Dos ex integrantes de la barra brava de Colegiales, vinculados con el intendente de Vicente López, Jorge Macri, fueron señalados ayer como los responsables del asesinato del líder de la hinchada de ese club de fútbol, Fernando «Pocho» Morales, el domingo por la tarde. «Los dos barras responden a César Torres, secretario de gobierno de Macri», sostuvo el diputado provincial Fernando «Chino» Navarro, quien aseguró que los detenidos estaban haciendo pintadas para Macri y Sergio Massa, que en ese distrito son aliados dentro del Frente Renovador.
Los atacantes identificados son Alejandro Aranda, alias «Harry», y Martín Cabrera, alias «El Negro Martín», quienes fueron hospitalizados el domingo a la tarde con heridas de arma blanca producidas en la pelea con Morales y que permanecen detenidos. Los barras del club de Vicente López fueron señalados por dirigentes e hinchas de Colegiales, que destacaron sus fluidos contactos con el gobierno municipal de Jorge Macri. De hecho, trascendió una foto que muestra a ambos barras con chalecos del PRO, junto al jefe de gobierno porteño, Mauricio Macri, primo del intendente local.
Los dos personajes son viejos conocidos de Colegiales: viven en el barrio y por mucho tiempo integraron la barra del club, hasta que hace más de un año fueron echados por «Pocho», en medio de una interna municipal (ver más adelante). Desde hace un tiempo mezclan su amor por el Tricolor con la política: forman parte de los grupos que hacen pegatinas y pintadas para el PRO y el Frente Renovador. Pero, sobre todo, conforman una violenta patota que, según Navarro y otras fuentes, responde a Cesar Torres, secretario de Gobierno de Vicente López.
Si bien Aranda y Cabrera permanecen detenidos, no habrían sido quienes dispararon. Según vecinos que presenciaron el hecho, el autor habría sido una tercera persona ajena a la barra y apodada «El Uruguayo», que con seis tiros terminó con la vida de Morales.
«Lo concreto es que desde la camioneta que pegaba carteles para Massa y Macri le pegaron seis tiros en la espalda. Cabrera y Aranda responden a Torres, secretario de Gobierno del municipio. Si tienen contratados a personajes que andan armados por la calle, tenés asegurada la responsabilidad política. Sabés a quién contratás, a quién mandás a la calle», señaló Navarro a Tiempo Argentino.
El diputado provincial también criticó la forma en que los diarios Clarín y La Nación comunicaron ayer el hecho. «Cuando hay un incidente que afecta a Massa se hace masivo. Hacen muy bien porque hay que erradicar la violencia de la política y de toda la sociedad, pero queda claro el doble estándar. Estamos hablando de un muerto, vinculados al secretario de Gobierno de Macri, que además militó en el macrismo en Capital y con Alberto Fernández, pero nadie dice nada», cuestionó.
Los partidos políticos de la oposición al PRO de Vicente López denuncian desde hace meses las constantes apretadas y golpizas de fuerzas de choque del municipio (ver recuadro). «Harry» y «El Negro Martín» suelen estar al frente de las patotas. «Esto es parte de una andanada de violencia desde las PASO. Nos bloquean las camionetas de afiches y golpearon el sábado pasado a un compañero que intentó instalar una mesa de difusión en la plaza», señaló Joaquín Noya, candidato a concejal por el Frente para la Victoria. El dirigente adelantó que en los próximos días realizarán una conferencia de prensa junto a todo el arco opositor para «denunciar la violencia general del municipio y pedir la renuncia de Cesar Torres».
EL ASESINATO. El hecho ocurrió el domingo por la tarde frente al conventillo de Munro, partido de Vicente López, donde vivía Morales. De acuerdo al relato de los testigos, Harry y El Negro Martín iban en una camioneta y pegaban afiches con publicidad de la municipalidad. Al pasar frente a la casa, se bajaron de la camioneta y comenzó la pelea.
«Estaba peleando con uno de ellos cuando salió alguien de atrás y le pegó tres tiros por la espalda, dos en el pecho y otro en la cabeza, para rematarlo», detalló a Tiempo Argentino el presidente del club, Rodrigo González, sobre la reconstrucción que hicieron los vecinos del barrio.
El sicario sería una persona conocida como «El Uruguayo», ajena al barrio y a la barra de Colegiales. «Lo hizo delante de todo el mundo a las 4 de la tarde, blanqueando que tiene impunidad política. Es un asesinato motivado desde Cesar Torres, quien ampara a estos tipos sabiendo quienes son. Todos tiene antecedentes», acusó González, también candidato a concejal por el kirchnerismo.
Si bien el hecho fue informado como una interna de barras de Colegiales, desde el club lo negaron. «La barra es una sola y estaba liderada por ‘Pocho’, un referente del barrio que trascendía la barra», agregó el presidente de la institución.
Según fuentes policiales, los detenidos pasaron unas horas internados en el Hospital de Vicente López, uno con cortes en el cuerpo y el otro herido de un balazo. Tras recibir el alta médica, quedaron detenidos.
La investigación quedó en manos de personal de la Jefatura Departamental de San Isidro y de la fiscal descentralizada de Vicente López Oeste, Marcela Semería, quien ordenó pericias sobre el cuerpo. Fueron realizadas en una morgue de Lomas de Zamora, ya que estuvieron involucradas en el hecho personas ligadas al municipio de Vicente López.
EL ORIGEN. La pelea que terminó en el asesinato de Morales podría tener su origen en la disputa por la conducción del Club. Según González, la presencia del jefe de la barra impedía a Torres y a un ex dirigente, Alfredo Asad, ingresar a la conducción de Colegiales. «Pocho siempre se opuso a que se hicieran negocios en el club y bancó a la comisión directiva para que no ingresaran estos barras y dirigentes. El domingo, contrataron a un sicario para matarlo a pocho y poder liberar el ingreso al club», aseguró el dirigente.
El vínculo de Asad con los barras detenidos se remontaría a sus años como dirigente. «Fue expulsado y declarado persona no grata. Mientras estuvo como dirigente tuvo vínculos con ‘El Negro Martín’. Ahora quieren volver a Colegiales y para eso fueron captando parte de la barra para voltear de forma violenta a la comisión directiva», denunció González.
La disputa de Morales con sus agresores sumaría otra motivación. El año pasado, tras la inundación en Vicente López, «Pocho» dirigió una movilización a la municipalidad para reclamar obras. Según vecinos, los encargados de romper la manifestación fueron justamente Aranda y Cabrera. La disputa se trasladó después a la barra, de donde Pocho los echó, y ahora amenaza con seguir tras su muerte: a través de las redes sociales, los seguidores de Morales ya amenazaron con vengar al líder asesinado el domingo.
MORALES. Si bien lo señalan como apolítico, el jefe de la barra de Colegiales tenía fuertes vínculos con el presidente del club, González, uno de los referentes locales del FPV.
Morales era un hombre con peso en el barrio y ayer quedó demostrado, cuando unas 400 personas se acercaron al club para su velatorio, que finalmente se postergo para hoy, ya que la llegada del cuerpo se demoró por las pericias forenses. El entierro será mañana.
«Todos saben que el municipio es responsable», sostuvo González, quien adelantó que la procesión fúnebre podría pasar frente al despacho de Jorge Macri. «
No es la primera vez que hechos de violencia tocan de cerca al Frente Renovador de Sergio Massa, que en el caso de Vicente López comparte listas con el macrismo.
De hecho, días atrás, un mitin político en el sur del Conurbano Bonaerense terminó con disparos, piedrazos y heridos de arma blanca. Este fue el saldo de una pelea, ocurrida el lunes pasado, entre tres facciones del massismo que responden a candidatos a concejales de Lanús. El motivo: qué lugar ocuparían en el acto en el que terminó presentándose su líder, el postulante a diputado nacional del Frente Renovador, Sergio Massa. El mismo que tiene a la concordia cívica como uno de sus pilares proselitistas.
Aquella pelea se desató en el club El Porvenir, minutos antes de la aparición en escena de Massa. Todo terminó con un enfrentamiento a piedrazos entre tres grupos de barrabravas de Lanús y de Los Andes, que participaban de la actividad. Mitin, dicho sea de paso, que tenía por objeto mostrar una imagen de «unidad» en el massismo lanusense, fragmentado en tres sectores: uno que responde al ex presidente del club Lanús Nicolás Russo; otro que orienta el senador provincial José Luis Pallares, y un tercero, encolumnado detrás del concejal Gabriel Di Masi.
Hace cuatro días, el Frente para la Victoria (FPV) de Vicente López denunció agresiones por parte del PRO, que gobierna ese municipio a través de Jorge Macri, primo de Mauricio, jefe de gobierno porteño. De acuerdo con un comunicado del kirchnerismo, «la agresión» ocurrió «cuando dos militantes del FPV armaban una mesa de difusión en la esquina de Maipú y Malaver», una de las esquinas donde está la Quinta Presidencial de Olivos. Militantes de la alianza Frente Renovador-PRO «exigieron», siempre según el FPV, que «les dejaran» la esquina. Por negarse, un joven K recibió patadas y otra clase de golpes. Quedó tendido en la calle. Y debió ser asistido. El hecho fue filmado. Una patrulla municipal llegó al lugar junto a un candidato del FR –Nahuel Ponce–, quien procuró infructuosamente que no sea efectuada la denuncia.
El asesinato del líder de la barrabrava de Colegiales, Fernando «Loco Pocho» Morales, bien podría ser un caso más de alguna interna por el poder de los grupos de choque del fútbol, en tiempos en donde los episodios violentos entre barras se dan entre supuestos defensores de la misma camiseta. O bien no. Es que algunas declaraciones, los hechos de un pasado no tan lejano y los resultados actuales no terminan de dejar en claro qué pasó.
En noviembre de 2012, un ídolo de Colegiales como Atilio Svampa era el entrenador de un club que atravesaba una mala campaña futbolística y una crisis institucional. Ante esta coyuntura, un grupo de violentos ingresó al vestuario tras una derrota ante Villa Dálmine y la escena fue el detonante final del alejamiento del DT. Encabezando los violentos estaba el «Negro» Martín. En el club lo reconocen como el líder de la facción opuesta a Morales y como el principal sospechoso de la responsabilidad de su asesinato. Martín está detenido junto a otro hombre al que se lo conoce como «Harry», aunque algunas versiones aseguran que ninguno de los dos habría disparado contra Morales, sino que sería un tercero, conocido como «El Uruguayo», sin relación con el club.
Otro de los trascendidos sostiene que la semana pasada, Morales había encabezado un apriete a los jugadores de Colegiales debido a la mala campaña que atraviesa el equipo: marcha anteúltimo en el campeonato de la Primera B Metropolitana.
Por su lado, el ex presidente del club, Enrique Banchs, en diálogo con Tiempo Argentino, se mostró muy dolido por el asesinato de Morales. «Sólo puedo decir cosas buenas de él. Siempre fue muy leal y hemos tenido muy buena relación, no sólo conmigo sino con toda la comisión directiva», contó quien encabezó esa institución entre 2008 y 2012. Cuando se le preguntó acerca de si conocía que existiera alguna persona que no quisiera a Morales, contestó: «Era alguien que quería al club. Siempre hay algún problemita pero nunca nada grave.» Y con respecto a la posible pelea con el «Negro» Martín, concluyó: «No conozco quién es.»
Los atacantes identificados son Alejandro Aranda, alias «Harry», y Martín Cabrera, alias «El Negro Martín», quienes fueron hospitalizados el domingo a la tarde con heridas de arma blanca producidas en la pelea con Morales y que permanecen detenidos. Los barras del club de Vicente López fueron señalados por dirigentes e hinchas de Colegiales, que destacaron sus fluidos contactos con el gobierno municipal de Jorge Macri. De hecho, trascendió una foto que muestra a ambos barras con chalecos del PRO, junto al jefe de gobierno porteño, Mauricio Macri, primo del intendente local.
Los dos personajes son viejos conocidos de Colegiales: viven en el barrio y por mucho tiempo integraron la barra del club, hasta que hace más de un año fueron echados por «Pocho», en medio de una interna municipal (ver más adelante). Desde hace un tiempo mezclan su amor por el Tricolor con la política: forman parte de los grupos que hacen pegatinas y pintadas para el PRO y el Frente Renovador. Pero, sobre todo, conforman una violenta patota que, según Navarro y otras fuentes, responde a Cesar Torres, secretario de Gobierno de Vicente López.
Si bien Aranda y Cabrera permanecen detenidos, no habrían sido quienes dispararon. Según vecinos que presenciaron el hecho, el autor habría sido una tercera persona ajena a la barra y apodada «El Uruguayo», que con seis tiros terminó con la vida de Morales.
«Lo concreto es que desde la camioneta que pegaba carteles para Massa y Macri le pegaron seis tiros en la espalda. Cabrera y Aranda responden a Torres, secretario de Gobierno del municipio. Si tienen contratados a personajes que andan armados por la calle, tenés asegurada la responsabilidad política. Sabés a quién contratás, a quién mandás a la calle», señaló Navarro a Tiempo Argentino.
El diputado provincial también criticó la forma en que los diarios Clarín y La Nación comunicaron ayer el hecho. «Cuando hay un incidente que afecta a Massa se hace masivo. Hacen muy bien porque hay que erradicar la violencia de la política y de toda la sociedad, pero queda claro el doble estándar. Estamos hablando de un muerto, vinculados al secretario de Gobierno de Macri, que además militó en el macrismo en Capital y con Alberto Fernández, pero nadie dice nada», cuestionó.
Los partidos políticos de la oposición al PRO de Vicente López denuncian desde hace meses las constantes apretadas y golpizas de fuerzas de choque del municipio (ver recuadro). «Harry» y «El Negro Martín» suelen estar al frente de las patotas. «Esto es parte de una andanada de violencia desde las PASO. Nos bloquean las camionetas de afiches y golpearon el sábado pasado a un compañero que intentó instalar una mesa de difusión en la plaza», señaló Joaquín Noya, candidato a concejal por el Frente para la Victoria. El dirigente adelantó que en los próximos días realizarán una conferencia de prensa junto a todo el arco opositor para «denunciar la violencia general del municipio y pedir la renuncia de Cesar Torres».
EL ASESINATO. El hecho ocurrió el domingo por la tarde frente al conventillo de Munro, partido de Vicente López, donde vivía Morales. De acuerdo al relato de los testigos, Harry y El Negro Martín iban en una camioneta y pegaban afiches con publicidad de la municipalidad. Al pasar frente a la casa, se bajaron de la camioneta y comenzó la pelea.
«Estaba peleando con uno de ellos cuando salió alguien de atrás y le pegó tres tiros por la espalda, dos en el pecho y otro en la cabeza, para rematarlo», detalló a Tiempo Argentino el presidente del club, Rodrigo González, sobre la reconstrucción que hicieron los vecinos del barrio.
El sicario sería una persona conocida como «El Uruguayo», ajena al barrio y a la barra de Colegiales. «Lo hizo delante de todo el mundo a las 4 de la tarde, blanqueando que tiene impunidad política. Es un asesinato motivado desde Cesar Torres, quien ampara a estos tipos sabiendo quienes son. Todos tiene antecedentes», acusó González, también candidato a concejal por el kirchnerismo.
Si bien el hecho fue informado como una interna de barras de Colegiales, desde el club lo negaron. «La barra es una sola y estaba liderada por ‘Pocho’, un referente del barrio que trascendía la barra», agregó el presidente de la institución.
Según fuentes policiales, los detenidos pasaron unas horas internados en el Hospital de Vicente López, uno con cortes en el cuerpo y el otro herido de un balazo. Tras recibir el alta médica, quedaron detenidos.
La investigación quedó en manos de personal de la Jefatura Departamental de San Isidro y de la fiscal descentralizada de Vicente López Oeste, Marcela Semería, quien ordenó pericias sobre el cuerpo. Fueron realizadas en una morgue de Lomas de Zamora, ya que estuvieron involucradas en el hecho personas ligadas al municipio de Vicente López.
EL ORIGEN. La pelea que terminó en el asesinato de Morales podría tener su origen en la disputa por la conducción del Club. Según González, la presencia del jefe de la barra impedía a Torres y a un ex dirigente, Alfredo Asad, ingresar a la conducción de Colegiales. «Pocho siempre se opuso a que se hicieran negocios en el club y bancó a la comisión directiva para que no ingresaran estos barras y dirigentes. El domingo, contrataron a un sicario para matarlo a pocho y poder liberar el ingreso al club», aseguró el dirigente.
El vínculo de Asad con los barras detenidos se remontaría a sus años como dirigente. «Fue expulsado y declarado persona no grata. Mientras estuvo como dirigente tuvo vínculos con ‘El Negro Martín’. Ahora quieren volver a Colegiales y para eso fueron captando parte de la barra para voltear de forma violenta a la comisión directiva», denunció González.
La disputa de Morales con sus agresores sumaría otra motivación. El año pasado, tras la inundación en Vicente López, «Pocho» dirigió una movilización a la municipalidad para reclamar obras. Según vecinos, los encargados de romper la manifestación fueron justamente Aranda y Cabrera. La disputa se trasladó después a la barra, de donde Pocho los echó, y ahora amenaza con seguir tras su muerte: a través de las redes sociales, los seguidores de Morales ya amenazaron con vengar al líder asesinado el domingo.
MORALES. Si bien lo señalan como apolítico, el jefe de la barra de Colegiales tenía fuertes vínculos con el presidente del club, González, uno de los referentes locales del FPV.
Morales era un hombre con peso en el barrio y ayer quedó demostrado, cuando unas 400 personas se acercaron al club para su velatorio, que finalmente se postergo para hoy, ya que la llegada del cuerpo se demoró por las pericias forenses. El entierro será mañana.
«Todos saben que el municipio es responsable», sostuvo González, quien adelantó que la procesión fúnebre podría pasar frente al despacho de Jorge Macri. «
No es la primera vez que hechos de violencia tocan de cerca al Frente Renovador de Sergio Massa, que en el caso de Vicente López comparte listas con el macrismo.
De hecho, días atrás, un mitin político en el sur del Conurbano Bonaerense terminó con disparos, piedrazos y heridos de arma blanca. Este fue el saldo de una pelea, ocurrida el lunes pasado, entre tres facciones del massismo que responden a candidatos a concejales de Lanús. El motivo: qué lugar ocuparían en el acto en el que terminó presentándose su líder, el postulante a diputado nacional del Frente Renovador, Sergio Massa. El mismo que tiene a la concordia cívica como uno de sus pilares proselitistas.
Aquella pelea se desató en el club El Porvenir, minutos antes de la aparición en escena de Massa. Todo terminó con un enfrentamiento a piedrazos entre tres grupos de barrabravas de Lanús y de Los Andes, que participaban de la actividad. Mitin, dicho sea de paso, que tenía por objeto mostrar una imagen de «unidad» en el massismo lanusense, fragmentado en tres sectores: uno que responde al ex presidente del club Lanús Nicolás Russo; otro que orienta el senador provincial José Luis Pallares, y un tercero, encolumnado detrás del concejal Gabriel Di Masi.
Hace cuatro días, el Frente para la Victoria (FPV) de Vicente López denunció agresiones por parte del PRO, que gobierna ese municipio a través de Jorge Macri, primo de Mauricio, jefe de gobierno porteño. De acuerdo con un comunicado del kirchnerismo, «la agresión» ocurrió «cuando dos militantes del FPV armaban una mesa de difusión en la esquina de Maipú y Malaver», una de las esquinas donde está la Quinta Presidencial de Olivos. Militantes de la alianza Frente Renovador-PRO «exigieron», siempre según el FPV, que «les dejaran» la esquina. Por negarse, un joven K recibió patadas y otra clase de golpes. Quedó tendido en la calle. Y debió ser asistido. El hecho fue filmado. Una patrulla municipal llegó al lugar junto a un candidato del FR –Nahuel Ponce–, quien procuró infructuosamente que no sea efectuada la denuncia.
El asesinato del líder de la barrabrava de Colegiales, Fernando «Loco Pocho» Morales, bien podría ser un caso más de alguna interna por el poder de los grupos de choque del fútbol, en tiempos en donde los episodios violentos entre barras se dan entre supuestos defensores de la misma camiseta. O bien no. Es que algunas declaraciones, los hechos de un pasado no tan lejano y los resultados actuales no terminan de dejar en claro qué pasó.
En noviembre de 2012, un ídolo de Colegiales como Atilio Svampa era el entrenador de un club que atravesaba una mala campaña futbolística y una crisis institucional. Ante esta coyuntura, un grupo de violentos ingresó al vestuario tras una derrota ante Villa Dálmine y la escena fue el detonante final del alejamiento del DT. Encabezando los violentos estaba el «Negro» Martín. En el club lo reconocen como el líder de la facción opuesta a Morales y como el principal sospechoso de la responsabilidad de su asesinato. Martín está detenido junto a otro hombre al que se lo conoce como «Harry», aunque algunas versiones aseguran que ninguno de los dos habría disparado contra Morales, sino que sería un tercero, conocido como «El Uruguayo», sin relación con el club.
Otro de los trascendidos sostiene que la semana pasada, Morales había encabezado un apriete a los jugadores de Colegiales debido a la mala campaña que atraviesa el equipo: marcha anteúltimo en el campeonato de la Primera B Metropolitana.
Por su lado, el ex presidente del club, Enrique Banchs, en diálogo con Tiempo Argentino, se mostró muy dolido por el asesinato de Morales. «Sólo puedo decir cosas buenas de él. Siempre fue muy leal y hemos tenido muy buena relación, no sólo conmigo sino con toda la comisión directiva», contó quien encabezó esa institución entre 2008 y 2012. Cuando se le preguntó acerca de si conocía que existiera alguna persona que no quisiera a Morales, contestó: «Era alguien que quería al club. Siempre hay algún problemita pero nunca nada grave.» Y con respecto a la posible pelea con el «Negro» Martín, concluyó: «No conozco quién es.»