Piquete. Integrantes del Frente Darío Santillan cortaban esta mañana la esquina de Corrientes y Callao. (DyN)
“Creo en el diálogo. Aquellos que crean que van a usar el piquete como extorsión, van a estar en problemas, porque vamos a actuar con el valor de la ley”, le dijo Mauricio Macri a Clarín 24 horas después de consagrarse en el balotaje. Trece meses después, la Ciudad que el Presidente gobernó durante ocho años vivió una jornada signada por los cortes y las protestas callejeras, que dificultaron al máximo el tránsito. Terminar con los piquetes era una promesa de campaña del ahora Presidente en 2007. Ahora, en el Ejecutivo nacional, tiene otras prioridades. Dentro del Gobierno nacional se pasan la pelota. Desde Seguridad apuntan a Desarrollo Social y a la Ciudad; desde el gobierno porteño piden tiempo, le bajan el tono y también critican a Seguridad por la “inviabilidad del protocolo antipiquete”. Aunque el signo político es el mismo, hay cuestionamientos cruzados.
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Mientras tanto, ayer hubo, entre muchas otras, movilizaciones de organizaciones sociales en el obelisco y el Congreso; de cooperativas en la Autopista Illia; de taxistas contra Uber y de trabajadores de bingos frente al Hipódromo. En febrero se puso en marcha el protocolo de actuación en manifestaciones públicas, pero la Ciudad nunca quiso aplicarlo. “Funciona a nivel federal, cada distrito decide si lo aplica. Hoy Puente Pueyrredon y la Panamericana no se cortaron. Capital con la transferencia de la Policía no quiso hacer nada”, advirtieron ayer funcionarios de Seguridad.
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Horacio Rodríguez Larreta, sucesor de Macri al frente del Ejecutivo porteño, evitó las polémicas. “Lo más urgente es trabajar para evitar los cortes de 20 personas que cortan una esquina y lo único que buscan es cortar. Cuando son miles de personas la calle es un caos y es más complicado de evitar. Te cortan en cualquier ciudad del mundo. Hay cuerpos policiales en la calle, que ya hoy se ocupan, lo que pasa es que cuando se evita nadie se entera”, declaró el jefe de Gobierno, que promete más efectividad con la puesta en marcha de la nueva Policía de la Ciudad, a partir de enero. El vicejefe Diego Santilli pidió paciencia, pero lamentó la proliferación de cortes. “No se puede vivir con todo el día cortando. Así como existe el derecho de manifestarse existe el derecho del otro a circular», consideró el ex senador en sintonía con la opinión de Macri durante la campaña. Otros integrantes apuntaron directamente al protocolo que presentó la cartera de Patricia Bullrich. “En cinco minutos no armás ni un diálogo, el protocolo resulta inaplicable”, explicaban.
En Seguridad afirman que -por la autonomía porteña- no tienen potestad para intervenir. Desde la Ciudad afirman que ese argumento es muy selectivo. “En los eventos deportivos y con el operativo Cinturón Sur de Gendarmería sí intervienen, pero con los cortes dicen que no pueden”, se quejaban. También apuntaban que la enorme mayoría de las movilizaciones son para protestar contra el Gobierno nacional y no contra el de la Ciudad.
Tanto desde el Ejecutivo porteño como desde la cartera nacional de Seguridad coincidían, sin embargo, en señalar al ministerio de Desarrollo Social que conduce Carolina Stanley. Los primeros reclamaban actuar sobre “las causas” en lugar de las “consecuencias”; piden “abrir más el diálogo” para evitar cortes. Fuentes cercanas a la ministra Bullrich lamentaban que en la mesa de negociación entre Desarrollo Social y las organizaciones, donde se consensuó el pago de bonos de fin de año para beneficiarios de AUH, no se acordara también que no hubiera cortes. Cerca de Stanley, una de las funcionarias más valoradas por el Presidente, reconocían que sí hay un trato en ese sentido, pero argumentaban que Barrios de Pie movilizó para “festejar” la media sanción de la Emergencia Social. “Queríamos hacer visibles los motivos, para que ningún diputado se hiciera el distraído. La semana que viene lo haremos de vuelta”, explicó a este diario Daniel Menéndez, líder de la organización, en referencia a la votación del proyecto en el Senado del martes próximo. En el ministerio de Stanley siguen confiando en un diciembre calmo y consideran el caos vehicular un tema menor al lado de otras hipótesis de conflicto. Sin embargo, conceden que los movimientos se dejan «correr por izquierda».
En Seguridad, insisten en que en los accesos a la Ciudad y rutas federales -a su cargo- no hubo cortes. El Presidente -afirman- no está apurado. “Quiere terminar con los piquetes, pero sabe que con la Ciudad tiene que tener paciencia”, sentencian. En la jefatura de Gobierno en Parque Patricios no son tan optimistas, terminar con los cortes es imposible. Mucho más, en un país con 32% de pobres.
“Creo en el diálogo. Aquellos que crean que van a usar el piquete como extorsión, van a estar en problemas, porque vamos a actuar con el valor de la ley”, le dijo Mauricio Macri a Clarín 24 horas después de consagrarse en el balotaje. Trece meses después, la Ciudad que el Presidente gobernó durante ocho años vivió una jornada signada por los cortes y las protestas callejeras, que dificultaron al máximo el tránsito. Terminar con los piquetes era una promesa de campaña del ahora Presidente en 2007. Ahora, en el Ejecutivo nacional, tiene otras prioridades. Dentro del Gobierno nacional se pasan la pelota. Desde Seguridad apuntan a Desarrollo Social y a la Ciudad; desde el gobierno porteño piden tiempo, le bajan el tono y también critican a Seguridad por la “inviabilidad del protocolo antipiquete”. Aunque el signo político es el mismo, hay cuestionamientos cruzados.
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Mientras tanto, ayer hubo, entre muchas otras, movilizaciones de organizaciones sociales en el obelisco y el Congreso; de cooperativas en la Autopista Illia; de taxistas contra Uber y de trabajadores de bingos frente al Hipódromo. En febrero se puso en marcha el protocolo de actuación en manifestaciones públicas, pero la Ciudad nunca quiso aplicarlo. “Funciona a nivel federal, cada distrito decide si lo aplica. Hoy Puente Pueyrredon y la Panamericana no se cortaron. Capital con la transferencia de la Policía no quiso hacer nada”, advirtieron ayer funcionarios de Seguridad.
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Horacio Rodríguez Larreta, sucesor de Macri al frente del Ejecutivo porteño, evitó las polémicas. “Lo más urgente es trabajar para evitar los cortes de 20 personas que cortan una esquina y lo único que buscan es cortar. Cuando son miles de personas la calle es un caos y es más complicado de evitar. Te cortan en cualquier ciudad del mundo. Hay cuerpos policiales en la calle, que ya hoy se ocupan, lo que pasa es que cuando se evita nadie se entera”, declaró el jefe de Gobierno, que promete más efectividad con la puesta en marcha de la nueva Policía de la Ciudad, a partir de enero. El vicejefe Diego Santilli pidió paciencia, pero lamentó la proliferación de cortes. “No se puede vivir con todo el día cortando. Así como existe el derecho de manifestarse existe el derecho del otro a circular», consideró el ex senador en sintonía con la opinión de Macri durante la campaña. Otros integrantes apuntaron directamente al protocolo que presentó la cartera de Patricia Bullrich. “En cinco minutos no armás ni un diálogo, el protocolo resulta inaplicable”, explicaban.
En Seguridad afirman que -por la autonomía porteña- no tienen potestad para intervenir. Desde la Ciudad afirman que ese argumento es muy selectivo. “En los eventos deportivos y con el operativo Cinturón Sur de Gendarmería sí intervienen, pero con los cortes dicen que no pueden”, se quejaban. También apuntaban que la enorme mayoría de las movilizaciones son para protestar contra el Gobierno nacional y no contra el de la Ciudad.
Tanto desde el Ejecutivo porteño como desde la cartera nacional de Seguridad coincidían, sin embargo, en señalar al ministerio de Desarrollo Social que conduce Carolina Stanley. Los primeros reclamaban actuar sobre “las causas” en lugar de las “consecuencias”; piden “abrir más el diálogo” para evitar cortes. Fuentes cercanas a la ministra Bullrich lamentaban que en la mesa de negociación entre Desarrollo Social y las organizaciones, donde se consensuó el pago de bonos de fin de año para beneficiarios de AUH, no se acordara también que no hubiera cortes. Cerca de Stanley, una de las funcionarias más valoradas por el Presidente, reconocían que sí hay un trato en ese sentido, pero argumentaban que Barrios de Pie movilizó para “festejar” la media sanción de la Emergencia Social. “Queríamos hacer visibles los motivos, para que ningún diputado se hiciera el distraído. La semana que viene lo haremos de vuelta”, explicó a este diario Daniel Menéndez, líder de la organización, en referencia a la votación del proyecto en el Senado del martes próximo. En el ministerio de Stanley siguen confiando en un diciembre calmo y consideran el caos vehicular un tema menor al lado de otras hipótesis de conflicto. Sin embargo, conceden que los movimientos se dejan «correr por izquierda».
En Seguridad, insisten en que en los accesos a la Ciudad y rutas federales -a su cargo- no hubo cortes. El Presidente -afirman- no está apurado. “Quiere terminar con los piquetes, pero sabe que con la Ciudad tiene que tener paciencia”, sentencian. En la jefatura de Gobierno en Parque Patricios no son tan optimistas, terminar con los cortes es imposible. Mucho más, en un país con 32% de pobres.