(Teatro político por entregas. O viceversa)
Cementerio. Noche. Ricardo se disponía a tener una cena romántica con su novia junto a la tumba de sus padres, cuando el chico del delivery de pizzas, Enguels, le anuncia que el las masas se acercaban al lugar para iniciar un foco revolucionario y que lo más conveniente sería abandonar el lugar. Ricardo se niega: esta parcela de cementerio que le dejó su padre es todo lo que tiene.
Enguels trae a su superior, Trosqui, para convencerlo. Ante la insistente negativa Trosqui lleva a Ricardo a comparecer ante Pedro Marx. Enguels aprovecha para seducir a Claudia..
Troski vuelve del cónclave convencido de que hay que matar a Ricardo para seguir adelante con el plan revolucionario. Enguels logra convencerlo de que sería más transparente someterlo a un tribunal popular.
El juicio es interrumpido por ruidos amenazantes: disparos, los gritos de las masas y sirenas policiales.
CLAUDIA: ¡Por fin! ¡La policía va salvarnos!
RICARDO: No… La policía viene a buscarme.
Aumentan los disparos. Trosqui le grita a las masas.
TROSQUI: Resistan, compañeros. ¡Resistan!
ENGUELS: ¿Usted cree que podrán resistir?
TROSQUI: Por nuestro bien, espero que sí.
CLAUDIA: No se preocupen… La policía va a ayudarnos.
TROSQUI: La policía va a matarnos, señorita.
CLAUDIA: ¿Le parece? ¿Así nomás? ¿Sin un juicio?
ENGUELS: Ellos no tienen manual de procedimientos.
Disparos. Sirenas. Resplandor de ametralladoras.
ENGUELS: ¿Nosotros tenemos ametralladoras, compañero Trosqui?
TROSQUI: ¿Nosotros?
Trosqui saca su arma.
TROSQUI: Con suerte tenemos cuatro de éstas.
Silencio.
VOZ DE LAS MASAS: ¡Socialismo o muerte!
CLAUDIA: ¿Hay que elegir? ¿Siempre hay que elegir?
Más disparos. Gritos.
RICARDO: No. Parece que ellos deciden por nosotros.
Trosqui le grita a las masas.
TROSQUI: Resistan, compañeros. La utopía está cerca.
Trosqui mira a Enguels.
TROSQUI: Hay que sostenerles la moral.
VOZ DE POLICÍA CON MEGÁFONO: Subversivos. Entréguense. Es necesario que depongan su actitud y abandonen inmediatamente las inmediaciones de la necrópolis.
ENGUELS: ¿Qué dice?
TROSQUI: Que rajen del cementerio.
VOZ DE POLICÍA CON MEGÁFONO: Entreguen sus armas y liberen el acceso…
Trosqui se dirige a las masas.
TROSQUI: Compañeros. No negocien con el aparato represivo del Estado. Permanezcan donde están. Repito. Permanezcan donde están.
Trosqui se hace visera con la mano y busca con la mirada.
TROSQUI: ¿Dónde están?
VOZ DE LAS MASAS: Acá. Detrás de los árboles.
VOZ DE POLICÍA CON MEGÁFONO: Salgan. No tienen alternativa. Entreguen sus armas.
RICARDO: Dígales que se entreguen. No tienen alternativa.
TROSQUI: Fascista hijo de puta: quiere asistir al espectáculo de la derrota del campo popular.
ENGUELS: Me parece que el maldito cerdo burgués tiene razón, compañero. Las masas están acorraladas. No tienen escapatoria. Será mejor que ingresemos en una etapa de reflujo.
TROSQUI: Asqueroso traidor reformista. Estoy harto del reflujo. ¡Odio el reflujo!
ENGUELS: Repugnante burócrata voluntarista: ¿no se da cuenta de que los van a matar a todos?
CLAUDIA: Tanto vivir, tanto vivir… Todos los días viviendo… ¿Al final para qué?
RICARDO: Mi amor, te dije que no te metieras en política.
Enguels mira hacia donde están las masas.
ENGUELS: ¡Miren! Uno de los nuestros avanza hacia la policía.
TROSQUI: Es Marx… Pedro Marx.
RICARDO: Sacó un revólver.
ENGUELS: Les está apuntando.
TROSQUI: Va a dispararles.
RICARDO: Es muy valiente.
Se escucha una extensa ráfaga de ametralladora. Resplandor. Trosqui, Enguels y Ricardo se toman la cabeza.
CLAUDIA: La verdad es que no quiero morir. Pero todavía no sé porqué…
Pausa. Todos miran a Claudia un instante. Miran hacia el lugar del enfrentamiento.
ENGUELS: Ellos no están jugando, compañero. Tenemos que tomar una decisión.
TROSQUI: Nosotros tampoco estamos jugando. ¿Le queda claro?
ENGUELS: ¿Qué piensa hacer? Usted está a cargo del operativo.
TROSQUI: Ni un paso atrás.
ENGUELS: Enloqueció. Esto va a ser una masacre. Si Marx estuviera aquí…
TROSQUI: Pero no está…
La cabeza de un anciano cae arrojada desde el lado en el que están las masas y la policía. Enguels la señala.
ENGUELS: Acá está. Es Marx.
Trosqui toma la cabeza y la mira.
TROSQUI: Asesinos hijos de puta. Lo decapitaron.
CLAUDIA: ¡Pobre hombre! Le cortaron el cuerpo.
Claudia toma la cabeza del viejo y se la lleva. Saca un peine de la cartera y la peina.
VOZ DE LAS MASAS: Compañero Troski…
TROSQUI: ¿Qué?
VOZ DE LAS MASAS: Después de una breve asamblea, las masas hemos decidido entregarnos y pasar a una etapa de autocrítica.
ENGUELS: Muy bien. Acompaño la moción de la Asamblea soberana.
VOZ DE LAS MASAS: A usted nadie le preguntó nada, boludo.
TROSQUI: No, compañeros. Sólo tienen que entrar al cementerio. Una vez adentro, podremos resistir…
RICARDO: No sea ridículo: esto no es Leningrado…
VOZ DE LAS MASAS: ¿Qué es Leningrado?
TROSQUI: No importa. No le hagan caso. Hay que resistir. Les ordeno que avancen hacia el cementerio y cumplamos el plan tal cual había quedado establecido en el último Congreso.
VOZ DE LAS MASAS: ¿Le parece?
ENGUELS: No lo escuchen. Está enceguecido por el poder. Debemos retirarnos en orden.
TROSQUI: Usted no se meta.
RICARDO: Vámonos cada uno a su casa, por favor.
VOZ DE LAS MASAS: Usted no tiene casa.
CLAUDIA: Es verdad, mi amor. Sólo te queda esta parcela.
RICARDO: También me queda el auto.
VOZ DE POLICÍA CON MEGÁFONO: Es robado. Reitero: es robado.
Trosqui a las masas.
TROSQUI: Compañeros, escúchenme bien. Vivimos un momento único en la historia. El destino de la humanidad está en nuestras manos. ¿Con qué cara vamos a mirar a nuestros hijos si abandonamos la lucha?
VOZ DE LAS MASAS: No tenemos hijos.
TROSQUI: Compañeros: Toda la historia de la sociedad humana, hasta la actualidad, es una historia de luchas de clases. Libres y esclavos, patricios y plebeyos, barones y siervos de la gleba, maestros y oficiales; en una palabra, opresores y oprimidos, frente a frente siempre, empeñados en una lucha ininterrumpida, velada unas veces, y otras franca y abierta, en una lucha que conduce en cada etapa a la transformación revolucionaria de todo el régimen social o al exterminio de ambas clases beligerantes. En los tiempos históricos nos encontramos a la sociedad dividida casi por doquier en una serie de estamentos…
RICARDO: Perdón, ¿nos va a recitar todo el Manifiesto Comunista?
TROSQUI: ¿El qué? ¿De qué habla? No me interrumpa… Estoy improvisando. ¿Por dónde iba?
CLAUDIA: Por la parte en que nos encontramos a la sociedad dividida casi por doquier en una serie de estamentos…
TROSQUI: Eso, ya me acordé: en los tiempos históricos nos encontramos a la sociedad dividida…
VOZ DE LAS MASAS: Vaya al grano, Trosqui.
VOZ DE POLICÍA CON MEGÁFONO: Eso. No tenemos todo el día.
TROSQUI: Compañeros, ingresen al cementerio que juntos vamos a resistir a la represión desde aquí.
ENGUELS: No, compañeros. Reflexionen. Las relaciones de fuerza son desfavorables.
RICARDO: Que se maten de una vez y se dejen de joder… No soporto más esta situación.
Pausa.
TROSQUI: ¿Qué van a hacer? Contesten.
VOZ DE LAS MASAS: Estamos esperando que se pronuncie la señorita.
CLAUDIA: Es que yo no sé. Es la primera revolución a la que vengo.
VOZ DE LAS MASAS: ¿Cómo debemos considerar ese voto? ¿Es una abstención?
TROSQUI: Me temo que sí. Por lo que ganamos 2 a 1…
ENGUELS: No se apresure. Deben votar todos.
TROSQUI: Usted y sus putos procedimientos. ¡Muy bien! Los que estén por el ataque que levanten la mano.
Trosqui y Ricardo levantan la mano.
TROSQUI: ¿Vio? Con la abstención de la chica es 2 a 1.
ENGUELS: ¡Pero tienen que votar ellos!
Trosqui se dirige a las masas.
TROSQUI: Está bien. Voten. Voten, compañeros.
Trosqui mueve sus manos señalando para diferentes lugares de un modo impreciso.
TROSQUI: Si no me equivoco es 15 a 5.
ENGUELS: ¿Cómo hace para contar los votos desde acá?
TROSQUI: Si quiere puede ir usted con una urna.
VOZ DE POLICÍA CON MEGÁFONO: ¿Y nosotros?
Trosqui a la policía.
TROSQUI: El aparato represivo del Estado no vota.
VOZ DE POLICÍA CON MEGÁFONO: Pero ya lo hicimos… Aquí ganó la moción del ataque. 700 a 247… Y 5 mil abstenciones.
TROSQUI: Una victoria arrasadora, Enguels.
ENGUELS: El pueblo ha hablado.
TROSQUI: ¡Compañeros! Llegó la hora de respetar la voluntad popular: ¡Al ataque!
VOZ DE LAS MASAS: Avancemos… Avancemos… Hasta la victoria siempre.
VOZ DE POLICÍA CON MEGÁFONO: ¡Repriman! ¡Repriman!
Gases. Sirenas. Ruido de ametralladoras. Resplandor de explosiones. Gritos de dolor. Oscuridad.
(Continuará)