Derrotados

 Se pretendió establecer un paralelo con lo que fuera el episodio badubu dubudía, de Tato Bores. Ni punto de comparación. Aquella vez sí se trataba de una censura previa de veras. Distinto de hoy, en que cada uno dice cuantas barbaridades se le ocurre. Uno es un ejemplo. Los Kirchner son los gobernantes argentinos más insultados, a nivel personal, de nuestra historia democrática reciente.
¿A qué respondió, entonces, el “¡Queremos preguntar!” desaforado con que se despacharon algunos cuantos periodistas autotitulados independientes en el programa de Lanata del último domingo, en aparente combate contra una dictadura totalitaria y censuradora; hecho, encima, desde el canal –dicen ellos mismos– de mayor rating de la TV abierta; y un programa –agregan también los mismos reclamantes– que bate récords de audiencia históricos?
Se trata de guita y de poder, de valores culturales simbólicos. La construcción de la agenda, aunque más no fuere.
El comentarista, éste, cree que el éxito de los nuevos soportes comunicacionales que han ido apareciendo es, en tiempos del kirchnerismo, casi necesario. Lógico, inmanente, natural, indetenible. En el que ha jugado, y juega, obvio, una decisión gubernamental. De repartir distinto la baraja. ¿Y qué con ello?
Son las consecuencias de la Ley de Medios. Construir un nuevo paradigma comunicacional va más allá, por mucho, que sólo la reconfiguración de la propiedad de las empresas del rubro. Se trata, además, de forjar una nueva lógica. Horizontal, descentralizada, informal. Dispersa y desparramada, fue el sincericidio en que incurrió Francisco De Narváez el día en que se presentó el proyecto allá por 2009: cuya vigencia, recordemos, aún tras haber sido sancionado por márgenes históricos, está, todavía, en veremos. De esa irregularidad se trata, también.
Un gobierno que ha conmovido las estructuras más profundas del orden material anterior, regresivo, no podía no favorecer, en paralelo, un nuevo correlato cultural que estuviera en consonancia. Lo hasta aquí conocido en materia periodística ya no será más.
El poder está, siempre. Lo que se altera, en todo caso, puede ocurrir o no, es su ubicación. Y la postura que, frente a dicha opción, tome el Estado. Y así como hoy el Estado pone en la sobre la mesa valores o criterios de los que el mercado, porque es de su esencia hacerlo, puede prescindir, y de hecho prescinde; del mismo modo, a través de la Ley de Medios y otras acciones en similar rumbo, viene a extirpar de las lógicas del devenir de la oferta y la demanda a la información.
Así como antes hizo, o intenta hacer, con los alimentos (retenciones), la moneda (nueva Carta Orgánica del BCRA) y los hidrocarburos (antes, regulación tarifaria y también retenciones; hoy, YPF y subrogación de la actividad entera al interés público); ahora el Estado, Constitución Nacional y ley en mano, les quita a los personeros del poder económico –que eso son, en definitiva– que conforman la elite periodística el privilegio de seguir domesticando toda la actividad bajo su exclusiva impronta, porque hace falta poner en la agenda de las discusiones públicas cuestiones que esa elite en decadencia que cacareó el domingo pasado sencillamente no puede concebir siquiera pensar en hacerlo, en tanto son parte integrante e imposible de ser disociada de la orden cuestionado en lo material.
El patético “’¡Queremos preguntar!” es el grito desaforado de quienes se aterran porque ya no gozarán del trato preferencial de otrora, ni del poder que ello significaba. Lo nuevo tampoco pasa por encumbrar a Página 12 ni a Tiempo Argentino, quienes tampoco “pueden preguntar”. No es para nadie, ya, el derecho de interrogatorio. Esa jerarquización. Un esquema en el cual la categoría “líder de opinión” deviene vetusta. No encaja.
Después, en el gritito histérico están, también, algunos kioscos que se caen. Porque ya tampoco hay más dato preferencial anticipatorio para nadie. Ni los directores de departamento les atienden ya los teléfonos en privado. Como cualquier hijo de vecino, las novedades de Estado deben ir a consultarlas al Boletín Oficial. Qué loco esto de la igualdad. Los papers reservados, entonces, las charlas y conferencias ante círculos empresariales varios, son curritos que se debilitan, peligran. Los siguen haciendo, igual, aunque a la hora de la apuesta fuerte pesan muchísimo menos. Leuco en UATRE, hay varias de Pagni que se pueden ver en You Tube, Wikileaks destapó otras tantas. Cobran por eso. Roban, diría el firmante, porque lo cierto es que la pegan más bien poquito. Casi nunca.
El marco de exclusión social, paradójicamente, a ellos los contenía. En tanto, simbólicamente, se correspondía con la imagen de 4 tipos acaparando toda la data, y cuya posesión, encima, era, en punto a legalidad, bastante dudosa, precaria.
Pero en tanto fueron partícipes voluntarios de todo aquello; de los nuevos tiempos que asoman, en cambio, en que se reparan, crean y amplían derechos, que no esperen nada. Desde que la solidaridad es una ruta de ida y de vuelta. Cuya parte, estos tipos, a su debido momento, mezquinaron. De allí, además, que deviene ridículo pretender el sostenimiento de que puedan ser portadores de reclamos populares, de mediarlos: están, ahí como en casi ningún otro punto, arando en el mar.
Fue el grito de los que aún no han aceptado la derrota política. Lo hubieran pensado antes de entrar a disputar en un campo ajeno, en una acción que, además, siempre se encargan de tachar de incorrecta, improcedente. Ahora, ya es tarde.
Todo puede, claro, cambiar algún día. Pero es tal la soberbia que los emborrachó que ni esa incertidumbre aceptan.
Probablemente en su pueblo se les recordará
como cachorros de buenas personas,
que hurtaban flores para regalar a su mamá
y daban de comer a las palomas.Probablemente que todo eso debe ser verdad,
aunque es más turbio cómo y de qué manera
llegaron esos individuos a ser lo que son
ni a quién sirven cuando alzan las banderas.

Hombres de paja que usan la colonia y el honor
para ocultar oscuras intenciones:
tienen doble vida, son sicarios del mal.
Entre esos tipos y yo hay algo personal.

Rodeados de protocolo, comitiva y seguridad,
viajan de incógnito en autos blindados
a sembrar calumnias, a mentir con naturalidad,
a colgar en las escuelas su retrato.

Se gastan más de lo que tienen en coleccionar
espías, listas negras y arsenales;
resulta bochornoso verles fanfarronear
a ver quién es el que la tiene más grande.

Se arman hasta los dientes en el nombre de la paz,
juegan con cosas que no tienen repuesto
y la culpa es del otro si algo les sale mal.
Entre esos tipos y yo hay algo personal.

Y como quien en la cosa, nada tiene que perder.
Pulsan la alarma y rompen las promesas
y en nombre de quien no tienen el gusto de conocer
nos ponen la pistola en la cabeza.

Se agarran de los pelos, pero para no ensuciar
van a cagar a casa de otra gente
y experimentan nuevos métodos de masacrar,
sofisticados y a la vez convincentes.

No conocen ni a su padre cuando pierden el control,
ni recuerdan que en el mundo hay niños.
Nos niegan a todos el pan y la sal.
Entre esos tipos y yo hay algo personal.

Pero, eso sí, los sicarios no pierden ocasión
de declarar públicamente su empeño
en propiciar un diálogo de franca distensión
que les permita hallar un marco previo

que garantice unas premisas mínimas
que faciliten crear los resortes
que impulsen un punto de partida sólido y capaz
de este a oeste y de sur a norte,

donde establecer las bases de un tratado de amistad
que contribuya a poner los cimientos
de una plataforma donde edificar
un hermoso futuro de amor y paz.

Acerca de Pablo D

Abogado laboralista. Apasionado por la historia y la economía, en especial, desde luego, la de la República Argentina.

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27 comentarios en «Derrotados»

    1. No, Guillermo, no. La acusación estándar es de fascismo (nazismo si estás muy enojado), pero no de stalinismo. No mezclemos los discursos, que después no se entiende nada.

      Por otro lado, a mí me importa un cuerno por qué hacen lo que hacen; me importa lo que hacen y sus efectos. Las intenciones de la presidenta o de cualquier otro funcionario están sólo reservadas a Dios, y exentas de la autoridad de los magistrados. Y a los periodistas tampoco deberían importarles las razones, sólo los hechos.

      Justamente el problema es que los hechos son los que están más o menos bien orientados. El discurso periodístico está dedicado a demostrar que hacen las cosas bien por las razones equivocadas. Que son gente mala, mala, mala, que de vez en cuando la pegan en alguna. Demostrar que el gobierno es perverso, y de allí deducir que lo que hacen es malo. Un razonamiento invertido.

      El periodismo está lleno de pobres infelices que no saben por qué hay que demostrar que todo lo que hace el gobierno es malo. Que no saben en beneficio de quién se hace eso.

      1. El derecho a preguntarle al Ejecutivo, la necesidad de que el gobierno sea abierto en lo posible, es tan viejo como la democracia. ‘El pueblo quiere saber de que se trata’ no es otra cosa. La forma establecida en casi todas las democracias es que las respuestas sean via explicaciones al Congreso, o via conferencias de prensa con preguntas.

        Lo de las intenciones, etc, es un disparate. Muchisimas medidas de gobierno pueden ser un acierto o un desastre, segun detalles o datos que, si no son dados, solo se pueden averiguar preguntando. El ‘discurso periodistico’ argentino es bastante diverso. Si lees Pagina12 vas a tener una version distinta a si lees La Nacion. Que a vos te moleste la diversidad de opinion o la critica a lo que apoyes no invalida su necesidad. A lo mejor los periodistas argentinos son todos malos, como los politicos o los presidentes podrian ser mejores. Son lo que hay. Que hagan mal lo que hacen no invalida la necesidad de que lo hagan.

      2. Si no tenes conferencias de prensa, en las que lo se dice de los dos lados es perfectamente verificable, no te quejes si los periodistas usan sus fuentes, su informacion, lo que suponen o lo que querrian como material. La conferencia de prensa no significa que Cristina se pare frente a Lanata y se peleen, puede ser (y es en la mayoria de las democracias) lo que se llama briefings, con el secretario de prensa o funcionario calificado contestando preguntas. Si viste The West Wing sabras de que se trata.

        Me parece incomprensible que las ganas de contradecir (prefiero no creer que lo haces por defender algo que es indefendible) te hagan apoyar la falta de transparencia en un gobierno. De la que la informacion a la prensa, con preguntas contestadas, es parte. Y la transparencia es una caracteristica de gobierno democratico, porque es respetar al pueblo rendirle cuentas de lo que se hace.

      3. transparencia no tiene nada que ver con las conferencias de prensa.

        no me quejo de que los periodistas «usan sus fuentes». me quejo de que mienten, cuando no distorsionan. como vos.

  1. No quieren preguntar, quieren apretar con afirmaciones falaces disfrazadas de «preguntas». Como si no las hicieran ya todo el tiempo en sus múltiples espacios…

    Pero yo «les daría el gusto» con más conferencias de prensa. Ya ha quedado demostrado, en las que hubo —pocas, es verdad—, que las preguntas, o no lo eran, o eran de lo más pelotudas… y de todos modos la Presidenta tiene capacidad de sobra para responder —y «revolcarlos»—.

    1. «Apretar» ¿creès seriamente, que pueden apretar a alguien? o Te gusta creerlo como quien cree en Emmanuel Goldstein.
      Mi amigo, sea serio , si la simple pregunta periodistica es un «apriete», extrapolando poder real, REPSOL ya deberia haber podido o mandar a los Marines o haber Asesinado a la Presidenta.
      «Afirmaciones falaces». Bien, existe remedio legal para eso, nunca lo ejercen ¿Raro no?
      Saludos

      1. Mejor LEER antes de contestar, ¿no? Justamente, lo que dije es que no quieren hacer «simples preguntas periodísticas», sino, por el contrario, afirmaciones (falaces, capciosas y malintencionadas) disfrazadas de tales.

      2. Lei y entendì perfecto. No entiendo muy bien como sabès que quieren preguntar. Màs bien me parece que lo tuyo es una mera opiniòn (respetable?, Si, Valiosa? Probablemente tambien)pero opiniòn al fin.
        Insisto, aùn si se cumpliese tu hipotesis de «apriete» ¿cual vendrìa a ser la capacidad de apriete de M.Bonelli?
        Y permitime citarte, ya que escribìs bien claro (yo me reconozco bastante chotillo):
        «…Mejor LEER antes de contestar, ¿no?…»
        Que estemos mejor Todos y Todas , màs allà de nuestras opiniones.

  2. Pablo D

    Lo tuyo es un perfecto resumen del ideario estalinista, si es que se puede decir que Stalin tenia algo así como un ideario.

    Flaco, lamento decirte que sos un facista hecho y derecho. Es la primera vez que en un post político califico con estos términos a alguien, pero tu elogio de la censura de prensa no me sugiere otro concepto.

    No hay contradicción entre facismo y estalinismo en este caso, ya que los une el odio a la inteligencia, que es lo que vos claramente expresás.

    Todo tu discurso chorrea odio.

    Entre esas personas, esos periodistas que criticás, hay varios que tienen familiares directos desaparecidos y que han sido valientes luchadores contra la dictadura en tiempos en que la lucha no era matar animales enjaulados y viejos para luego sacarse la foto.

    Solo falta que agregases «al enemigo ni justicia» y tu post estaría completo.

    En cuanto a tu utilización de una hermosa letra de J.M.Serrat, creo que al menos deberías pedirle permiso para hacer una interpretación tan lejana al sentido libertario y humanista del poema y en general de toda su obra.

    Todavía hay algunos que nos resistimos a la neolengua y al doblepensar.

    1. ¿qué censura puede haber si esto ocurrió en el aire, en un programa emitido en la principal señal de tv abierta de argentina y todos y cada uno de esos periodistas escriben lo que quieren de forma regular y todos tienen trabajo y presencia en los mayores medios del país?

      censura es lo contrario de eso, macho.

    2. -¿Así que haber tenido familiares directos desaparecidos impide que uno haya sido o sea adicto a la dictadura? El primer ejemplo que se me ocurre: el tío de Victoria Donda, que laburó en la ESMA. Puede haber miles más.
      -Por favor: ¿cuál de esos comunicadores estrella fue un ‘valiente luchador contra la dictadura’? ¿Morales Solá, Kirschbaum, Ruiz Guiñazú? ¿Nos toma por idiotas?
      -El mejor reciclaje hoy para un procesista es aparecer como liberal libertario liberista libérrimo. (Pero muestra la hilacha al hablar de ‘enjaulados y viejos’, no lo puede evitar).

      1. Raul C, esta bien que tenga que disfrazarse de vengador justiciero para blanquear el menemismo entusiasta de los 80, y sabe Dios que antes de eso, pero llegar a la bajeza de acusar a una de las poquisimas personas que denuncio a la dictadura desde la radio es demasiado bajo, aun para Ud.

        Declaracion Ruiz Guiñazú, Magdalena

        Juicio a las Juntas, 6 de Junio de 1985

        Dr. López: Se llama al estrado a la señora Magdalena RUIZ GUIÑAZU.

        Dr. Arslanian: ¿Puede hacer conocer al Tribunal sus antecedentes profesionales?

        Guiñazú: Yo ingresé en el periodismo, de acuerdo con el carné 38.320 de la Caja de Jubilaciones, en 1954; de ahí en más con algunas interrupciones, pero no demasiado prolongadas, seguí ejerciendo la profesión, cosa que reanudé más intensamente cuando mis hijos fueron más grandes, o sea que en el año 69/70 ya comencé a ejercer activamente en televisión, siempre en medios noticiosos; luego, creo que… no sé si es necesario el detalle de las distintas tareas que he desempeñado, siempre en televisión, en radio y en prensa escrita.
        (AQUI VIENE LA EXPLICACION DE SU ROL EN CONADEP, ETC. EL TEXTO COMPLETO ESTA EN http://www.nuncamas.org/testimon/ruizguinia_magdalena.htm

        Dr. Strassera: Sí, señor presidente; yo quiero que la testigo haga una pequeña reseña de su labor entre los años 76/82 y su vinculación con el tema de los desaparecidos; cómo comienza con esta tarea.

        Guiñazú: El tema desaparecidos empezó a ser una realidad porque obviamente se hablaba del tema; cuando me vino a ver a Radio Continental un grupo de señoras; primero vino una señora que según la descripción que me hicieran de ella después, creo que era Azucena VILLAFLOR, quien fue asesinada posteriormente, desaparecida, que fue la primera presidenta de las Madres de Plaza de Mayo; yo no sabía quiénes eran las señoras que me venían a ver.

        Dr. Arslanian: ¿Recuerda el año?

        Guiñazú: Sí, fue al final del ’76 porque me parece que era verano o habrá sido febrero del ’77; ella me contó que su hijo estaba desaparecido y que en La Plata había un lugar terrible donde había otra gente que estaba en condiciones infrahumanas, torturados; ahora claro, le repito, no sabía quién era ella, me impresionó muchísimo su relato, pero ahí comencé a enterarme de una cantidad de cosas; después vino otro grupo de señoras de la cual sí recuerdo a la Sra. de BERSTECANF; ellas también me trajeron datos concretos. Después desapareció un colega nuestro, un reportero gráfico, Eduardo FRIAS, que trabajaba en la revista Gente, en la Editorial Atlántida. Eduardo FRIAS, con quien siempre he tenido muy buena amistad, desapareció, creo que fue en julio del ’77 y todos nosotros, colegas de FRIAS, nos preocupamos terriblemente, como es obvio, por lo que había ocurrido, y entonces en mi caso yo empecé a llamar por radio. Que cómo era posible que un hombre de bien, un hombre que tiene una vida de familia, de trabajo, cómo era posible que un día había salido a tomar el colectivo y no había aparecido más, se lo había tragado la tierra; pasaron los días y una noche, más o menos unos 15 días después, me llama Eduardo a la medianoche, llorando y me dice: «Estoy de vuelta en casa», y entonces lloraba tanto que yo no podía saber más; le dije: «Pero decime qué te ha pasado», y entonces me dijo: «Mirá, no te lo puedo contar ahora». Me lo contó después, por supuesto. «Pero lo único que te quiero decir era que en el lugar donde me tuvieron tenían la radio puesta a alto volumen y yo escuchaba que vos pedías por mí y entonces pensaba que ustedes, mis amigos, no me hablan olvidado». Eduardo FRIAS fue devuelto a su casa unos 15 días después, justamente cuando él me llamó por teléfono y le pidieron disculpas, que había sido una equivocación; él estuvo en ese lugar vendado, durante todos esos días con la radio a todo lo que daba, para que no se escucharan los ruidos del exterior y todavía la impunidad llegó hasta tal punto, que al día siguiente esos individuos que lo habían secuestrado le llevaron de vuelta el gamulán a su casa, diciéndole: «Mirá, che pibe, te olvidaste el gamulán», y se lo llevaron de vuelta; entonces, cuando esto ocurrió, más los relatos de las Madres de Plaza de Mayo, que me habían venido a ver, ya no tuve ninguna duda de lo que estaba ocurriendo y entonces empecé a ocuparme en el medio de comunicación en el cual yo trabajaba; empecé a leer todo lo que se publicaba sobre el tema, artículos, solicitadas y quiero recalcarlo aquí, la empresa jamás me lo objetó; muy por el contrario, cuando más adelante las amenazas arreciaron, incluso su directora me ofreció amparo en su casa a mí y a mis hijos; las cosas se fueron sucediendo de esta manera, es decir, las Abuelas también se acercaron a la radio y me trajeron la carpeta con documentación sobre los nietos desaparecidos que estaban buscando y allí hay un episodio que también creo que es interesante contar. Un día, el entonces coronel Carlos CERDA, que creo que era auditor de la Presidencia, a quien yo conocía por haberlo tratado en casa de amigos comunes, me habló y me dijo que el presidente VIDELA estaba molesto porque yo insistía permanentemente con el tema desaparecidos y el tema de los chicos; se ve que posiblemente le había molestado en forma particular al entonces presidente VIDELA. Un argumento que yo había empleado esa misma mañana casualmente y que era tomado de las Escrituras, es decir cuando se dice «ay de aquel que escandalizare un niño, más le valiera haberse colgado una piedra de molino en el cuello», yo señalé que escandalizar a un niño no es la cosa simplista que se piensa del que presencia un espectáculo pornográfico no apto; el gran escándalo en este caso es separarlo de su familia, del lugar donde justamente Dios lo ha hecho nacer, es con una incalificable soberbia jugar a ser Dios, entonces CERDA me especificó que lo que él me decía, lo que él me transmitía, de ninguna manera significaba una presión y me preguntó, al decirle yo que si tuviera un nieto o un hijo desaparecido lo buscaría hasta el último día de mi vida, entonces me preguntó: «¿Ud. qué haría?» «Devolverlos, devolverlos». Hacía pocos días que el Buenos Aires Herald había publicado un editorial diciendo que si no se hacía una devolución pública por razones obvias, que por lo menos se tomara contacto en forma reservada con cada una de las familias y se devolvieran esos chicos. Yo fui lo suficientemente ingenua, supongo, como para preguntarle si en Presidencia no habían visto la carpeta de las Abuelas, que en aquel momento, incluso, relataba que había dos chicos que se habían encontrado en una institución de San Martin, Instituto de Menores, donde habían sido registrados como abandonados y que después se habían rastreado y después habían sido identificados; entonces CERDA me dijo que no, que no conocía esa carpeta y entonces yo, por intermedio de ese amigo común en cuya casa lo había conocido, al día siguiente le hice llegar la carpeta y le dije: «Hágale llegar la carpeta al presidente VIDELA , no puede ser que él ignore esto»; uno a veces es muy ingenuo pero supongo que a lo largo de estos años difíciles fuimos corroborando cosas que nos parecían absolutamente imposibles que hubieran ocurrido.

        Dr. Arslanian: Alguna vez, señora, a propósito de este relato que Ud. está haciendo, ¿tuvo alguna entrevista oficial con miembros del gobierno o de las Fuerzas Armadas, vinculados con la difusión, con la libertad o no para la difusión de noticias, etcétera?

        Guiñazú: Hubo varios episodios; yo claro siempre lo recalco, tuve la gran suerte de trabajar en un medio privado, o sea, yo jamás he juzgado a mis colegas que tenían que trabajar en un medio oficial y que era ese trabajo o quedar desocupado; yo, como le digo, estuve en un medio privado que me apoyó y entonces claro las amenazas y las presiones venían por otro lado; no sé si vale la pena extenderse, son de dominio público; extensamente se habló de ello en los diarios y en todos los medios en su momento; si es de interés del Tribunal traje algunas de las amenazas por escrito que recibí, entonces evidentemente, por ejemplo, hubo una circunstancia muy desagradable en la que me llamó por teléfono el entonces jefe de Policía, el Gral. SASIAIÑ, salió al aire para recriminarme el haber hablado de desaparecidos, que en este caso fue por dos personas que desaparecieron en Córdoba y que al día siguiente aparecieron y que entonces, bueno, como yo me había hecho eco, yo le dije que me había hecho eco lamentando que una vez más en los diarios de mi país aparecieran ese tipo de noticias, que esperábamos que nunca más se publicaran; entonces SASIAIÑ me recriminó públicamente, puesto que me llamó por teléfono, salió al aire, lo hicimos salir al aire a este hecho, y cuando yo le dije, pero además, le dije yo, por qué; en fin muy amablemente dijo: «Bueno una persona como Ud. ¿cómo se hace eco?», pero Sr. jefe de Policía, Ud. debe tener mi prontuario sobre su escritorio, así que Ud. sabe muy bien quién soy yo; y dijo: «Sí, efectivamente lo tengo sobre mi escritorio»; o sea que creo que él sabía muy bien con qué tipo de persona estaba hablando y después, en otras oportunidades, por ejemplo, se presentaron en la radio misma dos individuos que venían, según ellos, de Presidencia y a través de los años heguardado sus nombres y los números de las credenciales que tenían; no sé si al Tribunal le interesará porque los tengo acá; se llamaban… No, claro no querían darme las credenciales, entonces yo le dije: bueno, mire, porque me dijeron: «Ud. esta mañana estaba hablando de desaparecidos, entonces en Presidencia queremos tener la cinta de lo que Ud. ha dicho», yo les dije: Esta es una empresa, de modo que si Uds. quieren la cinta grabada traigan un permiso por escrito, una solicitud por escrito y nosotros le daremos con mucho gusto la cinta, pero acá en esta empresa, no sale ninguna cinta grabada sin que medie un pedido expreso; entonces fue cuando vieron que no era tan fácil, me permitieron sus credenciales que correspondían a Daniel Oscar RAYAN -auxiliar de Inteligencia No 128- y Ricardo Miguel PROTOMASTRO, cabo N° 5460; si estas credenciales eran verdaderas o no, no puedo decirlo; esto era lo que ellos exhibieron en aquel momento; bajaron conmigo mis compañeros José Ignacio LOPEZ y Marta LAMAS, por lo que realmente era bastante impresionante y ellos fueron muy solidarios conmigo y bajaron y me acompañaron; yo llamé a Presidencia inmediatamente, conté esto, di estos datos que les acabo de mencionar y bueno, me dijeron qué barbaridad, esto no viene de Presidencia; después hubo muchos otros tipos de presiones telefónicas, de persecución callejera; uno de mis hijos, mi hijo… había advertido un coche que estaba parado frente a nuestra casa con dos individuos con actitud, así, muy desafiante, que miraban a los chicos que entraban y salían, y yo realmente los vi un día pero no les di demasiada importancia; después, cuando empezaron a sacar fotos del frente, de la puerta de entrada de mi casa y empezaron a sacar fotos de cuando yo entraba y salía muy abiertamente, me di cuenta que debían tener un propósito intimidatorio, y entonces un día empece a darme cuenta que ese coche, que era un Peugeot blanco con una determinada chapa, siempre la misma, me seguía y entonces coincidió que un día, estando yo trabajando a la tarde, se presentó una persona en mi casa, un hombre, la Sra. que está en mi casa desde hace más de 20 años no tenía los anteojos a mano así que lo único que alcanzó a ver en la credencial que le mostró era «Ejército Argentino» y entonces le dijo que le estaba haciendo una encuesta, que quería saber la edad de mis hijos, cuántos vivían en la casa, qué horario teníamos y bueno, mi hijo menor apareció en ese momento y quizás él pensaba que esta Sra. estaba sola en mi casa y entonces le preguntó qué deseaba y le repitió lo mismo y se fue; entonces me llamaron a mi lugar de trabajo, le dije: Bueno, pregúntele al portero si es verdad que si es una encuesta, que este hombre dijo que tenía autorización del portero, por supuesto en ningún piso se había hecho ningún tipo de interrogatorio. Entonces yo allí me di cuenta que ya la cosa iba avanzando; la única persona que yo conocía militar era el jefe de Prensa del Comando en Jefe, el Cnel. SIGARAN, con el cual había conversado en una oportunidad, porque los corresponsales nuestros en el Consejo Supremo me habían hablado muy bien de él y él había manifestado el deseo de conocerme y entonces tenía el teléfono del Comando; entonces lo llamé y le dij: Cnel., Ud. se acuerda de mí. Sí, por supuesto. Mire, pasa esto, esto y esto; yo quiero protección para mí y para mis hijos; entonces él, a la noche, porque además cuando volví a mi casa llamó el teléfono y nos anunciaron que nos iban a matar a todos esa noche; entonces lo volví a llamar, le pedí por favor que pusiera vigilancia en mi casa, al poco rato llegaban unas personas también que se quedaron toda la noche y al día siguiente se fueron y después cuando las amenazas volvieron a repetirse a la noche, lo volví a llamar al Cnel. a su casa. El me había dejado su teléfono y le dije: Mire, yo tengo que salir de casa, empiezo a trabajar muy temprano, a las seis de la mañana, es de noche y yo ni voy a dejar de ir a trabajar, pero tampoco quiero que me maten. Y debo decir que él realmente tuvo una actitud muy noble porque vino a buscarme él en su coche y me llevó a mi trabajo. Al día siguiente, el entonces subsecretario del Interior, que era el Cnel. CERDA, a quien como ya expliqué conocía, me citó, me preguntó los detalles, le expliqué todos los detalles de lo que había ocurrido y entonces me dijo: Bueno, éstos son grupos incontrolables, no hay que darle demasiada difusión al asunto, porque estos hechos son desestabilizantes y yo creo… Yo dije no, yo le voy a dar la difusión que creo que debe dársele, es mi única protección, y dijo: No, yo voy a hablar con el jefe de Policía para ver qué se puede hacer; desde ese momento cesó la persecución de ese tipo con autos y domiciliarias, pero continuó por correo, que son algunos que les he traído, y telefónicamente siempre.

        Dr. Arslanian: Exhiba esa documentación que Ud. trajo Sra. y sin perjuicio de eso se le pregunta si Ud. conoce otros periodistas que a causa de la difusión de noticias vinculadas con desaparición de personas hayan sufrido también amenazas.

        Guiñazú: Sí, por ejemplo a José Ignacio LOPEZ, después de haber escrito un artículo que relataba la muerte de monseñor ANGELELLI, le volaron la casa; creo que hubo muchos colegas en ese momento que fueron amenazados, Aída BORTNIK por ejemplo; SILVERKASTEN, que después se fue a Venezuela; mire, la lista sería muy larga; si Ud. quiere hago memoria y recuerdo, pero era una cosa bastante común; recuerdo también que en el caso de este muchacho que murió de leucemia muy joven, que trabajaba en La Opinión, hubo una verdadera persecución; tuvo que salir por los fondos de su casa porque había varios coches en la puerta esperándolo; no sé cuáles querrá…

        Dr. Arslanian: Suminístrelas al secretario.

        Guiñazú: Esta es la última que llegó para Navidad del ’84; observen que en la mano de la figura de Papá Noel, que tiene un gorro frigio, tiene dinamita.

        (SIGUE EL TEXTO)

      2. 1. Yo le contesté a ZXC, parece que las personalidades son intercambiables aquí. Y bueno, cuando se es equipo, se es equipo.
        2. Lamentablemente, cuando escuchaba a MRG todas las mañanas antes de ir a mi trabajo, desde 1976 hasta 1978, nunca le oí hablar de esos temas.
        3. De todos modos, como yo sí soy honesto, no voy a dudar del relato de MRG. Lo tomo tal cual como ella lo dijo, y sobre eso tengo algunas observaciones que hacer:
        a. La anécdota de ‘uy, nos equivocamos, mil perdones y aquí tenés tu gamulán’ habla por sí misma.
        b. A MRG le va a hablar un militar, con toda delicadeza y pidiendo que no lo tome como una presión, sobre el desagrado de Videla por algo que ella había dicho.
        c. Un general, nada menos que Sasiaiñ, le recrimina, también amablemente, por algo que MRG dijo (sobre dos desaparecidos que aparecieron al día siguiente), y ella le recuerda: ‘ya saben quién soy’. Sin comentarios.
        d. Cuando unos ‘servis’ o policías van a requerir unas cintas al medio en que MRG trabajaba, ella le contesta: pídanlo por nota. Los ‘servis’ dicen, ‘uy, qué joda, no nos quiere dar las cintas’ y se van con el rabo entre las piernas.
        e. Cuando la amenazan (no dudo de eso), encuentra gente encumbrada, vinculada a Presidencia, que la protege. Y la mayor parte de las amenazas desaparece.
        4. Llegado a este punto, debo expresar lo siguiente:
        a. Que no era común la reaparición de alguien chupado, el pedido de disculpas, ni el ‘no robo’ de siquiera un gamulán.
        b. Que no era común que un alto militar hiciera esas amigables gestiones ante alguien que disgustara a Videla.
        c. Lo mismo respecto a la anécdota de Sasiaiñ.
        d. Que no era común que los pesados que irrumpían en un lugar para llevarse algo o a alguien se fueran resignados y con las manos vacías.
        5. Es decir: MRG ***de ninguna manera*** refleja en esa declaración lo que era el terrorismo de Estado.
        Lo que puedo ver es que ella esbozó, ‘desde el mismo lado’, algunas críticas puntuales, y cayó en la red de la ‘interna’ estatal de esa época (hasta el mismísimo Mariano Grondona, ultraprocesista, contó que lo agarró un día la banda de Aníbal Gordon y se lo llevó a ‘algún lugar’ para ‘bajarle línea’ durante unas horas sobre lo que tenía que decir o no decir en los medios).
        Entiendo que la pasó mal por las amenazas a su familia.
        Ahora bien: ¿hace falta recordar cómo la pasaron los treinta mil? ¿O los niños que no aparecieron nunca? ¿A Walsh también le avisaron del disgusto de Videla en una amable charla, pero él fue muy cabeza dura?
        El caso de MRG ilustra muy bien lo que digo sobre los que tenían una ideología en general afín con la de la dictadura, más allá de desacuerdos puntuales.
        Ella les decía ‘saben quién soy’ y ellos ‘sabían quién era ella’.
        La gente del BA Herald tuvo realmente huevos al hacer denuncias, pero por otra parte aplaudían la política de Martínez de Hoz.
        El punto que se escamotea aquí es que el terrorismo de Estado y la política de Martínez de Hoz eran la misma cosa, y una no iba sin la otra.
        Hoy, hasta Videla dice que se proponían establecer una economía liberal.
        Posdata: cada vez que me dice que soy o fui menemista, yo recito lo que voté en todas las elecciones. Pero repite una y otra vez la misma frase hecha. Por mi parte, no voy a repetir más a quiénes voté cada vez, porque veo que es inútil hacerlo.
        Mejor pare un poco con la escritura automática (otra cosa más que lo emparienta con los surrealistas, además de sus descripciones de la actualidad argentina).

    3. Me faltó decir: también pueden tener familiares directos desaparecidos y, aunque no sean adictos a la dictadura, tener la misma ideología de ésta.

  3. Si Isabel, pero yo no ,me lleve el queso,el queso se lo llevaron y lo atesoran los mismos hace ya muchisimo tiempo, Ud. lo sabe, yo lo se, todos lo sabemos, que algunos gusten más de Jerry, que de Mickey es meramente anecdotico.
    Por eso cada vez me gusta menos esto, no se habla ni de politica ni del pais, se habla de los muñecos circustanciales , QUE NO SON EL PAIS.
    Y lo de circustanciales, lo realtivizo, por que más de uno con la excusa de salvar a la Patria , vive de ella (Y muy bien ) hace ya demasiado.
    Por que se les caigan 2 o 3 migas del plato, no significa que algo haya cambiado.
    Saludos

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