Sichoca abre otro conflicto gremial
«Si en Quilmes tiene que haber un muerto, va a haber uno, dos o tres muertos». Desmedida, la amenaza de muerte la pronunció Pablo Moyano y fue dirigida al intendente quilmeño, Francisco «Barba» Gutiérrez.
En medio de un conflicto entre el Sindicato de Choferes de Camiones (Sichoca) y la municipalidad de la localidad del sur del conurbano, el hijo del líder de la CGT opositora advirtió que si Gutiérrez avanza con la «municipalización» del servicio de recolección de residuos habrá una violenta reacción de los sindicalistas contra los funcionarios públicos.
Los choferes de los camiones de basura de Hugo Moyano comenzaron el lunes por la noche un paro por tiempo indeterminado contra un nuevo intento de la comuna, según el gremio, de quitarle el servicio a la empresa Covelia, históricamente sindicada como cercana a la familia Moyano. El trasfondo de la pelea enfrenta al intendente Gutiérrez, destacado dirigente del gremio metalúrgico de Antonio Caló y alineado con la Casa Rosada, con los Moyano.
Marcelo Aparicio, secretario gremial de Camioneros, le dijo a Ámbito Financiero que la comunicación del municipio fue que avanzará en asumir esa actividad que en la actualidad desarrolla Covelia, y que con esa decisión «quedaron en riesgo 400 puestos de trabajo».
En ese marco, este martes desde el programa radial El Termómetro, que sale al aire por RK 9.15 de Quilmes, entrevistaron a Pablo Moyano. También dialogó con Sin Vueltas, que se emite por otra FM quilmeña, MIA 88.5. «Tenemos 430 trabajadores entre la recolección y el barrido de calles, y el chanta este del intendente Gutiérrez toma la decisión de municipalizar el servicio, dejando a toda esta gente, que son vecinos de Quilmes, en la calle, o pretendiendo incorporar a los trabajadores por la mitad del sueldo que están ganando actualmente», alertó el gremialista.
En la batería de descalificaciones contra el jefe comunal, Moyano dijo que Gutiérrez «es un caradura que viene del movimiento sindical y hoy está imponiendo una política en contra de los trabajadores» y lo calificó de «chanta que se hizo el revolucionario». Según el sindicalista de Sichoca, el «Barba» quiere «reemplazar el trabajo formal por cooperativas, que son informales y precarios para darle 2 pesos para que después lo aplaudan en los actos».
Por esta presunta medida, los trabajadores de la firma Covelia mantiene bloqueado el ingreso al edificio comunal y el depósito donde se alojan los nuevos camiones municipales en la exDiarco. «Quilmes esta todo sucio, es una mugre por donde lo miren ¿estos son los que van a recoger la basura?», se preguntó ofuscado Pablo Moyano, y advirtió que la medida seguirá por tiempo indeterminado, hasta que aseguren que no habrá traspaso de empleados de la compañía al municipio sin indemnizaciones y recontrataciones.
Minutos más tarde, por la otra emisora, repitió la misma amenaza. «Que salga el señor Gutiérrez a una asamblea de los 400 trabajadores y que les diga: ‘muchachos les pago la indemnización, y pasan a ser municipales por la mitad del sueldo’, que se los explique él. Ellos están buscando… y yo te lo digo, si tiene que haber un muerto, va a haber uno, dos, tres muertos, porque la gente de trabajo está dispuesta a defender su puesto de trabajo y su dignidad».
Al ser nuevamente consultado por un periodista si este conflicto puede provocar muertos, dijo: «Que sea lo que sea. El trabajo es la vida y si a vos te dejan sin trabajo perdés media vida, y la media la vas a defender peleando».
• Conflictividad al palo I
Fuentes que conocen la trama de cerca revelaron a este medio detalles del conflicto. La puja en Quilmes comenzó dos años atrás. Desde ese momento, Gutiérrez le prorroga el contrato de recolección a Covelia sin licitación, amparado en una «emergencia sanitaria». Aunque el Tribunal de Cuentas local dictaminó que esa medida era «ilegal», el municipio compró 18 camiones, para sumarlos temporalmente a los 32 de Covelia, pero que luego serían los utilizados por la comuna. Esos vehículos son los que actualmente Sichoca bloquea en el depósito municipal de Calchaquí y Zapiola.
En tanto, a los camioneros que ganan entre $ 9.000 y $ 17.000 por mes los intentan traspasar al municipio por $ 7.000, y los camioneros se niegan. En la audiencia realizada este lunes en el Ministerio de Trabajo, los Moyano exigieron que se respeten los montos de los salarios y que Covelia pague la indemnización por despido. Sin embargo, los empresarios se quejan de que Gutiérrez no abona los últimos tres meses de contrato prorrogado y aseguran que no tiene fondos para la compensación.
Ante esta situación, el Municipio difundió un comunicado de prensa, donde acusa a la concesionaria de «suspender» la prestación del servicio con un contrato vigente hasta el próximo 5 de mayo. «Al tratarse de un servicio público básico y esencial, y en pos de prevenir y proteger los derechos de los vecinos, el Municipio tomó las medidas y acciones legales correspondientes para hacerse cargo cuanto antes del servicio de recolección de residuos sólidos urbanos», sostuvieron.
Asimismo, en el parte de prensa señalaron que la comuna «dejó en claro (en la reunión en Trabajo) su decisión de hacerse cargo del servicio de recolección de residuos a partir del próximo 5 de mayo, así como brindarles la posibilidad a los trabajadores de la empresa de sumarse a trabajar en el nuevo sistema municipal».
• Conflictividad al palo II
El conflicto en Quilmes se suma a otro embate actual de los camioneros, que por ahora pasó a un impasse. Este lunes, dirigentes del sindicato y Techint no lograron avanzar en la negociación por el conflicto que afecta a las plantas de Siderar, por la reincorporación de 17 trabajadores despedidos de una contratista que prestaba servicios para la siderúrgica.
Las negociaciones están interrumpidas, tras un cuarto intermedio, impuesto por el Ministerio de Trabajo bonaerense, y que hasta el momento el gremio no reanudó las medidas de fuerza. La semana pasada los Moyano bloquearon durante cinco días 9 fábricas y perjudicaron la producción en sectores automotriz, autopartes, electrodomésticos, construcción y envases, entre otros.
«Si en Quilmes tiene que haber un muerto, va a haber uno, dos o tres muertos». Desmedida, la amenaza de muerte la pronunció Pablo Moyano y fue dirigida al intendente quilmeño, Francisco «Barba» Gutiérrez.
En medio de un conflicto entre el Sindicato de Choferes de Camiones (Sichoca) y la municipalidad de la localidad del sur del conurbano, el hijo del líder de la CGT opositora advirtió que si Gutiérrez avanza con la «municipalización» del servicio de recolección de residuos habrá una violenta reacción de los sindicalistas contra los funcionarios públicos.
Los choferes de los camiones de basura de Hugo Moyano comenzaron el lunes por la noche un paro por tiempo indeterminado contra un nuevo intento de la comuna, según el gremio, de quitarle el servicio a la empresa Covelia, históricamente sindicada como cercana a la familia Moyano. El trasfondo de la pelea enfrenta al intendente Gutiérrez, destacado dirigente del gremio metalúrgico de Antonio Caló y alineado con la Casa Rosada, con los Moyano.
Marcelo Aparicio, secretario gremial de Camioneros, le dijo a Ámbito Financiero que la comunicación del municipio fue que avanzará en asumir esa actividad que en la actualidad desarrolla Covelia, y que con esa decisión «quedaron en riesgo 400 puestos de trabajo».
En ese marco, este martes desde el programa radial El Termómetro, que sale al aire por RK 9.15 de Quilmes, entrevistaron a Pablo Moyano. También dialogó con Sin Vueltas, que se emite por otra FM quilmeña, MIA 88.5. «Tenemos 430 trabajadores entre la recolección y el barrido de calles, y el chanta este del intendente Gutiérrez toma la decisión de municipalizar el servicio, dejando a toda esta gente, que son vecinos de Quilmes, en la calle, o pretendiendo incorporar a los trabajadores por la mitad del sueldo que están ganando actualmente», alertó el gremialista.
En la batería de descalificaciones contra el jefe comunal, Moyano dijo que Gutiérrez «es un caradura que viene del movimiento sindical y hoy está imponiendo una política en contra de los trabajadores» y lo calificó de «chanta que se hizo el revolucionario». Según el sindicalista de Sichoca, el «Barba» quiere «reemplazar el trabajo formal por cooperativas, que son informales y precarios para darle 2 pesos para que después lo aplaudan en los actos».
Por esta presunta medida, los trabajadores de la firma Covelia mantiene bloqueado el ingreso al edificio comunal y el depósito donde se alojan los nuevos camiones municipales en la exDiarco. «Quilmes esta todo sucio, es una mugre por donde lo miren ¿estos son los que van a recoger la basura?», se preguntó ofuscado Pablo Moyano, y advirtió que la medida seguirá por tiempo indeterminado, hasta que aseguren que no habrá traspaso de empleados de la compañía al municipio sin indemnizaciones y recontrataciones.
Minutos más tarde, por la otra emisora, repitió la misma amenaza. «Que salga el señor Gutiérrez a una asamblea de los 400 trabajadores y que les diga: ‘muchachos les pago la indemnización, y pasan a ser municipales por la mitad del sueldo’, que se los explique él. Ellos están buscando… y yo te lo digo, si tiene que haber un muerto, va a haber uno, dos, tres muertos, porque la gente de trabajo está dispuesta a defender su puesto de trabajo y su dignidad».
Al ser nuevamente consultado por un periodista si este conflicto puede provocar muertos, dijo: «Que sea lo que sea. El trabajo es la vida y si a vos te dejan sin trabajo perdés media vida, y la media la vas a defender peleando».
• Conflictividad al palo I
Fuentes que conocen la trama de cerca revelaron a este medio detalles del conflicto. La puja en Quilmes comenzó dos años atrás. Desde ese momento, Gutiérrez le prorroga el contrato de recolección a Covelia sin licitación, amparado en una «emergencia sanitaria». Aunque el Tribunal de Cuentas local dictaminó que esa medida era «ilegal», el municipio compró 18 camiones, para sumarlos temporalmente a los 32 de Covelia, pero que luego serían los utilizados por la comuna. Esos vehículos son los que actualmente Sichoca bloquea en el depósito municipal de Calchaquí y Zapiola.
En tanto, a los camioneros que ganan entre $ 9.000 y $ 17.000 por mes los intentan traspasar al municipio por $ 7.000, y los camioneros se niegan. En la audiencia realizada este lunes en el Ministerio de Trabajo, los Moyano exigieron que se respeten los montos de los salarios y que Covelia pague la indemnización por despido. Sin embargo, los empresarios se quejan de que Gutiérrez no abona los últimos tres meses de contrato prorrogado y aseguran que no tiene fondos para la compensación.
Ante esta situación, el Municipio difundió un comunicado de prensa, donde acusa a la concesionaria de «suspender» la prestación del servicio con un contrato vigente hasta el próximo 5 de mayo. «Al tratarse de un servicio público básico y esencial, y en pos de prevenir y proteger los derechos de los vecinos, el Municipio tomó las medidas y acciones legales correspondientes para hacerse cargo cuanto antes del servicio de recolección de residuos sólidos urbanos», sostuvieron.
Asimismo, en el parte de prensa señalaron que la comuna «dejó en claro (en la reunión en Trabajo) su decisión de hacerse cargo del servicio de recolección de residuos a partir del próximo 5 de mayo, así como brindarles la posibilidad a los trabajadores de la empresa de sumarse a trabajar en el nuevo sistema municipal».
• Conflictividad al palo II
El conflicto en Quilmes se suma a otro embate actual de los camioneros, que por ahora pasó a un impasse. Este lunes, dirigentes del sindicato y Techint no lograron avanzar en la negociación por el conflicto que afecta a las plantas de Siderar, por la reincorporación de 17 trabajadores despedidos de una contratista que prestaba servicios para la siderúrgica.
Las negociaciones están interrumpidas, tras un cuarto intermedio, impuesto por el Ministerio de Trabajo bonaerense, y que hasta el momento el gremio no reanudó las medidas de fuerza. La semana pasada los Moyano bloquearon durante cinco días 9 fábricas y perjudicaron la producción en sectores automotriz, autopartes, electrodomésticos, construcción y envases, entre otros.
Que pedazo de hijoputa, como dirigente no puede decir semejante barbaridad
Así parece ser, pero no se lo puede incriminar penalmente, debido que esas expresiones se han manifestado en el contexto de un «conflicto social», y no habrá fiscal que lo impute:
http://www.clarin.com/politica/fiscales-castigo-solucion-irracional-inseguridad_0_1129687341.html
No hacen falta nuevas leyes. Son amenazas de muerte públicas ¿Todavía no están tipificadas? Y no quiero imaginarme que se materialice al menos una. ¿Qué más falta para engayolar a este hijo del demoño? Y menos mal que Cristina sólo dejó pasar a uno de estos bestiolas, que al instante ya se había pasado al +ismo. Decirle que no a il padrone fue una decisión valiente, que ahora empieza a tener consecuencias cuando comienzan a sacarle los negocios. Nos metimos con Scarface. Nadie pensó que sería gratis. Y no lo es .Es una asociación ilícita. Hampones que hay que poner en su lugar (Sierra Chica)