Asignación

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Se discute. Se pone en tela de juicio. ¿Es universal o no? ¿Es más o menos «universal» de lo que debería ser la «nueva» asignación por hijo (tendremos que pensar si de la forma en que la nombramos no estaremos rebajando a categoría de «chiche nuevo» un elemento de política social que dará gran ayuda, pero que apenas sirve, si finalmente lo hacemos funcionar bien, como comienzo en una pelea infernal)?
Bueno, propongo que repasemos cuáles son las implicancias de que sea «más» o «menos» universal.
Se menciona a la universalidad como modo de conjura de esa desviación llamada clientelismo (motivo por el cual los pobres votan masivamente a los peronistas desde hace unos 50 años).
Entonces, si la asignación es universal, o sea, alcanza a todos los menores de 18 años, el clientelismo estará conjurado.
En cambio, si es focalizada (o «menos universal» de lo que debería), su puesta en funcionamiento daría lugar a la consolidación de nichos clientelares.
¿Es correcto este razonamiento? Ni en lo más mínimo. Es absurdo.
La posibilidad de que se establezcan vínculos clientelares entre el asignador y el asignado está dada en el mecanismo de asignación. ¿Qué serían esos vínculos clientelares? Que un tipo decida a quién asignarle y a quién no, le «retenga» parte de la asignación a los asignados, y a cambio de mantenerlos en carácter de asignados les pida algún servicio de provecho personal (en el campo político).
Ahora, si el que asigna es el ANSES directamente, no puede retener nada, ni puede pedir ningún favor a cambio, ni puede otorgar el beneficio a discreción.
En todo caso, lo único que se intentará es que los que cobran la asignación, agradecidos por este beneficio, en 2011 voten a Néstor, objetivo para el cual mayor será la eficiencia del procedimiento en tanto la asignación llegue a más gente.
Por todo esto, si la desconfianza genuina pasa porque detrás de los planes del malvado Dr. K siempre está latente su aspiración de perpetuarse en el poder (aún sólo visualizada por carteles con la leyenda «Néstor 2011», pero que esconden un plan maléfico detrás), pensemos que el hijo de puta éste va a hacer todo lo posible para que la asignación le llegue a la mayor cantidad de gente posible con tal de que lo voten (hay que ser jodido, eh).

 

Más peligroso que el «clientelismo» es el engaño (al que se llama «trampa», últimamente, según el último grito de la moda opositora) del discurso «liberador» de pobres de la CC.
Mediante una asignación universal que rompería definitivamente con los lazos clientelares (peronistas), se consolidaría la siguiente situación:
Les damos una limosna a los pobres, les exigimos, eso sí, certificados de que la gastan en lo que «deben», desalentamos cualquier tipo de organización, les quitamos fondos de financiamiento para las estructuras políticas que surjen de la ayuda focalizada, de paso barremos con cualquier tipo de lazo solidario y de comportamiento comunitario, y conseguimos finalmente que los pobres se dediquen a mantener su pobreza alejada de cualquier activismo político, que para esas cosas no tienen muchas luces, y de última, nosotros vamos a saber darnos cuenta (porque no somos pobres y entonces podemos pensar libremente) de qué es lo que realmente les conviene.

 

A estar atentos, porque en esa caricatura se puede convertir la política social si de lo único que trata es de las asignaciones universales (y ascépticas).

5 comentarios en «Asignación»

  1. «Se menciona a la universalidad como modo de conjura de esa desviación llamada clientelismo (motivo por el cual los pobres votan masivamente a los peronistas desde hace unos 50 años).»
    No, el clientelismo es uno de los motivo por el cual los pobres siguen siendo pobres…

    No existe otra manera en este pais de hacer politica sin el clientelismo? Cualquier cosa que elimine el clientelismo significa necesariamente desmovilizacion politica? Y si es asi, entonces que clase de movilizacion politica esta proponiendo?
    Estas cometiendo el error que decis que otros hacen. Acaso que pensas que los sectores populares son pobres marionetas no puede movilizarse, hacer politica, ser solidarios, sin clientelismo?

  2. A estar atentos, porque en esa caricatura se puede convertir la política social si de lo único que trata es de las asignaciones universales (y ascépticas).”
    No hay ninguna obligación de financiar organizaciones políticas o sociales desde el estado. Si hay obligación, me parece, de aliviar la situación delos menos favorecidos.
    La universalización es la manera de transformar las ayudas sociales en políticas de estado. No hace falta ni inserción ni poder territorial para aplicarlas. Si en 2011 cambia el gobierno, la ayuda puede seguir por parte de cualquier gobierno que no este interesado en las “organizaciones de base” como herramienta política.

  3. Eduardo: como dice Político aficionado, no hago una defensa de algunos de los vicios que se agrupan bajo el nombre de clientelismo (muchas veces para simplificar).
    Nadie puede estar de acuerdo con que un tipo, arrogándose un rol de intermediario que no le corresponde, le cobre a un laburante una «prima» de tres lucas por adjudicarle una vivienda (que ya tenia adjudicada igual). Esas cosas pasan en algunos lugares, y en otros no.
    El tema es que en la bolsa «clientelismo» se meten ese tipo de prácticas y también otras, que tienen que ver con la organización de base, y de trabajo comunitario.
    y como dice Mariano T., no necesariamente cualquier gobierno estará interesado en que se lleve a cabo ese tipo de organización. Habrá alguno que entenderá la política social como limosna individual para tener controlada la pobreza (a los pobres). La opción entre uno y otro modelo es ideológica.
    Perdón, la palabra «aséptico» va sin c, la escribí mal.
    Abrazos.

  4. La denuncia contra algo tan vaporoso como el clientelismo que desvela a nuestros republicanos no es más que el preludio presentable al voto calificado. El clientelismo es el mal, entregar colchones a unos cuantos negros bola es clientelismo, feo y sucio y los transforma en muertos vivos dispuestos a ceder su voto a la par de su dignidad. Por el contrario pesificarle la deuda a Eduardo Escasany o a Loma Negra (equivalente a miles y miles de colchones) es inyectar liquidez en el sistema, dar viabilidad, generar señales positivas. Escasany y Amalita, blancos que hicieron estudios, jamás condicionarían su voto por esa transferencia del erario público.
    Estoy de acuerdo con Mariano T, el Estado no debería tener la obligación de mantener organizaciones políticas y sociales. Dejando de lado el chiquitaje de los piqueteros que se conforman con poco, propongo quitarle los fondos públicos a la Iglesia. Que la financien los creyentes o directamente nuestro Senor.

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