Cheta 1: «¡Es la nueva moda! Voy a votar por él. ¡Es tán simpático!».
Cheta 2: Yo igual. ¡Votar de golpe a la izquierda es locamente apasionante!»
Nena: «Papá, ¿vas a votar a Mélenchon? Los padres de mis amigos dicen que van a votar a Mélenchon».
Señor de traje y portafolio: «Y si querés…».
Señor en limusina: «Fermín, supongo que usted votará por Mélenchon…».
Chofer: «Sí, señor».
Señor en limusina: «Pues yo también».
El chiste de Kroll en Le Soir tematiza el protagonismo creciente de Jean-Luc Mélenchon, en la campaña presidencial francesa. En efecto, el candidato del Frente de Izquierda ya supera a Marine Le Pen en encuestas recientes sobre intención de voto, y de hecho el enfrentamiento con la hija de Jean-Marie Le Pen constituye uno de los ejes de su estrategia de comunicación. El ex ala izquierda del PS se dedica además con ahínco a juntar de todo a la izquierda, sacándoles votantes desde al PS hasta a los partidos trotskistas, pasando por los ecologistas de EELV (la copresidenta de su Partido de Izquierda, Martine Billard, viene de hecho de ese riñón).
Por otro lado, también hay que tener en cuenta que viene siendo un clásico de los medios franceses inflar a challengers, como pasó por ejemplo en las últimas lecciones un poco con Besancenot (trotskista) y mucho con Bayrou (¿centro?). Bueno, la popularidad del fundador y candidato del MoDem (¿MoDem? ¿Seriously?), por su parte, se desinfló a toda velocidad.
De todas formas, independientemente de cuán duradera sea la presencia de Mélenchon en las primeras planas de la política, si efectivamente logra desbancar al Front National del tercer lugar habrá conseguido un logro importantísimo, digno de celebrarse.
Pero le saca votos a Hollande, no a Le Pen. Zarko de parabienes.
Me suena al Ominami franchuto: Sólo sirve para dividir. Y restar.
Marco Enríquez-Ominanmi basó su campaña en la idea de lo nuevo contra lo viejo. Su comunicación política no se centraba en la oposición izquierda-derecha; por eso el traspaso de sus votantes hacia la Concertación no estaban garantizados, y dependía mucho del apoyo directo del candidato.
Mélenchon es el candidato del Frente de Izquierda, que agrupa exclusivamente partidos de esa orientación, por lo voto a Hollande en segunda vuelta es una evidencia. Marine Le Pen lo tiene clarísimo, y por eso acusa a Mélenchon de ser candidato a ministro y no a presidente. El Frente de Izquierda obviamente no le saca votos a al Front National (de eso se ocupa la UMP de Sarkozi, sobre todo en la persona de Claude Guéant, que apila las declaraciones malolientes), pero hace algo mucho peor que es relegarlo a un cuarto puesto. Tan claro es que el eventual porcentaje de votos que le pueda sacar el Front de Gauche (que perjudica más al resto de los partidos a a la izquierda del PS que no se sumaron al frente)al PS no afecta el resultado final que Hollande decidió no cambiar su política pese al aumento en los porcentajes de Mélenchon.
Es un bleuff total, un inflado que usa Sarkozy para debilitar a su opositor real. Los medios oficialistas le dan cuerda,los progresistas de la «gauche caviar» están alegres a rabiar, porque «al fin tendrán un verdadero candidato de izquierdas». La verdad es que después se pinchará el globo, éste sólo habrá servido para dividir a la oposición anti-Sarkozy, y con los últimos acontecimientos (los atentados en Toulousse) que dejaron mal parados a los progres «asimiladores de los hermanos inmigrantes musulmanes», todo cierra para un triunfo de Sarkozy.
Al final se quedarán sin el pan (Hollande) y sin la torta (Melenchon).
Los que ven esto (Le Pen y obviamente Hollande) poco pueden hacer (porque a Le Pen no le dan aire en los medios, y porque Hollande no quiere pelearse con un candidato de izquierda a esta altura de la campaña por el temor de que si se arma un lindo debate y lo PIERDE ahí sí que está totalmente perdido; así que la solución es para él disimular, no hacer olas y silbar bajito)
Pero es que no divide nada, Pacote, no es un Bayrou que se pretende equidistante de la izquierda y la derecha. Los eventuales votantes de Mélenchon que no sigana Hollande en el ballotage serán menos que pocos.