Ayer lo anunciamos y varios ya se prendieron a discutir. La entrevista a Pierre Ostiguy puede descargarla acá.
Por si es mucho todo junto y hay ganas de seguir el debate, a partir de mañana publicaremos una pregunta por día en la Comunidad.
Autor de la foto.
Siempre viene bien una visiòn desde afuera.
En esa magistral novela de Osvaldo SORIANO, NO HABRA MAS PENAS NI OLVIDO, uno de sus personajes, apretado por una patota parapolicial, intenta defenderse invocando su calidad de peronista y explicitando de esa forma que nunca se metiò en polìtica.
-«YO SIEMPRE FUI PERONISTA»- exclama para intentar obtener un salvoconducto que lo deje afuera de esa lucha feroz, que en un pueblo imaginario de la provincia de BUENOS AIRES, Colonia Vela, se habìa desatado entre la derecha y la izquierda peronista, la ortodoxia y los infiltrados, para recoger el lenguaje de 1974, tiempo por el cual transcurre la historia.
El episodio ya ha tenido reiterada difusiòn a travès de los años y corrobora entre otras cosas, la lùcida mirada de Soriano para brindar una respuesta a travès de MATEO – creo que ese era el nombre del protagonista – a ese interrogante que tratan de resolver cientistas como OSTIGUY , interrogante del cual podrìa decirse que està unido indisolublemente a la condiciòn de la identidad argentina: explicar que es el peronismo.
No basta la ciencia polìtica para completar una indagaciòn sobre este fenòmeno que hace que una parte abrumadoramente mayoritaria de las sectores más postergados de la escala social, sean o no trabajadores, no conciba otra identidad que la de peronista, màs alla de una definiciòn polìtica.
Esa caracterizaciòn, no resulta extensible a las clases medias, que han transitado en la historia del paìs, entrando y saliendo, acercandose y alejandose de este fenòmeno que nunca terminan de rechazar pero tampoco de incorporar màs allà de adhesiones circunstanciales.
Uno de los mèritos del kirchnerismo ha sido reactualizar este debate que el menemismo habìa congelado cuando tornò confiable para el establishment, la adscripciòn a un movimiento que permanentemente controvertìa su poder hegemònico.
Tomando entonces una de los tòpicos màs interesantes que tiene la entrevista, podrìa decirse que asì como la dècada menemista tranquilizò a las clases medias que aplaudieron entusiasmadas esta pirueta del neoliberalismo que utilizando un emblema, vaciò su trayectoria històrica, el kirchnerismo las vino a sacar de la serenidad que auguraba su antecedente duhaldista.
Apunta Ostiguy «que existe una cierta aversiòn dentro de gran parte de la clase media para votar al peronismo. Y es una aversiòn que combina valores, imagen de uno mismo……..un sentimiento de sentirse còmodo o incòmodo con cierto tipo de gente…»
Lo marca como una distinciòn de clase que existe en muchos paìses, pero destaca que no conoce una sociedad donde las diferencia de clase y de educaciòn, se aparejen tan «maravillosamente» como en la Argentina.
Este aspecto, creo que es una contribuciòn muy valiosa para entender algunas raìces de la confrontaciòn aùn no cerrada con los sectores agromediàticos, pero tambièn para confiar que muchisimos que no se metieron en ella, como el personaje de Soriano, siguen siendo peronistas, aunque no se metan en polìtica.
Valderrama: Es medio raro el tema porque si bien es cierto que como vos decís el kirchnerismo sacó de su «tranquilidad» a las clases medias, también fue el kirchnerismo (70 por ciento de imagen positiva de Kirchner) el que les había dado esa tranquilidad (subsidios, sistema bancario saneado, tarjetas de crédito, cuotas, etc.).
Agradecemos la buena onda de Juan Pablo Varsky, quien difundió la entrevista a Ostiguy esta mañana en su programa «No somos nadie» (FM Aspen 7 a 10 hs).
http://www.fmaspen.com/programacion.shtm
Varsky lee muy seguido muchas de las cosas que escriben ustedes.
Es genial la entrevista, los felicito.
La entrevista es excelente, y Ostiguy la tiene más clara que sus profesores, colegas, antecesores y contemporáneos extranjeros que he leído refiriéndose al peronismo. Me quedan varias cosas en claro, después de leerlo.
1)El peronismo no se extinguirá, justamente porque no es un partido político (lo que, como bien dice Ostiguy, no se entiende fuera de la Argentina).
2)La centro-izquierda no peronista está condenada a ser furgón de cola o ni eso. No mueve el amperímetro fuera de las universidades. Y las izquierdas -por los siglos de los siglos- se construyen con trabajadores y hasta con analfabetos (preguntar por Fidel).
3)La presidente debiera hacer lo que dice, pero decirlo como lo decía Perón (no es fácil, pero tampoco imposible). Más difícil es hacer lo que hacía Perón. El recurso de la simpatía y hasta del humorismo es buena receta. En una mujer bella sería un punto a favor.
4)El apoyo a los K es hoy casi todo peronismo. El resto se dispersó, pero se sumaron los sectores bajos que antes eran duhaldistas. Es una buena señal: más peronismo. Los demás se sumarán solos, como siempre. Me gustó la idea del «socio mayor».
5)Valió la pena la lectura.
6)Juan Pablo Varsky, como la mayoría de los informadores de radio,hace periodismo leyendo cosas que escriben otros. Pero es -por lejos- más inteligente que el promedio. Por eso lee cosas que valen la pena. Y se ahorra unas cuantas puteadas.
Valderrama, solo un comentario a tu comentario. Colonia Vela no es un pueblo imaginario. Existe. Y está a pocos km de Tandil, donde Soriano vivió.
Enrique: Me parece que no le sale el humor a la Señora. Por ahora, hasta que le salga, yo le recomendaría no hacer chistes. Otra, el punto 4 no me parece que sea necesariamente bueno. Este Gobierno no debería ser solo PJ y corre algún riesgo de que sea así.
Saludos
PABLO
Gracias por el dato de COLONIA VELA. Serìa un caso donde la realidad ha superado a la imaginaciòn.
Los felicito por el reportaje. Me dio para pensar, y mucho, ya que no me identifico para nada con la cultura «baja» del peronismo, pero tampoco se me ponen los pelos de gorila de punta cuando ésta se despliega públicamente. De todas maneras, me parece que habría que celebrar menos esta realidad bien señalada por el reportaje y pensar más varios de los comentarios de Ostiguy. Me detengo en uno: el hecho de que el peronismo no sea un partido hegemónico.
Me parece un punto muy importante porque frente a esta realidad, el peronismo necesitaría, aparentemente, una política de alianzas, pero ésta se hace difícil, porque una impronta muy fuerte del discurso político peronista es la antagonización con los adversarios. Este problema, en mi humilde opinión, quedó claramente demostrado en el conflicto reciente con el campo, en donde las críticas de fondo a los intentos hegemonistas del gobierno se ningunearon como si fueran críticas menores al estilo de los K (la famosa «soberbia») y no a esa forma de hacer política (no me tiren con nada, pero tengo en mi cabeza el reportaje a Sarlo en La Nación y su intercambio con Horacio Gonzalez en Ñ como uno de los más interesantes al respecto). Por más que el peronismo tenga a los trabajadores, no puede gobernar como si eso les diera derecho para hacer cualquier cosa en nombre de la lucha contra la nueva derecha y en favor de la –dudosa, limitada y cortoplacista–redistribución de la riqueza en favor de los pobres. Saludos y muchas gracias nuevamente por el esfuerzo por levantar el debate político.
ta buena pero na la vi