En Río Negro, el peronismo K ya sueña con un banco provincial fundado con los millones de dólares que les dejarán las renegociaciones de los acuerdos petroleros. Ni lerdos ni perezosos los legisladores oficialistas, el camporista Martín Doñate, César Miguel y Silvia Horne, elevaron a la Legislatura un pedido para que se analice la creación de una entidad provincial. A esas voces se sumó la de la intendenta de Bariloche, también de signo K, María Eugenia Martini.
Río Negro atraviesa por una profunda crisis financiera la cual se refleja en una deuda pública que supera los 6.000 millones de pesos. Según un informe dado a conocer por la agencia ADN , en los últimos tres años dicha deuda creció casi un 40 % sin incluir el pasivo que mantiene con sus proveedores. El 81 % es con el Estado Nacional. Otro número alarmante indica que, con el Banco Patagonia (agente financiero de la provincia), el aumento de la deuda fue del 186 % en apenas un año.
En este marco el gobernador K Alberto Weretilneck ordenó cortar en un 50 % el presupuesto vigente de los hospitales rionegrinos pasando de los $ 77,9 millones a los $ 38,4 millones.
Cercanos al gobernador cuentan que a pesar de que en un principio se mostró reticente, a Weretilneck le brillan los ojos cuando le hablan del futuro banco que, en el fondo, quedaría bajo su control.
Sin embargo, la experiencia de la banca pública en Río Negro no ha sido buena y en 1996 se privatizó para dejarla en el cajón de los malos recuerdos. El comprador fue el Banco Patagonia, que es agente hasta 2016.
A la oposición la idea le parece descabellada. “¿Para qué quiere el gobierno otro banco? ¿Para llenarlo de empleados? ¿Para hacer un uso indiscriminado de sus fondos? En lugar de gastar en la creación de un banco ese dinero podrían ser dedicado a la producción, a la inversión en obra pública”, explicó a Clarín el legislador radical Bautista Mendioroz.
Los legisladores K han dejado trascender que en Europa para fundar un banco pequeño son necesarios alrededor de 20 millones de euros. Con una cifra menor esperan darle curso a una entidad capaz de gestionar líneas de crédito para la producción. “Frente a la necesidad imperiosa de recuperar las potestades del estado rionegrino como motor de desarrollo y crecimiento, una banca pública o con mayoría de capital estatal, se visualiza como la herramienta más potente que podemos elaborar”, argumentaron los legisladores en conjunto.
La renegociación de 22 contratos petroleros que vencerán entre 2015 y 2017 dejará en las arcas de Río Negro casi US$ 200 millones. Los primeros US$ 100 millones llegarán con la firma del acuerdo con la brasileña Petrobras, a través del cual que se prorrogará por diez años la concesión de tres áreas.
Los US$ 50 millones iniciales serán entregados cuando el cuerpo legislativo apruebe el proyecto y los otros US$ 50 millones en un plazo de dos años. La compañía ha prometido una inversión global de US$ 1.539 millones. Los otros US$ 80 a 100 millones vendrían de las restantes negociaciones por zonas de exploración y explotación. Según ha informado el gobierno rionegrino los ingresos por regalías hidrocarburíferas, gasíferas e hidroeléctricas alcanzarán en 2014 los $ 1.276 millones.
Río Negro atraviesa por una profunda crisis financiera la cual se refleja en una deuda pública que supera los 6.000 millones de pesos. Según un informe dado a conocer por la agencia ADN , en los últimos tres años dicha deuda creció casi un 40 % sin incluir el pasivo que mantiene con sus proveedores. El 81 % es con el Estado Nacional. Otro número alarmante indica que, con el Banco Patagonia (agente financiero de la provincia), el aumento de la deuda fue del 186 % en apenas un año.
En este marco el gobernador K Alberto Weretilneck ordenó cortar en un 50 % el presupuesto vigente de los hospitales rionegrinos pasando de los $ 77,9 millones a los $ 38,4 millones.
Cercanos al gobernador cuentan que a pesar de que en un principio se mostró reticente, a Weretilneck le brillan los ojos cuando le hablan del futuro banco que, en el fondo, quedaría bajo su control.
Sin embargo, la experiencia de la banca pública en Río Negro no ha sido buena y en 1996 se privatizó para dejarla en el cajón de los malos recuerdos. El comprador fue el Banco Patagonia, que es agente hasta 2016.
A la oposición la idea le parece descabellada. “¿Para qué quiere el gobierno otro banco? ¿Para llenarlo de empleados? ¿Para hacer un uso indiscriminado de sus fondos? En lugar de gastar en la creación de un banco ese dinero podrían ser dedicado a la producción, a la inversión en obra pública”, explicó a Clarín el legislador radical Bautista Mendioroz.
Los legisladores K han dejado trascender que en Europa para fundar un banco pequeño son necesarios alrededor de 20 millones de euros. Con una cifra menor esperan darle curso a una entidad capaz de gestionar líneas de crédito para la producción. “Frente a la necesidad imperiosa de recuperar las potestades del estado rionegrino como motor de desarrollo y crecimiento, una banca pública o con mayoría de capital estatal, se visualiza como la herramienta más potente que podemos elaborar”, argumentaron los legisladores en conjunto.
La renegociación de 22 contratos petroleros que vencerán entre 2015 y 2017 dejará en las arcas de Río Negro casi US$ 200 millones. Los primeros US$ 100 millones llegarán con la firma del acuerdo con la brasileña Petrobras, a través del cual que se prorrogará por diez años la concesión de tres áreas.
Los US$ 50 millones iniciales serán entregados cuando el cuerpo legislativo apruebe el proyecto y los otros US$ 50 millones en un plazo de dos años. La compañía ha prometido una inversión global de US$ 1.539 millones. Los otros US$ 80 a 100 millones vendrían de las restantes negociaciones por zonas de exploración y explotación. Según ha informado el gobierno rionegrino los ingresos por regalías hidrocarburíferas, gasíferas e hidroeléctricas alcanzarán en 2014 los $ 1.276 millones.
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