Dónde Caerse Muerto – 10 *

(Teatro político por entregas. O viceversa)

tumba de krushev

Cementerio. Noche. Ricardo se disponía a tener una cena romántica con su novia junto a la tumba de sus padres, cuando el chico del delivery de pizzas, Enguels, le anuncia que el las masas se acercaban al lugar para iniciar un foco revolucionario y que lo más conveniente sería abandonar el lugar. Ricardo se niega: esta parcela de cementerio que le dejó su padre es todo lo que tiene.

Enguels trae a su superior, Trosqui, para convencerlo. Ante la insistente negativa Trosqui lleva a Ricardo a comparecer ante Pedro Marx. Enguels aprovecha para seducir a Claudia..

Troski vuelve del cónclave convencido de que hay que matar a Ricardo para seguir adelante con el plan revolucionario. Enguels logra convencerlo de que sería más transparente someterlo a un tribunal popular.

El juicio es interrumpido por ruidos amenazantes: disparos, los gritos de las masas y sirenas policiales.

CLAUDIA: ¡Por fin! ¡La policía va salvarnos!

RICARDO: No… La policía viene a buscarme.

Aumentan los disparos. Trosqui le grita a las masas.

TROSQUI: Resistan, compañeros. ¡Resistan!

ENGUELS: ¿Usted cree que podrán resistir?

TROSQUI: Por nuestro bien, espero que sí.

CLAUDIA: No se preocupen… La policía va a ayudarnos.

TROSQUI: La policía va a matarnos, señorita.

CLAUDIA: ¿Le parece? ¿Así nomás? ¿Sin un juicio?

ENGUELS: Ellos no tienen manual de procedimientos.

Disparos. Sirenas. Resplandor de ametralladoras.

ENGUELS: ¿Nosotros tenemos ametralladoras, compañero Trosqui?

TROSQUI: ¿Nosotros?

Trosqui saca su arma.

TROSQUI: Con suerte tenemos cuatro de éstas.

Silencio.

VOZ DE LAS MASAS: ¡Socialismo o muerte!

CLAUDIA: ¿Hay que elegir? ¿Siempre hay que elegir?

Más disparos. Gritos.

RICARDO: No. Parece que ellos deciden por nosotros.

Trosqui le grita a las masas.

TROSQUI: Resistan, compañeros. La utopía está cerca.

Trosqui mira a Enguels.

TROSQUI: Hay que sostenerles la moral.

VOZ DE POLICÍA CON MEGÁFONO: Subversivos. Entréguense. Es necesario que depongan su actitud y abandonen inmediatamente las inmediaciones de la necrópolis.

ENGUELS: ¿Qué dice?

TROSQUI: Que rajen del cementerio.

VOZ DE POLICÍA CON MEGÁFONO: Entreguen sus armas y liberen el acceso…

Trosqui se dirige a las masas.

TROSQUI: Compañeros. No negocien con el aparato represivo del Estado. Permanezcan donde están. Repito. Permanezcan donde están.

Trosqui se hace visera con la mano y busca con la mirada.

TROSQUI: ¿Dónde están?

VOZ DE LAS MASAS: Acá. Detrás de los árboles.

VOZ DE POLICÍA CON MEGÁFONO: Salgan. No tienen alternativa. Entreguen sus armas.

RICARDO: Dígales que se entreguen. No tienen alternativa.

TROSQUI: Fascista hijo de puta: quiere asistir al espectáculo de la derrota del campo popular.

ENGUELS: Me parece que el maldito cerdo burgués tiene razón, compañero. Las masas están acorraladas. No tienen escapatoria. Será mejor que ingresemos en una etapa de reflujo.

TROSQUI: Asqueroso traidor reformista. Estoy harto del reflujo. ¡Odio el reflujo!

ENGUELS: Repugnante burócrata voluntarista: ¿no se da cuenta de que los van a matar a todos?

CLAUDIA: Tanto vivir, tanto vivir… Todos los días viviendo… ¿Al final para qué?

RICARDO: Mi amor, te dije que no te metieras en política.

Enguels mira hacia donde están las masas.

ENGUELS: ¡Miren! Uno de los nuestros avanza hacia la policía.

TROSQUI: Es Marx… Pedro Marx.

RICARDO: Sacó un revólver.

ENGUELS: Les está apuntando.

TROSQUI: Va a dispararles.

RICARDO: Es muy valiente.

Se escucha una extensa ráfaga de ametralladora. Resplandor. Trosqui, Enguels y Ricardo se toman la cabeza.

CLAUDIA: La verdad es que no quiero morir. Pero todavía no sé porqué…

Pausa. Todos miran a Claudia un instante. Miran hacia el lugar del enfrentamiento.

ENGUELS: Ellos no están jugando, compañero. Tenemos que tomar una decisión.

TROSQUI: Nosotros tampoco estamos jugando. ¿Le queda claro?

ENGUELS: ¿Qué piensa hacer? Usted está a cargo del operativo.

TROSQUI: Ni un paso atrás.

ENGUELS: Enloqueció. Esto va a ser una masacre. Si Marx estuviera aquí…

TROSQUI: Pero no está…

La cabeza de un anciano cae arrojada desde el lado en el que están las masas y la policía. Enguels la señala.

ENGUELS: Acá está. Es Marx.

Trosqui toma la cabeza y la mira.

TROSQUI: Asesinos hijos de puta. Lo decapitaron.

CLAUDIA: ¡Pobre hombre! Le cortaron el cuerpo.

Claudia toma la cabeza del viejo y se la lleva. Saca un peine de la cartera y la peina.

VOZ DE LAS MASAS: Compañero Troski…

TROSQUI: ¿Qué?

VOZ DE LAS MASAS: Después de una breve asamblea, las masas hemos decidido entregarnos y pasar a una etapa de autocrítica.

ENGUELS: Muy bien. Acompaño la moción de la Asamblea soberana.

VOZ DE LAS MASAS: A usted nadie le preguntó nada, boludo.

TROSQUI: No, compañeros. Sólo tienen que entrar al cementerio. Una vez adentro, podremos resistir…

RICARDO: No sea ridículo: esto no es Leningrado…

VOZ DE LAS MASAS: ¿Qué es Leningrado?

TROSQUI: No importa. No le hagan caso. Hay que resistir. Les ordeno que avancen hacia el cementerio y cumplamos el plan tal cual había quedado establecido en el último Congreso.

VOZ DE LAS MASAS: ¿Le parece?

ENGUELS: No lo escuchen. Está enceguecido por el poder. Debemos retirarnos en orden.

TROSQUI: Usted no se meta.

RICARDO: Vámonos cada uno a su casa, por favor.

VOZ DE LAS MASAS: Usted no tiene casa.

CLAUDIA: Es verdad, mi amor. Sólo te queda esta parcela.

RICARDO: También me queda el auto.

VOZ DE POLICÍA CON MEGÁFONO: Es robado. Reitero: es robado.

Trosqui a las masas.

TROSQUI: Compañeros, escúchenme bien. Vivimos un momento único en la historia. El destino de la humanidad está en nuestras manos. ¿Con qué cara vamos a mirar a nuestros hijos si abandonamos la lucha?

VOZ DE LAS MASAS: No tenemos hijos.

TROSQUI: Compañeros: Toda la historia de la sociedad humana, hasta la actualidad, es una historia de luchas de clases. Libres y esclavos, patricios y plebeyos, barones y siervos de la gleba, maestros y oficiales; en una palabra, opresores y oprimidos, frente a frente siempre, empeñados en una lucha ininterrumpida, velada unas veces, y otras franca y abierta, en una lucha que conduce en cada etapa a la transformación revolucionaria de todo el régimen social o al exterminio de ambas clases beligerantes. En los tiempos históricos nos encontramos a la sociedad dividida casi por doquier en una serie de estamentos…

RICARDO: Perdón, ¿nos va a recitar todo el Manifiesto Comunista?

TROSQUI: ¿El qué? ¿De qué habla? No me interrumpa… Estoy improvisando. ¿Por dónde iba?

CLAUDIA: Por la parte en que nos encontramos a la sociedad dividida casi por doquier en una serie de estamentos…

TROSQUI: Eso, ya me acordé: en los tiempos históricos nos encontramos a la sociedad dividida…

VOZ DE LAS MASAS: Vaya al grano, Trosqui.

VOZ DE POLICÍA CON MEGÁFONO: Eso. No tenemos todo el día.

TROSQUI: Compañeros, ingresen al cementerio que juntos vamos a resistir a la represión desde aquí.

ENGUELS: No, compañeros. Reflexionen. Las relaciones de fuerza son desfavorables.

RICARDO: Que se maten de una vez y se dejen de joder… No soporto más esta situación.

Pausa.

TROSQUI: ¿Qué van a hacer? Contesten.

VOZ DE LAS MASAS: Estamos esperando que se pronuncie la señorita.

CLAUDIA: Es que yo no sé. Es la primera revolución a la que vengo.

VOZ DE LAS MASAS: ¿Cómo debemos considerar ese voto? ¿Es una abstención?

TROSQUI: Me temo que sí. Por lo que ganamos 2 a 1…

ENGUELS: No se apresure. Deben votar todos.

TROSQUI: Usted y sus putos procedimientos. ¡Muy bien! Los que estén por el ataque que levanten la mano.

Trosqui y Ricardo levantan la mano.

TROSQUI: ¿Vio? Con la abstención de la chica es 2 a 1.

ENGUELS: ¡Pero tienen que votar ellos!

Trosqui se dirige a las masas.

TROSQUI: Está bien. Voten. Voten, compañeros.

Trosqui mueve sus manos señalando para diferentes lugares de un modo impreciso.

TROSQUI: Si no me equivoco es 15 a 5.

ENGUELS: ¿Cómo hace para contar los votos desde acá?

TROSQUI: Si quiere puede ir usted con una urna.

VOZ DE POLICÍA CON MEGÁFONO: ¿Y nosotros?

Trosqui a la policía.

TROSQUI: El aparato represivo del Estado no vota.

VOZ DE POLICÍA CON MEGÁFONO: Pero ya lo hicimos… Aquí ganó la moción del ataque. 700 a 247… Y 5 mil abstenciones.

TROSQUI: Una victoria arrasadora, Enguels.

ENGUELS: El pueblo ha hablado.

TROSQUI: ¡Compañeros! Llegó la hora de respetar la voluntad popular: ¡Al ataque!

VOZ DE LAS MASAS: Avancemos… Avancemos… Hasta la victoria siempre.

VOZ DE POLICÍA CON MEGÁFONO: ¡Repriman! ¡Repriman!

Gases. Sirenas. Ruido de ametralladoras. Resplandor de explosiones. Gritos de dolor. Oscuridad.

(Continuará)

 

Acerca de Alejandro Turner

Tiene 40 años, es guionista y dramaturgo. Aunque prefiere pensar que es simplemente alguien que escribe. Escribió entre otras obras de teatro "La Salud de los moribundos" (1er Premio del Fondo Nacional de las Artes obra inédita de teatro, 2007); "Canciones tristes (cantadas como si fueran alegres)" (Primera Mención en el mismo certamen), "Dónde caerse muerto" (incluido en la Antología "Autores en construcción" editorial C. C. Rojas) y "Villarrica", estrenada en diciembre del 2008 en el Camarín de las Musas con la dirección de Gabriela Bianco, en el marco del Primer Festival de Monólogos NO HAY DRAMA.

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