Armando el kirchnerismo

(Este post acabo de subirlo a mi blog. Pero se me ocurre que queda bien en Artepolítica)

(cliquear encima para ampliar)

En unos días sale un libro Kirchnerismo para armar. 26 miradas jóvenes sobre el movimiento político que cambió a la Argentina(yo cuento 28, pero es un detalle menor). Otros detalles son que tiene su propia página web, para descargar la presentación, seguirlos en Twitter,… y que, naturalmente, está en Facebook. Al mismo tiempo, está asociado el nombre de la editorial Peña Lillo, que lo vincula a una historia muy rica y muy intensa.

Claro, lo importante es lo que uno va a leer allí. Viendo los nombres, de los que unos cuantos me obligo a leer sus blogs en el poco tiempo que le dedico (a los ajenos), tengo muchas ganas. Sé que no voy a encontrar “pensamiento único” y sí pensamientos.

Por ahora, lo que me dejó pensando es lo que dice aquí Gerardo Fernández (juntar las dos cosas es cosa mía, de perverso) “Falta un libro de los kirchneristas que no somos jóvenes. Falta un libro que hable de los de 50, un libro que hable de los que no somos jóvenes ni nos la damos tampoco de jóvenes (¿Hasta qué edad uno es joven? Entre otros logros, el kirchnerismo parece haber prolongado indefinidamente el concepto de juventud) …

Falta un libro que cuente las historias de los que nos arrimamos al kirchnerismo cuando ya casi estábamos entregados a criar hijos con la mayor dignidad posible porque nos habían metido de una patada en el culo en nuestras casas al hacernos creer que siempre la democracia posibilitaba que entre los políticos y las corporaciones te cagaran y te defraudaran. Falta un libro para los que fuimos pibes en la dictadura y nos hicieron mierda la cabeza y sobrevivimos como pudimos. Como siempre dice Cristina, ser joven y militar hoy es una papa, es cómodo, correcto, fácil. Pero esto no nació de un repollo. Las luchas estuvieron siempre ahí, surfeando olas, traiciones y defraudaciones. Me escucho en 1988, en 1992, en 1995, en 1998 haciendo interminables editoriales en la radio, pescando en el desierto, recibiendo un llamado emocionado porque había puesto un tema de Silvio Rodríguez a sonar ante tanta porquería pop. Veo militancia puteando y marchando incansablemente contra el Punto Final, la Obediencia Debida y todo el recule alfonsinista.Veo la Plaza de Mayo llena contra el indulto de Menem. Veo las marchas en los tiempos del “Perro” Santillán, veo mucha militancia en tiempos duros, de minoría. Veo las esperanzas con el “Grupo de los Ocho” y el dolor por la muerte de Germán Abdala. Veo una trás de otra las derrotas, pero igual seguíamos adelante…

Desde hace mucho tiempo – bah, desde 2003 – que vengo señalando que Néstor Kirchner construyó una coalición que era, de algún modo, la inversión de la que Menem había armado diez años antes. Así como el Turco juntó al peronismo con el “establishment” y los sectores medios impacientes con la política y enamorados de lo que aparecía en ese tiempo como la “modernidad”, el Pingüino, desde que se lanzó a construir su candidatura decidió sumar a lo que podían ofrecerle los aparatos del justicialismo a la izquierda moderada, no dogmática – o escarmentada por los fracasos del dogma – y, con menor definición ideológica, los sectores que se definían por su rechazo al menemismo. El espacio que había ocupado el Frepaso, y que se identificaba con los organismos de derechos humanos.

Si juego con el libro y el post de Gerardo, es porque se refieren a dosrealidades, aunque muchos de los que escriben en Kirchnerismo para armar tengan trayectorias más breves pero parecidas, y bastantes afinidades en lo que valoran y en lo que rechazan. Pero es una generación diferente, y sus experiencias los formaron distintos.

No estoy pensando en la generación más joven de los que hoy militan, para quienes el peronismo que conocen es la experiencia Kirchner. También en los que empezaron a militar en la decadencia de Menem o durante la Alianza, me parece ver un estilo diferente al del etos del militante que siguió peleando por causas que parecían perdidas. Como decía de ella misma una bloguera relapsa, son más “realpolitiker”. Impacientes con los discursos y la ineficacia del Frepaso, encuentran en Kirchner y en el peronismo una capacidad de realizaciones concretas que resuena con ellos. No que los veteranos no valoren lo concreto, pero noto en ellos una desconfianza ideológica nacida de viejas peleas y frustraciones.

Puedo estar equivocado. De todos modos, estoy hablando de la militancia kirchnerista, que es hoy casi sinónimo con la militancia peronista, pero es sólo una parte del peronismo como fuerza política. Los aparatos territoriales en las provincias, el sindicalismo… siguen siendo su base fundamental. Y no han sido más transformados por la experiencia Kirchner que por la de Menem (No digo que no han sido transformados. Digo que no más).

Igual, esa militancia kirchnerista es, junto a Cristina, la autora del “relato”, del discurso que hoy el peronismo le dirige a la sociedad. Y con el que incorpora a los nuevos militantes. El discurso más tradicional del peronismo – que todavía está vigente en el sindicalismo, por ejemplo – ha quedado deslegitimado cuando el peronismo antikirchnerista se asoció con el menemismo (Aún los nostálgicos de la experiencia Menem – que algunos quedan – se ven forzados a reconocer, si se los acorrala, que el discurso menemista tiene mucho menos que ver con el tradicional del peronismo que el de Néstor y Cristina).

(Una nota al pie, hablando de discursos tradicionales, para los que curten esa onda: Hoy a las 19:30, en Nicasio Oroño 566, a 3 cuadras de la cancha de Ferro, va a hablar el Gallego Alejandro Álvarez, que ya militaba cuando a Framini le negaron su triunfo en Provincia de Buenos Aires, en 1962. No voy a poder ir, pero les aviso que está diciendo que ”el Movimiento Nacional ha recuperado una Conducción Estratégica en la persona de Cristina” y que “hemos avanzado, de una manera impensada hace pocos años, pero tanto el Gobierno (Poder Ejecutivo) como todo el sistema institucional (Poderes Legislativo, Judicial, organizaciones de la sociedad como la CGT y medios de comunicación que no responden al Régimen) no detenta hoy mas que un 15 % del poder de decisión real. Más del 80 % de la actividad económica está en manos de empresas extranjeras“. Si digo que el peronismo hoy tiene un sólo discurso…)

Estas reflexiones, un poco deshilvanadas, surgen del hecho que todavía no he terminado de elaborar, a mi gusto, el “cuadro de situación” conque los vengo amenazando, sobre el peronismo hoy. La militancia, el sindicalismo, los movimientos sociales, los aparatos territoriales en provincias y municipios, y el gobierno nacional encabezado por Cristina Fernández… forman parte de la fuerza política hoy decisiva de Argentina. Pero no alcanzo a verlo como el partido hegemónico sobre el cual Manolo Barge está escribiendo una fascinante serie de posts.

El peronismo, como fuerza política, insisto, no ha cambiado significativamente desde sus derrotas en 2009, o, para el caso, desde su triunfo en 2007. Hay dos hechos nuevos, hasta cierto punto: la oposición ha seguido derrumbándose, al no haber evaluado ni entendido los cambios provocados por esta “experiencia Kirchner”. Y se ha fortalecido la candidatura de Cristina. Como siempre le digo a mis amigos estructuralistas, todo bien con el análisis, pero se necesitan buenos candidatos.

Y si es cierto que Cristina Fernández necesita del peronismo realmente existente para triunfar – indudable -, también es cierto que muchos intendentes del conurbano bonaerense, y algún gobernador, necesitan para ser reelegidos acompañar en la boleta a Cristina. No todos, seguro, pero los bastantes para que el triunfo del peronismo dependa de ella.

Pero esto es el 23 de octubre. ¿Cómo se articularán esas realidades en los próximos cuatro años? Voy a tratar de escribir mis impresiones, pero sospecho que va a ser el tema de libros que aún no se han escrito.

8 comentarios en «Armando el kirchnerismo»

  1. Querido: El fortalecimiento del liderazgo de Cristina de un año a esta parte me parece que es un elemento nuevo que también está haciendo surgir algunas dinámicas nuevas. La «hegemonía cultural» marcada por Sarlo es nueva tambíen. Y acá Sidicaro http://www.nuso.org/upload/articulos/3787_1.pdf dice que a partir de la muerte de Kirchner el oficialismo logra una «leyenda del poder» (en términos weberianos, él lo dice medio despectivamente, a mí me parece interesante).
    A escribir, me parece bárbaro !
    Un abrazo

    1. Hmmm… Estamos de acuerdo – lo apunto en el post – en el rol clave del liderazgo de Cristina. Es la garantía para una parte considerable de la militancia que tiene reservas con los aparatos. Y a los aparatos les garantiza el triunfo electoral.

      Lo de la “hegemonía cultural”… tengo mis dudas. Creo que hay una dinámica política que arrastra a las mayorías (en el ámbito cultural) y hegemoniza el discurso. Pero no sé si está establecida. A comienzos de los ´70, «todos» se hicieron peronistas, y la mayoría montoneros. Duró poco.

      Y el artículo de Sidicaro. Lo siento, Nicolás, pero lo encontré ilegible. Parecia el Club de Cultura Socialista de los ´60 (que para ese entonces decía cosas interesantes). Te invito a que hagas una prueba: Donde hace alguna referencia al peronismo – o al radicalismo – reemplazalo mentalmente por el PSOE español, o el Socialismo francés… Te darás cuenta – fue mi impresión – que habla el típico intelectual de izquierda argentino, sin la más remota idea de fuerzas políticas que pelean por el gobierno.
      Un abrazo

      1. Ja, yo tampoco estoy de acuerdo con la visión global de Sidicaro. Pero me interesa ver qué ve él.
        El otro día me contaban que uno de los cuatro mosqueteros de Poliarquía le contaba a Nelson Castro que el «doble comando» tan criticado por la prensa no era mal visto por la gente en las encuestas. El doctor escuchaba atento, ja.
        Saludos

  2. Eso que dice Abel es verdad , la hegemonia cultural es volatil, sobre todo en los mas jovenes.
    O te haces dirigente y entras en la rosca que siempre van a ser unos pocos (los que se vuelven dirigentes) Y una vez que entras en la rosca supongo que lo principal es mantenerse detras de tus objetivos. Y el relato suponemos que sera algo mas bien accesorio en un dirigente.
    Y los demas , los enamorados del coolness del kirchenrismo cuanto les puede llegar a durar , 5 años mas?
    En ponele 6 o 7 años mas el kirchenirismo abra pasado y si tenemos suerte abra sido el mejor gobierno argentino en decadas y si no tenemos suerte sera otro menemismo mas para la sociedad pura y dura.
    Porque eso de la politizacion de la JUVENTUD no es algo que se pueda tomar en serio. Es verdad que la gente habla mas de politica, se involucra en votar pero para de contar. Por lo menos en el sentido de la politica tradicional no hay que esperar demasiada grandilocuencia.

  3. Gracias Nicolás por el artículo de Sidicaro. Creo que tiene cierta razón en cuando a que las contiendas electorales desde el 2003, no puede hablarse del triunfo de un partido político, que es lo que está faltando, tanto en el gobierno como la oposición. Persiste todavía eso que el llama, con bastante acierto, como «un gobierno de líder sin partido», con una apoyatura semejante a una «suspensión coloidal».
    Esta descripción entiendo que mantiene aún su vigencia. Lo que habría que analizar es si se pondrá mantener en el tiempo ese equilibrio o se buscará algo más estable: ¿el «partido-Estado» del primer peronismo? -según lo describe el autor- y si persiste aún la idea de que un sólo partido puede representar a toda la sociedad, que según el autor aún se mantenía a principios de este siglo.-

  4. Parece muy interesante lo que plantea el Gallego Alvarez. Mi impresión, de hace ya varios años, es que los K supieron levantar algunas de las mejores banderas del movimiento que fundaron Perón y Evita.

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