Acerca de la imposibilidad material de existencia de ‘periodismo independiente’

¿Por qué sostenemos que el periodismo ni es ni puede (ni tampoco tendría obligación de) ser independiente (ni objetivo, ni neutral, ni imparcial, etc.)? Muy sencillo: porque la lógica empresarial que sustenta sus posibilidades de despliegue así lo determina. No está mal ni está bien que así sea: es como es. Y no vale la pena perder el tiempo en santificar o demonizar. Hay mucha riqueza para explorar en torno al debate acerca de las condiciones en que se ejerce el periodismo en estas épocas.

Dejando de lado que, de por sí, todo el mundo tiene su modo de ver la realidad, los hechos; lo que, desde el vamos, influye en cómo se encara el análisis de cualquier tema, por mucho que se quiera dejar de lado la opinión a la hora del relato. Es, ese costado, el filosófico, muy rico. Pero, mejor, vayamos a lo material, más concreto.

No existen, desde hace rato ya, empresarios que sólo se dediquen al negocio periodístico. En la actualidad, el periodístico es uno más de los tantos rubros en que incursiona un empresario dueño de medios de comunicación. Es decir, estamos en una fase superior a la multimediática, que de por sí distorsiona –el esquema multimediático– el normal desenvolvimiento de la pluralidad: asistimos, ahora, al ingreso de los multimedios en las megacorporaciones comerciales. En la trama de intereses económicos que ello significa. Y que dibuja el contorno al interior del cual se puede mover el periodismo hoy.

Por ejemplo, y para estar a la moda de los tiempos, el Grupo Clarín. Que encabeza AEA, Asociación de Empresarios Argentinos, en la que confluyen, además de Clarín, La Nación (periodismo), pero también Arcor y Los Grobo (alimentación), Sociedad Rural Argentina («el campo»), Techint (metalurgia), laboratorios como Bagó y Bayer, las automotrices Fiat, Mercedes y Wolkswagen, prepagas médicas (Medicus, OSDE), entidades bancarias varias (Citibank, Santander). Entre muchísimos otros más.

Ese entramado fue, en su mayoría, impulsor y principal beneficiario del diseño económico que Martínez de Hoz impuso a sangre y fuego a partir de 1976, el de la valorización financiera que los articula –a los integrantes de AEA– casi como un todo único e imposible de ser disociado, y que se mantuvo inalterado hasta 2003.

Volviendo, y para entrar de lleno en la respuesta a la pregunta de inicio: ¿cómo podría, entonces, un trabajador de prensa contradecir el dictat de semejante madeja de intereses, que lo excede y supera? ¿Cómo no sería implacable con un gobierno, el actual o cualquier otro, si tal decisión radica fuera de sus alcances y se determina –la decisión– antes que él pueda decir ‘esta boca es mía’? ¿Cómo, si su salario depende del aporte publicitario que hagan las mencionadas empresas, u otras, siempre en tanto y en cuanto se sea ‘amable’ con ellas?

Claudio Díaz, fallecido el año pasado víctima de un cáncer fulminante, lo intentó, en Clarín, en 2008, durante el levantamiento que, por aquellos días, sostenía el sector agrario contra las retenciones móviles. Díaz escribió, sobre dicho conflicto, a favor del kirchnerismo en Clarín: fue despedido inmediatamente del diario. Clarín y La Nación son socios del negocio sojero en Expoagro, la feria comercial en la que tranzan sus productos empresarios agrarios y afines, y donde cada año se mueven más de 500 de millones de dólares. Más claro, echarle agua.

No está mal que así haya sido: Magnetto y Ernestina Herrera de Noble no tienen por qué pagarle el salario a alguien que atenta contra sus intereses. Son así las cosas. Lo interesante sería que existiera diversidad, sobre todo en cuanto a las lógicas que sostienen –en el más amplio sentido de la palabra– a los medios.

Daniel Vila –por dar otro ejemplo, más chabacano–, junto a su socio, José Luis Manzano, son dueños del Grupo América; en el que, aunque en menor medida, también tiene participación accionaria el diputado colombiano Francisco De Narváez. Comparten, además, Vila y Manzano, negocios petroleros. Vila fue presidente del club Independiente Rivadavia de Mendoza y candidato a presidente de AFA. Así las cosas: ¿alguien cree que había posibilidad para alguno de los periodistas de América de hablar otra cosa que pestes de Julio Grondona, actual titular de AFA –al margen de que lo merezca, Grondona, o no; que, de hecho, lo merece–? Véase qué le ocurrió a Mariano Closs por no haber aceptado sumarse a la campaña proselitista de Vila, pues.

Ante todo, conviene no ser ingenuo. Y desdramatizar. Nunca, en 200 años de historia nacional, hubo en Argentina mayor libertad de prensa que en la actualidad. Así que eso de que ‘es un momento complejo, el actual, para el ejercicio de la profesión’, pueden ir a contárselo a Rodolfo Walsh. O a Mariano Moreno. Hasta a Manuel Dorrego, que también era periodista, y cuyo asesinato se debió a sus investigaciones sobre Rivadavia; es decir, sobre el poder económico, que le disputa atribuciones a las instituciones de la República.

Tomar nota de cómo ejercieron y cómo (y por qué) terminaron Moreno, Dorrego y Walsh, debería mover al pudor a los que baten el parche con las supuestas dificultades que, dicen, los acosarían por estos días. Feliz día.

Acerca de Pablo D

Abogado laboralista. Apasionado por la historia y la economía, en especial, desde luego, la de la República Argentina.

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11 comentarios en «Acerca de la imposibilidad material de existencia de ‘periodismo independiente’»

  1. Gran, gran artículo. Felicitaciones al autor.

    Lo aplaudo terriblemente.

    Lo único en lo que discrepo es en separar «filosofía» de «condiciones materiales»… el materialismo histórico como disciplina histórico-filosófica es exactamente eso: poner patas arriba la filosofía para entenderla como herramienta transformadora de la sociedad, y no simplemente como un aparato descriptivo.

    El resto, me parece impecable.

    Saludos Pablo!

    1. Gracias. Se entiende, mi amigo, su punto; quería, simplemente, marcar la diferencia entre la esfera individual, por un lado; y las condiciones sociales en que se desarrolla, por otro. Está mal expresado, pero el sentido, creo, quedó. Abrazo y gracias por la constructiva acotación.

      1. Sí, claro, el sentido quedó. Quizás fue irrelevante mi observación desde lo efectual, pero releveante desde la precisión terminológica. No sé si eso es bueno o malo ;)

        En fin, repito que la reflexión me parece aplaudible.

        Saludos!

  2. Medio ididotez lo de la historia de los medios. Clarin siempre fue desarrollista. Absurda la visión conspirativa de AEA, y sus supuesta línea inalterable. Pero siempre es bueno enccontrar una matriz para la visión maniqueista.
    Lo que se soslaya es que en cantidad de medios, la balanza esta muy inclinada hacia la visión del gobierno. Diría que lo único que garantiza el pluralismo es la existencia de Clarin. Es el único medio de peso que puede permitirse el lujo de poner a Lanata en su grilla, o cubrir el cacerolazo.
    El resto esta entre temeroso, o cuidando sus negocios con el estado (como cristobal Lopez, Vila_manzano, telefonica, Moneta, y tantos otros), o su razón de ser son los aportes del estado (Spolszky, Electroingeniería).
    El resto lo hace el público, si los productos son atrayentes, y las estrategias comerciales.

    1. Clarín fue desarrollista durante Roberto Noble y hasta que los desarrollistas fueron corridos de las decisiones del medio (lo que de todas maneras abonaría a que desde la nada no hablan).

      ¿Es absurdo lo de AEA, por qué?

      Mentira lo de la balanza: la mayoría de las licencias del país están en manos de Clarín. Sostener que la pluralidad depende de la presencia de Lanata o de cualquier otro es de una liviandad absoluta.

      1. La AEA ha tenido muchos cambios en composición, influencia y dirección a lo largo de los años. Ponerlo como una fuerza permanente es inexacto.
        Es mentira que la mayoría de las licencias las tenga Clarin, es solo el medio que tiene más licencias (que los otros), loque es muy distinto.
        Y reafirmo que el pluralismo es la existencia de Lanata en la TV abierta. Cualquier sistema que excluya a un periodista con 20 puntos de rating es sencillamente un sistema gobernado por el estado, por no decirle paraestatal. Y sino decime en que otro canal podría estar saliendo Lanata.
        En este contrapunto 54 vs 46, o gobierno frente al resto, lo único que queda separado de la influencia del estado es Clarin.
        Nunca fui fan de ellos, pero hoy son esenciales, el último punto de resistencia al monopolio paraestatal.

      2. Como sea, a mí lo que me interesa es desmentir que el periodismo hable desde el gris en un mundo de blancos y negros. Sólo eso. Y que hoy hay libertad de prensa, desbordante.

      3. Habría que pensar, en el supuesto de que tengas razón sobre la libertad de prensa, si las innumerables denuncias que se vienen realizando desde los últimos años, verdaderas o falsas, no han sido en gran parte la causa de que aún exista esa libertad. Para que la democracia no desaparezca,»se vaya muriendo lentamente», como sostiene Guillermo O’Donnell, hay que estar atento y es preferible, en todo caso, pecar por exceso, que por defecto. Lo de Reposo es un ejemplo de ello.

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