“La concentración de medios favorece la hegemonía del discurso discriminatorio”

(publicado en el diario Crítica de la Argentina)


El debate por la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual acaparó casi por completo la agenda política de la mayoría de los medios durante las últimas semanas. Por los programas de televisión desfilaron diputados, senadores, periodistas, directivos de grupos multimediáticos, constitucionalistas, opinólogos y representantes de algunas organizaciones sociales. Hubo algunas voces que, sin embargo, no salieron en televisión, pero se expresaron en las audiencias públicas y en algunos medios alternativos: las de los y las activistas de las organizaciones de la diversidad sexual. María Rachid, presidenta de la Federación Argentina LGBT, fue una de las que se manifestó, a favor de la ley.

—¿Qué relación tiene esta ley con las reivindicaciones de la FALGBT? —preguntó este diario a Rachid.

—El papel de los medios en la reproducción de los prejuicios o, por el contrario, su refutación, es importantísimo, porque son formadores de opinión y porque a través de los medios nuestras voces pueden llegar a mucha gente o ser silenciadas. La concentración actual de medios en pocas manos, lejos de garantizar la libertad de expresión, ha permitido que un discurso que discrimina y estigmatiza a las diversidades sexuales –como lo hace con otros grupos sociales– hegemonice la comunicación masiva.

—¿De qué manera?

—La forma en la que los medios, especialmente la televisión, dan cuenta de la diversidad sexual, salvo algunas excepciones, va de los chistes homofóbicos de Tinelli a las representaciones basadas en estereotipos que se ven en muchas ficciones o la invisibilización de nuestras voces en los programas periodísticos y noticieros. El tratamiento que se le ha dado a Zulma Lobato es un ejemplo paradigmático. ¿Te imaginás si Zulma, en vez travesti, fuera afrodescendiente, y la ridiculizaran por eso? Sería un escándalo. Pero parece que, tratándose de una travesti, está naturalizada la posibilidad de burlarse de ella.

—¿A qué te referís cuando hablás de invisibilización?

—Por ejemplo, en las series o novelas, casi nunca vas a ver personajes gays, lesbianas o travestis en situaciones cotidianas que reflejen nuestras vidas como realmente son. Cuando aparecen, casi siempre es para contar historias sórdidas, extravagantes, desde el lugar de lo “raro” y esos personajes se construyen con rasgos estereotipados que nos ridiculizan. Nosotros y nosotras nos enamoramos, tenemos familias, nuestros hijos e hijas van a la escuela, contamos con encuentros y desencuentros afectivos, problemas económicos y de diván. Pero nuestras familias y nuestras historias no forman parte de las representaciones de la sociedad que salen en la tele y llegan a todos los hogares.

—¿Y en los noticieros o programas periodísticos?

—Muchas veces me suena el celular y es el productor de algún programa, que me dice: “María, necesito una lesbiana de entre 16 y 20 años, clase media, así y asá”. Me lo piden como si fuera un supermercado. Nos llevan al programa para presentarnos como “el caso” que da su “testimonio”, y después otros invitados –cuyas voces tienen más autoridad– discuten si nuestra vida está bien o mal. Siempre tiene que estar “la otra campana”, generalmente un cura, que se opone a nuestros derechos. Es como si llamaran a la DAIA para pedir que manden a un chico judío y lo sentaran con un neonazi y un “especialista en judíos” para discutir si está bien o está mal que los judíos tengan los mismos derechos. Nosotros vamos y tratamos de usar esos pocos segundos en televisión para hacer oír nuestra voz, pero siempre es en ese contexto. No te sientan a la mesa con un diputado para debatir el matrimonio o la ley de identidad de género, te sientan con un cura o un psicólogo. Pero el ejemplo más elocuente es la Marcha del Orgullo: la cobertura que hace la televisión sobre la marcha es vergonzosa.

—¿Por qué?

—En la última, hubo más de 40 mil personas. ¿Cuántas movilizaciones juntan tanta gente, encima sin recursos ni difusión previa en los grandes medios? Expresamos reclamos políticos y sociales muy importantes, con discursos fuertes y una multitud coreando frente al Congreso la consigna “voten nuestras leyes”. Pero ningún canal de televisión mostró eso. Vinieron, pero lo que salió en los noticieros fue una nota amarillista. Muestran los cuerpos de cerca, pero callan las voces. Si Blumberg o De Ángeli reúnen 40 mil personas para pedir leyes sobre seguridad o cambios en las retenciones, los discursos salen enteros en vivo y en directo, hay un helicóptero filmando desde arriba para que se note que hay mucha gente y después los invitan a todos los programas a debatir con los políticos. El rabino Bergman reunió menos de mil personas contra la Ley de Medios y salió casi en cadena nacional. Nosotros y nosotras, sin canales de televisión llamando a la gente a participar, sin estructuras, a pulmón, reunimos más de 40 mil personas y le gritamos al Congreso que vote nuestras leyes, pero ningún programa periodístico habla del tema ni nos invita. Tampoco muestran la multitud desde el cielo: lo que se ve son primeros planos de tetas y culos y algunos testimonios individuales sin contenido político. En vez de mostrar la Marcha del Orgullo como una manifestación multitudinaria que expresa demandas de un sector de la sociedad, la muestran como una nota de color.

—¿Qué cambiaría de eso con la nueva ley?

—Lo más importante es terminar con la concentración, que haya más voces. Que haya medios en manos de la sociedad civil y de otros actores. Hay que pensar articulaciones que permitan una mayor diversidad, para que el conjunto de los medios sea un reflejo más cabal de esta sociedad diversa y no haya un solo sector hegemonizando lo que se comunica masivamente. Entonces, esa mirada de los medios actuales sobre la diversidad sexual seguirá existiendo, pero habrá otros medios mostrando otras miradas. No sólo las nuestras, también las de otros sectores sociales que hoy no tienen voz.

—En una declaración que firmaste decís que el grupo Clarín no es un problema para Kirchner sino para el conjunto de la sociedad. ¿Por qué?

—Porque concentran tantos medios que tienen un peso muy importante. Pueden influir en las decisiones políticas y generar opinión para que las cosas vayan para donde ellos quieren. Si mañana comienza el debate por el matrimonio entre personas del mismo sexo en el Congreso y el grupo Clarín, por su relación con la Iglesia, decide jugar en contra, va a ser mucho más difícil, porque ponen un par de tapas y los políticos se asustan. La campaña feroz que están haciendo contra esta ley es una prueba de eso.

—La ley incorpora una cláusula contra la discriminación en los medios que incluye la orientación sexual y la identidad de género. ¿Cómo te imaginás que pueda aplicarse sin que se diga que atenta contra la libertad de expresión?

—Es importante porque es la primera ley nacional que habla de orientación sexual e identidad de género. Ni siquiera la Ley Antidiscriminatoria lo hace y llevamos años tratando de que se modifique. Habrá que ver cómo se reglamenta y qué criterios adopta la autoridad de aplicación, pero lo importante es acabar con el doble estándar: si un conductor se burla al aire de una persona mayor o dice alguna barbaridad sobre los judíos, nadie diría que sancionarlo va contra la libertad de expresión, pero si dice que los gays y las lesbianas somos pervertidos o anormales, algunos piensan que está ejerciendo su derecho a decir lo que piensa.

Acerca de bruno.bimbi

Bruno Bimbi nació en Buenos Aires en 1978. Es periodista, profesor de portugués y estudiante de la maestría en Letras en la Pontifícia Universidade Católica do Rio de Janeiro. Trabajó en los diarios Página/12 y Crítica de la Argentina; en este último realizó durante dos años la sección “El Placard”, dedicada a la diversidad sexual. También colaboró con Tiempo Argentino y las revistas Imperio G, Veintitrés y Newsweek Argentina, entre otros medios. Es activista de la Federación Argentina de Lesbianas, Gays, Bisexuales y Trans, de la que fue secretario de Prensa y Relaciones Institucionales. Escribió junto a dos abogados el texto de los recursos de amparo por los que varias parejas del mismo sexo consiguieron casarse por fallos judiciales y otras dos llegaron a la Corte Suprema de Justicia y fue uno de los responsables de la estrategia que llevó a la conquista del matrimonio igualitario en la Argentina.

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4 comentarios en «“La concentración de medios favorece la hegemonía del discurso discriminatorio”»

  1. realmente he quedado asombrado ,y yo que pense que en la Argentina estaban mas adelantados que nosotros los chilenos.Bueno, aqui pasa lo mismo , pero como estamos cerca de las elecciones para presidente ,ahora «todos»son progresistas cosa de la cual se olvidan en segundos despues de ser elegidos .Aparte de todo, yo creo que la que tiene la culpa de la discriminación (en toda america ) esla cultura PATRIARCAL traida por los españoles cuando invadieron america,ésta forma de pensar a sido nefasta para los indios ,los pobres ,las mujeres ,los niños ,y un largo etcetera porque ,es PIRAMIDAL y la autoridad(lease presidente ,patron, padre o quien tenga el poder segun la circunstancia) impondra su punto de vista sea equivocado o obsurdo .

    1. Carlos, que se discuta el tema en un debate presidencial es un gran avance. Acá, en la elección a diputados, no logramos que las principales fuerzas posicionadas en los distritos más grandes contestaran. La respuesta de De Narvaez, el ganador, tuvo que leerse como un no al matrimonio, y el ex presidente no dió una respuesta explícita y clara por miedo a que repercutiera en su contra en la camapaña. Aunque es justo decir qeu sí hubo respuestas afirmativas de terceras, cuartas y quintas fuerzas. Las más importantes, Solanas en Capital Federal, que salió segundo, y Stolbizer en provincia, que salió tercera (pero cuyo caudal de votos es en términos brutos superior al de Solanas).
      Creo que las cosas que introducis son importantes, pero hay que ponerse a pensar en el presente, en cómo hacemos para que estos temas avancen y el tema se incluya dentro las agendas políticas progresistas como de primera prioridad.

  2. mira vos…yo pense q la homofobia estaba ligada a una sociedad patriarcal profundamente machista…a la injerencia de la iglesia catolica en esuntos publicos…a los politicos con discursitos progres y acciones derechosas…a la gran cantidad de pobres con poca educacion y menos acceso a la inforamacion manejados por esa misma iglesia y esos politicos…etc…

    pero no,parece q el problema era clarin…bue,asunto resuelto entonces…sa acabo la homofobia en la argentina progre…

    los diputados y senadores de la derecha peronista feudal del norte del pais o los compañeros «zurditos» q manejan el conurbano,van a estar encantados de votar el matrimonio homosexual…o q puedan adoptar hijos…(siiiiiiii seguro).

    (clarin se fundo en el 45′ no???…menos mal,de complices del holocausto judio…no los van a poder culpar entonces…en esa zafaron por lo menos).

    en fin…

    P.D: no se bruno…me imagino q cuando empezaste a laburar con la tal diana conti,estabas embelesado con su pseudo-discurso «vanguardista»…hasta q se empezo a quedar con parte de tu sueldo…y te topaste con la dura REALIDAD…

    quizas dentro de poco…a los gay y lesbianas tambien les toque el turno de darse cuenta a q clase de gobierno estan apoyando…y bue…

  3. Leandro,

    Esforzate un poco por comentar en serio en vez de limitarte a chicanear de manera tan berreta y lo charlamos. María no dice en la entrevista lo que vos estás planteando acá, así que si querés debatir lo que dice la nota, debatamos lo que dice la nota, no lo que a vos te gustaría que dijera para que fuera fácil de rebatir. Y si entendiste que dice lo que tu comentario plantea que dice, leela de nuevo, porque entendiste mal.
    Saludos

    Bruno

    pd: Lo de Conti lo trajiste de los pelos como provocación. Es otro tema. Cuando los moderadores publiquen la última nota que posteé sobre ese tema hace varias semanas, lo podremos debatir allí…

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