Leyendo Miradas Al Sur de este domingo, detengo mi mirada en el título de una nota: «Malas Compañías». Con un gráfico acompañante, muestra los giros que realizan 200 empresas extranjeras a sus países de origen durante 2003-2010.
El período de tiempo elegido no es casual, rige del comienzo del gobierno de Néstor Kirchner, cuándo comienza la recuperación económica, retomar «el mercado interno», reinstalar una industrialización, entre otras medidas sociales y económicas. Ese primer año de gestión las empresas fugan 633 millones de dólares del país, hasta llegar a los 7.182 en 2010.
Para oscurecer aún más este paisaje, la cifra llegaría a los 10 mil millones de dólares para fin de 2011. Con este cuadro, hay que repensar en una nueva ley de Inversiones Extranjeras que reemplace a la creada por Martínez de Hoz durante la dictadura y, de esta manera, frenar la salida de capitales. Pero, diría el profesor Romero del programa Duro de Domar, existen unas series de trabas internas y externas.
La primera de ellas es que ante la sanción de una nueva ley, las empresas podrían recurrir ante tribunales extranjeros, vinculados a los poderes financieros, que frenarían la aplicación de la ley.
La segunda, y realmente muy importante, las multinaciones controlan el 70 % de la producción argentina, desde industrias hasta créditos para financiar las mismas.
Si bien podemos seguir enumerando trabas y motivos con los que se enfrenta el modelo económico actual, ya no me asombra el grado de extranjerización del capital industrial-financiero, sino, la falta de una burguesía nacional, empresarios argentinos que busquen su rentabilidad, reinvirtiendo la ganancia en el país, en la mano de obra, en nuevas tecnologías, y en las áreas que sean necesarias para que haya trabajo, mejores sueldos, más producción y que ellos, los empresarios, tengan mas dividendos. Que se entienda,nadie les pide que no ganen plata o que sea menos la ganancia.
La gran masa del empresariado argentino no tiene una mirada más allá de ganar plata invirtiendo lo justo y necesario para conseguirlo. No es excusa «la inseguridad jurídica», invento del establishment-mediatico, ni la historia argentina con sus vaivenes económicos, sociales, políticos, sindicales, etc.
Los empresarios deben desplazar, gradualmente, a las multinacionales para retomar el control argentino del aparato industrial. Para ello, cuentan con un Estado fuerte, un gobierno con pleno soporte en las urnas, y que demostró estar dispuesto a dar la batalla financiera y mediática contra los intereses concentrados. Aunque la principal traba es la corta vista empresarial y también la sumisión cultural ante los poderes extranjeros.
esta bueno el enfoque.
Julián: en lineas generales coincido en su planteo, también es cierto que el llamado consenso neoliberal calo muy hondo en los sectores productivos, luego del reformateo económico social que encabezo J.A. Martinez de Hoz de la mano la dictadura militar del 76 y la crisis hiperinflacionaria del 89-92. Si bien es muy fuerte la influencia sobre la manera de pensar del sector, me parece que no esta viendo que sí «…hay empresarios argentinos que busquen su rentabilidad, reinvirtiendo la ganancia en el país, en la mano de obra, en nuevas tecnologías, y en las áreas que sean necesarias para que haya trabajo, mejores sueldos, más producción…» a mi entender están intentando dar un interesante debate por cambiar el paradigma que los tuvo como socios perdidosos , quizás por omisión en muchos casos y tb. por persecución, de los verdaderos ganadores de ese consenso neoliberal que tuvimos en los 90. Quizás incipiente, quizás tímidamente, quizás insuficiente pero por lo que se existen, algunos ejemplos los puede ver en esta nota de P12 de hace unos meses: http://www.pagina12.com.ar/diario/economia/2-174844-2011-08-19.html
Saludos Cordiales.
Al único sector nacional que no esta concentrado, que tiene una extranjerización recién incipiente, lo mandaron a la vereda de enfrente.
Lo mandaron?, no haga bromas Marianote…