Algunas particularidades sobre la post-devaluación

En un breve artículo en su blog, con expresivo título: «No hay un festival consumista», el economista Lucas Llach intenta desmitificar la idea de que el período post-devaluatorio haya traído una más equilibrada distribución funcional del ingreso en relación a la que había en la convertibilidad.

Textual:

“Con Menem el consumo era mayor como % del PBI. Es que la distribución del ingreso entre trabajadores y empresarios/rentistas/terratenientes era mejor.(…)Después vino El Modelo de la devaluación. Se recortaron de un gran tijeretazo los salarios reales. En comparación con la productividad, los salarios fueron siempre mucho más bajos que en los 90s. Esto fue bueno para la macroeconomía: las empresas fueron más competitivas, la economía creció y por lo tanto pudieron recuperarse los salarios reales, aunque siempre con una distribución del ingreso peor. (…)»

Hay una parte de realidad en lo que dice Llach. Y me dispara una serie de reflexiones, aunque reconozco que con poco basamento «científico».

En principio, podemos periodizar la etapa posterior a la convertibilidad. En dos.

El primero, entre 2002 y 2007, donde el recorte abrupto en el poder de compra de los salarios por la mega-devaluación (no sólo atribuible a la decisión política de Duhalde, sino principalmente, a la depresión en que había caído la economía argentina con el fracaso de la convertibilidad) fue una realidad y provocó efectos en algún caso positivo, como la rápida recuperación de la economía. No sólo salarios destruyó la devaluación. También sinceró la reducción de activos y la pérdida de riqueza a la que nos había conducido la convertibilidad (parcialmente disimulada, hasta entonces, por la sobreapreciación cambiaria). Y licuó deuda.

El segundo, donde la ocupación de capacidad instalada que había quedado en desuso en la gran recesión ya está completa, la reducción del desempleo se vuelve más lenta, la competitividad por bajos costos ya no hace grandes diferencias a favor de la producción local, pero con salarios totalmente recuperados (y aún en mejores condiciones) en relación al período de convertibilidad.

Esta recuperación, sin embargo, no implica que la situación haya vuelto a ser igual que en la convertibilidad (o mejor dicho al momento previo al ingreso en la recesión final, es decir, 1997).

El nivel de empleo, la competitividad de la producción, y el perfil productivo adquirido por el país en uno y otro contexto son los elementos que marcan las diferencias.

Existe una buena porción de los asalariados que efectivamente han visto disminuir drásticamente sus ingresos reales en el período post-devaluatorio. Son cuadros medios, profesionales, personal administrativo, trabajadores de las áreas de marketing, recursos humanos, publicidad, del sector bancario, y del área de los servicios en general, empleados de las privatizadas; que mayoritariamente (sino totalmente) se encuentran en vínculo laboral mediante contrato de trabajo, sin protección de ningún convenio colectivo. Son culturalmente (no sólo económicamente hablando) de clase media, y, a pesar de la recuperación del nivel salarial a la situación pre-devaluación, es posible que todavía no hayan alcanzado (en paridad de poder adquisitivo) los niveles reales de ingreso de la década convertible.
Podemos incluir en este gran grupo a quienes comenzaron a participar del capital de la empresa (cobrando con acciones muy rendidoras los bonus o los retiros voluntarios). Parte también del sector rentístico.

Entonces, lo que evidentemente ocurrió en el tránsito de un «modelo» a otro, es un cambio en la distribución del ingreso al interior del sector asalariado.
Así es cómo, de la mano de un aumento real en la tasa de plusvalía (aunque sin corregir por impuestos y transferencias, lo cual podría modificar la situación aparente), se genera la inédita situación de que los trabajadores de fábrica, en el sector secundario, ganen (a veces sustancialmente) más que sus pares «administrativos» (que son los «fuera de convenio» que, como dijimos antes, forman parte del grupo de grandes beneficiarios, al interior de la clase trabajadora, del modelo de la convertibilidad y que no han visto recomponer sus salarios al nivel en que lo han visto crecer los «convencionados»).

Los detalles inéditos se multiplican en la vida cotidiana. Personal jerárquico fuera de convenio que se queja de que sus subordinados ganan más que ellos, trabajadores del sector industrial que se desplazan en vehículo particular a sus lugares de trabajo, obreros de maestranza y limpieza que conocen Mar del Plata a los 40 y pico de años.

La recuperación, entonces, de los niveles de ingreso verificados en el último «buen» año de la convertibilidad nos traen a una situación en la que el desempleo viene con tendencia a la baja, la diversificación en el sector secundario es mayor, los salarios de ese sector son mucho mejores, hay mejor productividad y los niveles de consumo, si bien son menores como porcentaje del PBI alcanzan a sectores de la población que antes lo tenían vedado.

22 comentarios en «Algunas particularidades sobre la post-devaluación»

    1. Ya no es mas alpargatas contra libros.

      La formar que tiene hoy la clase baja para ascender socialmente es a traves de piquetes y accion directa.

      En otros tiempos el mensaje de la clase dominante era que el progreso era fruto del esfuerzo personal. Ya no es tan asi, es mas facil ascender siendo empleado sindicalizado del subte que plomero o albañil.

      Saludos.

      1. Sí, más específicamente, las clases trabajadoras tienen la posibilidad de reclamar por condiciones dignas de trabajo sindicalizándose, tal como lo dice la Constitución.
        Digamos, este gobierno, lo que hizo, fue hacer cumplir al menos esa parte de la constitución. Que no se cumplía.

        Deberíamos agradecerles a las clases dominantes haber permitido que se subsanara una partecita de tal degradación de las instituciones?

        Los albañiles sindicalizados también consiguieron muchas cosas. Por ejemplo, que les bajaran la edad de opción jubilatoria.

        Lo que no sé es en qué momento queda anulada la opción «libros».

        Saludos

      2. Ya que conocen bien la Constitucion, me podrias indicar en que parte dice que solo puede haber un solo sindicato por actividad y una sola central sindical?

        La «libertad» sindical peronista es muy particular.

      3. Mariano, el tema de la repartija estatal es que si se hace mal, termina achicando la torta.

        Si vos desalentas el esfuerzo personal , el cuentapropismo, el estudio, el riesgo empresario y alentas el «empleo» estatal y a los sindicatos, terminas matando la gallina de los huevos de oro y te quedas con una economia administradora de recursos naturales y llena de zanganos.

  1. Gonzalo: la dicotomía esa es un poco vieja. Pero fundamentalmente falsa.

    Los países en que los obreros industriales tienen mejor nivel de vida, tienen también un alto nivel educativo. Son países capitalistas desarrollados, como Alemania o Japón. Que aplican tecnología al proceso productivo, mejoran la productividad y pagan mejores salarios.

    No se alienta la educación con malas condiciones laborales. No sé de dónde sacamos eso.

    Y si bien la constitución no dice nada de un sindicato por rama ni de una sola central, explicame vos que estás tan convencido de que la acción de los sindicatos es nociva para el desarrollo del capitalismo, por qué motivo querrías que proliferaran varios sindicatos en una misma rama, y varias centrales.

    Saludos

    1. mariano,

      la razón para auspiciar varias «centrales» es para mejorar la posición relativa de las patronales a la hora de negociar: «la desunión hace la fuerza» (la de los dueños, claro).

      «que cada uno sea su propio sindicato»!!! es el próximo slogan que se viene…

    2. Supongamos que hay dos grupos de empleados: los A trabajan mejor que la media y los B trabajan peor que la media. Por definicion de «media» hay tantos A como B (asi se define la media).

      Promover las acciones colectivas soluciona la injusticia de que los B son mal pagados gracias a que no consiguen trabajo en otro lado. Pero genera la injusticia de que los A ganan menos (incluso menos que algunos B!). No arreglas el mundo sino que «elegis ganadores», obviamente el peronismo elige a su base electoral como ganadores y caga indirectamente al resto. No tengo problema con esto, porque al premiar la eficiencia el individualismo tambien «elige ganadores»

      El problema del discurso colectivista ACHICA EFECTIVAMENTE la cantidad y calidad de bienes producidos por la empresa porque los A no tienen incentivos suficientes para producir mas y mejor y encima el metodo que usan los B para obtener sus ventajas se basa en trabar la produccion.

      El industrial explotador malo malo le da lo mismo cualquiera de las dos situaciones porque puede siempre aumentar el precio de sus productos para mantener su ganancia y no perdera mercado ya que todas las empresas del rubro estaran en la misma situacion que el. Solo tendran alguna ventaja comparativas las empresas con «relaciones fluidas» con las cupulas sindicales y o politicas.

      Si por alguna razon el industrial no puede fijar el precio por estar regulado y los sindicatos le fijan los costos probablemente decida cerrar, dejar morir o vender su empresa a algun «experto en mercados regulados» o algun grupo brasilero que no sabe que hacer con los creditos del BNDES y que tiene un estado (el brasilero) que los defiende de los posibles abusos del estado argentino.

      1. qué? los que trabajan mejor o peor? cualquiera, man…

        hay que ser tonto, che. explicame: ¿cómo es la onda? ¿vos harías dos centrales? ¿una para los que laburan bien y otra para los más vagos?

        «el problema del discurso colectivista es que ACHICA EFECTIVAMENTE…» (suna chicharra y el conductor dice «no-no-no»). en los últimos años, con participación activa de los sindicatos en la recomposición salarial, quedó demostrado que los colectivismos fueron los mejores beneficiados y que los rubros no sindicalizados de las capas medias profesionales perdieron terreno.

  2. Mi colaborador más nuevo tiene 20 años. Es oficialista porque “el año que viene voy a ganar un 30% más”.

    Le argumenté que tal vez podría ganar aún más por mérito propio. Me contestó que todo aumento es bienvenido, pero el que realmente le interesa es el de las paritarias, ya que no le exigirían esfuerzo adicional.

    Obvio que le agradecí la claridad y franqueza de su respuesta, aunque me quedé pensando…

    Un amigo que está iniciando los trámites jubilatorios (siempre fue autónomo), se encuentra con una deuda importante por ciertos períodos impagos (en los últimos 30 años hubo – y sufrió – diversas catástrofes económicas).

    Entonces, razonó que en vez de pagar lo impagable, se jubilaría «sin aportes», pero resulta que eso es imposible, porque ya está asentado en AFIP y ANSES, que aportó durante muchísmos años, y no califica como pobre.

    Estos dos ejemplos muestran (o tal vez demuestran) que mejor es depender del status sindicalizado que de esfuerzo personal, o depender de los planes sociales en vez de haber trabajado toda la vida.

    1. La jubilación «sin aportes» es una moratoria, en la cual le van a descontar parte de su jubilación durante unos años. Tu amigo está mal informado, o el filtro ideológico le da un par de sopapos a la información antes de procesarla. Tampoco existe nada como «calificación de pobre» para acceder a una moratoria, aquí el mencionado filtro debería ser demasiado grande para explicarlo, tu amigo imagina cosas.

      Sacarle un aumento a la patronal en una paritaria ES mérito, solo que colectivo, no individual.

      1. Puede ser que mi amigo imagine cosas (está viejo el pobre, perdón no es pobre), pero lo que es cierto es que no puede jubilarse «sin aportes» o como se llame.

        Sobre el mérito de mi jovencito colaborador, sé que al final tendrá dos aumentos: el mío, si es que se esfuerza, y el colectivo (paritaria en la que nunca participa una PYME). Y si no se esfuerza… fué (con o sin paritaria).

        Porque como «agente económico» no resisto la tentación de bajar línea sobre la cultura del trabajo. Y bue, herencia de mis abuelos inmigrantes…

      2. Lo que te quiero decir, es que los que se jubilan sin aportes, pagan esos aportes mediante un descuento en su jubilación durante años. Si tu amigo pudiera hacerlo, haría un pésimo negocio.

        Y si, si no labura rajalo, está muy bien eso.

    2. David: Aunque no lo creas, estoy de acuerdo con la meritocracia dentro de determinados límites.

      Sin embargo, vos te encargás de señalar la parte negativa de la ausencia de meritocracia, omitiendo recordar que por el otro costado hay pila de gente que se rompe el *rt* laburando y ahí la meritocracia deja de funcionar.

      Es decir, señalás (y lo bien que hacés) al que se rasca el higo esperando que un salario de convenio lo suba un escalón, pero omitis decir que dificilmente el que se esfuerza sea reconocido (en ventanilla).

      Porque, claro, la teoría del derrame demostró su falsedad eternamente. Y si no se les «ayuda» a derramar un poco a nuestro benemérito empresariado, ni las migas se le caen.

      Pero, reitero, estoy de acuerdo en términos generales con la meritocracia. Dejando de lado a quienes no hay modo en que puedan ni siquiera empezar ninguna competencia, sea por edad o formación, y que obviamente deben recibir lo necesario para mantener una vida medianamente digna.

      1. En el terreno que me muevo (Pymes), la relación del dueño y sus empleados es muy directa y fluida, con buen «derrame». La gente que es buena, es habitualmente reconocida, salvo en tiempos de crisis graves, que no es el caso actual.

        Insisto como siempre, que no es lo mismo un «empresario» de una gran organización, que no tiene contacto ni físico ni emocional con sus empleados, que el que está todos los días al pie del cañón compartiendo los mismos vasos de café.

        Probablemente es en las grandes organizaciones (25% de la masa laboral) en donde la «meritocracia» puede diluírse bastante, y el empleado depende mucho de los convenios colectivos, en eso estamos de acuerdo.

        Y quien, a pesar de su voluntad, no tenga posibilidades laborales, debe ser ayudado por el resto de la sociedad, en eso también estamos de acuerdo.

      2. Al fin uno!.

        En la politica esta plagado de campeones del mundo q hablan con la guita del otro y nunca arriegaron ni 20 lucas para poner un kiosko.

        Yo no se como ningun candidato, de ahora y antes no le habla a ese colectivo inmenso de comerciantes y pequeños empresarios con el perno q es tener un negocio en este pais y todo lo q se puede hacer.

        Este pais, su modelo, sus normas y sus leyes laborales estan hechas para las grandes empresas nadas mas.

        Siempre me causa gracia Moyano hablando de los trabajadores cdo para la mitad del pais, ese tipo le habla a un mundo q le esta muy lejano.

  3. No cabe duda que un modelo industrialista que no sea cortado por un golpe de Estado es el mejor camino hacia la distribución más equitativa del ingreso. En todo caso queda por resolver los cómos de esa industrilización… pero es por ahí: el empleo, y su calidad, crecen (obvio) en un sistema industrial con promoción del mercado interno mucho más que en un modelo orientado a bienes no transables y en la especulación.

    Lo que yo veía en un post propio

    http://yaesta.blogspot.com/2011/07/argentina-comparacion-pbi-emi-empleo-y.html

    es que la capacidad instalada ya tendía al techo por 2004/2005, y desde ahí la inversión interna creció enormemente.

  4. Eduardo Real, la teoria del derrame es cierta, lo q pasa es q se olvidaron decirles en que lugar derrama, porque tb se «olvidaron» en decirles q el capitalismo es por definicion global, ergo la renta ira a donde haya menores «costos»

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