Jueves, 13 de diciembre de 2012
EL PAIS › OPINION
Por Mariana Carbajal
Cinco jóvenes mujeres, sobrevivientes de redes de trata declararon, en el juicio que culminó el martes con una vergonzosa sentencia absolutoria, que vieron a Marita Verón en distintos burdeles de La Rioja, donde ellas mismas estuvieron cautivas y sufrieron todo tipo de vejámenes. Lloraba en todo momento, con las pupilas dilatadas. No tenía equipaje. Les comentó que tenía una hija de tres años llamada Micaela, que ella tenía el nombre artístico de Lorena. Una de las víctimas rescatadas la vio con peluca de cabellos rojos y con lentes de contacto. Contaron que cuando los proxenetas se enteraban por filtraciones policiales de que podía haber un allanamiento, a Marita la sacaban del burdel y la llevaban para otro lado.
Por el veredicto que dictó la Sala II de la Cámara en lo Penal de Tucumán, las palabras de esas cinco víctimas de mafias prostibularias no fueron tenidas en cuenta. No valieron como prueba. El tribunal no les creyó.
El martes próximo se conocerán los fundamentos del fallo. Se podrá entender un poco más sobre el resultado de un juicio oral y público que demandó diez meses y convocó a más de un centenar de testigos, pero cuya investigación judicial llevó una década. ¿Cómo ponderaron los jueces la prueba testimonial? Esa es la gran pregunta. En el juzgamiento de delitos complejos como la trata, y como ocurre en la investigación de los delitos de lesa humanidad cometidos durante la última dictadura militar, los estándares probatorios se flexibilizan cuando no hay otro tipo de prueba y se ponderan el contexto en el que sucedieron los hechos, los indicios. Tal vez no existían pruebas suficientes para determinar cómo fue secuestrada Marita, por las deficiencias en la instrucción del caso. Pero Marita fue vista según declararon varias víctimas de trata en distintos prostíbulos riojanos, regenteados por Irma Mamá Lili Medina y sus hijos, José Chenga Gómez y Gonzalo Chenguita Gómez, tres de los trece imputados absueltos. Y antes, semanas después de su desaparición, en mayo de 2002, en la casa de Daniela Milhein, acusada de dedicarse a reclutar chicas para ser explotadas en los prostíbulos.
Los proxenetas que esclavizan a muchachas para explotarlas sexualmente convierten a las mujeres en mercancías, las cosifican: son objetos que pueden comprarse y venderse. Las despersonalizan a fuerza de violaciones, dosis de droga y otros malos tratos y torturas, para ablandarlas y que sean dóciles ante los clientes-prostituyentes. Ser escuchadas por un tribunal es el primer paso para empezar a recuperar su condición de sujetos, de ciudadanas con derechos. Es el primer paso para poder sanar tantas heridas. El hecho de que sus palabras no sean creídas las revictimiza. Y tiene un efecto disciplinador hacia otras sobrevivientes que pueden aportar datos valiosos para perseguir el delito de la trata. A partir de este fallo, preferirán el silencio: para qué exponerse a que los proxenetas se venguen con sus hijos, como siempre las amenazan, pensarán muchas.
Ayer uno de los abogados de la Fundación María de los Angeles que representaron a Susana Trimarco en el juicio, Carlos Garmendia, recibió múltiples mensajes de apoyo en su celular, como todas aquellas personas vinculadas con el caso. Pero el que más conmovió a Garmendia fue enviado por una joven rescatada de un prostíbulo en Catamarca, que no conoció a Marita, nunca la vio, ni declaró en el juicio: Doctor, después de lo que hizo la Justicia ayer, me doy cuenta de que es una mierda, que para ellos somos unas putas y nada más. Fuerza doctor y hoy todos somos Marita, le escribió la chica. Unas putas y nada más. ¿Quién le cree a una puta? Ese parece ser el nudo del veredicto.
Por último: se observa en la sociedad una generalizada indignación ante la sentencia que dejó en libertad a todos los imputados. Valdría la pena recordar que si hay trata de mujeres es porque hay muchos varones de esta misma sociedad que pagan por esos cuerpos esclavizados y otros varones funcionarios públicos, de fuerzas de seguridad, del poder político y de la corporación judicial que amparan esas mafias.
Hoy somos todas Marita.
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EL PAIS
indice
Hay un divorcio entre la sociedad y la Justicia
Por Nicolás Lantos
EXHORTACION DE LA CORTE SUPREMA A LOS JUECES
Un llamado a combatir la trata
HUBO CRITICAS AL FALLO DESDE TODOS LOS ESPACIOS POLITICOS
Repudiado por la oposición
SUSANA TRIMARCO RATIFICO QUE PEDIRA EL JUICIO POLITICO PARA LOS JUECES, CARGO CONTRA LA JUSTICIA Y LA POLICIA
Sacar la basura para que Tucumán florezca
Por Soledad Vallejos
OPINION
Indignados
Por Eduardo de la Serna y Daniel Goldman
OPINION
Unas putas y nada más
Por Mariana Carbajal
PROBLEMAS PROCESALES EN LAS CAUSAS JUDICIALES SOBRE TRATA DE PERSONAS
Se toma a las víctimas por prostitutas
Por Emilio Ruchansky
OPINION
Por un sistema de justicia que no garantice la impunidad
Por Nilda Garré
HUBO MARCHAS CONTRA LA SENTENCIA, EN BUENOS AIRES Y EN LAS PRINCIPALES CIUDADES
Una ola de repudios que atravesó el país
OPINION
Mientras corre la cuenta regresiva
Por Mario Wainfeld
ALBERTO PIEDRABUENA, PRESIDENTE DEL TRIBUNAL TUCUMANO
Convencido de haber hecho justicia
SATISFACCION POR EL DICTAMEN DEL FISCAL SOBRE LA CONSTITUCIONALIDAD DE LA LEY DE MEDIOS
A la espera de la decisión del juez
Por Sebastian Abrevaya
LORENZETTI DESMINTIO TENER ASPIRACIONES POLITICAS
Continuaré en mis funciones
CALO ENCABEZO EL CONFEDERAL DE LA CGT CON CRITICAS A MOYANO
Hicimos más que los demás
RURALISTAS, SINDICALISTAS Y POLITICOS EN LA FAA
Buzzi juntó opositores para la foto
PIDIERON QUE FERNANDO DE LA RUA FUERA PROCESADO POR LA REPRESION DEL 19 Y 20 DE DICIEMBRE DE 2001
El estado de sitio y los asesinatos
Por Adriana Meyer
ENCUENTRO EN CHACO CON LEON GIECO
Jóvenes y memoria
LA JUSTICIA ENTREGO LA PLATA, LA MAQUINARIA Y LA MARCA A LA GESTION OBRERA
Zanon a manos de los trabajadores
Por Adriana Meyer
OPINION
Otro Nunca Más
Por Hugo Condorí
Acuerdo con los docentes
Cascos Blancos en la ONU
Escuela para la militancia
La 12 se fue al 13
El subte, postergado
Errores y horrores
Incidentes en la Casa de Tucumán
Siento vergüenza
EL PAIS › OPINION
Por Mariana Carbajal
Cinco jóvenes mujeres, sobrevivientes de redes de trata declararon, en el juicio que culminó el martes con una vergonzosa sentencia absolutoria, que vieron a Marita Verón en distintos burdeles de La Rioja, donde ellas mismas estuvieron cautivas y sufrieron todo tipo de vejámenes. Lloraba en todo momento, con las pupilas dilatadas. No tenía equipaje. Les comentó que tenía una hija de tres años llamada Micaela, que ella tenía el nombre artístico de Lorena. Una de las víctimas rescatadas la vio con peluca de cabellos rojos y con lentes de contacto. Contaron que cuando los proxenetas se enteraban por filtraciones policiales de que podía haber un allanamiento, a Marita la sacaban del burdel y la llevaban para otro lado.
Por el veredicto que dictó la Sala II de la Cámara en lo Penal de Tucumán, las palabras de esas cinco víctimas de mafias prostibularias no fueron tenidas en cuenta. No valieron como prueba. El tribunal no les creyó.
El martes próximo se conocerán los fundamentos del fallo. Se podrá entender un poco más sobre el resultado de un juicio oral y público que demandó diez meses y convocó a más de un centenar de testigos, pero cuya investigación judicial llevó una década. ¿Cómo ponderaron los jueces la prueba testimonial? Esa es la gran pregunta. En el juzgamiento de delitos complejos como la trata, y como ocurre en la investigación de los delitos de lesa humanidad cometidos durante la última dictadura militar, los estándares probatorios se flexibilizan cuando no hay otro tipo de prueba y se ponderan el contexto en el que sucedieron los hechos, los indicios. Tal vez no existían pruebas suficientes para determinar cómo fue secuestrada Marita, por las deficiencias en la instrucción del caso. Pero Marita fue vista según declararon varias víctimas de trata en distintos prostíbulos riojanos, regenteados por Irma Mamá Lili Medina y sus hijos, José Chenga Gómez y Gonzalo Chenguita Gómez, tres de los trece imputados absueltos. Y antes, semanas después de su desaparición, en mayo de 2002, en la casa de Daniela Milhein, acusada de dedicarse a reclutar chicas para ser explotadas en los prostíbulos.
Los proxenetas que esclavizan a muchachas para explotarlas sexualmente convierten a las mujeres en mercancías, las cosifican: son objetos que pueden comprarse y venderse. Las despersonalizan a fuerza de violaciones, dosis de droga y otros malos tratos y torturas, para ablandarlas y que sean dóciles ante los clientes-prostituyentes. Ser escuchadas por un tribunal es el primer paso para empezar a recuperar su condición de sujetos, de ciudadanas con derechos. Es el primer paso para poder sanar tantas heridas. El hecho de que sus palabras no sean creídas las revictimiza. Y tiene un efecto disciplinador hacia otras sobrevivientes que pueden aportar datos valiosos para perseguir el delito de la trata. A partir de este fallo, preferirán el silencio: para qué exponerse a que los proxenetas se venguen con sus hijos, como siempre las amenazan, pensarán muchas.
Ayer uno de los abogados de la Fundación María de los Angeles que representaron a Susana Trimarco en el juicio, Carlos Garmendia, recibió múltiples mensajes de apoyo en su celular, como todas aquellas personas vinculadas con el caso. Pero el que más conmovió a Garmendia fue enviado por una joven rescatada de un prostíbulo en Catamarca, que no conoció a Marita, nunca la vio, ni declaró en el juicio: Doctor, después de lo que hizo la Justicia ayer, me doy cuenta de que es una mierda, que para ellos somos unas putas y nada más. Fuerza doctor y hoy todos somos Marita, le escribió la chica. Unas putas y nada más. ¿Quién le cree a una puta? Ese parece ser el nudo del veredicto.
Por último: se observa en la sociedad una generalizada indignación ante la sentencia que dejó en libertad a todos los imputados. Valdría la pena recordar que si hay trata de mujeres es porque hay muchos varones de esta misma sociedad que pagan por esos cuerpos esclavizados y otros varones funcionarios públicos, de fuerzas de seguridad, del poder político y de la corporación judicial que amparan esas mafias.
Hoy somos todas Marita.
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Hay un divorcio entre la sociedad y la Justicia
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Un llamado a combatir la trata
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Mientras corre la cuenta regresiva
Por Mario Wainfeld
ALBERTO PIEDRABUENA, PRESIDENTE DEL TRIBUNAL TUCUMANO
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SATISFACCION POR EL DICTAMEN DEL FISCAL SOBRE LA CONSTITUCIONALIDAD DE LA LEY DE MEDIOS
A la espera de la decisión del juez
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LORENZETTI DESMINTIO TENER ASPIRACIONES POLITICAS
Continuaré en mis funciones
CALO ENCABEZO EL CONFEDERAL DE LA CGT CON CRITICAS A MOYANO
Hicimos más que los demás
RURALISTAS, SINDICALISTAS Y POLITICOS EN LA FAA
Buzzi juntó opositores para la foto
PIDIERON QUE FERNANDO DE LA RUA FUERA PROCESADO POR LA REPRESION DEL 19 Y 20 DE DICIEMBRE DE 2001
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Jóvenes y memoria
LA JUSTICIA ENTREGO LA PLATA, LA MAQUINARIA Y LA MARCA A LA GESTION OBRERA
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Escuela para la militancia
La 12 se fue al 13
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Incidentes en la Casa de Tucumán
Siento vergüenza