueno, ya hay dos países, Holanda y Chile, que tienen sus propias leyes y regulaciones incipientes sobre el tema y eso demuestra que se puede hacerlo, que se puede tener una política al respecto. Luego será cuestión de ver en qué medida esas políticas son eficaces para evitar los abusos tanto de las empresas como de los gobiernos contra los derechos de los usuarios pero en principio sí. Estos dos países indican que se pueden hacer cosas. Y que eso que se puede hacer, desde mi punto de vista, está en las antípodas de algunas iniciativas como las que hubo en Argentina en el Senado, hace poco más de un año que, al contrario, no sólo no defendían al usuario sino que los agredía imponiéndoles una carga impositiva mayor para utilizar las redes digitales.
– ¿Se refiere a proyectos sobre cánones en Internet?
– En este caso concreto me refería a la iniciativa que hubo, y que por suerte quedó archivada, sobre el “Canon Digital”. Lo que quiero decir es que me llamaba la atención que ni el gobierno argentino ni el Congreso, o sea, ni el Poder Ejecutivo ni el Legislativo ni el Judicial no han sido activos en la cuestión de neutralidad en la red. Pero una cosa es no ser activos o proactivos para proteger a los usuarios con una ley o regulación sobre neutralidad y otra cosa distinta es esta iniciativa que existió en el Senado y que afortunadamente se archivó.
– Generalmente se sostiene que con una mayor participación de los Estados se puede lograr el equilibrio para llegar a la neutralidad, sin embargo en su ejemplo sobre Chile, el Estado no tiene presencia en las empresas de telecomunicaciones. ¿Cómo se explica el caso de Chile?
– No estoy del todo de acuerdo con eso. Es verdad que Chile no tiene ni tuvo una política de presencia estatal como operador de telecomunicaciones ni de conexión a internet, eso es cierto. Sin embargo, en términos comparativos con Argentina, Chile que tradicionalmente es menos intervencionista tiene la SUBTEL (Subsecretaría de Telecomunicaciones), similar a nuestra Secretaría de Comunicaciones, que realiza estudios de costos sobre los incrementos tarifarios. Es un organismo del gobierno chileno que es más activo que el órgano similar argentino para proteger los derechos de los consumidores. Es verdad que estamos hablando de una posición muy moderada porque no estamos hablando de derechos de usuarios sino de consumo o de consumidores. Lo que hace la SUBTEL es vigilar fuertemente la cuestión de las tarifas de los operadores de telecomunicaciones algo que acá no se hace con la telefonía móvil, por ejemplo. Otra diferencia, por así decirlo, a favor de Chile es que el Programa Conectar Igualdad en Argentina se implementa hace dos años y en ese país existen planes de conectividad que datan de los años 90 con los gobiernos de la Concertación. En contra de Chile, o a favor de Argentina si comparamos, es que ese país no tiene ningún plan parecido al de Argentina Conectada en el que el Estado argentino se plantea ya como potencial operador porque construye con una red de fibra óptica que, una vez que esté concluida, va a permitir que efectivamente se abarate la conexión en los lugares más remotos de nuestra geografía donde es carísima porque los operadores privados no llegan o llegan pero con unos precios salvajes.
– Con referencia a los precios: ¿Se puede aplicar la Neutralidad sobre las nuevas tecnologías que impactan sobre el tráfico de información, descarga de datos, mensajería instantánea y otras formas de comunicarse persona a persona también?
– La neutralidad en la red también significa que los usuarios y sus derechos sean defendidos. Esto de que en Internet es todo gratis es una fantasía. Nosotros pagamos mucho como usuarios. Pagamos en el sentido de comprarnos las computadoras, pagar las conexiones de red, el software y otras cosas. O sea, hay una serie de pagos que hacemos. Entonces, neutralidad en la red significa que nosotros cuando compramos un artefacto tecnológico, ya sean computadoras, tablets o teléfonos móviles; deberíamos tener el derecho de instalar allí las aplicaciones que a nosotros nos parezca. Por ejemplo, en Holanda cuando se legisló la Neutralidad en la Red fue porque los operadores de telefonía móvil impedían que los usuarios instalen en sus equipos Skype. ¿Por qué? Porque para los operadores de telefonía móvil eso significaba una competencia sobre el tráfico de telefonía que ellos gestionan. Pero bueno, si uno compra un teléfono móvil, el dueño tiene la posibilidad de elegir. Es como que si yo me compro un departamento y quiero poner una maceta y me dicen “usted no lo puede hacer”, es mi departamento. Uno se transforma en un rehén cautivo del operador. Yo creo que el hecho de que hayan sólo dos países que legislaron sobre esto, aunque se debata en muchos otros, revela que estamos en un proceso muy inicial en la discusión de estos temas. Para mí es muy bienvenido el debate porque es una discusión central sobre la libertad y los derechos que vamos a tener los usuarios de las redes de comunicación de este Siglo XXI. Para poner una analogía, en la Argentina discutimos mucho, inédita y bienvenida, sobre las redes de comunicación del Siglo XX cuando se sancionó la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual, o sea, sobre los grandes medios generalistas de comunicación, radio y televisión. Yo creo que lentamente se va a imponer una discusión sobre nuevos medios y nuevos derechos de los usuarios que no necesariamente están contenidos en aquella Ley. Esto es tan importante como la otra, en el sentido que tiene que ver con nuestras prácticas informativas, culturales y de entretenimiento.
* Martín Becerra es doctor en Ciencias de la Comunicación por la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) e Investigador Independiente en el CONICET. Actualmente es profesor titular en la Universidad de Buenos Aires (UBA) y la Universidad Nacional de Quilmes (UNQUI). Su último libro publicado es “Los Dueños de la Palabra” (2009), en coautoría con Guillermo Maestrini.