Clima Destituyente: Ni Carta Abierta, ni el Turco Asís

I

La noción de clima destituyente fue moldeada por el colectivo intelectual Carta Abierta al calor de la escalada efervescente que se le fue insuflando al conflicto con el campo.

Conflicto que se compuso de complejas y entrelazadas aristas concretas, ideológicas, simbólicas e históricas, nacido a partir de errores metodológicos puntuales del gobierno de Cristina, para en su desarrollo transformarse en algo más que eso. Digo con esto que no hay (para este hecho político “que tuvo en vilo a los argentinos”) una única y lineal explicación que zanje de un machetazo las discusiones.

Dijeron muy poco quiénes intentaron encapsular el análisis del conflicto como “incapacidad sin fin” del elenco gobernante y no mucho más, e incurren en un memorable relato de ciencia ficción aquellos que creyeron protagonizar una épica revolucionaria de linaje setentista llamada ahora batalla crucial por la redistribución del ingreso (porque los hubo en las plazas, vi nostálgicos y pendejos que creían asistir a la guerra revolucionaria por otros medios. El ´73 es memoria histórica y no continuidad de la historia, y para comprender esto hay que hacer una autocrítica honesta).

El cartaabiertismo elaboró el concepto de clima destituyente para describir un rumor social de clase que se comenzó a vislumbrar en la coyuntura electoral de 2007 (en este caso con un velado ingrediente peronismo/antiperonismo: una “ilegitimidad” de la candidatura peronista sin causa racional, “falta” y/o “choreo” de boletas opositoras, “fraude” declamado histéricamente por anticipado. Eso noté en mis caminatas por centros (sub) urbanos y en una recorrida escolar el día del comicio). El caceroleo que le puso música de fondo al paro “histórico” (qué tema el de la adjetivación ¿no?) abonó definitivamente la verosimilitud del concepto que sostenía la existencia de un ánimo social que no sólo manifestaba su disconformidad política, sino que además “deseaba” la salida de un gobierno democrático.

II

No veo equivalencias entre clima destituyente y golpismo. Pero sí parecieron verla el gobierno que habló de “golpe” (Kirchner y el desacierto de “los grupos de tareas”), los periodistas de rancia buena conciencia que se afanaron en aclarar que hablar de golpismo era un “delirio”, y el esperpéntico catálogo opositor que como parte del combo se permitió asimilar a D ´Elia con la Triple A y al gobierno con el montonerismo (¿Qué no quedó saldado de los ´70?).

Una confusión más a favor del simplismo, que sirvió para “caldear” los ánimos y hablar muchas boludeces.

Y no, golpismo no hubo, ni hay, porque para ello es necesaria una planificación institucional. Menem desactivó al partido militar hace rato, y el resto tiene el problema de la manta corta. En cambio, lo destituyente es una percepción social, una sumatoria de anécdotas de la vida cotidiana. Es un almacenero amable que te habla de fútbol y de pronto se despacha con un “estos montoneros no pueden estar en el gobierno”, es ir a cobrar el plus jubilatorio de 200 pesos con tu abuela y que la cajera del Banco Piano te diga sin que vos le preguntes que “a esta mina y al marido les falla la cabeza, tenemos que hacer un cacerolazo y sacarlos a la mierda”, es la vecina cándida que opina que “ella es muy soberbia y tiene que renunciar”.

Eso es. ¿Es grave? No, para nada. ¿Es masivo? No, es de expresión cierta pero acotada en términos cualitativos. ¿Tiene sustento institucional viable? No, es una cotidianeidad que se capta en ciertos sectores sociales, por ahora. Son opiniones, deseos, crispaciones domésticas, comentario de mesa en almuerzo dominical en determinadas zonas de nuestra geografía. ¿Es una invocación abstracta inventada en el laboratorio intelectual? No, a menos que la calle nos sea un lugar extraño.

III

Pero lo de clima destituyente ha sido zarandeado hasta desvirtuar lo que se pretendía señalar. Un uso abusivo. De Kirchner, a quién parece que le gustó tanto el término, que lo incluyó en documentos oficiales del PJ y lo vocifera a modo de condena de todo movimiento opositor, y en realidad termina siendo la excusa que legitima no revisar aquellos errores y desaciertos que sólo al propio kirchnerismo le caben.

Pero también abuso del cartaabiertismo que lo creó, en tanto afirma que se trata de un clima destituyente “con categoría de golpismo” pero no tanto (¿?), hablan de una escalada de ese clima, un avance progresivo a la manera de un sigiloso King Kong entrando a la metrópoli. Una amenaza en ciernes, ahora con visos institucionales que le darían categoría golpista. Acá sí entramos en un terreno alucinatorio que convendría no transitar, a riesgo de que la lógica conspirativa termine devaluando cada uno de los análisis políticos que pretendan hacerse.

El ánimo destituyente tiene su singularidad en ser eminentemente social, acotado a ciertas esquinas urbanas, en ser una inmaterialidad tangible que flota en los humores sociales no menesterosos, y que remite en parte a la herencia del ejercicio destituyente de 2001, aquel clímax de ciertos sectores medios que consideraron el episodio delarruista como fruto de su única y propia actuación espasmódico-cacerolera, y no como el acto final del agotamiento de un dilatado proceso socio-económico.

De allí en adelante, los sectores medios aludidos (“los que rajaron a De La Rúa”) se creyeron exclusivos artífices de cualquier posible revocación de mandato de hecho, boys scouts del eventual raje si es que “hay algo que no me gusta”, con prescindencia de contextos y voluntades mayoritarias. Gestualidad destituyente inoculada como variante devaluada de aquel simpático Grito de Munch anarquista que fue el “Que se vayan Todos” nacido de los soviets capitalinos. De ese espasmo hablaba Natalio Botana.

Lo cierto es que el cartaabiertismo se excede, exagera los alcances reales de la pretensión destitutiva y de este modo la banaliza, la torna caballito de batalla para cualquier ocasión: “El clima destituyente se profundizó con otros mecanismos”. Si esa profundización tiene que ver con alguna declaración de algún dirigente agrario que admitió acciones esmerilantes, digamos que también la cosa no agrega mucho a lo sucedido expresamente, porque los agrarios participan del drama de la manta corta, y el tiempo vino a certificarlo. Por lo pronto, lo destituyente no aumenta o disminuye según la ocasión: está ahí, como latencia de ciertas vidas cotidianas.

No considero una buena estrategia política la invocación todo-terreno que se hace del “ánimo destituyente” para explicar cada uno de los movimientos que se dan en el tablero político, y menos aún en un año electoral, jugando el oficialismo un falso papel de víctima que poco le interesa a la mayoría popular.

IV

Jorge Asís, a parte de ser un gran escritor (o por lo menos alguien que escribe literatura que me interesa leer), tiene una virtud de la cual el cartaabiertismo carece: mira la política sin los lastres de la solemnidad y la gravedad, se la toma un poquito en joda, sin que esto signifique desmerecerla. Y a veces esa mirada es necesaria porque aleja de las falsas épicas y acerca a los problemas concretos. Me refiero a la forma, y no al contenido de lo que Asís opina políticamente. Y Asís no evita hablar del clima destituyente ni del cartaabiertismo. Lo hace en términos jocosamente esperables, pero no deja de insinuar el subterráneo dilema progresista que habita en ese colectivo: la demonización del pejotismo, la lejanía del espacio popular diario, la incomodidad de pensar la política como construcción de poder. Asís dirá que el clima destituyente es un invento liso y llano que forma parte de “la seducción implícita en el armado de los significantes” que el cartaabiertismo postula. Y si bien Asís se equivoca en la negación absoluta del evento ( y lo sabe), en el exceso cartaabiertista la idea de mero significante se legitima parcialmente, porque ni la cosa no existe, ni tiene los alcances amenazantes que se creen ver. Ni Carta Abierta, ni El Turco Asís.

Obedece todo esto a perspectivas disímiles: mientras Asís lee la política como el sendero hacia la construcción y el sostenimiento del poder, y no más que eso, el cartaabiertismo la analiza como construcción ideológica y de mundos simbólicos, y no más que eso.

Asís opera y falta a la verdad cuando dice que en oposición al gobierno se manifestaron “los sectores presentablemente mayoritarios de la sociedad.” Porción significativa, pero nunca mayoritaria. Y el cartaabiertismo yerra el vizcachazo cuando postula un creciente aumento del clima destituyente, insinuando formas golpistas concretas.

En otro sentido, Asís castiga sobre el talón de Aquiles del colectivo intelectual: “Suelen deslizarse entre la zona liberada de la Biblioteca Nacional. O en el foco, inofensivamente insurreccional, del café de la Librería Gandhi.” El inveterado doble rasero que padece el progresismo, y al cual el cartaabiertismo no escapa, más allá de sus buenas intenciones. Porque más allá de un reducido grupo que genuinamente piensa desde una mirada nacional, las segundas y terceras líneas del colectivo de reflexión no son más que la encarnación de un progresismo académico-popular antipejotista, armador de comisiones, ostentador de títulos profesionales, concienzudos y eternos elaboradores de papers sin destino concreto, cultores de la interminable paja intelectual que conozco y ya no tolero por servir sólo a los egos universitarios, y poco más que eso.

Asís se centra en la política-poder, y si bien desmerece lo que las ideas pueden aportar, lo cierto es que lo ideológico desprendido de la praxis no conduce a ningún lugar. Cuando Asís dice que en las rutas estaban los votantes del kirchnerismo, dice algo dolorosamente cierto. Por eso hablar del bloque del campo como una neo-derecha homogénea es relativo, o por lo menos no explica todo. O evita referirse a lo que sin duda fueron errores originarios del gobierno, y esto no tiene que ver tanto con la aplicación técnica de la resolución 125, sino con no haber previsto el problema político que se avecinaba a pesar de las muy previas advertencias de la propia militancia del interior y de los intendentes. Los votos kirchneristas que se van a perder en las elecciones de este año, y que podrían haberse evitado perder. ¿Esos votos eran de neo-derecha? ¿Esos votos que alojaron a Flopy Randazzo en la silla del Ministerio del Interior? No me parece que la cosa sea tan simple.

Por eso, ni Carta Abierta, ni el Turco Asís. Que las ideas no prescindan de la realidad, y viceversa.

25 comentarios en «Clima Destituyente: Ni Carta Abierta, ni el Turco Asís»

  1. El cartaabiertismo y el cacerolismo son exactamente la misma cosa, sectores particulares de la sociedad que se abrogan derechos que no tienen. Los caceroleros no pueden aspirar a hacer caer un gobierno elegido por la mayoria. El director de la Biblioteca Nacional, que es un cargo estatal, no politico,no puede liderar un movimiento de apoyo al gobierno. Porque su sueldo viene tanto de contribuyentes oficialistas como opositores. Si quiere tener actividad politica abierta fuera del cuarto oscuro, que renuncie a su cargo oficial. Y que no use edificios publicos, pagados por el estado, para reuniones proselitistas. Y esto vale para cualquiera, del lado que sea. Pero en Argentina hay una tradicion tan larga de abuso del poder o falta de respeto a las instituciones que las dos cosas son posibles.

  2. Luciano, no debería hacerlo, pero me arriego igual: me frené -lo juro en los desaciertos que sólo el krichenrismo pudo cometer, y pensé, ahí estamos otra vez: a que si continúo leyendo esos desaciertos no se explicitan, se dan por decantados, cancherísimamente sabidos por todos y, uopa, muy poco discutidos. ¿Noe s la coartada usada por la derecha progresista para exculpar su inemnso desacierto? Ya es como el TEMA de la lechería: ¿porqué no discutimos los desaciertos, en términos concretos, para saber a qué te referís?
    Porque yo lo intuyo: el desacierto es perder.

  3. Y además, Luciano (ahí terminé la nota y, obvio, no estaba lo que te decía) escribís muy bien y hacés un hilado muy fino e interesante, pero te digo otra cosa: el esquema conceptual, pongo uno a un extremo, el otro al otro, y entonces el medio es la verdad, es demasiado repetido y simplote.
    Con onda, che.
    Me gustó tu escrito, no tanto la conclusión.

  4. Porquelas cosas que omitís, por supuesto las omitís porque no te parecen importantes, el problema es que terminan siendo sustentos y premisas casi fundantes de lo que luego se concluirá. Y yo no estoy diciendo a priori: no hubo errores, lo que digo es que hay que discutirlos, porque hay que darles proporción, y porque quizás, escondan (porque me imagino cuáles serían: no divivir a Miguenz de De Angelli, que llevado a categoría conceptual queda bien para un comunista de los setenta, llevado al terreno concreto donde las ideas se encargan -incluyendo porqué De Angelli le copó la parada a Buzzi- la cosa suena un poco distinta)análisis que la historia, no sólo la reciente, se encargó de enterrar. Y cuyos máximos exponentes políticos e intelecutales durante el 45 a la fecha, nos harían sonrojar.

  5. Guauuuuuuuuu, demoledor lo suyo, Compañero.
    Pero Asís es mucho mas peligroso que Carta Abierta, como bien dice, él sabe las reglas del juego; su problema es que no tiene ejecutantes capacitados.
    Mientras que este lado tenemos a la Sinfónica, mientras letristas y compositores siguen insistiendo con la cacofonía experimental.
    ¿Cuánto tiempo y errores soportaran los músicos el “Ensayo de Orquesta”, antes de mandar al carajo a los retóricos?
    La “compra” del discurso del Turco todavía no se encarno en estrategias, su consumo publico no da prestigio, y la visibilidad es una de las exigencias.
    Sin embrago lo prefieren a Jorge Fernández Díaz, tan en boga hoy por su Critica a la Razón Progresista.
    http://www.lanacion.com.ar/nota.asp?nota_id=1089277
    Olvidando que en Diciembre del 2007 ya había publicado Critica a la Razón Antipolítica.
    http://natanael.blogspot.com/2008/11/la-hora-de-los-no-polticos.html
    En ambos textos existe un cortejado, que es despreciado por los Criticados.
    Como ve estimado Compañero, el Establishment lo tiene mas en claro que los antipolíticos o los progresistas.
    Un abrazo

  6. Estoy de acuerdo en la desproporción de la asociación de un clima destituyente a un golpe de estado (aunque este no sea necesariamente militar).
    Pero creo que, al igual que varias opiniones que vengo leyendo ultimamente, se está tomando al grupo CA como un espacio desprovisto de intencionalidad política. Se les exige una supuesta independencia por ser en algunas cosas críticos, un análisis teórico divorciado de la militancia política, aunque ésta no sea partidaria.
    Pero el marco de su nacimiento o exposición, fue justamente, durante el lock out y se dio por la necesidad de exponer o clarificar a «la opinión pública» sobre la coyuntura de ese conflicto. Aunque tengo mis dudas sobre el impacto real de sus opiniones, más allá que son un grupo de mentes realmente brillantes, en su mayoria.
    Y claro que sobrevuela cierta paja intelectual, pero ese es su fin: no se les pide una inserción territorial, un brazo piquetero Carta Abierta. Son publicaciones en defensa del gobierno, porque, pese a las criticas, creen que es lo mejor que hay, o en todo caso, valoran avances en ciertas áreas.
    Con esto quiero decir, que el abuso del «clima destituyente» no es erróneo, sino intencional. La vaguedad del concepto permite delimitarlo a piaccere, por lo que si un grupo de intelectuales se propone salir en defensa de un gobierno, no es extraño que abuse o exagere con el objetivo de cumplir su fin. Porque permitaseme la pregunta… que es un clima destituyente… es Santa Cruz de la Sierra? son las FARC? fue Cutral Co? es la Multisectorial vs Macri? fue Tinelli con De la Rua?
    Aclaro por las dudas, que no comulgo con CA, no comparto sus análisis. Pero no les exigo nada, tomo su proposito (aunque dudo de su eficacia) y entiendo que hablan desde «ese lugar».
    Saludos.

  7. «Si un grupo de intelectuales se propone salir en defensa de un gobierno, no es extraño que abuse o exagere con el objetivo de cumplir su fin.»

    ¿No habría que pedirles justamente lo contrario? PAra mentir ya están Aníbal Fernández y Randazzo.

  8. Hay un problema generacional en Carta Abierta y en el Turco Asís. Comprometidos o cínicos están viejos. A mí, dame Carta Abierta. Tiene problemas, como dice el autor, pero ocupan su rol lo mejor que pueden. Y mejor que el resto de los intelectuales de la UBA. Tratan de devolver algo de lo que recibieron.
    Lo del Turco es algo meramente literario. Aparte saco 0,5 con Sobisch. Flor de fracasado.
    Saludos

  9. para mi la conclusion es que hay cierto humor social antigobierno pero se erro en la idea de afirmar que es exactamente el mismo conflicto del 55 con los comandos civiles y grupos de tares(si lo dijo) del 76 porque, por ejemplo, los que estaban en la ruta habian votado en su mayoria a este gobierno.
    yo creo que Kirchner aprovecho esta mirada y la exploto.
    tampoco es posible hoy un golpe de estado porque no hay quien ponga la cara del golpista y no alcanza con las campañas mediaticas solamente, ni tampoco creo yo era probable un 2001.

    Si creo que carta abierta tiene una mirada muy generacional y que se opto por la accion confrontativa al pedo hablando como si se estuviese debatiendo «neoliberalismo si o no» o «si el estado puede intervenir» y no daba para tanto.(por mas que el campo tambien se fue al carajo y que me caigan mejor los de «su lado» que los caceroleros)

  10. Escriba. Una pregunta capciosa, evidentemente, pero no por mala intención sino porque me resulta muy difícil de responder.

    A mí del Turco Asís no me gusta ni el estilo pomposo para escribir ni su aire de perdonavidas en la tele. Es un reaccionario, fue hombre de Menem, fue de vice con Sobisch, quería que perdiera Obama, y no comparto nada de su visión del mundo. No me parece un tipo profundo y no logro entender qué es lo tan brillante que le ve Manolo. Para mí analiza pasablemente la conducta de algunos políticos, pero de ahí no sale. Ahora, como no lo sigo, no puedo decir que mienta aquí o allá. ¿Qué quiere decir que miente? ¿Miente siempre, en tal cosa o tal otra? No puedo responder.

    Con Fontevecchia me pasa algo parecido. Me aburre mucho lo que escribe, ese estilo lleno de citas eruditas hace que siempre deje los artículos por la mitad. Fontevecchia es un empresario y a mí los empresarios nunca me caen bien. Sin embargo, el otro día leí el reportaje a Schoklender en Perfil y pensé que tenía su mérito pubicar eso, era un acto periodístico interesante. Como tampoco lo he seguido a lo largo del tiempo, no sé si como periodista dice la verdad más o menos seguido que Verbitsky, que Lanata o que Morales Solá.

    Pero acá el tema era otro. No un concurso de potenciales mentirosos sino que a alguien le pareció de lo más natural que los intelectuales de Carta Abierta mintieran. Y yo creo que no, que un intelectual no debe mentir, y menos para servir al poder. Si miente se transforma en un funcionario.

    Saludos

  11. Quintin: La Verdad? mmm, dudosa existencia. De hecho, sobre el último lock out campestre podremos tener apreciaciones disímiles y, aunque re jurásemos ser sinceros, y repasar y repensar los mismos hechos, podemos estar en desacuerdo con sus significados. Y acá es lo mismo. Asís construye, si vos queres, con mejores recursos narrativos, una historia, planteos, que conforman SU verdad.
    Por otra parte, todo bien si tienen buenas aptitudes o no para ser ministros, pero no creo que Randazzo o Fernandez sean capaces de elaborar cualquier análisis con la misma calidad que Foster, Horacio Gonzalez o Dri.
    Complejizar, elaborar conceptos, estructuras teóricas. Es eso. Buscar comunicar su verdad, con el objetivo, en su caso, de procurar contrarrestar una embestida mediatico empresarial, por apoyo a lo que consideran avances o logros de un gobierno.
    Quizá se puede estar en completo desacuerdo, pero yo ante todo antepongo su funcionalidad, y ahí me parece que se puede criticar desde otro lado. Hay buen reportaje a Sarlo, muy interesante, que si bien tiene otro palo político, da cuenta de esta función de CA y la cuestiona, pero partiendo de esa base:
    http://adncultura.lanacion.com.ar/nota.asp?nota_id=1036742
    Despues, por supuesto, estará en cada uno de nosotros, creerle más o creerles menos. Si pudieron convencernos o nos pareció cualquiera. Y ahí pierden o ganarán respeto y prestigio (que yo considero que hoy en día les sobra, más alla de no compartir su visión).
    Saludos

  12. Dos párrafos del reportaje a Beatríz Sarlo sobre la neurosis:

    Él jamás estuvo presente en ese debate de los años 80. No fue miembro de la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos (APDH) como Alfonsín, Graciela Fernández Meijide y Alfredo Bravo. El adjetivo oportunista se puede usar, también otros. Al llegar al poder recupera en un flash la memoria, como si hubiera pasado veinte años de amnesia. Descriptivamente, uno dice que no le interesó nada. No hay memoria en Santa Cruz de un acto por ningún desaparecido mientras fue gobernador

    -Creo que es errado en general. No hay que ignorar la historia, pero es errado hacer política presente convocándola porque se empiezan a confundir los protagonistas y detrás de la familia Miguens veo a la familia Martínez de Hoz y detrás veo a la dictadura militar y así. Y entonces el escenario presente y el diseño del paisaje presente se me pierden. Por eso creo que es errado. Pero cuando la historia está convocada y se acepta esa convocatoria, como fue el caso de los intelectuales kirchneristas o filokirchneristas -para evitar las palabras progresista y peronista-, cuando esa historia queda convocada, el conflicto se parte por donde lo partieron ellos. Yo no lo partiría de ese modo.

    -¿Partir en el sentido de dividir?

    -En el sentido de que los bandos en conflicto se parten por allí. Yo no lo partiría de ese modo. Sobre la base de lo que hizo la Sociedad Rural en 1930, 1955 o 1976, yo no encararía ningún diseño de política. Y no porque tenga la menor simpatía por la Sociedad Rural, sino porque no me parece que la política tenga que ser definida mirando hacia atrás al mismo tiempo que se mira hacia delante. La política no es un Jano bifronte. La política es creatividad hacia adelante, sin ignorar lo que ha sucedido y tomándolo en cuenta, pero sin alinear a los protagonistas respecto de un pasado.

  13. Pregunta, en el mismo reportaje, para la antología:

    -Uno esperaría más profundidad, aun de los intelectuales que parten de la excepcionalidad del peronismo. Salvando las distancias, si se llegara a probar la culpabilidad en delitos contra menores de Jorge Corsi, formador de psicólogos en materia de abuso familiar y sexual, uno se preguntaría cómo los psicólogos y psicólogas experimentados que lo acompañaron durante años en cátedras y escritos nunca advirtieron nada.

  14. Esa comparación que hace Sarlo «salvando las distancias» entre Kirchner y Corsi y entre CA y Eva Giberti, es una canallada rastrera de lo más bajo.

    El Adolfo sí hizo actos por los desaparecidos en su primer mandato como gobernador, y cuando asumió como presidente -Adolfo El Breve- lo primero que hizo fue abrirle las puertas de la Rosada a las Madres, y jamás perteneció a la APDH y sin embargo, eso acaso limpia que su hermano haya firmado la carta a Massera en los 70s que provocó la desaparición de Suárez y la detención de todos los mencionados en aquella carta como subversivos?

    Lo último también va por el texto de Fernández en La Nación, que pega una y la deshace en la otra. Acaso Lula no pagó la deuda con el FMI igual que Kirchner, teniendo mucho más contraste social que Argentina? Si Menem hubiera pagado esa porción de la deuda, las intenciones de ese pago habrían sido otras, todos sabemos para qué sirvió el pago al FMI, incluso fue el beso de la muerte de cara a otros países que siguieron el ejemplo para con esa institución inefable. A Eliaschev no lo echaron, se le venció el contrato y no se lo renovaron, que es muy distinto, y ahora hace trinchera desde Perfil donde elogia como provincia «con pleno empleo» a la mentira con moneda falsa para subsidio que es San Luis.
    La pelea de Lanata fue con Majul por los espacios en América, no se pregunta Fernández porque De Narváez no volvió a tomarlos. Ahora solo falta un zapallo que diga que TVR se fue de América culpa de los K.

    Ultimamente pululan los imbéciles ilustrados que ya no saben que argumentos retorcer o que mentira echar a circular. Ya se parecen todos a Quintín.

    En esta carrera por desestimar todos los gestos quedan sin repudios las amenazas recientes, hace dos días, a periodistas y abogados dedicados a los juicios a los represores, porque, claro, no vaya a ser que se los tilde de «progres» si se manifiestan contra esas amenazas. Y encima después son tan caraduras que con la misma cara vienen a preguntar donde está López. Si les importa un carajo, si no son progres, si los DDHH son una pelotudez que según ellos ahora fue inventada por los Kirchner. En fin. Dan asco y me tienen podrido.

  15. Luciano y comentaristas:
    Muy buenos los análisis de todos.
    Pero me parece importante acotar que:

    Argentina es de todos por igual: izquierda, derecha, altos, petisos, pelados y peludos, ellas y ellos. Gobierne quien gobierne.
    Por eso me gustaría crear la Institución del debate ciudadano. El mismo gobierno o la ley lo deberían crear. usando Internet y la TV organizadamente.

    Yo personalmente pensé que los interesados en la política tenemos la obligación de estar informados TAMBIÉN EN ECONOMÍA. Por eso estudié y estoy desarrollando una serie de notas (para mi y para ustedes) sobre el tema:
    http://argentinosindependientes.blogspot.com/2009/01/base-monetaria-e-inflacin-segunda.html

  16. Todo lo que pasa y lo que relatan de la política se debe a no tener el debate bien institucionalizado. mejor que involucrarnos en esas internas es crear buenos sistemas de debate a fondo. donde ustedes y todos los que están tranquilos en sus casas tengan iguales posibilidades de pensar y transmitir .

  17. Postee el reportaje a Sarlo porque analiza a CA desde el lugar de grupo de intelectuales con un compromiso, con una determinada intencionalidad.
    Pero a mi no me interesan los sentimientos de un funcionario, sí sus acciones. No me importa el por qué de que Kirchner haya «adoptado» una postura revisionista de la dictadura militar, no me interesa si el gobierno tuvo una política de DDHH porque dio cuenta que iba a conseguir apoyos de un sector, porque supo leer el fin de una época de inacción frente a los crímenes de lesa humanidad. Yo no le pido a un gobierno que quiera, que tenga la verdadera convicción de distribuir el ingreso, sólo le pido que lo haga. La intención no me interesa, sólo la acción concreta.
    Solo eso.

  18. Estimado amigo:

    En todo lo que decìs hay cosas ciertas, pero tampoco voy a comprar tu opiniòn a libro cerrado. Lo de «esto no y aquello tampoco» me suena a falta de compromiso y «todo lo mismo» como dicen muchos que estàn en el campeonato de la queja sin realizar nada productivo. No ver la diferencia entre los caceroleos y la res 125 (con la cual los peq propietarios estarìan mejor)es ser miope polìticamente seguir colaborando con la confusiòn general. Un abrazo.

    Julio de villa bosch

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