Hoy no tengo ganas de hablar de política. Estoy demasiado triste, y si me acompaña, le cuento una historia.
Tengo dos perros. Todas las noches los saco a pasear antes de dormir, y casi siempre nos cruzábamos con otro vecino, que por lo general sacaba a pasear a su perra casi a la misma hora.
Mis perros, ambos, estaban enamorados de Burbujita. Cada vez que nos cruzábamos era una delicia verlos jugar, correrse, revolcarse, tirarse de la cola y las orejas para jugar con ella.
Desde hace casi un mes no los vimos más. Pensamos que estaban de viaje. Ayer se cruzó mi esposa con este hombre, del que no conozco su nombre pero que sé que vive solo, paseando otro perrito. Se pusieron a charlar y la pregunta por Burbujita fue ineludible. Y le contó.
Hace un mes, a Burbujita le salió un pequeño bulto en el paladar. Este bulto, en 10 días se convirtió en un tumor epitelial de grado 3, del que fue operada sin éxito. A los 10 días nuevamente el tumor se había extendido al resto del organismo, y ya no había nada para hacer.
Dos días estuvo en el peor de los precipicios, sin siquiera salir a la calle, pero el sufrimiento de Burbujita le resultaba insoportable. Llamó. El veterinario le dio turno para la tarde.
El tiempo se hacía de goma. Cuando salió con Burbujita rumbo a la inyección letal, esas tres cuadras le resultaron insoportables. Burbujita moviendo la cola y contenta de salir tras tanto encierro, hacía su salida final. Sólo él lo sabía. Y Burbujita con la alegría más grande del mundo rumbo a su último paseo.
Juro que estoy llorando en este momento. No quisiera estar nunca en el lugar de este hombre, llevando a su único amor a la muerte.
¡Chau, Burbu…! Mis pichos te van a extrañar siempre… Y yo también.
Publicado simultaneamente con Apuntes desde la Centroizquierda
Hace casi 2 meses yo tuve que hacer lo mismo con mi gatita que la tenia de hace 14 años y te puedo asegurar que el dolor es tremendamente insoportable y cualquiera que haya tenido una mascota lo puede entender. Mi veterinaria me consuela diciendome que hicimos lo posible y que le di la mejor vida que pude y que fuimos muy felices. Lo fuimos, pero la posta es que uno no tiene consuelo. Un aguante para tu vecino, decile que la gente habla de su perrita Burbu en internet, eso lo va a hacer sonreir un poco. Saludos.
«Era nuestro perro y era la ternura,
esa que perdemos cada día más
y era una metáfora de la aventura
que en el diccionario no se puede hallar.»
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