Los granaderos a caballo fueron parte del festejo en la Rural. Foto: LA NACION / Hernán Zenteno
Banderas argentinas que se agitaban, gritos de «Viva la patria» mezclados con «Sí, se puede» y aplausos al ingreso de funcionarios marcaron el tono de alegría del acto de inauguración de la Exposición Rural de Palermo .
La primera en recibir el afecto de la gente fue la gobernadora de la provincia de Buenos Aires, María Eugenia Vidal, que ingresó, sola, poco antes del comienzo del acto. Enseguida estallaron los aplausos desde la tribuna de los socios de la Sociedad Rural Argentina, los mismos que, en años anteriores, ante la ausencia de funcionarios, expresaban su descontento.
Continuaron y aumentaron los aplausos cuando entró el presidente Mauricio Macri junto al titular de la SRA, Luis Miguel Etchevehere, y el ministro de Agroindustria, Ricardo Buryaile.
Poco antes, el ingreso del Regimiento Granaderos a Caballo General San Martín a la pista central, que había estado ausente en los últimos años, despertó la emoción en las tribunas. Cuando la Fanfarria Militar Alto Perú de los Granaderos a Caballo ejecutó el himno nacional, la gente entonó las estrofas con un énfasis que hacía tiempo no se veía, porque en los últimos años sonaban grabaciones o se invitaban a cantantes. Interpretado por la Fanfarria Alto Perú, el himno despierta otros sentimientos. Luego, cientos de banderas se agitaron al paso de los Granaderos a Caballo cuando se retiraron al ritmo de la «Marcha de San Lorenzo».
El clima festivo contagió al propio Etchevehere. Antes de leer su discurso, como en sus tiempos de rematador de hacienda, identificó a cada grupo de productores que poblaba las tribunas con sus banderas.
La segunda ovación llegó cuando el presidente de la SRA le dio la bienvenida a Macri. Los ruralistas respondieron al grito de «Sí, se puede», el eslogan de la campaña de Cambiemos en la elecciones de 2015. Antes, Etchevehere había enumerado en una larga lista a los ministros y funcionarios presentes. Los aplaudieron a todos. Durante el discurso, la exigente tribuna palermitana se levantó cuando Etchevehere reclamó que «tienen que ir presos» quienes violaron la ley.
Mientras, en el palco oficial también se vivía un clima diferente. Además de ruralistas, había empresarios de otros sectores, dirigentes políticos, sociales y sindicalistas. De la Unión Industrial Argentina (UIA) se lo vio a su presidente, Andrés Kaufmann, y a Cristiano Rattazzi.
También estuvieron Daniel Funes de Rioja, presidente de Copal; Jaime Campos, de la Asociación Empresaria Argentina (AEA); Enrique Cristofani, presidente del Banco Santander Río; Gabriel Martino, presidente del HSBC, y Adelmo Gabbi, presidente de la Bolsa de Comercio, entre otros. Un contraste con lo que ocurría años atrás, que muchos empresarios preferían no mostrarse junto a la Sociedad Rural.
En un lugar preferencial, en la segunda fila, estaba el secretario general de la Unión Argentina de Trabajadores Rurales y Estibadores (Uatre), Gerónimo «Momo» Venegas, el sindicalista más cercano a Macri. Lejos de los primeros planos, pero muy requerido, estaba Héctor «Toty» Flores, dirigente social y miembro de la Coalición Cívica, de Lilita Carrió. En tanto, por el Frente Renovador, estuvo el diputado Marco Lavagna. Hasta hubo un referente de Daniel Scioli: el economista Miguel Bein.
Cara a cara
Antes de ingresar en el palco oficial, fiel a su estilo de la campaña electoral de conversar cara a cara con la gente, Macri se detuvo a tomar unos mates con el responsable de una cabaña de la raza Angus. Junto con Buryaile, habló unos minutos con Adolfo Limonge, de la cabaña 14 de abril, de la localidad santafecina de María Teresa.
«Me preguntó por mi familia, por mis hijos, uno de ellos estudia Agronomía», relató Limonge. «Le conté de mi trabajo, de lo duro que es vivir en el campo cuando hay inundaciones, ya que no se puede salir por los caminos rurales», dijo. Más tarde, Macri subió a su cuenta de la red social Twitter la foto de su encuentro con el productor.
Banderas argentinas que se agitaban, gritos de «Viva la patria» mezclados con «Sí, se puede» y aplausos al ingreso de funcionarios marcaron el tono de alegría del acto de inauguración de la Exposición Rural de Palermo .
La primera en recibir el afecto de la gente fue la gobernadora de la provincia de Buenos Aires, María Eugenia Vidal, que ingresó, sola, poco antes del comienzo del acto. Enseguida estallaron los aplausos desde la tribuna de los socios de la Sociedad Rural Argentina, los mismos que, en años anteriores, ante la ausencia de funcionarios, expresaban su descontento.
Continuaron y aumentaron los aplausos cuando entró el presidente Mauricio Macri junto al titular de la SRA, Luis Miguel Etchevehere, y el ministro de Agroindustria, Ricardo Buryaile.
Poco antes, el ingreso del Regimiento Granaderos a Caballo General San Martín a la pista central, que había estado ausente en los últimos años, despertó la emoción en las tribunas. Cuando la Fanfarria Militar Alto Perú de los Granaderos a Caballo ejecutó el himno nacional, la gente entonó las estrofas con un énfasis que hacía tiempo no se veía, porque en los últimos años sonaban grabaciones o se invitaban a cantantes. Interpretado por la Fanfarria Alto Perú, el himno despierta otros sentimientos. Luego, cientos de banderas se agitaron al paso de los Granaderos a Caballo cuando se retiraron al ritmo de la «Marcha de San Lorenzo».
El clima festivo contagió al propio Etchevehere. Antes de leer su discurso, como en sus tiempos de rematador de hacienda, identificó a cada grupo de productores que poblaba las tribunas con sus banderas.
La segunda ovación llegó cuando el presidente de la SRA le dio la bienvenida a Macri. Los ruralistas respondieron al grito de «Sí, se puede», el eslogan de la campaña de Cambiemos en la elecciones de 2015. Antes, Etchevehere había enumerado en una larga lista a los ministros y funcionarios presentes. Los aplaudieron a todos. Durante el discurso, la exigente tribuna palermitana se levantó cuando Etchevehere reclamó que «tienen que ir presos» quienes violaron la ley.
Mientras, en el palco oficial también se vivía un clima diferente. Además de ruralistas, había empresarios de otros sectores, dirigentes políticos, sociales y sindicalistas. De la Unión Industrial Argentina (UIA) se lo vio a su presidente, Andrés Kaufmann, y a Cristiano Rattazzi.
También estuvieron Daniel Funes de Rioja, presidente de Copal; Jaime Campos, de la Asociación Empresaria Argentina (AEA); Enrique Cristofani, presidente del Banco Santander Río; Gabriel Martino, presidente del HSBC, y Adelmo Gabbi, presidente de la Bolsa de Comercio, entre otros. Un contraste con lo que ocurría años atrás, que muchos empresarios preferían no mostrarse junto a la Sociedad Rural.
En un lugar preferencial, en la segunda fila, estaba el secretario general de la Unión Argentina de Trabajadores Rurales y Estibadores (Uatre), Gerónimo «Momo» Venegas, el sindicalista más cercano a Macri. Lejos de los primeros planos, pero muy requerido, estaba Héctor «Toty» Flores, dirigente social y miembro de la Coalición Cívica, de Lilita Carrió. En tanto, por el Frente Renovador, estuvo el diputado Marco Lavagna. Hasta hubo un referente de Daniel Scioli: el economista Miguel Bein.
Cara a cara
Antes de ingresar en el palco oficial, fiel a su estilo de la campaña electoral de conversar cara a cara con la gente, Macri se detuvo a tomar unos mates con el responsable de una cabaña de la raza Angus. Junto con Buryaile, habló unos minutos con Adolfo Limonge, de la cabaña 14 de abril, de la localidad santafecina de María Teresa.
«Me preguntó por mi familia, por mis hijos, uno de ellos estudia Agronomía», relató Limonge. «Le conté de mi trabajo, de lo duro que es vivir en el campo cuando hay inundaciones, ya que no se puede salir por los caminos rurales», dijo. Más tarde, Macri subió a su cuenta de la red social Twitter la foto de su encuentro con el productor.