Respuesta a Artepolítica sobre #22F

El 21 de febrero Artepolítica publicó una reflexión respecto de la marcha en conmemoración por las víctimas del accidente de trenes en Once. Esta reflexión me pareció valiosa porque intenta afrontar, desde adentro del espacio político al que pertenece el gobierno, un tema particularmente complejo y delicado para el mismo. Representa así un contraste frente a las posiciones extremistas de otros grupos dentro del mismo espacio, que en su vocación por defender al gobierno se niegan sistemáticamente a reflexionar críticamente. Aun así, lamentablemente, la reflexión de Artepolítica se queda corta en su espíritu crítico y termina alineándose con el tono auto-justificatorio que viene manifestando el gobierno respecto del tema.

En el segundo párrafo, el texto cita las palabras de los familiares respecto de la actitud del gobierno (para el cual, según los familiares, «la tragedia nunca existió» porque «es silenciada de manera metódica»). A continuación se dice «eso no debería ser objeto de debate político. Será así, lamentablemente». El «lamentablemente» es inquietantemente ambiguo: pareciera estar diciendo que es lamentable que los familiares hayan instalado la idea de que el gobierno silenció la tragedia. Sobre si esa idea refleja en alguna medida la realidad o no, el texto es abiertamente silencioso. El punto de partida del texto (que la visión de los familiares constituye una realidad que no puede ser debatida), de por sí bastante arbitrario, parece estar puesto para relevar a los redactores de la responsabilidad de emitir su propio juicio. Pero también para relevar de responsabilidad al propio gobierno: si éste silenció la tragedia, será así porque un grupo de personas lo dijo, y no por sus propias acciones. Estas acciones no tienen importancia, pareciera, porque el dictamen de los familiares tiene carácter absoluto, independientemente de lo que nadie haga.

El texto insiste en que los planteos de los familiares no constituyen materia de debate ni de política. Ante los familiares, solo queda «avalar su reclamo, darles lugar, escuchar, respetar, apoyar sus palabras». Pero para lo que no hay cabida es para discutir y debatir políticamente sus palabras. El gobierno, se aclara, podrá tomar o no los planteos de los familiares, pero por alguna razón está exempto de discutirlos. Triste posición la de alguien a quien solo se lo puede escuchar y respetar, pero jamás discutir. Como si la condición de víctima eyectase indefectiblemente a alguien del espacio político, y así de pensar más allá de su dolor y de hacer planteos políticos que, como tales, merecen estar sujetos a la crítica y a la confrontación. Como si el gobierno y quienes lo apoyan no tuviesen una responsabilidad política frente a los familiares, es decir, la responsabilidad de tomar una posición frente a sus planteos. Esta toma de posición es precisamente lo que el texto parece estar determinado a eludir, insistiendo irreflexivamente en que a las víctimas solo se las escucha y se las tiene en cuenta, pero nunca se las debate.

Sin dar cuenta de los planteos explícitamente políticos de los familiares (quienes con sorprendente claridad alegaron: «éste no es un acto político: es un hecho político»), evitando pronunciarse sobre la especificidad de su reclamo, el texto pasa a referirse al tema del dólar. Sin emitir ni una palabra respecto de la responsabilidad del gobierno tanto en el accidente como en su respuesta posterior al mismo, Artepolítica se preocupa por los usos de lo que digan los familiares, por cómo sus planteos se prestan a ser movilizados por quienes están molestos porque no pueden comprar dólares. De nuevo, el accidente en sí mismo, así como los planteos que surgen a partir de él, no llaman a ninguna reflexión sustantiva sobre el kirchnerismo como gobierno y como proyecto político. Pareciese que el texto tuviese como objetivo silenciar los planteos de los familiares, acallarlos con un rápido «si ellos lo dicen, es así», eludiendo las complicaciones que el accidente de Once representa para el discurso kirchnerista, y desviando la atención hacia los temas donde los kirchneristas se sienten cómodos: la clase media media está enojada por el dólar, el kirchnerismo tiene que defender a los sectores populares.

En definitiva, un texto que no toma en serio las palabras de los familiares, ni afronta la compleja tarea de pensar lo que el accidente de Once representa para el kirchnerismo. Lo que quedan son proposiciones retóricas que evitan posicionarse sobre el tema en cuestión y lo desvían hacia lugares comunes donde, uno imagina, los redactores sienten algo más de certeza ideológica.

12 comentarios en «Respuesta a Artepolítica sobre #22F»

  1. Comparto plenamente, la misma sensación me quedó cuando lei el post de Artepolitica/Tereschuk y lo expresé brevemente en un comentario.

  2. Gracias por tomarte el trabajo de armar el texto.
    Un par de cosas:
    1) El texto nuestro alude a que el lugar de la víctima en la Argentina no es cualquier lugar. Esto me parece interesante porque creo que esto no es así en cualquier lado. Pienso en la reciente masacre en Estados Unidos o incluso el 9/11, donde podríamos apuntar a qué hacen los gobiernos y por qué frente a esas amenazas. Pero la voz de las víctimas, su espacio, su lugar es otro. Eso en tu texto no es tenido muy en cuenta.
    2) En este sentido, discutir «políticamente» con las víctimas no cabe en la Argentina y creo que eso era algo para escribir. Fijate que el texto está escrito antes del discurso de Cristina en Tecnópolis y en ese discurso, ella roza o se tienta la discusión cuando habla con Estela de Carlotto. Y eso me parece que choca un poco con lo que nosotros escribimos. Leí comentarios por ahí que dicen que los familiares actuaron como «opositores». No concuerdo con eso. No me parece que caben esas categorías (insisto, en la Argentina) , de ahí que discutir políticamente la posición de las víctimas no corresponde, no tiene lugar.
    3) La víctima no queda eyectada del espacio político. Pero fijate este texto que a mí me gustó y que explica bien cómo el dolor no acumula políticamente, porque «no se llena nunca» http://eldotor.blogspot.com.ar/2013/02/dolor-y-politica.html
    4) Por ejemplo, un kirchnerista te podría hablar de «cuántas vidas se han salvado por las políticas públicas tales y cuáles». Entrar en una cosa aritmética, en un enfoque que no cabe acá. Insisto con esto: acá en la Argentina.
    5) El texto nuestro habla de la responsabilidad política de un gobierno democrático en funciones. En política, me da la impresión, la responsabilidad no es que se asume o no. Es más que nada algo inexorable. Tus actos Y tus omisiones (esto es lo interesante) se te pueden venir encima como un piano si no hacés algo para pararlo. No es que te tenés que meter o no adentro del piano. El piano se te va a venir encima sí o sí. Insisto, salvo que lo evites.
    5) A mí no me parece que el texto no tome en serio las palabras de los familiares. Quizás las tome demasiado en serio. Decís que la reflexión «se queda corta en su espíritu crítico». Esos son gustos. Y ahí entra la cuestión de las identidades políticas. A veces parece que la única forma de ser «lo suficientemente» crítico es condenar «como un todo» al kirchnerismo. Y eso a mí no me cierra.

    Un abrazo

    1. Clarísimo, Nicolás. El kirchnerismo es responsable de todo lo que hizo y dejó de hacer en estos 10 años. Mas allá de la imprescindible evaluación de la justicia, se hará escuchar a su tiempo, la inapelable voz del pueblo.

      1. Cuando remites a «la evaluación de la justicia»,refieres a la que Gils Carbó califica como: “La Justicia actual es ilegítima, corporativa, oscurantista y de lobbies aceitados”.

      2. Es la que tenemos. Tal vez coincidamos con Ud (y Gils Carbó) en que nos merecemos una justicia mejor.

        Pero de acuerdo al análisis marxista, ella refleja, por lo general, la ideología e intereses de la clase dominante.

      3. ¿Vos crees seriamente que los habitantes de Balcarce 50, no son parte de la clase dominante?
        ¿Cual justicia cambiamos?, la que cierra y archiva causas de corrupciòn publica, o la justicia que falla a favor de Clarin?

      4. Efectivamente, son apenas el gobierno. La clase dominante está en otra parte. Así y todo no es este un gobierno clasista, pero como señala Cristina, no es neutral. De todos modos estaba hablando de la justicia y no del gobierno.

        No hablé de cambiarla, dije que nos merecemos una justicia mejor. No me convencen los fallos a favor de Clarín, si bien, obviamente, deben acatarse. No deben apañarse casos de corrupción.

      5. De acuerdo a la ideologia marxista el estado es el principal instrumento de la clase dominante. Precisamente por esto el Marxismo-leninismo propone conquistarlo y desarmar el estado burgues. Nada mas lejos de la situacion actual. Mire el perfil de su presidenta y sus ministros y saque sus conclusiones. Quiere mejores ejemplos? Mire los gobernadores.

        Encuentro la idea del excepcionalismo argentino muy facil, y como toda idea de excepcionalismo, sospechosa. El punto 4) es ridiculo y no debe siquiera ser mencionado. De la misma manera se podria argumentar la cantidad de las vidas que se han salvado gracias al desarrollo del capitalismo industrial y la expansion de imperialismo yanki, la creacion de la mayoria de las vacunas, la extension de expectativa de vida, y la creacion de la comida enlatada.

    2. Gracias por responder. Me parece interesante lo que planteás sobre las víctimas, pero creo que el tema es más complejo que el lugar que le da el texto y el comentario en el blog que me pasaste. Me interesa remarcar que si los familiares plantearon que el gobierno silenció la tragedia, merecen que sus palabras sean tomadas como buscando reflejar una realidad y no como creándola a discreción. Si corresponde o no que el gobierno discuta los planteos es otro tema. Lo que, a mi juicio, desmerece el planteo de los familiar, es decir que las cosas son como ellos dicen solo por su condición de víctimas.

  3. «Yo no soy partidario de la Revolución drástica y dura. Soy partidario de la Reforma.

    «La Reforma se consolida a través de leyes, dentro de una estructura democrática.

    «Aquí hubo una destrucción del Estado. Y destruir al Estado es destruir al Hombre.

    J D Perón

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