RTVE.es / Agencias
El Comité para la Protección de los Periodistas (CPJ) ha publicado un informe en el que denuncia la poca transparencia del Gobierno de Estados Unidos , sus esfuerzos por controlar la información y una persecución sin precedentes de los responsables de filtraciones . El informe, de 30 páginas y que fue presentado este jueves, es obra de Leonard Downie Jr., anteriormente editor ejecutivo del diario The Washington Post .
La actual Administración es la » más cerrada y obsesionada por controlar la información que yo haya cubierto jamás», señaló David Sanger, veterano corresponsal del The New York Times en Washington y uno de los 30 periodistas a los que entrevistó Downie para su investigación.
A pesar de las «repetidas promesas» de Obama de convertir a su Administración en la de «mayor apertura y transparencia de la historia», los periodistas y activistas «afirman estar decepcionados» en cuanto al acceso a la información que necesitan, detalla el informe.
«No hay acceso a las cuestiones diarias de la Presidencia, como por ejemplo con quién se reúne el presidente y quién lo asesora», sostuvo Ann Compton, corresponsal de ABC News en la Casa Blanca y quien ha cubierto a todos los mandatarios estadounidenses desde Gerald Ford.
Según Compton, muchas de las reuniones importantes de Obama con figuras destacadas ajenas a la Administración ni siquiera aparecen registradas en su agenda pública. «Es el menos transparente de los siete presidentes que he cubierto, en lo referente a cómo realiza sus actividades diarias», destacó la periodista de ABC.
“Hostilidad generalizada con los medios”
En opinión de Josh Meyer, veterano escritor y corresponsal en Washington que trabaja para el sitio web de noticias Quartz, en el Gobierno de Obama «hay una hostilidad generalizada hacia los medios » y muchas veces los funcionarios «no devuelven reiteradas llamadas y correos electrónicos».
En ese sentido, un caso llamó la atención el pasado mes de mayo. La agencia de noticias estadounidense Associated Press (AP) denunció un «intrusismo sin precedentes» por parte del Departamento de Justicia de Estados Unidos que, durante dos meses y de manera secreta, grabó conversaciones telefónicas de sus reporteros, pinchó las líneas oficinas de Nueva York, Washington y Hartford (Connecticut) y almacenó las conversaciones para descubrir si una fuente de la Administración filtró información sobre una operación de la CIA en Yemen.
En el informe del CPJ, Downie asegura también que la «guerra» de la Administración de Obama contra las filtraciones es «la más agresiva» desde el Gobierno de Richard Nixon, cuando él era uno de los editores involucrados en la investigación del Washington Post sobre el caso Watergate.
«Desde 2009, seis empleados gubernamentales –además de dos contratistas, entre ellos Edward Snowden — han sido objeto de procesos penales por delitos graves de conformidad con lo previsto por la Ley sobre Espionaje de 1917 por filtrar información clasificada a los medios, comparado con un total de tres en todos los períodos presidenciales anteriores en la historia de Estados Unidos», señala el informe.
«Ello sin contar que se han iniciado otras investigaciones penales en torno a filtraciones de información. En dos de esas investigaciones, el gobierno solicitó y confiscó de manera secreta los correos electrónicos y el registro de llamadas telefónicas de los periodistas», añade el documento de CPJ.
Guerra contra las filtraciones
La cifra contrasta con los solo tres procesos que ha habido en todos los periodos presidenciales anteriores en la historia de Estados Unidos . «Me preocupa llamar a alguien porque ese contacto puede ser descubierto mediante una revisión de los registros telefónicos o los correos electrónicos», contó Jeffrey Smith, veterano periodista y experto en temas de seguridad nacional que trabaja en el Centro para la Integridad Pública.
Según el informe, un programa «contra amenazas internas» que se ha puesto en marcha en cada departamento gubernamental ordena a todos los empleados federales vigilar el comportamiento de sus colegas para ayudar a evitar filtraciones de información.
El Comité para la Protección de los Periodistas (CPJ) ha publicado un informe en el que denuncia la poca transparencia del Gobierno de Estados Unidos , sus esfuerzos por controlar la información y una persecución sin precedentes de los responsables de filtraciones . El informe, de 30 páginas y que fue presentado este jueves, es obra de Leonard Downie Jr., anteriormente editor ejecutivo del diario The Washington Post .
La actual Administración es la » más cerrada y obsesionada por controlar la información que yo haya cubierto jamás», señaló David Sanger, veterano corresponsal del The New York Times en Washington y uno de los 30 periodistas a los que entrevistó Downie para su investigación.
A pesar de las «repetidas promesas» de Obama de convertir a su Administración en la de «mayor apertura y transparencia de la historia», los periodistas y activistas «afirman estar decepcionados» en cuanto al acceso a la información que necesitan, detalla el informe.
«No hay acceso a las cuestiones diarias de la Presidencia, como por ejemplo con quién se reúne el presidente y quién lo asesora», sostuvo Ann Compton, corresponsal de ABC News en la Casa Blanca y quien ha cubierto a todos los mandatarios estadounidenses desde Gerald Ford.
Según Compton, muchas de las reuniones importantes de Obama con figuras destacadas ajenas a la Administración ni siquiera aparecen registradas en su agenda pública. «Es el menos transparente de los siete presidentes que he cubierto, en lo referente a cómo realiza sus actividades diarias», destacó la periodista de ABC.
“Hostilidad generalizada con los medios”
En opinión de Josh Meyer, veterano escritor y corresponsal en Washington que trabaja para el sitio web de noticias Quartz, en el Gobierno de Obama «hay una hostilidad generalizada hacia los medios » y muchas veces los funcionarios «no devuelven reiteradas llamadas y correos electrónicos».
En ese sentido, un caso llamó la atención el pasado mes de mayo. La agencia de noticias estadounidense Associated Press (AP) denunció un «intrusismo sin precedentes» por parte del Departamento de Justicia de Estados Unidos que, durante dos meses y de manera secreta, grabó conversaciones telefónicas de sus reporteros, pinchó las líneas oficinas de Nueva York, Washington y Hartford (Connecticut) y almacenó las conversaciones para descubrir si una fuente de la Administración filtró información sobre una operación de la CIA en Yemen.
En el informe del CPJ, Downie asegura también que la «guerra» de la Administración de Obama contra las filtraciones es «la más agresiva» desde el Gobierno de Richard Nixon, cuando él era uno de los editores involucrados en la investigación del Washington Post sobre el caso Watergate.
«Desde 2009, seis empleados gubernamentales –además de dos contratistas, entre ellos Edward Snowden — han sido objeto de procesos penales por delitos graves de conformidad con lo previsto por la Ley sobre Espionaje de 1917 por filtrar información clasificada a los medios, comparado con un total de tres en todos los períodos presidenciales anteriores en la historia de Estados Unidos», señala el informe.
«Ello sin contar que se han iniciado otras investigaciones penales en torno a filtraciones de información. En dos de esas investigaciones, el gobierno solicitó y confiscó de manera secreta los correos electrónicos y el registro de llamadas telefónicas de los periodistas», añade el documento de CPJ.
Guerra contra las filtraciones
La cifra contrasta con los solo tres procesos que ha habido en todos los periodos presidenciales anteriores en la historia de Estados Unidos . «Me preocupa llamar a alguien porque ese contacto puede ser descubierto mediante una revisión de los registros telefónicos o los correos electrónicos», contó Jeffrey Smith, veterano periodista y experto en temas de seguridad nacional que trabaja en el Centro para la Integridad Pública.
Según el informe, un programa «contra amenazas internas» que se ha puesto en marcha en cada departamento gubernamental ordena a todos los empleados federales vigilar el comportamiento de sus colegas para ayudar a evitar filtraciones de información.