Misiones sufre el éxodo de médicos que se van a Brasil a ganar el doble

Los directivos del hospital público Samic de Puerto Iguazú, en el norte de Misiones, convocaron ayer a profesionales en distintas especialidades a raíz del éxodo de casi la mitad de sus prestadores hacia Brasil, tentados por las diferencias económicas.
El fenómeno de la partida de los médicos hacia el país vecino comenzó a evidenciarse a principios de 2013, principalmente en las localidades fronterizas como Iguazú, Bernardo de Irigoyen, San Javier y San Vicente, pero se acentuó en los últimos meses.
Los casos, que en su momento motivaron una queja de las autoridades del gobierno de Misiones a la República Federativa de Brasil, tienen origen en las diferencias económicas que se registran en Argentina con respecto al país vecino.
A modo de ejemplo, un médico especialista que presta servicios en el hospital Samic Iguazú percibe alrededor de 25.000 pesos mensuales, mientras que del otro lado de la frontera el pago asciende a unos 10.000 reales, es decir unos 50.000 pesos.
Los médicos que optaron por radicarse para trabajar en localidades brasileñas remarcan que entre los beneficios, además del salario, se incluye la cesión de una vivienda.
«Más médicos», el programa implementado por el gobierno de Dilma Rousseff, ya logró contratar a unos 7.000 médicos extranjeros. La inscripción, los profesionales, la pueden hacer directamente a través de internet rellenando el formulario de la web http://maismedicos.saude.gov.br.
El contrato es por tres años y lo pueden renovar por otros tres. En la página web se ve un listado de los municipios adheridos al programa. Quienes se inscriben pueden seleccionar seis de ellos para ir a trabajar y vivir.
El salario ofrecido por el gobierno carioca es de 10.000 reales por mes (unos 4.150 dólares).
Recientemente el director del hospital Samic Iguazú, Telmo Albrecht, habló del problema del éxodo y confirmó una convocatoria pública para la contratación de médicos clínicos, pediatras y obstetras, además de anestesistas cuyos servicios son reclamados en forma preferencial.
Albrecht, ex ministro del área en anteriores administraciones provinciales, dijo que «17 profesionales que mantenían alguna relación laboral con el hospital han aceptado la oferta de Brasil», en los últimos meses.
Comentó que algunos de los médicos que partieron «trabajan a la mañana en algún centro público del vecino país y a la tarde hacen medicina privada aquí» en Puerto Iguazú.
En la actualidad, según el directivo, el «hospital de Iguazú necesita clínicos, pediatras y obstetras, dado que se fueron varios médicos» en corto tiempo «y se nos complicó la situación».
Debido a ello, el hospital misionero decidió lanzar una convocatoria pública a profesionales de todo el país, haciendo constar que «los médicos que resulten seleccionados pasarán a constituir la planta permanente de la cartera sanitaria y contarán con vivienda» provista por el Estado.
«También percibirán una compensación ‘full time’ con un adicional por gestión».
La casi desesperada convocatoria misionera dice que «los interesados pueden enviar su currículum al correo electrónico: mspmisiones@gmail.com».
Cubanos. Más de la mitad de los 7.000 médicos llegados a Brasil serían cubanos. Aunque con los profesionales de la isla Brasil tuvo que aceptar un convenio nación-nación sugerido por el régimen castrista que establece que el gobierno comunista cubano es quien recibe el salario de los médicos y luego les paga a éstos una suma no precisada en forma oficial.
Esta semana se conoció la renuncia cuatro médicos cubanos al programa brasileño, quienes tenían sus cargos en los estados de Bahía, Pernambuco, Maranhão y Pacajá.
Días atrás, la doctora Ramona Matos Rodríguez había hecho lo propio presentando además un pedido de refugio ante las autoridades de Brasil.
La profesional alegó que sólo recibía 400 dólares por su trabajo y que otros 600 dólares le eran depositados mensualmente en una cuenta en Cuba, mientras que el resto del dinero quedaba en manos del gobierno comandado por Raúl Castro.
Mujica se le quejó a Dilma
El gobierno uruguayo estaba preocupado por el impacto que podía tener sobre la asistencia sanitaria local la partida de sus médicos hacia Brasil.
El presidente José Mujica lo admitió frente a los periodistas y confesó que fue a hablarle del tema a la mandataria Dilma Rousseff. De todas maneras, el presidente uruguayo se enfocó más en observar la «decisión individual» de los profesionales que en criticar a su colega.
«Todo el mundo quiere más plata en este país, porque los señores médicos que se van con libertad de trabajo es porque les pagan mejor», dijo.
Según el diario El Observador, Mujica pidió a Rousseff que no realice una campaña de reclutamiento en Uruguay.
El programa logró sumar primero a 16 médicos uruguayos y luego a otros 20.
El subdirector de Asuntos Limítrofes de Cancillería, Javier Vidal, dijo al mismo periódico que Uruguay no quería «ser excluido» del programa ni prohibir la emigración de médicos, pero que estarán «atentos» a cada llamado que realice Brasil.
La ministra de Salud Pública, Susana Muñiz, criticó a los profesionales que deciden irse «por 1.000 dólares más» de lo que cobran en Uruguay. A su vez, el Colegio Médico del Uruguay creó una comisión integrada por consejeros regionales de los departamentos fronterizos para analizar el impacto del programa en esas zonas. El presidente del Colegio, Jorge Torres, dijo que el tema de la migración médica se viene planteando fuertemente en los últimos años. «El tema preocupa porque hay países muy poderosos que saben que no van a poder formar determinados números de médicos en los próximos años».

Acerca de Napule

es Antonio Cicioni, politólogo y agnotólogo, hincha de Platense y adicto en recuperación a la pizza porteña.

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