Se llama Laura Alonso, reniega del calificativo ‘nueva política’, se hizo política de la mano Mauricio Macri y hoy se ha enfrentado al Parlamento argentino al oponerse a la nacionalización de YPF.
Comenzaba su comparecencia en el hemiciclo con un duro golpe: «No alcanza con flamear la bandera y hablar de patriotismo, cuando se cierran acuerdos corruptos en contra de los derechos del pueblo y a sus espaldas».
Acto seguido la diputada de Propuesta Republicana (PRO), a la que conocen como ‘la más progre del Pro’ no podía continuar. Al grito de «española», la diputada tenía que parar su discurso.
Las decenas de partidarios de la expropiación que asistían como público a la votación increpaban a la diputada y creían insultarla al grito de española.
Tal fue la algarabía que se formó en la tribuna que el presidente de la Cámara de Diputados tuvo que intervenir para frenar «las pasiones» del pueblo argentino. «Silencio, por favor, silencio. Contengamos las pasiones (…) Lo importante para el pueblo es lo que se vote acá. Pido el máximo comportamiento y respeto. Estamos en una hora histórica y nada debe empañar esta hora», pedía Julián Domínguez.
Aun así y pese al intento de calmar los ánimos, una vez que Alonso comenzaba de nuevo su parlamento contra la expropiación y contra el mal uso de los recursos naturales por parte del Gobierno, el público de la Cámara comenzaba de nuevo con sus gritos de «española, española».
La insistencia de la legisladora ‘macrista’ obligó en al menos cuatro ocasiones más que el presidente de la Cámara de Diputados pidiera»orden, silencio y respeto» por la representante opositora, quien habló junto a su colega de bancada Jorge Triaca en el final de la sesión.
«Venimos a oponernos a un proyecto disfrazado de nacionalismo. Venimos a representar la voz de millones de argentinos que creemos en una Argentina transparente y que creemos que en Argentina energéticamente sustentable es posible», indicó.
De poco le sirvió a esta joven diputada sus argumentos, ya que finalmente la Cámara aprobó la nacionalización por una histórica mayoría. Un 84% de los diputados votó a favor de reestatizar parcialmente la empresa y declarar de utilidad pública la producción de hidrocarburos, tras dos días de aburridos monólogos en vez de debate. De 246 legisladores presentes, 207 se inclinaron en a favor y sólo 32 votaron en contra.
A partir de ahora la presidenta Fernández podrá promulgar la norma y ponerla a funcionar. Así, el Estado controla el 51% de YPF -repartido entre el gobierno (26,03%) y las provincias (24,99%)- ; el grupo local Petersen mantiene un 25,46% y Repsol, un 6,43%. El resto de acciones, 17,09%, permanece en el mercado bursátil.
Andá a llorar a la extinta Real Audiencia de Charcas.