Dónde Caerse muerto 2 *

(Teatro político por entregas. O viceversa)

cementerio praga2

Cementerio. Noche. Ricardo invitó a Claudia a tener una cena romántica junto a la tumba de sus padres. Para decepción de ella, no habrá pato. Apenas pizza.

Llega el muchacho del delivery en su bicicleta. Se detiene junto a ellos.

RICARDO: Por fin, querido.

Ricardo mira a Claudia.

RICARDO: Llegó la comida, mi amor.

CLAUDIA: Este chico es lo más distinto a un pato que vi en mi vida.

Pausa. Ricardo y el muchacho se miran. Ricardo se toca el pecho.

RICARDO: ¿Trajiste la pizza?

MUCHACHO: Sí.

Pausa. Ricardo observa al muchacho.

RICARDO: ¿Y? Dámela…

MUCHACHO: No.

RICARDO: Cómo que no… Dámela. ¿No la trajiste?

MUCHACHO: Sí.

RICARDO: Dámela, entonces. ¿Me estás gastando?

MUCHACHO: Es que no puedo. Ya no puedo dársela.

RICARDO: ¿Qué? ¿Se enfrió? Dámela igual, nene. Me cago de hambre.

MUCHACHO: No, no es eso. Es que para dársela yo tendría que seguir siendo el empleado de la pizzería. Y ya no lo soy más. El régimen capitalista de producción acaba de ser abolido.

RICARDO: ¿Qué te pasa, flaco? ¿Estás bien vos?

MUCHACHO: Yo estoy bien. Muy bien. ¿Cómo no voy a estarlo el día que el capitalismo ha muerto?

CLAUDIA: Ricardo…

Ricardo en voz alta.

RICARDO: Ya sé…

Ricardo habla con la voz aguda..

RICARDO: «¿Qué es el Capitalismo?»

CLAUDIA: No… ¿Qué es «muerto»?

RICARDO: ¡Otra vez con eso! Estar muerto es como… Como haberse ido a un lugar que está lejos. Muy lejos. Como hicieron mis padres.

CLAUDIA: Pero cuando decís lejos… Decís, ¿cuánto? ¿Mucho? ¿Muy lejos?

RICARDO: Lejísimos.

CLAUDIA: Pobres… Viajar. Tan lejos. A esa edad en la que uno debería dejar de hacer todo. Seguir y seguir… ¿Hasta cuándo vamos a tener que hacer todas estas cosas a las que llaman vivir? Cualquier día de estos cierro los ojos y desaparece todo… ¡Todo!

Ricardo habla mirando hacia arriba. Se frota la cara con nerviosismo. Levanta la voz.

RICARDO: ¿Qué hice yo de malo, eh? ¿Cuál fue mi error? ¿Me estás castigando? ¿A mí? ¿A mí?

Claudia y el muchacho miran hacia arriba buscando al interlocutor de Ricardo.

RICARDO: Yo lo di todo por este bendito país. Trabajo desde que tengo 6 años. Yo puse mi videoclub, mi pool, mi cancha de paddle, mi lave-rap, mi parri-pollo, mi locutorio… Lo intenté todo. ¿Qué más tengo que hacer? ¿Qué más?

Claudia mira al muchacho.

CLAUDIA: ¿Hay alguien subido al árbol?

MUCHACHO: Me parece que quiere hablar con Dios…

CLAUDIA: ¿Dios está subido al árbol? ¿Qué clase de criatura es?

MUCHACHO: Dios es… El opio de los pueblos.

Ricardo se quita el saco y lo arroja con fuerza sobre la mesa. Se rompen algunas copas. El muchacho y Claudia se quedan mirándolo.

RICARDO: Cállense, hijos de puta. ¡Cállense!

Ricardo se toma el pecho, se inclina hacia delante y flexiona las rodillas.

MUCHACHO: Señor, señor… ¿Le pasa algo?

CLAUDIA: No. Siempre hace eso…

RICARDO: El pecho… La pastilla… El saco…

CLAUDIA: No le entiendo. Cuando construye esas oraciones sin verbo me saca de las casillas.

El muchacho toma el saco de Ricardo y saca unos cuantos frascos pequeños.

MUCHACHO: ¿Cuáles son, señor? ¿Las rojas o las azules?

RICARDO: Las rojas…

MUCHACHO: ¿Las redondas o las alargadas?

RICARDO: Las redondas, las redondas…

MUCHACHO: ¿Las grandes o las chiquitas?

RICARDO: ¡Cualquiera, dame cualquiera, hijo de puta!

El muchacho le alcanza a Ricardo uno de los frascos. Ricardo lo abre. Tira varias pastillas sobre la palma de su mano y se sirve vino en una de las copas.

MUCHACHO: No, con alcohol no… ¿Está loco?

RICARDO: No hay agua…

MUCHACHO: Espere.

El muchacho toma el florero de una de las tumbas y le saca las flores. Toma la copa, arroja el vino y le sirve el agua del florero.

MUCHACHO: Tome…

RICARDO: Está sucia…

MUCHACHO: Mejor que se vaya olvidando de esos lujos. Tomar agua limpia y todas esas costumbres burguesas deben terminarse… Es más, yo les diría que se fueran de acá lo antes posible.

CLAUDIA: ¿Por qué? Este lugar es muy tranquilo.

MUCHACHO: No queda mucho tiempo. Váyanse. Yo sé lo que les digo.

RICARDO: ¿Se puede saber qué carajo pasa?

MUCHACHO: Las masas están cerca. Llegó la hora.

CLAUDIA: ¿La hora de qué?

MUCHACHO: De la revolución, señorita. Las condiciones están dadas. El desarrollo de las fuerzas productivas alcanzó ese punto en que cuestiona de un modo radical el modo de producción vigente…

RICARDO: Este pendejo está loco.

CLAUDIA: No entiendo. ¿Qué es «loco»?

(continuará)

Dónde caerse muerto está publicado en la antología “Autores en construcción I”, (Libros del Rojas, Editorial Nueva Generación).

Acerca de Alejandro Turner

Tiene 40 años, es guionista y dramaturgo. Aunque prefiere pensar que es simplemente alguien que escribe. Escribió entre otras obras de teatro "La Salud de los moribundos" (1er Premio del Fondo Nacional de las Artes obra inédita de teatro, 2007); "Canciones tristes (cantadas como si fueran alegres)" (Primera Mención en el mismo certamen), "Dónde caerse muerto" (incluido en la Antología "Autores en construcción" editorial C. C. Rojas) y "Villarrica", estrenada en diciembre del 2008 en el Camarín de las Musas con la dirección de Gabriela Bianco, en el marco del Primer Festival de Monólogos NO HAY DRAMA.

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3 comentarios en «Dónde Caerse muerto 2 *»

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