Comentarios y estereotipos

Entre las cosas que se andan comentando últimamente, toman vigor, en la política, los dichos de los candidatos.

González Fraga, por ejemplo, y Binner anduvieron comentando sobre tipo de cambio. Tema que vinimos tratando por acá.

En el caso del primero (candidato a vicepresidente radical), se declaró partidario de un tipo de cambio flotante. Hasta donde supe, no mencionó una devaluación. Moneda flotante, en las condiciones actuales, tendría una tendencia de largo plazo contraria a la devaluación (a pesar de la volatilidad que podría haber en el corto plazo)

El segundo (Binner) hizo énfasis en que el dólar no puede mantenerse «frenado», pero matizó hablando de devaluación gradual.
Para completar (o incompletar), soltó la idea de bajar retenciones (también gradual y escalonadamente, y como parte de una reforma tributaria; es decir, las retenciones son sólo un impuesto según este enfoque, no una herramienta cambiaria)..

Me parece que el fervor de la campaña electoral por venir hace que se muestre cierta desesperación en encontrarle a los discursos opositores un enfoque devaluacionista del que a veces carecen y otras veces se muestran cautos.

En el caso de Binner, su idea de «devaluar» escalonadamente no difiere demasiado de la política de tipo de cambio administrado que llevó adelante durante mucho tiempo la actual gestión, con variantes (entre subir un poquito más el tipo de cambio nominal respecto del valor sugerido por el mercado, o por el contrario dejar que se aprecie el tipo de cambio real devaluando por debajo de la inflación si consideraba necesario morigerar las expectativas de dolarización de ahorros).

La diferencia (entre el planteo de Binner y lo actual)  está en la idea adicional (o complementaria) de ir reduciendo (hasta eliminar) las retenciones.

En esas condiciones, los efectos de una devaluación no durarían ni dos días. El flujo de divisas, tanto comerciales como especulativas, operarían un rápido abaratamiento del dólar por exceso de oferta sobre la demanda.

Sería una oportunidad extraordinaria para la especulación si se concretara el proceso: devaluación previa – eliminación paulatina de las retenciones. 

Otra vez el banco central asumiría el rol de caja de conversión, vendiendo dólares baratos a quienes se hubieran posicionado en dólares antes de la devaluación, para pasarse a pesos después esperando la revaluación, y finalmente con el dólar otra vez barato, volver a comprar dólares para huir. O sea, parecido al plan de Martínez de Hoz.

Pero bueno: las cosas están verdes, por supuesto, y no es justo tampoco que tomemos una decalaración de campaña, al pasar, para hacer elucubraciones sobre un plan económico integral.

6 comentarios en «Comentarios y estereotipos»

    1. Mariano: en tanto las retenciones absorben márgenes de rentabilidad del sector primario, una rebaja de las mismas provocaría un incentivo a la inversión en el sector.
      Principalmente (pero no solamente) pienso en capitales especulativos para los cuales comprar cuotas parte de fondos de inversión de pooles de siembra podría ser una gran inversión, porque a la tendencia al alza de los precios, y las buenas performances de determinadas cosechas, se le sumaría el diferencial de retenciones.

      Después está el punto de que las retenciones funcionan como absorción fiscal de pesos emitidos para comprar la liquidación de dólares de exportadores.
      El efecto acá podría ser neutro si se reemplazara el ingreso al fisco en retenciones por otro impuesto.
      En este caso hay que ver efecto sobre precios. Pero esto ya es otra cosa.
      Un abrazo.

      1. Veamos el primero. Solo sería un anticipo de inversión a cta de beneficios futuros. Con una rebaja gradual, sería, de existir, un efecto pequeño, marginal.
        El segundo, como bien decís, es neutro, o sea nulo.
        Lo que si tendría efecto no es la rebaja de las retenciones, sino cualquier efecto «confianza» que provocara el cese de la fuga de capitales.
        Fijate que este año tenemos exportaciones record y sin embargo estan controlando cambios y frenando las importaciones de bienes de consumo y hasta insumos y bienes de capital. No sobra ni un quarter.

      2. Se suman varios factores.
        Por un lado, las elecciones siempre provocan un efecto fuga.
        Se sumó la legislación anti-lavado.
        Otro punto: el pago de deuda con reservas del central. Salen entre 4 y 5 mil millones por ahí.
        Para un país como Argentina (poca diversificación productiva y exportadora) unos 6 mil millones de superávit de cuenta corriente sigue siendo mucho.
        Y en ese contexto, la tendencia cambiaria de largo plazo es a la apreciación.
        Abrazo.

      3. Cito: Principalmente (pero no solamente) pienso en capitales especulativos para los cuales comprar cuotas parte de fondos de inversión de pooles de siembra podría ser una gran inversión, porque a la tendencia al alza de los precios, y las buenas performances de determinadas cosechas, se le sumaría el diferencial de retenciones.

        Creo q no solo vos, sino todo el espectro politico argentino esta en una sobrevalorada expectativa con respecto al precio de la soja y los productos primarios.

        Hay varios economistas q avisoran la «Crisis Global II» pero esta vez por el lado de las burbujas q generan las comoditis en base a timbas financieras sobre futuro del precio de la soja y al igual q la crisis inmobiliaria de los seguros sin respaldo q esas operaciones generan.

        Los aumentos de precios de productos alimenticions en China ya estan genrando problemas de revueltas en sectores q no pueden acceder al alimento y lo que le queda al estado Chino es generar expectativas de enfriamiento para bajar los precios o seguir asi y esperar q se vaya todo a la mierda

        Por una o por otra, creo q la fiesta de la soja se acaba dentro de muy poco.

  1. Mariano: concretamente, ¿qué beneficios obtendría el empresariado para no apostar a ir de punta de cabeza contra la reelección de Cristina, descartando argumentos del tipo de que si se abandona este modelo sube la desocupación al, pongamos, 20% como variable de ajuste antiinflacionaria, cosas que al empresariado poco le van a importar en su lógica individualista y bolsillista? Creo que un buen post futuro tuyo sería, pararte en la cabeza de un empresario y responderte qué sacarías de la continuidad de este modelo, desde la perspectiva egoísta que naturalmente los alienta -a los empresarios-.

    Un abrazo.

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